lunes, 31 de octubre de 2022

"Dedíqueme un cuento", de Pablo Úrbez

 

         Ya he escrito en otras ocasiones sobre la escasa visibilidad que tiene el relato dentro de la literatura contemporánea, a no ser que seas un novelista de éxito o que se trate de un curioso y a veces inexplicable fenómeno editorial (aunque ocurre raras veces, sigue pasando). Sin embargo, sigue habiendo autores, menos mal, que recurren al cuento para seguir mirando y describiendo de manera fragmentaria la realidad que los rodea. 
       Es el caso de Pablo Úrbez (Zaragoza, 1994), profesor universitario especializado en el ámbito audiovisual, autor teatral y crítico de cine en diferentes publicaciones y en su blog  Al este del plató.

         Úrbez tiene chispa, ingenio y sabe sacar punta a menudos sucesos cotidianos. No se queda en lo obvio sino que busca el momento inesperado o sorprendente, sin necesidad de aplicar técnicas fantásticas. Algunos son meros retratos casi realistas, estampas urbanas, como “Tras la lluvia”, donde el final es una llamada de atención a que a todo se le puede sacar partido. Lo suyo es la poética de la realidad cotidiana, a la que aplica en un determinado momento del relato una mirada que busca lo distinto o el golpe inesperado. De hecho, algunos relatos se los juega todo a la carta del desenlace insólito, para sorprender. Quizás sean estos los menos logrados. Otros son pasajes memorialísticos donde aparece un recuerdo o una opinión, como “La foto”. 

           Hay bastantes relatos que de alguna manera reflexionan sobre el mundo de la escritura. Son cuentos protagonizados por escritores en apuros o sin inspiración para construir personajes femeninos, como el que abre el libro, “Dedíqueme un cuento contemporáneo”. La literatura está muy presente, bien a través de experimentos (“Dedíqueme un cuento medieval”), bien a través de parodias, como los que están ambientados en el lejano Oeste. Hay relatos ingeniosos en los que recurre al humor. Y otros que se inspiran en su especialidad, el cine y el teatro, como “El maestro del plató”.

          Salvo el que abre el libro, el resto son relatos breves, de muy pocas páginas. El autor condensa los ingredientes y la caracterización de los personajes, e introduce un elemento de atracción o de intriga. El mundo que representa es siempre amable, sin buscar el lado corrosivo de la realidad ni de los personajes. Esto hace muy agradable su lectura, aunque algunos de ellos quizás caigan en la monotonía.

          Una sorpresa, una buena sorpresa. Con una manera de contar las cosas que tiene que ver con esa mirada “cinematográfica” que sabe sacar partido a los detalles tanto de la realidad como de los personajes que nos rodean.



Dedíqueme un cuento

Pablo Úrbez

LC Ediciones. Salamanca. (2022)

112 págs. 18,99 €

Ver página web de LC Ediciones.

domingo, 30 de octubre de 2022

"En la escena del crimen", de Eladio Romero y Alberto de Frutos



Comparto totalmente estas palabras que proceden del prólogo de En la escena del crimen, que ha escrito Juan Rada, quien fue director del periódico El Caso, diario que aparece citado en numerosas ocasiones en este libro: “La historia de un país se refleja de modo importante a través de sus crímenes. Revelan mucho, no solo de quienes los cometen, sino de la sociedad y la época en que sucedieron”. Aunque en algunos casos pueda resultar un tanto exagerado, pues hay asesinatos que se salen de lo que entendemos por normal, el análisis de estos crímenes permite realizar una ajustada radiografía de un momento histórico concreto, de sus protagonistas, de la España de aquellos años, de su escala de valores, de su educación.

También está estrechamente vinculada a estos temas todo lo que tiene que ver con la sociología y el periodismo: como también escribe Rada, “la crónica negra ha desarrollado una laboriosa y encomiable labor, pese a las dificultades impuestas por las autoridades, dejando un legado impagable en las hemerotecas”. 

Este libro se centra en dos siglos de crímenes llamativos que pasaron a formar parte muchos de ellos del imaginario colectivo y que tuvieron una amplia repercusión mediática. Además, los medios, ya se sabe, cuando encuentran un filón, lo explotan hasta las máximas consecuencias, de ahí que no se trate de hechos minoritarios citados en los medios de comunicación, con audiencias escasas, sin apenas interés para el publico sino de casos que se convirtieron en fenómenos populares que hasta han traspasado los límites del periodismo. 

Los autores han seleccionado 30 crímenes de los dos últimos siglos. A cada uno le dedican una atención muy especial, pues el libro está basado en un excelente trabajo de documentación. Los autores abordan casos muy conocidos de estos dos siglos, llegando también a asesinatos recientes: los crímenes del Sacamantecas, el asalto al expreso de Andalucía, el asesinato de Carmen Broto, la matanza de Puerto Hurraco, el crimen en familia de la Dulce Neus, el asesinato de los marqueses de Urquijo, el crimen de Fago, el cuádruple asesinato del Jarabo, el crimen de Cuenca, los supuestos crímenes de la Vampira del Raval, las bestialidades del Arropiero, las muertes del Huerto del Francés…

De este libro quiero destacar especialmente su presentación, pues consiguen de manera divulgativa y creativa describir de una manera muy amena cada uno de los casos, exponiendo su contexto, quiénes fueron los principales protagonistas, cómo y dónde se cometieron los hechos, la repercusión que tuvo en los medios de comunicación de la época, las fuentes de donde han tomado la documentación y la repercusión de estos crímenes en el mundo del cine y de la literatura. Un gran trabajo por el que hay que felicitar a los autores, pues un tema que podía estar ya muy visto han acertado a presentarlo de manera muy novedosa e imaginativa. En este sentido, también hay que agradecer también a la editorial que no haya ahorrado en fotografías de época y actuales, reproducciones de periódicos de la época, planos o mapas de ubicación de los sucesos, cubiertas de libros, fotogramas de películas o series, etc., que, en su conjunto, hacen muy variada y atractiva su lectura. 

En este sentido, el libro está en la misma línea que el anterior que publicaron los autores, 30 paisajes de la Guerra Civil (2020), excelente y original libro que expone muchos sucesos de la guerra civil de manera histórica y también creativa, al acercar a los lectores, de manera exhaustiva, 30 escenarios clave donde se desarrolló la contienda civil. Eladio Romero (1956) es doctor en Historia por la Universidad de Barcelona y ha publicado diversos libros, artículos y novelas sobre la geografía de la Guerra Civil. Alberto de Frutos (Madrid, 1979) ha sido redactor jefe de la revista de divulgación histórica “Historia de Iberia Vieja” y dirige la publicación trimestral “Turismo Rural”. También es autor de libros de relatos, poemarios y novelas y de ensayos divulgativos como Breve historia de la literatura española (Nowtilus) y La Segunda República española en 50 lugares (Cydonia). 

Insistimos en la idea ya mencionada: estos crímenes no son una aislada excepción en la historia sociológica y costumbrista de cada país y de cada zona concreta. Reflejan muchas veces aspectos inéditos y escondidos de la sociedad donde se han dado, mostrando una galería de personajes que son, aunque duela, fruto de su tiempo, a pesar de sus lógicas amplificaciones. Vuelvo al prólogo de Rada, quien define de esta manera este libro: “auténtica radiografía, unas veces en negativo otras en color, de la delincuencia y, por consiguiente, un reflejo de nuestra sociedad, anterior y presente”.



En la escena del crimen

Eladio Romero y Alberto de Frutos

Larousse. Barcelona (2022)

256 págs. 24,95 €.

jueves, 20 de octubre de 2022

"Carmen Balcells, traficante de palabras", de Carme Riera



             “He tratado de escribir este libro de Carmen Balcells del modo más objetivo posible y siempre he tenido en cuenta las opiniones tanto favorables como desfavorables, a partir de las declaraciones de unos y de otros”. La autora de esta biografía, Carme Riera, escritora y profesora, miembro de la Real Academia Española, conoció a Balcells en 1979, cuando pasó a ser representada por su agencia literaria. Desde entonces, además del trato profesional, Riera fue íntima amiga de Balcells y testigo de muchas de las cosas que se cuentan en esta biografía que abarca toda la trayectoria de un personaje que con el paso de los años ha pasado a ser un mito en el mundo de la edición.
            Todo el mundo reconoce que con la irrupción de Carmen Balcells hay un antes y un después en la relación entre autores y editores. Su agencia literaria, creada en 1960, se especializó en la defensa de los intereses de los escritores frente a los contratos draconianos que imperaban por aquel entonces, con cláusulas abusivas en las que incluso se exigía a los autores que cediesen sus derechos de por vida. Como opinan muchos de los escritores que representó, que fueron víctimas de estos abusos, con contratos a veces inexistentes o que no se cumplían, con Carmen Balcells se produjo una auténtica revolución. 

            Nació en 1930 en la localidad catalana de Santa Fe. En 1942 se trasladó a estudiar a Barcelona, donde estuvo en un internado dos años. En 1944, toda la familia decidió mudarse a la capital catalana para facilitar el estudio de sus hijos. Pronto comenzó a trabajar de secretaria en una empresa de fabricantes de maquinaria textil, tarea que compaginó a partir de 1956 con la de agente literaria en la agencia ACER, fundada por el escritor rumano Vintila Horia, que vivía exiliado en España. Cuando Horia abandonó España para instalarse en Francia, Balcells decidió montar su propia agencia literaria.

            Pronto empezó a ser conocida en el pujante y cosmopolita ambiente cultural barcelonés. Y empezaron a llegar los clientes, el primero fue Luis Goytisolo, contentos por la manera que tenía la agente de defender los derechos económicos de los escritores. Balcells cogió mucha fama e hizo todo lo posible para ganarse la confianza de algunos autores que en esos años empezaban a despuntar internacionalmente. Tuvo una especial habilidad para atraer a su agencia a varios escritores latinoamericanos que gozaban ya de un gran prestigio, como fueron Gabriel García Márquez (su facturación llegó a representar el 36’2% de la agencia) y Mario Vargas Llosa. Hizo todo lo posible para facilitarles económicamente la vida con el fin de que se dedicaran solamente a escribir. 



            Con estos y otros muchos autores, las tareas de Balcells se extendieron más allá de los límites literarios: les buscaba piso (y se los decoraba), les consiguió becas, organizaba fiestas y viajes y les solucionaba todos los problemas burocráticos, administrativos, domésticos y hasta gastronómicos. En el libro se cuentan muchos de estos detalles personales, que muestran la capacidad que tenía Balcells para ganarse la confianza de muchos escritores. 

            Resulta cuanto menos curiosa la importancia que dio al esoterismo en su vida y en su trabajo en la agencia. Tenía una astróloga de cabecera, la italiana Liza Marpurgo, que estuvo incluso en nómina de la agencia hasta su fallecimiento en 1998, cuando la sustituyó la también italiana Maddalena Magliano. Balcells tuvo simpatía por Fidel Castro, a quien conoció personalmente y representó, y por las guerrillas revolucionarias latinoamericanas, además de sentirse afín políticamente al Partido Socialista catalán. En sus relaciones sociales, como se comenta en este libro, sintió una especial obsesión por los ricos, los famosos y los que ostentaban el poder.

            Los capítulos, en los que habla de la relación con estos autores del boom y el ambiente cultural que se vivió en Barcelona en los años sesenta, setenta y ochenta, son los más interesantes de un libro que describe además la a veces tirante relación de la agente literaria con los editores más destacados en esos años, como fueron Carlos Barral, Jaime Salinas, José Manuel Lara, Esther Tusquets, Beatriz de Moura, Jorge Herralde, Rafael Borrás y, entre otros, Ricardo Rodrigo, con el que comenzó la aventura del grupo RBA. Balcells fue también un modelo para las generaciones siguientes de agentes literarias. Practicó un estilo que se sigue repitiendo.

            Riera describe también el desbordante y difícil carácter de Balcells, una mujer que “necesitaba abarcarlo todo, controlarlo todo y no permitía que se le escapara el más mínimo detalle”. Los testimonios son, en muchos casos, hagiográficos, procedentes casi siempre de la “guardia pretoriana” de la agente, un grupo de escritores que fueron constantemente agasajados por ella, donde a los citados habría que sumar también a Nélida Piñón, Isabel Allende, Álvaro Mutis, Camilo José Cela, etc. En el libro se recogen testimonios no tan complacientes con la manera de trabajar de Balcells, a la que califican de “desabrida” y “despótica”, como es el caso de José Donoso, quien incluso convirtió a la agente en protagonista de una de sus novelas, y de José María Guelbenzu, quien denuncia que a la agente solo le interesaban los asuntos económicos, no los literarios.     

            La labor de Balcells, fallecida en 2015, repercutió en el prestigio intelectual de Barcelona como capital cultural de España y de América Latina. Revolucionó la industria editorial y la relación de las editoriales con los escritores. Atrajo a muchos escritores extranjeros, que prestigiaron la industria editorial española. Fue una agente literaria genial, pero también temible. Consciente de su poder, irónicamente se definía como “agente con licencia para matar”. 


Carmen Balcells, traficante de palabras

Carme Riera

Debate. Barcelona (2022)

510 págs. 

22,90 € (papel) / 10,99 € (digital).