Sebastián Cerro Guerrero tiene una amplia experiencia en el mundo de la educación como profesor, educador, ponente y autor de libros. Colabora asiduamente con organizaciones no gubernamentales internacionales. Este libro es fruto del trato con tantas y tantas personas que ha conocido y que le han proporcionado el material de La vida que nos toca, un conjunto de historias en las que el peso de la narración se lo llevan los propios protagonistas, quienes por unos u otros motivos han decidido contarles su vida al autor.
A diferencia de otros libros, centrados en vías ejemplares o en las trayectorias de personas conocidas, Sebastián Cerro ha puesto la lupa en personas muy corrientes. Como escribe el autor, “ninguno de ellos aparece en los medios de comunicación ni han tomado decisiones que transformen el mundo, ni su país, ni su provincia (…). Sí han ido transformando su vida y ayudado a los que estaban a su alrededor”. Para el autor, que las conoce bien, se trata de personas valiosas que se han enfrentado a la vida intentando dar lo mejor de sí.
Son gente que ha decidido dar su vida a los demás, por ejemplo, en el mundo de la educación, como las historias de Nacho y de Ricardo, uno especialista en Educación Especial y otro un experimentado educador. También son un buen ejemplo de lucha por la vida las narraciones de un puñado de inmigrantes que han rehecho sus vidas en España, como el lituano Alvaras, la venezolana Miriam, la colombiana Elena y Abdallah, inmigrante procedente de Sierra Leona que cruzó el Estrecho en una patera y hoy día es un ejemplar estudiante de Formación Profesional. También cuentan sus historias el matrimonio de Lucía y Alfonso, la peruana Flor, que el autor conoció en un viaje a Lima, y dos personas vinculadas con el voluntariado, Esperanza y Javier.
El autor deja que sean estas personas las que tomen el protagonismo de la narración, que no se limita a contar un momento concreto de sus vidas sino que recogen la trayectoria general, la mejor manera de explicar su a veces errática y apasionante evolución personal. Son relatos sorprendentes, pues dentro de su normalidad se atisba la generosidad, el heroísmo, la valentía, la entrega. La mayoría han tenido que superar situaciones complejas y no se ahorran las sombras por las que han pasado.
Además, no se han escogido estas historias porque acaben bien. Muchas de ellas todavía se encuentran en pleno desarrollo, superando, o no, las adversidades y un puñado de serias dificultades que han afectado a sus matrimonios, a los hijos, a sus puestos de trabajo, a su relación con sus familias o con el país del que proceden.