miércoles, 25 de septiembre de 2013

"El vino de la juventud", de John Fante



Guionista en Hollywood y escritor con un tardío reconocimiento, John Fante (1909-1983) es autor de un grupo de novelas protagonizadas por Arturo Bandini, su alter ego literario. En estas novelas, algo autobiográficas, como casi toda su producción, Fante describe sus experiencias como un joven escritor a ratos fracasado. Y también publicó Llenos de vida, una magnífica novela que con muchos rasgos de la biografía de Fante habla con mucho sentido común y del humor de su matrimonio, la religión, el trabajo, su familia, sus orígenes italianos.

Los relatos de El vino de la juventud comparten con Llenos de vida una parecida ambientación familiar. El volumen está formado por veinte relatos, los doce primeros publicados en 1940. Salvo las dos últimas narraciones, el resto tiene los mismos protagonistas y un mismo narrador con diferentes nombres que pueden identificarse con el propio autor, el hijo mayor de una familia de emigrantes italianos que residen en Colorado.

Aunque se trata de relatos diferentes, el libro puede leerse como una novela pues a la misma ambientación y protagonistas hay que sumar que los relatos van avanzando en el tiempo. Si en los primeros recuerda el narrador cómo se conocieron sus padres y cómo fue la boda, luego va describiendo la vida familiar: la madre, abnegada y entregada a la educación de sus hijos; el padre, albañil que pasa largas temporadas sin trabajo y que a su buen corazón hay que unir su fuerte y temperamental carácter; luego, los cuatro hermanos, todos pequeños.

La mayoría transcurren cuando el narrador y el protagonista son unos niños que estudian en un colegio de monjas. En bastantes de ellos, la religión tiene un papel protagonista. Siempre desde la mirada ingenua y divertida del narrador, asistimos a su primera confesión y comunión, a sus actividades como monaguillo, a la relación que mantiene con algunas monjas y con los sacerdotes del colegio donde estudian. Sus padres, católicos, se empeñan en transmitir a sus hijos una buena educación, aunque el padre apenas frecuenta la iglesia.

Todos los relatos son muy humanos y divertidos y hablan de la familia, la religión, de las monjas, los sacerdotes de una manera amable, aunque el narrador protagonice algunas trastadas que tienen que ver con su peculiar, y a veces surrealista, idea del pecado, la confesión y la eucaristía. Otros relatos describen algunas escenas familiares, los vecinos y amigos –casi todos también de origen italiano- y la obsesión por el béisbol.

El paso del tiempo hace mella también en el narrador, pues si comienza siendo un niño ingenuo y bastante trasto, luego es un adolescente muy de la calle y después un universitario que no acaba de asimilar su condición de italiano y su formación católica.

La gran mayoría están ambientados en la década de los años 20 y muestran la vida en Estados Unidos desde la singular perspectiva de unos niños ya plenamente integrados en la sociedad americana que tienen que compartir las costumbres de sus padres, más reacios a sucumbir a las tradiciones, la cultura y hasta el nuevo idioma.

 
El vino de la juventud
John Fante
Anagrama. Barcelona (2013)
320 págs. 18,90 €. (en papel) 13,90 €. (digital).
T.o.: The Wine of Youth. Traducción: Antonio-Prometeo Moya.

sábado, 21 de septiembre de 2013

“La eliminación", de Rithy Panh y Christophe Bataille


El pasado mes de marzo fallecía en prisión Ieng Sary, cofundador junto a Pol Pot de los Jemeres Rojos. Al igual que otros líderes de esta facción comunista que acabó con la vida de cerca de dos millones de camboyanos entre 1975 y 1979, Ieng Sary estaba siendo juzgado en Phnom Penh por el Tribunal Internacional de Camboya, tras ser detenido en 2007 acusado de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Ieng Sary, como Pol Pot, fallecido en 1988 y de quien era cuñado, también había estudiado en París, donde se relacionó con intelectuales comunistas franceses y formó una célula de camboyanos comunistas. A su regreso, y mientras reinaba en el país Norodom Sihanouk, fue nombrado en 1960 miembro del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Camboya y con otros líderes jemeres (con la mayoría había coincidido en París), se refugió en la selva con Pol Pot para reorganizar de manera clandestina el Partido.

Cuando Angkar, el Partido Comunista Camboyano, se hizo en 1975 con el poder tras derrocar al régimen totalitario de Lon Nol, títere de los Estados Unidos y que había asumido el poder después del golpe de estado contra el régimen de Sihanouk, Ieng Sary fue nombrado Ministro de Asuntos Exteriores de la República Democrática de Kampuchea, como rebautizaron a Camboya los líderes de los Jemeres Rojos: Pol y Pot, el Primer Ministro, y Nuon Chea, el número dos, todavía pendiente de juicio. Hasta ahora, parece mentira, sólo hay un líder jemer que ha sido condenado a cadena perpetua: se trata de “Duch” Kaing Guek Eav, quien dirigió la cárcel de Tuol Sleng, S-21, donde de una población reclusa de entre 20.000 prisioneros apenas sobrevivieron una veintena.

Este personaje, Duch, jefe de los servicios de seguridad de la Kampuchea Democrática, es uno de los protagonistas de este nuevo libro sobre la paranoia aniquiladora de los jemeres, que se suma a otro testimonio reciente sobre aquellos sucesos, el descrito por Denise Affonço en El infierno de los jemeres rojos, publicado en Libros del Asteroide en 2010. La eliminación es un libro que mezcla el ensayo con la narración biográfica; en él, su autor, el cineasta camboyano Rithy Panh (1964) revive su traumática experiencia y la de toda su familia a partir del 17 de abril de 1975, fecha en la que los jemeres rojos entran en Phnom Penh, la capital de Camboya, e inician la evacuación de todos los habitantes al campo con lo que inician un meticuloso plan de aniquilación de todos los que ellos consideraban enemigos del pueblo. Rithy tenía solo once años y durante los cuatro años que los jemeres rojos dominaron el país “vi cosas que es imposible de olvidar”. Asistió a la muerte de sus hermanas y hermanos, de sus sobrinos, de sus padres y de miles de camboyanos que murieron de hambre, enfermedad o sencillamente fusilados a la mínima de cambio.

Sobrevivió en unas circunstancias calamitosas hasta que los vietnamitas entraron en el país en 1979 y pusieron punto final a este insólito experimento ideológico. Más tarde, Rithy pudo trasladarse a Francia donde cursó estudios de cine. Es autor de varias películas y documentales que tienen como hilo conductor lo sucedido en su país en esos años. Tanto con sus películas como con este libro testimonial, Panh intenta que lo sucedido en su país no caiga en el olvido internacional, además de profundizar en las causas que dieron origen a un movimiento comunista tan inhumano que, sin embargo, contó con el reconocimiento internacional y el apoyo de no pocos intelectuales comunistas, sobre todo franceses, que, como también sucedió con el maoísmo, promovieron y aplaudieron la imagen propagandística que fabricó el nuevo régimen, en la que presentaba “un mundo ideal, igualitario, solidario e innovador”. Para Panh, lo único que les ofrecieron “fue un infierno”, infierno que sin embargo no fue denunciado en occidente por esos intelectuales.

Rithy Panh es el director de las películas La gente del arrozal, Bophana, S21, la máquina de matar de los jemeres rojos y, la última, Duch, el maestro de las forjas del infierno, el germen de La eliminación.

Tras la realización de estas películas, Panh pensaba que había conseguido cumplir sus objetivos en relación con su país y su experiencia familiar. Sin embargo, cuando comenzó el juicio contra Duch vio que todavía quedaban asuntos personales pendientes. Ofreció a Duch la posibilidad de que explicara ante las cámaras “el proceso de muerte por él organizado” en el centro de torturas S21. Duch aceptó. El resultado de estas conversaciones está en el documental antes mencionado y también en este libro, que alterna las memorias adolescentes de Panh con las reflexiones que hacen Duch y el propio autor sobre aquellos sucesos. Se trata de uno de esos libros ya imprescindibles sobre las gravísimas consecuencias de la tentación totalitaria, como lo son los de Solzhenitsyn, Primo Levi, Elie Wiesel, Shalámov, Heda Margolius Kovály, entre otros.

Escrito en colaboración con el novelista francés Christophe Bataille, La eliminación no es un libro de denuncia, ni es un libro sobre la ideología de los jemeres rojos, aunque en este sentido se aportan interesantísimas reflexiones. Es una sobrecogedora indagación sobre la aceptación del mal, sobre la radicalidad inhumana de una ideología que desde el primer momento tuvo como prioritaria obsesión la aniquilación absoluta y la eliminación del enemigo mediante la tortura y las ejecuciones. Como dice Duch, “el hombre no tiene derecho a nada”. Para conseguir estos objetivos, los líderes de los jemeres rojos, inspirados en la Revolución Francesa y en el estalinismo y maoísmo, implantaron un arbitrario y contundente terror que Panh, en sus jugosas conversaciones con Duch, intenta explicar y asimilar.

La eliminación
Rithy Panh y Christophe Bataille
Anagrama. Barcelona (2013)
220 págs. 18.90 €.
T.o.: L’elimination. Traducción: Joan Rianbau.

jueves, 19 de septiembre de 2013

“Mi vida”, de Marcel Reich-Ranicki



 A los 93 años, acaba de fallecer uno de los críticos literarios más influyentes de Alemania y de toda la cultura occidental. Como homenaje, recupero una reseña que escribí en el año 2000, cuando Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores publicó Mi vida, su espléndida autobiografía.
Marcel Reich-Ranicki nació en la ciudad polaca de Wloclawek en 1920, en el seno de una familia judía. A los pocos años, después de que su padre se arruinase en los negocios, se trasladaron a vivir a Berlín. Por expreso deseo de su madre no estudió en escuelas judías, sino que se educó junto con el resto de los jóvenes alemanes. En Berlín tuvo lugar el nacimiento de su vocación literaria, fraguada a través de las lecturas escolares ("nunca he leído tanto como en mis tiempos de instituto") y en su temprana afición al teatro y a la música.
La llegada al poder del partido nacionalsocialista trastocaría, sin embargo, sus futuros planes personales, pues poco a poco "los judíos fueron excluidos sistemáticamente del pueblo alemán". En 1938 fue deportado a Varsovia. Allí comenzó a vivir los sucesos dramáticos que derivaron en el holocausto judío, y del que Reich-Ranicki se salvó de milagro junto con su mujer Tosia (a quien conoció en el gueto). Como traductor en el Consejo Judío, institución encargada de gestionar y organizar la difícil vida en el gueto de Varsovia, Reich-Ranicki asistió a los arbitrarios traslados a los campos de concentración de Treblinka, donde murieron sus padres y un hermano, y al acelerado proceso de degeneración nazi, que llevó a que "cualquier alemán uniformado y armado podía hacer en Varsovia lo que quisiera con un judío".
Junto con su mujer Tosia, consiguió evadirse y sobrevivir en una situación límite. Tras la guerra, comienza a colaborar con el ejército polaco y durante dos años estuvo en Londres desempeñando misiones de espionaje. Su forzado regreso a Polonia a los 29 años supuso el fin de su carrera política, ya que le acusaron de tibieza ideológica. Reich-Ranicki fue encarcelado y posteriormente expulsado del partido comunista.
Es entonces cuando se inicia su dedicación profesional a la literatura, que ejerce de manera autodidacta colaborando en editoriales y en periódicos con reseñas sobre la literatura alemana contemporánea. Pero las autoridades polacas vigilaban su trabajo y durante un año y medio le prohíben publicar en la prensa.
En 1959 consigue abandonar Polonia para instalarse en Alemania Federal, y después de años difíciles y de mucho trabajo se convierte en uno de los críticos literarios más prestigiosos, primero en Die Welt, posteriormente y durante catorce años en Die Zeit, y, por último, desde 1973, en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, donde desempeñó durante quince años el puesto de director de la sección literaria a la vez que publicó numerosos libros de crítica literaria y sobre la literatura alemana. Desde 1987 es el director del programa televisivo El cuarteto literario.
A lo largo del libro son continuas las referencias a la cultura, la literatura y a los escritores (quienes, a veces por sus drásticas opiniones o por su manifiesta imparcialidad, le consideran un "verdugo literario"). También son muy valiosas sus opiniones sobre las cicatrices históricas de la Alemania nazi, los principales escritores de la literatura alemana contemporánea y el papel que debe ejercer la crítica literaria en la sociedad.

Aunque Reich-Ranicki procede de una familia judía, el judaísmo nunca le ha llegado a interesar ni como problema ni como religión. Se define como ateo, y eso se nota en el modo de afrontar existencialmente algunos sucesos dramáticos, a la hora de relatar algunas experiencias sexuales y hasta en su cosmovisión de la literatura.
            Mi vida es un sentido homenaje a la grandeza de la literatura, "mi sentimiento vital". Y también es una apasionante reflexión sobre las virtudes y defectos del pueblo alemán: "Si tuviera que resumir con dos nombres lo que entiendo por alemanidad en nuestro siglo, respondería sin dudar: desde mi punto de vista, Alemania es Adolf Hitler y Thomas Mann. Esos dos nombres siguen simbolizando las dos caras, las dos posibilidades de lo alemán. Y tendría consecuencias devastadoras que Alemania quisiera olvidar o arrinconar una de ambas posibilidades".


Mi vida
Marcel Reich-Ranicki
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona (2000)
534 págs. Traducción: José Luis Gil Aristu.


martes, 10 de septiembre de 2013

“1913. Un año hace cien años”, de Florian Illies


 
Socio de la casa de subastas de Berlín Villa Grisebach y director del suplemento literario de Die Zeit, el historiador y periodista Florian Illies (1971) busca en este original libro captar el ambiente artístico centroeuropeo en un momento crucial para la historia de Europa, 1913, justo un año antes de la primera Guerra Mundial, suceso que supuso la agonía y la devastación del mundo decimonónico.
Illies selecciona a un grupo de artistas, escritores, intelectuales y a través de anécdotas, citas, apuntes, fragmentos de diarios, de artículos periodísticos... relacionados con sus vidas, describe de manera cronológica las vicisitudes y vivencias de 1913. Con todas ellas, consigue atrapar el clima artístico y moral de una bulliciosa generación que puso patas arriba el arte, la cultura y la sociología. En nombre de la modernidad, se alimentaron novedosas formas artísticas que tuvieron también su incidencia en los modos de vida, pues el artista no solamente lo era por sus creaciones artísticas sino también por la relación con su propia vida. Con el arte, con la moda y con la vida se escenificó el combate entre la tradición y la modernidad. Si a los representantes de la tradición les costaba entender y asimilar los drásticos cambios conceptuales que traía consigo la modernidad, los modernos viven obsesionados por la sorpresa y la pirueta novedosa, a veces insustancial, epidérmica y sin miedo al ridículo, sometidos a la constante tentación de epatar a una burguesía que empieza a notar cómo a su alrededor se resquebraja su sólido mundo artístico, político y moral.

Entre los personajes que aparecen en estas páginas, unos de manera más constante y otros como simples referencias anecdóticas, se encuentran Hitler y Stalin cuando todavía no eran conocidos y despliegan una vida anónima y vulgar (Hitler se dedicaba a pintar sencillos cuadros costumbristas); Freud vive con pasión nerviosa su enfrentamiento con C. G. Jung, quien se ha atrevido a cuestionar algunas de sus teorías psicoanalíticas. Rilke viaja constantemente acompañado de sus numerosas protectoras; Alma Mahler y Oskar Kokoschka protagonizan una apasionada y convulsa relación sentimental que el pintor, obsesionado con Alma, traslada a sus creaciones; Thomas Mann, en medio de una crisis personal, planea nuevas obras literarias; Marchel Duchamp se convierte, con Picasso, en el estandarte de un tipo de arte imaginativo que rompe definitivamente con la tradición figurativa. Los futuristas lanzan sus alocadas proclamas contra el realismo y a favor de la velocidad. Kafka no consigue estabilizar su relación con Felice por culpa de su depresiva neurastenia... Y mientras tanto, Oscar Spengler escribe La decadencia de Occidente, ensayo sobre la agonía de un mundo en proceso de descomposición, sensación a la que contribuye el naufragio en 1912 del Titanic, símbolo de que todo está a punto de desaparecer y naufragar.

Otros muchos personajes aparecen y desaparecen por estas páginas, como Jünger, Virginia Wolf, Karl Kraus, Musil y Proust, además de algunas anécdotas históricas, como la recuperación en Florencia de la Mona Lisa tras su sonado robo en París. El autor ha escogido como principal escenario Viena y otras ciudades del imperio austrohúngaro y Prusia; en menor medida también aparecen París, Londres y otras capitales europeas.

 
1913. Un año hace cien años
Florian Illies
Salamandra. Barcelona (2013)
320 págs. 19 €.
T.o.: 1913. Der Sommer des Jahrhunderts.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

“Cuadernos de Rusia. Diario 1941-1942”, de Dionisio Ridruejo


Magnífica edición del diario de Dionisio Ridruejo en Rusia durante los dos años que estuvo como voluntario en la División Azul. En primer lugar, hay que felicitar a la editorial Fórcola por la espléndida edición de este libro, lo que vuelve a demostrar, como ya hemos escrito en otras ocasiones, la alta calidad de las editoriales españolas, también de editoriales pequeñas e independientes como Fórcola, cuyo fondo bibliográfico merece más atención por parte de especialistas y lectores.
Este diario de su estancia en Rusia se publicó por vez primera en 1978, en la editorial Planeta, de manera póstuma. Ridruejo los había escrito entre el otoño de 1942 y la primavera de 1943. Basados en sus impresiones instantáneas de la marcha de la guerra, fueron reescritos durante su estancia en Ronda, a donde había sido confinado por el régimen franquista tras la dimisión de todos sus cargos políticos y literarios y manifestar su abierta oposición a la deriva del régimen, con una Falange domesticada por Franco que había impedido que se desarrollase esa Falange “hipotética” que defendieron tantos falangistas y que les ocasionó no pocos problemas. Hasta su marcha a Rusia, Ridruejo había sido uno de los jerarcas falangistas y franquistas más importantes del régimen, a pesar de su juventud. Tuvo una participación muy activa durante la Guerra y fue también uno de los encargados de la reconstrucción cultural del nuevo régimen.

Ridruejo fue también uno de los principales impulsores de la División Azul. Él se alistó como soldado raso y así vivió en directo y a ras de suelo muchos de los duros momentos que cuenta en estos diarios. Pero también sabemos que Ridruejo fue tratado como lo que era: un importante jerarca del franquismo. Por eso, cuando tuvo que ser ingresado en un hospital para recuperarse de la tensión de la guerra, fue trasladado a Berlín, donde convivió con el embajador español e importantes cargos del gobierno alemán.

Su experiencia es en muchos momentos, los más, la de un soldado común que sufrió en sus carnes la dureza de una aventura militar complicada y muy peligrosa, que causó la muerte de tantos compatriotas, como se describe en estas intensas páginas. Tampoco hay que olvidar la procedencia literaria de Ridruejo, su visión ilustrada de la guerra, la tentación estetizante en la que cayó como consecuencia de su formación ilustrada y el falangismo y fascismo práctico que condicionó su visión de los hechos.

De todos es conocida la evolución posterior de Ridruejo (1912-1975) dentro del régimen de Franco. Tras su confinamiento en Ronda, abandonó la Falange, desencantado de la evolución que había tomado dentro del franquismo. Años después, fue desterrado en diferentes ocasiones y participó en movimientos sociales y políticos contrarios al régimen, lo que le llevó a ser procesado y encarcelado. Vivió en París entre 1962 y 1964 y en Estados Unidos en 1968 y 1969. En 1974 refundó la Unión Social Demócrata Española. Murió en 1975.

Esta edición contiene un prólogo a cargo de Jordi Gracia, máximo especialista en la obra del autor soriano, a quien ha dedicado importantes estudios sobre su pensamiento y evolución política, situando a Dionisio Ridruejo en el lugar que le corresponde dentro del franquismo y antifranquismo. En el prólogo, Gracia destaca también la calidad testimonial de estos diarios.

A continuación, esta edición incluye un exhaustivo estudio sobre estos diarios, escrito por Xosé M. Núñez Seixas, de la Universidad Ludwig Maximiliam de Munich, que lleva por título “Dionisio Ridruejo y la experiencia de la División Azul (1941-1942)”. Para Núñez Seixas, estos diarios “constituyen, probablemente, una de las obras cumbre de la literatura memorialística sobre la División Española de Voluntarios o División Azul (DA), cuerpo de voluntarios reclutados de forma mixta por las milicias de Falange y el ejército. En total, se movilizaron a cerca de 47.000 combatientes españoles”. Esta introducción comenta ampliamente su contenido y los principales rasgos históricos, políticos y militares de la División Azul. Al igual que Jordi Gracia, Núñez Seixas destaca también la altura literaria de este testimonio: “la prosa ridruejana muestra su fina sensibilidad, una capacidad para expresar dudas, sentimientos y matices y una gran precisión en la descripción y caracterización de tipos humanos, ambientes, situaciones y paisajes”.

Cuando redactó de manera definitiva estos diarios, Ridruejo todavía creía firmemente en la Falange. En este sentido, sus juicios son los de un joven y destacado falangista, muy culto pero muy politizado, partidario de la causa alemana. Cuando él estuvo en la División Azul, conoció algunos durísimos episodios de la persecución contra los judíos, aunque todavía no se había llegado a la solución final contra los judíos, que tendría lugar a finales de 1942 y que supondría la aparición industrializada de los campos de exterminio. Ridruejo muestra su rechazo a algunos de los episodios que vivió, aunque comparta con los alemanes, con algunas críticas, muchos de sus objetivos sociales y militares.

El resultado es un libro fundamental, uno de los mejores libros sobre la experiencia de la División Azul que es también un excelente libro memorialístico. Ridruejo demuestra que es un gran poeta y escritor. Como escribe Núñez Seixas, “el jerarca falangista fue un fino observador de lo que la guerra y la aventura del frente ruso producía en los hábitos de comportamiento de los voluntarios. Y en primer lugar en si mismo”.


Cuadernos de Rusia. Diario 1941-1942
Dionisio Ridruejo
Fórcola. Madrid (2013)
448 págs. 24,50 €.