martes, 28 de enero de 2014

“Fuera de aquí”. Conversaciones de Enrique Vila-Matas con André Gabastou

Enrique Vila-Matas (1948) es uno de los escritores españoles con más resonancia internacional, especialmente en Francia, donde ha sido muy editado y valorado. Su traductor al francés, André Gabastou, emprende en este libro una larga entrevista con Vila-Matas con el fin de repasar su ya larga trayectoria literaria.

La finalidad de estas entrevistas no es profundizar en el sentido ultimo de todas sus obras. Sobre cada una, se proporciona una interesante información que permite conocer mejor cómo se escribió y su intención, pero las explicaciones que se dan ni son abstrusas ni artificiosas. Las preguntas proceden de alguien que conoce muy bien tanto la obra como la vida del autor barcelonés; y también sus influencias y sus características estéticas. El libro, muy bien editado, contiene numerosas fotografías que proceden del archivo del autor; también se han escogido una serie de fragmentos de sus libros; y, por último, y esto hace este libro más atrayente, se incluye una selección de textos de Vila-Matas –conferencias, artículos...- hasta ahora nunca publicados en libro y que aportan más luces para desentrañar las claves de una literatura que, como ha afirmado el escritor mexicano Sergio Pitol, es un constante “viaje sin retorno”.

El autor catalán no resulta fácil de clasificar puesto que su literatura no tiene nada que ver con los géneros más en boga y comerciales. Poco a poco ha ido dando forma a una literatura cosmopolita, abierta al ensayo, permeable a los géneros, de marcado carácter experimental, metaliterario y autoficcional. Su apuesta literaria choca, lógicamente, con el realismo costumbrista que por cuestiones comerciales se ha asentado en el panorama literario español, muy alejado de los experimentos y de los vanguardismos. Vila-Matas, sin embargo, ha sido fiel a su insólito camino, lo que ha supuesto correr una serie de riesgos estéticos valorados por la crítica pero que los lectores no parecen asimilar. También puede decirse que el autor, sobre todo en sus últimas novelas, en su afán de innovar constantemente, se ha introducido quizás en un bucle del que le resulta complicado salir (o no quiere), camino que le ha llevado a ser un escritor no sé si deliberadamente minoritario.

Pero es de justicia reconocer su originalidad, especialmente manifiesta a partir de Historia abreviada de la literatura portátil (1985), libro clave en su evolución literaria, en la que también hay que destacar el giro que emprende con Bartleby y compañía (2000), continuado después en El mal de Montano y Doctor Pasavento, sus apuestas estéticas más innovadoras y arriesgadas y donde ha dado forma una literatura muy original que bebe de los que para él son los grandes renovadores de la literatura contemporánea: Kafka, Walser, Borges, W. G. Sebald, Claudio Magris...

Pero en su larga trayectoria hay otras obras que sin ser tan rompedoras -aunque sean también muy vila-matas- resultan agradables de leer, como es el caso de Lejos de Veracruz, Extraña forma de vida, El viaje vertical; sus libros memorialísticos París no se acaba nunca y Dietario voluble; y sus libros de relatos Suicidios ejemplares, Hijos sin hijos, Exploradores del abismo. En estos libros, con su singular sentido del humor, sus planteamientos resultan ocurrentes y novedosos, aunque se trata, no hay que olvidarlo, de un escritor que siempre busca renovar la realidad desde perspectivas insólitas.

Fuera de aquí
Enrique Vila-Matas. Conversaciones con André Gabastou
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona (2013)
268 págs. 21 €.

martes, 21 de enero de 2014

“Ningún día sin línea: el catalanismo español”, de Ignacio Agustí





Coincidiendo con el primer centenario del nacimiento del escritor y periodista Ignacio Agustí (1913-1974) se reeditaron el año pasado los dos primeros volúmenes de su pentalogía La ceniza fue árbol (Mariona Rebull y El viudo Rius) y una biografía, Ignacio Agustí, el árbol y la ceniza, a cargo de Sergi Doría, responsable también de la edición de sus novelas completas. Ningún día sin línea: el catalanismo español es una antología de sus artículos periodísticos, otra de sus destacadas facetas como escritor. Sin embargo, a pesar de la importancia que tuvo en su tiempo en la vida cultural, periodística y literaria, sus ideas políticas le han pasado factura. Aunque fue el director desde 1937 hasta 1957 del importante semanario Destino, también el creador del premio literario Nadal y el fundador de diferentes publicaciones periódicas en Cataluña, Ignacio Agustí apoyó el franquismo y fue uno de los escritores que contó con el respaldo del régimen para poner en marcha sus iniciativas periodísticas en unos años de censura y de intenso control de los medios de comunicación.


El periodismo no fue una actividad marginal en su vida. Al contrario, desde sus inicios como escritor antes de la Guerra, Agustí estuvo vinculado a las redacciones periodísticas. Comenzó como colaborador cultural y ya durante la guerra, en Burgos, fue nombrado director del semanario Destino, impulsado en un primer momento por los falangistas. Tras finalizar la Guerra, Agustí desempeñó una intensa actividad cultural, literaria, periodística y política. Dirigió el semanario Destino hasta 1957, cuando se desvinculó de él e inició una nueva etapa como director de la librería y editorial Argos. Escribió habitualmente en Destino, Pueblo, Triunfo y en dos publicaciones que él mismo fundó a partir de la década del 60, Tele/eXpress y Tele-Estel.


Irene Donate, la responsable de esta espléndida y completa edición, profesora del Centro Universitario Villanueva, cuantifica en más de mil los artículos publicados por el escritor catalán. Es cierto que algunos de ellos tienen una vertiente muy política, en los que apoya y sale en defensa del franquismo como el régimen que, según él, España necesitaba. Pero son pocos, aunque algunos crearon una potente polémica que pasó factura a su vida y a su trayectoria y contribuyeron a su escepticismo político y a su rechazo del nacionalismo catalán excluyente.


Donate divide los artículos seleccionados en cinco grupos. Pero antes, en la introducción, hace un certero y amplio resumen de su vida y actividad profesional, además de analizar sus principales rasgos como escritor y periodista. Los cinco grupos son: artículos que reflexionan sobre su quehacer periodístico, artículos políticos (casi todos publicados en la revista Destino), columnas intimistas, artículos culturales y, por último, costumbristas.


En sus artículos, Agustí se muestra como un espectador activo de los vaivenes de la vida social y cultural catalana y española, que siempre busca integrar. De su vida profesional y cotidiana suele tomar el asunto de sus columnas, todas ellas traspasadas de un suave intimismo y de una visión humanística de inspiración clásica y cristiana. Hay, en muchos de ellos, un nostálgico regreso a su infancia, a la Barcelona de antes de la guerra –la que aparece en sus primeras novelas-. También suele transmitir un costumbrismo moderado, con una notable inclinación al respeto a las tradiciones sociales y al espíritu que han dado forma a lo que él llama el seny catalán, esa visión burguesa y pacífica de la existencia que anhelaban muchos catalanes habían vivido las violentas experiencias de los años de atentados anarquistas y de la Guerra Civil. Para Irene Donate, “Agustí va a actuar como un observador atento que, además de extraer conclusiones de lo observado, utiliza la escritura como medio para mostrar con cierto desahogo su intimidad –siempre dentro del comedimiento y del pudor que le caracterizarán-, sobre todo en las evocaciones constantes del pasado y de su infancia”.


Agustí gozó de un gran prestigio en su tiempo, y eso que la nómina de columnistas de calidad no es precisamente breve. Contemporáneos de Agustí fueron, entre otros, escritores y periodistas de la talla de César González Ruano, Josep Pla, Agustín de Foxá, Wenceslao Fernández Flórez, José María Pemán, Jaime Campmany, Alvaro Cunqueiro, Manuel Alcántara, Gonzalo Torrente Ballester, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio y tantos otros.





Ningún día sin línea: el catalanismo español
Ignacio Agustí
Fórcola. Madrid (2013)
368 págs. 22,50 €.

sábado, 18 de enero de 2014

“La soledad de Alcuneza”, de Salvador García de Pruneda



Publica la editorial Renacimiento la versión completa de esta novela sobre la Guerra Civil, de la que se conocía, de hace ya muchos años, una edición resumida. La novela fue escrita por Salvador García de Pruneda (1912-1996), autor y diplomático español, quien vivió personalmente la contienda combatiendo en el Escuadrón de Zapadores de la División de Caballería. Su experiencia personal está en la base de lo que se cuenta en este libro, publicado por vez primera en 1962. Otras novelas suyas son La encrucijada de Carabanchel, ambientada en la ciudad de Madrid antes de la Guerra Civil –con la que consiguió el Premio Nacional de Literatura en 1963- y Ceuta en el Umbral, escrita en 1963 y no publicada hasta 1977.

La novela está escrita en primera persona por el teniente de caballería Juan Alcuneza, quien cuenta su testimonio personal sobre la marcha de la guerra, especialmente en el frente aragonés y en la Batalla del Ebro, aunque también describe momentos de descanso alejados del frente. Por su formación universitaria -Alcuneza es licenciado en Filosofía y Letras- acostumbra a literaturizar muchos pasajes y sensaciones, añadiéndoles una densidad humanística que se traslada a la narración, con momentos e impresiones muy literarios, esquivando al máximo el maniqueísmo ideológico y el estrecho estilo bélico cuando lo único que se quiere es destacar los valores épicos.

Por eso, la mirada de Alcuneza es original y equilibrada, pues ofrece un punto de vista más intelectual y artístico del desarrollo de la guerra y de los acontecimientos. Las reflexiones sobre la guerra son generales, existencialistas, estéticas, sin utilizar la narración para defender retóricamente ninguna causa. Hay un momento en la novela en el que, en el fragor de una batalla encarnizada, coinciden seis soldados de cada bando en un puesto defensivo. Deciden pactar una tregua hasta que acabe el ataque. Alcuneza conoce a uno de los milicianos, antiguo compañero de estudios. La conversación entre los soldados les lleva a exponer, de manera dialogada y también histérica, los motivos de cada bando para continuar con la guerra. La conclusión es que es imposible, por ahora, la reconciliación. En el caso de Alcuneza, su implicación en la Guerra tiene más connotaciones personales y familiares que ideológicas, pues al inicio de la guerra los republicanos mataron en Brihuega (Guadalajara) a su padre y una hermana; durante la guerra, además, pierde a otro de sus hermanos, también militar en el bando nacional.

García de Pruneda escribe sobre las vicisitudes diarias de la guerra con muchos ingredientes humanos, anecdóticos y otros que proceden del reportaje militar, pues detalla con precisión –él también participó en la guerra- algunas de las actuaciones militares o el funcionamiento diario de su grupo. Cuenta todo de manera muy realista y costumbrista, con gran expresividad estilística, con momentos literarios muy conseguidos, incluso poéticos, gracias a que el autor intenta transmitir siempre unas impresiones insólitas, la mayoría de las veces alejadas de la perspectiva bélica.

A todo ello contribuye la formación humanística del protagonista y los compañeros habituales de sus correrías y aventuras, entre los que se encuentra un sacerdote de Sigüenza con vocación de guerrillero que también fue compañero suyo en la universidad, amante de las letras, y un exótico y peculiar militar de origen ruso que combatió contra el ejército rojo y que ahora lucha en España para impedir que el comunismo se extienda por España y Europa. Con estos y otros personajes, como el alférez amnésico y el teniente de Farnesio, quiere el autor dar continuidad humana a una narración que transcurre en continuo movimiento, con la constante presencia de la muerte, aportando poquísimos datos geográficos sobre el desarrollo de la guerra, una manera de elevar su relato a la categoría de símbolo de los desastres que llevan consigo esta y todas las guerras.

El desarrollo de la guerra y la relación entre los personajes llevan el peso de la narración, aunque deliberadamente no hay un argumento claro que centre la atención de la narración, lo que afecta a su lectura, pues Alcuneza, un personaje singular, poco ejemplar en la defensa de algunos valores morales, tampoco es representativo de la vida militar. Comprometido con su vida militar, es, sin embargo, más observador que activo protagonista de los sucesos que pasan a su alrededor.

Por último, y es uno de sus principales logros estéticos, también hay que mencionar el deliberado aroma nostálgico que desprende la novela. Alcuneza y la mayoría de sus compañeros pertenecen a la Caballería, un cuerpo en vías de extinción por el avance de las unidades motorizadas y los carros de combate. Tanto él como sus mandos y compañeros son conscientes de que son una especie en vías de extinción. Las constantes referencias a los caballos y al valor simbólico de la Caballería remiten a un tipo de guerra que ya es historia ante el inexorable predominio de armas de destrucción más eficaces y menos románticas. La melancolía se mete de lleno en el alma de Alcuneza, a quien le va a costar asimilar, como dice casi al final del libro, que “la guerra ha arrasado mi vida”.

Gracias a su comprensión, a su melancolía, a su humanidad (aunque no sea precisamente Alcuneza un defensor a ultranza de los valores que parece defender el bando nacional), el autor logra esquivar el tono propagandístico de buena parte de la literatura que se ha escrito sobre la Guerra Civil en los dos bandos. Aunque todo está contado desde la perspectiva de un militar del bando nacional, su narrador escapa a las rígidas y previsibles posturas políticas (y panfletarias). Una excelente recuperación editorial que contribuye a enriquecer todavía más la numerosa bibliografía ya existente sobre la Guerra Civil española.





La soledad de Alcuneza
Salvador García de Pruneda
Renacimiento. Sevilla (2013)
576 págs. 20 €.

sábado, 11 de enero de 2014

"Dos gardenias para ti y otros relatos"




Aprovechando las facilidades de las herramientas digitales, acabo de publicar un libro de relatos donde he reunido diez que escribí hace muchos años, algunos ya publicados en revistas. El título es "Dos gardenias para ti y otros relatos". Al increíble precio de 2,99 € puede adquirirse en Amazon, Google Play, en iTunes y en la editorial que lo ha publicado, Biblioteca OnLine.
Como se lee en la presentación del libro, que evidentemente he escrito yo, estos relatos "abordan algunas situaciones actuales y costumbristas, como la visita a un restaurante chino, la decadencia de los domingueros o la heroica decisión de emprender unas obras en casa. Con sentido del humor, se exageran y critican algunos problemas sociales y solidarios contemporáneos. Y como el autor es filólogo, utiliza ciertas manías filológicas para criticar los excesos de la pedantería erudita.  Están escritos con el fin de entretener a unos lectores saturados de análisis sesudos de la realidad. Aquí se ofrece otra manera, menos grave, de enjuiciar las cosas".

viernes, 10 de enero de 2014

“La ladrona de libros”, de Markus Zusak



Markus Zusak, joven escritor australiano que hasta la aparición de La ladrona de libros sólo había publicado libros para niños, obtuvo en 2007 un gran éxito con esta novela, llevada recientemente al cine, dirigida por Brian Percival. A juicio de José María Aresté, crítico de cine de Aceprensa, la película es fiel al original, aunque el resultado final es “demasiado frío y cerebral” y “no acaben de aflorar las deseadas emociones”.

Concebida como una novela juvenil, la historia traspasa las edades y los géneros. Cuenta la vida de la niña Liesel Meminger, que es acogida por una familia de una localidad cercana a Munich al final de la década de los años treinta. Liesel encaja perfectamente con su nueva familia, especialmente con el padre, Hans, un pintor en paro que toca el acordeón y que no se encuentra cómodo con la ideología ni con la parafernalia del régimen nazi. Hans enseña a Liesel poco a poco a leer, y la relación de la niña con los libros es uno de los atrayentes temas de esta emocionante novela, pues la acción transcurre durante la segunda guerra mundial, cuyos efectos serán ciertamente dramáticos en ese pueblo.

La estructura de La ladrona de libros es original, con una técnica que anticipa continuamente lo que más adelante se relata y que interrumpe la narración de los hechos para fijar la atención en algún asunto; la narradora es la Muerte, despojada de resonancias macabras, aunque no se oculta esa realidad ni sus consecuencias (y menos en una época como aquella).

La novela está escrita con un estilo sencillo, ingenuo, coloquial y a veces poético. Tiene unos personajes con los que es fácil identificarse –especialmente interesantes son el matrimonio Hans y Rosa y el judío Max- y el mensaje de la novela, duro pero emotivo, llega directamente al corazón. Hay momentos intensos (los bombardeos durante la guerra y la vida del judío Max), otros divertidos (la amistad con Rudy), otros muy atractivos (la relación de Liesel con su padre y con Max). El autor aprovecha sentimentalmente los gravísimos momentos que Liesel tiene que vivir y padecer, pasajes dramáticos que dan a la novela un énfasis de melodrama. Pero por encima de todo se destacan los valores humanos de la mayoría de los personajes, que intentan vivir dignamente en unas circunstancias que conducían a todo lo contrario. Y también destaca el valor que el autor –y los personajes- dan a los libros y la lectura.


La ladrona de libros
Markus Zusak
Lumen. Barcelona (2007)
540 págs.
T.o.: The Book Thief.
Traducción: Laura Martín de Dios.

jueves, 2 de enero de 2014

“Sobre casi todo” y “Sobre casi nada”, de Julio Camba



Continúa rescatándose a buen ritmo la mayoría de los libros que escribió el periodista Julio Camba (1884-1962), considerado uno de los grandes del periodismo español. Si el año pasado se publicaban Mis páginas mejores, en los últimos meses se han reeditado estos dos volúmenes (Sobre casi todo y Sobre casi nada), los dos publicados en 1928, y la editorial Libros del KO ha publicado Maneras de ser periodista, conjunto de artículos de Pla sobre el periodismo, el periodista y los periódicos recopilados por Francisco Fuster y que abarcan desde 1913 hasta 1959. Sorprende que en plena crisis del periodismo, hoy más que nunca se valoren las columnas no sólo de Julio Camba sino también de Manuel Chaves Nogales, Gaziel, Josep Pla, Wenceslao Fernández Flórez, César Gonzalez Ruano y otros escritores que brillaron con sus colaboraciones periodísticas antes y después de la Guerra Civil española.

Julio Camba fichó por el diario ABC en 1913, cuando ya era un columnista prestigioso. La colaboración duró hasta su muerte, aunque también escribió para otros periódicos y revistas. La mayoría de sus libros contienen las colaboraciones que escribió para estos medios. Algunos están dedicados a sus aficiones gastronómicas, como La casa de Lúculo (1929), otros a describir a su manera la realidad presente y otros muchos a sus libros de viajes, pues Camba fue corresponsal de prensa en Estambul, Berlín, París, Londres, Nueva York, Roma, Lisboa...

Estos dos volúmenes que publica Renacimiento, Sobre casi todo y Sobre casi nada, explican bastante bien las cualidades periodísticas de Camba, un escritor que es capaz de convertir cualquier tema en un artículo de folio y medio. Como él mismo afirmó: “Yo lo mismo hago un artículo con una noticia de tres líneas que leo en el Daily Telegraph, que con las obras completas de Voltaire”. Lo suyo es acercarse a la realidad para, sin agotarla, dar la vuelta a los tópicos y a los lugares comunes. En toda noticia y circunstancia es capaz de encontrar una mirada insólita para describir sus impresiones. Como escribe Juan Bonilla en el prólogo de Sobre casi todo, lo que más sobresale de sus artículos es “su capacidad para fijarse en temas aparentemente nimios y marginales”. Y Felipe Benítez, autor del prólogo de Sobre casi nada, mariza, por su parte, que Camba no busca en sus columnas adoctrinar “ni dilucidar incógnitas sociológicas pasadas o presentes, sino juguetear (...) con la realidad, reducirla a un chascarrillo ameno, con la atención puesta en el detalle y no en la panorámica”.

Que nadie busque en Camba una explicación sesuda a los males o bienes del mundo. Con mucha ironía, él decía que “por fortuna, yo soy un escritor decorativo y me dedico a una literatura fácil, superficial y pintoresca”. Su punto de partida suelen ser originales observaciones personales sobre multitud de temas, la mayoría sin importancia, sobre los que aplica su agudeza e ironía diáfanas. Y es que Camba, escritor en periódicos, siempre busca, con mucho humor, claridad, brevedad, concisión, rapidez, exactitud, transparencia...

Estos dos libros, muy bien editados, son otra posibilidad, pues, para disfrutar de un periodista que ha ejercido como maestro de periodistas y que, además, supo trasladar a sus breves columnas, sin estridencias, el aire de su época.


Sobre casi todo
Julio Camba
Renacimiento. Sevilla (2013)
176 págs. 15 €.


Sobre casi nada
Julio Camba
Renacimiento. Sevilla (2013)
164 págs. 15 €.