No hay más que echar un
vistazo a la biografía del autor, José Manuel Lucía, para comprobar que estamos
ante un consagrado cervantista. Catedrático de Filología Románica de la Universidad
Complutense de Madrid, es presidente de honor de la Asociación de Cervantistas.
Ha escrito mucho sobre Cervantes, sus obras y Don Quijote. Y ha participado activamente en múltiples iniciativas
encaminadas a recuperar y conocer mejor la vida y la obra de Cervantes.
Este libro es fruto de esta pasión. Y tiene un enfoque
que merece la pena destacar. Sobre
Cervantes se ha escrito mucho, demasiado, sobre todo porque apenas tenemos
datos documentales sobre su vida. Esta carencia ha propiciado que se aporten
informaciones contradictorias y que se pedalee en exceso sobre cuestiones que proceden
más de la fantasía de los investigadores que de la propia realidad. Con el paso
de los años y de los siglos, Cervantes se ha convertido en un mito. Y como
sucede con los mitos, su contacto con la realidad resulta esquivo. Se ha
construido un mito que, a menudo, se ha alejado del personaje real.
Este es el punto de partida de esta biografía, de la que
ahora se publica la primera parte (la segunda saldrá en otoño). Abarca desde el
nacimiento de Cervantes en 1547 hasta 1580. Para la segunda parte queda su
estancia en Madrid y su absorbente dedicación a la escritura. Murió en 1616,
sin que su muerte despertara la admiración que tuvo, por ejemplo, la de su
enemigo Lope de Vega. Fue enterrado sin apenas brillo ni boato en un convento
cercano, en el de las Trinitarias.
Esta biografía se ha hecho partiendo de los hechos comprobados
y huyendo en todo momento de la tentación de ir en búsqueda de las paradojas de
un mito. El autor aporta muchos datos, explica muchísimas cosas interesantes,
habla de cómo era la vida en el siglo XVI, de la ciudad de Alcalá, de sus años
de estudiante, de los primeros pasos de Cervantes como escritor cuando da a
conocer sus primeros poemas... Pero Cervantes no acaba de brillar y vemos cómo
se busca la vida. Se alista como soldado y se traslada a Italia, ambiente bien
recreado en este libro. Y luego su participación en la batalla de Lepanto. Y la narración de los
cinco años que pasó como cautivo en Argel. El libro finaliza a su regreso,
cuando Cervantes sigue dándole vueltas a su futuro. Él mismo es un personaje en
construcción, que no las tiene todas consigo.
Aquí se interrumpe el relato de su biografía. Pero el
autor añade un interesante epílogo sobre la reciente búsqueda de los restos de
Cervantes en el convento de las Trinitarias. El autor conoce muy bien los
detalles de lo sucedido, y, con ironía, se aprecia la crítica que hace a los
políticos, interesados en encontrar como fuese el mito más que a la persona
concreta que fue Cervantes. El mito está por encima de todo. Pero el Cervantes
de carne y hueso se ha acabado imponiendo. Y, al final, se han encontrado un
montón de huesos de diferentes personas que fueron a parar a un lugar
secundario, no a la cripta del convento, tras unas reformas. Un montón de
huesos de los que no se puede saber cuáles son los de Cervantes. Un final,
pues, muy cervantino.
La juventud de
Cervantes. Una vida en construcción
José Manuel Lucía Megías
Edaf. Madrid (2016)
304 págs. 24 €.
304 págs. 24 €.