1.- Flann
O’Brien, El tercer policía. La editorial Nórdica ha publicado las
mejoras obras del irlandés Flann O?Brien (1911-1966), un autor que merece la
pena descubrir porque su humor no es ni previsible ni tópico. Yo destaco: El
Tercer Policía, Crónica de Dalkey, La boca pobre, La vida
dura, En Nadar-dos-pájaros y la antología de sus columnas
periodísticas la gente corriente de Irlanda. Y comento la primera de
ellas, El tercer policía, una delirante novela que tiene como protagonista
a un joven ocioso que llena su cabeza con las teorías fantásticas de un
estrafalario sabio llamado Selby. Deseoso de asegurarse unas rentas que le
permitan dedicarse íntegramente al estudio de las obras de su maestro
intelectual, comete un asesinato, con la complicidad de un compañero, pensando
que la víctima posee una gran cantidad de dinero. Pero más adelante, la trama
cambia de golpe y el autor sumerge a los lectores, y al argumento, en un
ambiente extraño y extravagante donde los acontecimientos obedecen a leyes
ilógicas. (Nórdica. 303 págs. 2006).
2.- Nancy
Mitford, Amor en clima frío. La primogénita del barón de Redesdale,
Nancy Mitford (1904-1973), retrata en la mayoría de sus novela, con aguda
ironía, las dificultades de la aristocrática familia Montdore. En esta novela
describe los problemas que tienen para casar a su hija Polly (temas parecidos
aparecen en el resto de sus obras, entre las que también destaco A la caza
del amor). Mitford asume el papel de amiga y narradora de las fiestas, diversiones
y asuntos amorosos como un torrente divertido, dicharachero y, a la vez,
levemente crítico con esa sociedad. Su sentido del humor, agudeza de ingenio y
soltura narrativa, convierten su lectura en una verdadera diversión. (Libros
del Asteroide. 332 págs.
2006).
3.- Arto
Paasilinna, Delicioso suicidio en grupo. “El enemigo más
poderoso de los finlandeses es la oscuridad, la apatía sin fin”, se lee al
principio de esta divertida novela con la que el escritor Arto Paasilinna
(1942), uno de los más leídos de la literatura contemporánea finlandesa, se
enfrenta a una de las lacras de su país: el alto índice de suicidios. Pero
Paasilinna huye de la tragedia y se enfrenta con estos problemas con una
actitud irónica repleta de un sano y benéfico humor, que transmite una
contagiosa esperanza de vivir. La mejor manera de afrontar esta penosa realidad
es con humor, buscando la carcajada y la sonrisa cómplice de unos lectores que
asisten atónitos a las ocurrencias de unos personajes que supuestamente van a
la deriva. (Anagrama. 271 págs. 2007).
4.- Saki, Cuentos
completos. Saki (1870-1916) es un escritor inglés satírico,
conservador, patriota y dandy. Estos cuentos mantienen unas constantes
estructurales y temáticas que modelan un estilo inconfundible desde las primeras
páginas. Suelen estructurarse en torno a una escena de corte teatral, en donde
los diálogos y las descripciones psicológicas juegan el papel fundamental:
conversaciones en salones de mansiones londinenses o coloniales, fiestas o
clubes de bridge. Los vicios de clase -la hipocresía, la avaricia, las
maniobras del gorrón o del charlatán- son satirizados sin piedad. Se trata de
una literatura que toma a los lectores por inteligentes. Saki es un refinado
humorista, un orfebre del lujo literario y un despiadado cirujano de costumbres
y clases. (Alpha Decay. 818 págs. 2006).
5.-
David Foster Wallace, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a
hacer. He aquí un original y entretenido libro sobre unas vacaciones en
un crucero de lujo que mezcla con ingenio periodismo y literatura. El autor,
uno de los iconos de la literatura posmoderna norteamericana, ya fallecido,
recibe el encargo de una revista norteamericana de embarcarse en un crucero de
lujo por el Caribe para describir la vida en estos exóticos superhoteles. Las
entretenidas peripecias del autor, quien no consigue integrarse con el resto de
pasajeros ni disfrutar de las actividades de ocio (como la esperpéntica fiesta
“Que se junten los Solteros”), se entremezclan con el relato descriptivo y analítico
de lo que se hace en un crucero de estas características. El reportaje es en
una divertidísima parábola sobre la búsqueda compulsiva de la felicidad de los
norteamericanos. En esta edición solo aparece este reportaje. En otra,
anterior, figuran más reportajes periodísticos, todos muy inteligentes y
entretenidos. (Debolsillo. 158 págs. 2012).
6.-
Vladímir Voinóvich, Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin.
La novela, prohibida en la URSS durante décadas, parte de una disparatada
situación: en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, un avión del Ejército Rojo
realiza un aterrizaje de emergencia en una remota aldea rusa. Hasta allí envían
a un soldado para que vigile el avión. Pasan los días y las semanas, la URSS
entra en guerra con Alemania, y nadie se acuerda de relevarle. Iván Chonkin, un
soldado, con pocas luces que cumple su último año en el Ejército Rojo, acepta
con resignación la orden, aunque también sabe sacar partido a su cometido. Con
estos ingredientes, Voinóvich parodia la cotidiana realidad en la que vivían
tantos millones de soviéticos. (Libros del Asteroide. 376 págs. 2006).
7.- Roy
Lewis, Por qué me comí a mi padre. Inteligente y humorística obra
basada en la vida de los hombres de las cavernas. El narrador es el antropoide Ernest,
uno de los primeros pobladores conscientes de su propia individualidad. Ernest
relata la vida de su singular familia, y en especial de su padre, el
progresista Edward, quien con su actitud renovadora, se enfrentó a los hábitos
de los hombres monos, como su tío Vanya, un reaccionario recalcitrante. Los
primeros experimentos los aplican en su propia familia. Luego vienen los
irónicos momentos importantes, como el trabajoso descubrimiento del fuego, de
la lanza, la cocina casera, el arte figurativo, el matrimonio moderno, el amor,
el ocio... Lo mejor es el tono discursivo y filosófico y los deliberados
anacronismos. (Contraseña. 192 págs. 2012).
9.- Slawomir Mrozek, La vida difícil. Este volumen reúne 37 cuentos de difícil clasificación,
aunque en todos ellos impera el sentido del humor, la parodia y una irónica y
sutil inteligencia. Mrozek disfruta exagerando las situaciones hasta que llegan
a ser absurdas, porque así disecciona mejor los temas clave del ser humano. Sus
cuentos no son burlas en el vacío sino agudos análisis críticos, con muchas
dosis de humor. Muy divertidos son los que parodian aspectos esenciales del
comunismo. En 2013 se publicó la antología La vida para principiantes,
donde hay una variada muestra de sus divertidos relatos. Acantilado ha
publicado las memorias del autor y otros muchos libros de Mrozek con sus
mejores narraciones. (Acantilado. 200 págs. 1995).
10.-
Miguel Mihura, Prosa y obra gráfica. Desde muy joven, Mihura
empezó a colaborar en todo tipo de revistas bien con caricaturas, bien con
textos en prosa. Alcanzó la madurez en la revista Gutiérrez, donde publica muchos de sus mejores escritos que más
tarde reciclaría en La Ametralladora
y La Codorniz. En estos dibujos
y textos, con un sentido del humor
todavía más disparatado que sus comedias, Mihura machaca la cursilería, las
convenciones sociales, los tópicos y las tonterías sociales. En la misma línea,
también con un humor codornicesco, destaco Por qué nos gustan las
guapas, de Rafael Azcona. Este volumen reúne las colaboraciones que
escribió en La Codorniz desde
1951 a 1958. (Cátedra. 1.533 págs.2004).