jueves, 26 de diciembre de 2013

“Cuentos completos”, de Antón Chéjov



La editorial Páginas de Espuma, especializada en el relato corto, lo que tiene su mérito y más en este país, acaba de publicar el primer volumen de los Cuentos completos de Antón Chéjov (1860-1904), importante iniciativa editorial que publicará, por vez primera, de manera cronológica, los más de 600 relatos que escribió el escritor ruso. En total, aparecerán cuatro volúmenes, uno por ello, para el que contarán con traducciones ya consagradas de sus relatos, como las de, entre otros muchos, Víctor Gallego y Jesús García Gabaldón, a las que sumarán nuevas traducciones de sus escritos inéditos en castellano, algunas de ellas realizadas por Paul Viejo, responsable de esta edición, autor de la introducción y especialista en literatura rusa. En general, Chéjov ha sido un autor bien editado y traducido, aunque las numerosas antologías publicadas de sus relatos suelen incluir los mismos títulos. La publicación de esta edición es, pues, una ocasión única de conocer a Chejov desde el principio hasta el final.

En el primer volumen figuran 239 cuentos. De todos se proporciona información sobre su fecha de publicación, título original, revista donde fue publicado, seudónimo que empleó (hasta 1883 Chéjov lo solía usar), diferentes versiones y anécdotas que pueden esclarecer su significado. Este volumen abarca de 1880 a 1885, es decir, sus años de iniciación literaria, de los 20 –cuando publica su primer relato, “Carta a un vecino erudito”- a los 25 años, un tiempo en el que Chéjov compaginaba sus estudios de Medicina con la dedicación esporádica a la literatura para ganar dinero con el que poder pagarse los estudios y ayudar a su familia. La mayoría de estos relatos los publica en las revistas satíricas y humorísticas de la época, “La libélula”, “Hojilla satírica rusa”, “Noticias del día”, “Fragmentos”, revistas que tuvieron gran éxito en esos años. Rápidamente, Chéjov consigue dominar la técnica y sus relatos aparecen frecuentemente en estas publicaciones, en ocasiones con un ritmo frenético.

Los primeros relatos que escribió tienen un marcado tono humorístico y en muchas ocasiones se reducen a meros divertimentos formales. Pero poco a poco Chéjov gana en agilidad y soltura, aunque mantenga la ligereza temática, con un estilo desenfadado, quizás el mejor recurso para describir la Rusia de aquellos años. En 1882 preparó un libro con una selección de sus relatos, Travesura, pero al final no llegó a publicarse. Sí lo hizo Cuentos de Melpómene, su primer libro de relatos, aparecido en 1894 y publicado por cuenta propia, volumen que fue bien acogido en líneas generales y le dio cierta visibilidad, aunque estaba firmado con uno de sus habituales seudónimos, A. Chejonté. A partir de la publicación de ese libro, Chéjov sigue siendo un escritor humorista, pero algunos de sus relatos mejoran lentamente en realismo y profundidad, dentro de las limitaciones que tenían sus escritos para poder publicarse, pues la mayoría debían contar entre 100 y 150 líneas. A partir de 1882 comienza a escribir en la revista Fragmentos, cuyo editor N. Leikin corrigió muchos de sus relatos para evitar la censura o para que encajasen en el espacio que ya tenía reservado. En esta revista Chéjov publicó, entre 1883 y 1884, 130 cuentos, aunque sólo 26 de ellos los seleccionaría para sus obras completas.

Algunos de estos relatos primerizos también se publicaron en una antología que la revista “La libélula” realizó en 1900, en la que también estaban presentes otros autores. Sus siguientes libros fueron Relatos abigarrados (1886) y Discursos inocentes (1897).

Este primer volumen contiene, pues, más de 200 relatos. Aunque muchos son piezas humorísticas, deformaciones satíricas y parodias de diferentes autores y modas, en ellos ya está presente el inconfundible mundo y estilo de Chéjov. Hoy día sigue siendo considerado el gran maestro del relato corto contemporáneo. Su magisterio es evidente en escritores de todas las latitudes, desde su compatriota Máximo Gorki a Richard Ford, pasando por Horacio Quiroga, Katherine Mansfield, Raymond Carver y hasta los españoles Soledad Puértolas y Gonzalo Calcedo.

Los relatos de Chéjov suelen ser parábolas sobre la infelicidad basadas en las desencantadas vidas de personas cercanas y solitarias. El autor ruso se acerca con mucha piedad a una realidad siempre triste y con muchas aristas, huyendo de la grandilocuencia y la retórica y añadiendo sus dosis de pesimismo y pasividad, sin proporcionar respuestas. El escenario de sus escritos es siempre la Rusia de finales del siglo XIX, aunque consiguió trascender con su eficaz estilo las circunstancias históricas concretas en la que se mueven sus personajes para convertirlos, ahí está su prestigio, en símbolos universales de la condición humana. De muy pocos escritores puede decirse esto. Relato a relato, Chéjov consiguió perfilar el rostro auténtico de una Rusia finisecular que muestra signos de cambio pero que todavía sigue en lo familiar y en lo costumbrista apegada a sus tradiciones y enfermedades seculares.

 

Cuentos completos. Volumen I (1880-1885)
Antón Chéjov
Páginas de Espuma. Madrid (2013)
1.090 págs. 39 €.

jueves, 19 de diciembre de 2013

“La vida secreta de Walter Mitty”, de James Thurber


 
James Thurber (1894-1961) está considerado como el mejor humorista norteamericano después de Mark Twain. Tras la I Guerra Mundial se dedicó al periodismo y también se convirtió en una de las estrellas de la revista The New Yorker, donde comenzó a publicar sus cuentos. Fue dibujante, periodista y escritor, contemporáneo de Truman Capote y Dorothy Parker. También es autor de varios relatos infantiles bastante buenos y entretenidos que han sido editados recientemente en España por la editorial Ático de los Libros: Los trece relojes (2010), ingenioso libro de 1959, y La misteriosa O (2013), que escribió en 1957.


La editorial Acantilado ha publicado dos colecciones de relatos de James Thurber, La vida secreta de Walter Mitty y Carnaval. Los dos libros representan lo mejor de su manera de entender la literatura y las relaciones humanas. El relato más conocido de todos, “La vida secreta de Walter Mitty”, que da título al primer volumen, es actualidad porque vuelve a llevarse al cine, en esta ocasión en una versión dirigida por el actor Ben Stiller. En él aparecen algunas de sus obsesiones narrativas: el conflicto entre la realidad y los sueños, las relaciones de pareja analizadas desde una perspectiva irónica, una divertida e intrascendente misoginia y la obsesión por la naturalidad estilística.

Los primeros relatos de La vida secreta de Walter Mitty están dedicados a una de sus mejores creaciones, el matrimonio Monroe. Aunque su costumbrismo urbano refleja el mundo de hace décadas, las anécdotas que cuenta, por su agudeza y sentido del humor, son perennes. Este es uno de sus principales aciertos de este libro; otro, por resaltar solo algunos, es el estilo. Thurber huye de las excentricidades literarias y en sus relatos está todo contado de una manera suave y atenuada. Además, sus historias no son inverosímiles sino que sabe encontrar el lado cómico de situaciones cotidianas. Hay crítica social, sí, pero nunca es el objetivo prioritario. Más bien prefiere, con inteligencia, reírse de ciertos comportamientos humanos.

Carnaval es otra antología de sus relatos cortos y humorísticos. En ella vuelve a aparecer el matrimonio Monroe, enredados en sus habituales y absurdas discusiones. Muy divertido resulta el relato La ruptura de los Winship, donde una insulsa conversación sobre quién es mejor actor, el pato Donald o Greta Garbo, deriva en un duro enfrentamiento que pone el matrimonio al borde de la separación. También resulta muy agudo Un par de hamburguesas, el irónico pero verosímil y costumbrista diálogo que mantiene otra pareja durante un viaje en coche.

Thurber resulta irónico sin caer en un humor grueso y facilón. Lo suyo es el retrato distante de situaciones cotidianas o de fenómenos periodísticos o literarios recientes, como la moda de los libros de autoayuda, que empiezan a inundar las librerías con sus obvias reflexiones sobre el comportamiento humano. Con mucho ingenio, parodia las conclusiones de estos libros aplicadas a la cultura laboral y empresarial. Otros relatos se ríen también de la obsesión por la intriga de los lectores de las novelas policíacas, como El misterio del asesinato de Macbeth.

Thurber se sirve de un agradable costumbrismo a la hora de describir tipos humanos y sociales muy atrayentes, tomados de la realidad, insistiendo siempre en su vena cómica, como el relato dedicado a la tía Ida. Y también demuestra su veta inteligente cuando habla de aspectos más literarios y cultos, como las peregrinas reflexiones que aparecen en Cómo ver una mala obra de teatro.

Leer a Thurber es encontrarte con la carcajada a la vuelta de página, En cualquier momento aparece el comentario divertido, aunque más que brillar en el chiste o el latigazo, Thurber es un experto en introducir el componente absurdo en medio de las situaciones cotidianas. Gran observador de los comportamientos humanos, la otra cara de su agudeza es el desencanto con el que presenta la realidad humana y social de su tiempo, aunque Thurber no es un escritor de época sino que sus descripciones, como las de todos los clásicos, atienden a tipos y situaciones universales.
 

 
La vida secreta de Walter Mitty
Acantilado. Barcelona (2004)
264 págs. T.o.: The Secret Life of Walter Mitty.
Traducción: Celia Filipetto.


Carnaval
Acantilado. Barcelona (2007)
208 págs. T.o.: The secret life of James Thurber.
Traducción: Celia Filipetto.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

“Juan Belmonte, matador de toros”, de Manuel Chaves Nogales




Nueva edición en la editorial Renacimiento de esta obra del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944). Sin lugar a dudas, es su obra más popular, aunque la que ha permitido la reciente recuperación de tantas y tantas obras suyas (la última, la recopilación de artículos Los enemigos de la República) ha sido, sobre todo, A sangre y fuego, colección de relatos sobre la Guerra Civil publicados en 1937, poco tiempo después de que abandonase España para exiliarse en París.

“Me gustaban los toros y me molestaban los toreros”, dice Juan Belmonte en un momento dado de esta biografía novelada, o “novela de la realidad”, escrita en 1935. De entrada, hay que aceptar que no estamos ante una biografía al uso. Chaves Nogales decidió elegir la forma de la autobiografía, cediendo la narración al propio torero, que cuenta su vida hasta 1935, un año antes de que se retirase definitivamente de los ruedos tras una carrera que lo convirtió en uno de los matadores de toros más populares de la historia, un mito, una leyenda del mundo del toreo, a la que contribuyó también su trágico final: Belmonte se suicidó en 1962 de un disparo en la sien.

El retrato de su infancia y adolescencia es, entre otras muchas cosas, un ejemplo vivo y real de la España de su tiempo. Belmonte había nacido en Sevilla en 1892, y hasta su éxito como matador vivió en el popular barrio de Triana. Su padre tenía una tienda de quincalla que luego transformó en un puesto ambulante. Su madre murió muy pronto. Sólo asistió a la escuela desde los cuatro hasta los ocho años. Luego se dedicó a ayudar a su padre y a gandulear con una pandilla de chavales que mientras soñaban con ser toreros se dedicaban a no hacer nada. Junto con otros amigos, toreaban clandestinamente en las afueras de Sevilla, poniendo en peligro sus vidas. Pronto comenzó su afición a la lectura, que le acompañaría toda su vida y que le llevaría a rodearse de personajes del mundo de la cultura, como le sucedió en Madrid años después, cuando se convirtió en amigo de Ramón Pérez de Ayala, Ignacio Zuloaga, Valle-Inclán, Julio Camba, etc. Hay quien lo incluye también como un miembro más de la Generación del 98.

En sus años adolescentes, Belmonte “no vivía más que para el toreo”. Su primera faena tuvo lugar en Elvas (Portugal), a los 17 años, un episodio muy divertido. En 1912, triunfó como novillero en la Real Maestranza de Sevilla. Y a partir de ahí creció su popularidad por España e Hispanoamérica. Belmonte se sintió “arrastrado súbitamente por una popularidad explosiva, fulminante”, hasta llegar a ser “una creación mítica de sus paisanos”. Luego vino el éxito en Madrid y en toda España, el salto a México y Perú, su rivalidad con Joselito, su espectacular fama, su inconfundible manera de entender el toreo, etc.

Las anécdotas que cuenta son muy amenas y reflejan muy bien, por un lado, la fauna picaresca que rodea el mundo taurino y, por otro, su teoría del toreo, al que consideraba un ejercicio de orden espiritual, un verdadero arte. El libro tiene también un impagable valor sociológico y costumbrista. Pero lo mejor, con mucho, es la capacidad literaria de Chaves Nogales de dar vida a un personaje tan absorbente como Belmonte; por eso, poco importa que a uno le gusten o no los toros para leer este libro (a mí no me gustan), pues lo que destaca es el excelente arte literario del autor.


Juan Belmonte, matador de toros
Manuel Chaves Nogales
Renacimiento. Sevilla (2013)
400 págs. 20 €.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Selección de lecturas para las Navidades




En Aceprensa hemos preparado esta selección de lecturas para las Navidades. Hemos hecho una selección de los últimos meses, especialmente a partir del verano. En las pasadas vacaciones veraniegas, también hicimos una selección de sugerencias. Entre las dos listas, hay una larga relación de libros que recomendamos. Suelo repetir que tenemos en España una sólida y ejemplar industria editorial, con mucha variedad y una producción ciertamente difícil de asimilar. Lógicamente, hay de todo: buenas novedades, excelentes reediciones y mucho bodrio comercial prescindible. Pero, espigando, hay que reconocer que el saldo es bastante positivo.
Como suele ocurrir con todas las listas, la selección no será del gusto de todos. Seguro que faltan libros fundamentales y que hemos incluido libros que no dan la talla. Suele pasar. Lo sabemos. No es nuestra intención hacer un "canon" ni tampoco una muestra de lo más representativo de la literatura actual. El punto de partida, y de final, es "buenos libros" para un amplio abanico de lectores, por lo general no especializados.

viernes, 6 de diciembre de 2013

“El factor humano”, de John Carlin. Homenaje a Nelson Mandela


 
En su libro Heroica tierra cruel, el periodista inglés John Carlin (Londres, 1956) reunió las crónicas y reportajes que escribió durante los seis años que fue corresponsal de prensa en Sudáfrica entre 1989 y 1995, años trascendentales para el futuro del país africano, que pasó del apartheid a la democracia. El libro fue prologado por Nelson Mandela, con el que el autor mantuvo una estrecha amistad. Carlin, sin embargo, sabía que le faltaba por escribir un libro distinto que contase de otra manera el milagro que sucedió en Sudáfrica. Escribe en el prólogo: “Lo que yo tenía en mente era una historia desinhibidoramente positiva que mostrase los mejores aspectos del animal humano (...). Mi libro iba a estar habitado por un amplio repertorio de personajes, blancos y negros, cuyas historias transmitirían el rostro viviente de la gran ceremonia de la redención sudafricana”. No un libro político sino un reportaje humano que explicase el papel que desempeñó el presidente Nelson Mandela para evitar una anunciada guerra civil entre blancos y negros y para alcanzar una épica reconciliación.

Para conseguir esto Mandela, ya en la cárcel, se dio cuenta de la importancia del deporte: “el deporte tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas... Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras raciales”. Por eso, Mandela hizo todo lo posible para que el rugby ejerciese esa función. No era una tarea fácil. Durante los años del apartheid, el rugby era el reducto deportivo de los blancos afrikaners mientras que el fútbol lo era de los negros. Pero si se quería atraer a los blancos a la reunificación había que convertir el equipo de los Springboks, la selección nacional de rugby, en el símbolo de todo el país.

En 1995 se celebró en Sudáfrica la Copa del Mundo de rugby, con la participación de las mejores selecciones. Mandela aprovechó esta oportunidad para lanzar una campaña de apoyo a su selección –“Un equipo, un país”- que fue poco a poco transformando la realidad social de Sudáfrica. El libro explica muy bien la convulsa situación política en la que se encontraba Sudáfrica, con el más que previsible peligro de una guerra civil. Aunque los blancos y negros moderados habían entendido la necesidad de alcanzar la paz social, con sus numerosas dificultades, quedaban los grupos extremistas de ambos bandos, dispuestos a echar por tierra con la violencia la estrategia de la pacificación. Fue el propio Mandela el que más trabajó para que Sudáfrica integrase a los blancos y a los negros en un mismo país, sin divisiones. Y para ello el rugby seguía siendo el mejor instrumento de persuasión política.

Sudáfrica consiguió llegar a la final, y la ganó en un partido épico contra la mejor selección del mundo, los temidos All Blacks de Nueva Zelanda. Mandela había conseguido, por fin, lo que buscaba. Y aunque todavía tendrían que superar muchas dificultades, se había conseguido lo más difícil: unir en una misma ilusión a dos partes aparentemente irreconciliables.

John Carlin cuenta todo esto con mucho oficio, salpicando el relato humano de los hechos con las imprescindibles y necesarias noticias políticas, pero sin abusar. Porque el relato está construido sobre las entrevistas a los protagonistas de aquellos sucesos políticos y deportivos, personas que fueron muy conscientes de que estaban viviendo un momento histórico que no podían desaprovechar. John Carlin entrevistó a los principales líderes blancos y negros que protagonizaron la apertura política, cuando todavía Mandela estaba en prisión, como Kobie Coetsee, Desmond Tutu, Constand Viljoen, Justice Bekebeke... Y también a los jugadores de aquella mítica selección que colaboraron con Mandela, como François Pienaar, el capitán afrikaner de los Springboks.

Carlin, que trabaja para el diario El País y colabora también con The New York Times y Observer, ha conseguido sobradamente sus objetivos de contar el factor humano de aquellos sucesos, que se convirtieron en la película "Invictus", dirigida por Clint Eastwood. Para ello, como dice la frase de Mandela que abre el libro, “no hay que apelar a su razón, sino a sus corazones”.

 
El factor humano
John Carlin
Seix Barral. Barcelona (2009)
336 págs. 19 €.
T.o.: Playing the Enemy.
Traducción: María Luisa Rodríguez Tapia.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

“Todas las cosas brillantes y hermosas”, de James Herriot



Este libro es la continuación de Todas las criaturas grandes y pequeñas, primer libro que escribió el veterinario James Alfred Wight (Herriot es un seudónimo) para contar sus divertidas experiencias profesionales en el Yorkshire profundo. En la segunda parte, que puede leerse de manera independiente, Herriot acaba de contraer matrimonio y ya ha conseguido entender mejor a los habitantes de aquellas tierras que le recibieron, en principio, con un cierto resquemor.

Herriot nació en 1916. Estudió veterinaria en Glasgow y cuando acabó la carrera encontró trabajo en Thirsk, en Yorkshire del Norte, donde también se casó, tuvo dos hijos y murió en 1995. Empezó a escribir en 1969 y muy pronto sus libros gozaron de mucha popularidad. Hasta la fecha, se han vendido más de veinte millones de ejemplares de todos ellos. También se han hecho varias películas y hasta una serie de la BBC.

Escrito en primera persona, como el resto de sus obras, Herriot desgrana con humor y mucho dinamismo las peripecias que vive no sólo con los animales que atiende y que intenta curar sino con los habitantes de la zona, que tienen una relación muy especial con los animales, con los veterinarios y con el resto de los seres humanos. Herriot describe este mundo, sus habitantes y vecinos, y las numerosas aventuras que jalonan su vida de veterinario, transmitiendo una gran pasión por los animales y por su profesión. De hecho, la lectura de estos libros ha despertado muchas vocaciones de veterinarios. No hay prepotencia en sus puntos de vista ni afán por quedar bien. Con mucho realismo y naturalidad, consigue contar de modo muy amable la vida de un veterinario rural en los años treinta del siglo pasado.

 
Todas las cosas brillantes y hermosas
James Herriot
Ediciones del Viento. La Coruña (2013)
620 págs. 19,95 €.
T.o.: All Things Bright and Beautiful.
Traducción: Amparo García Burgos.

lunes, 2 de diciembre de 2013

“Y las montañas hablaron”, de Khaled Hosseini


 
Tercera novela que publica Khaled Hosseini, escritor afgano residente en Estados Unidos, donde tras el éxito de Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos ha puesto en marcha la Fundación Khaled Hosseini con el fin de proporcionar ayuda humanitaria a Afganistán.

Y las montañas hablaron, como las anteriores, está ambientada en Afganistán, en una pobre aldea inventada, Shadbagh, y en la capital, Kabul, aunque la acción transcurre también en California, París y Tinos, una pequeña localidad griega.

El arranque es lo mejor de la novela, cuando el padre, Sabur, cuenta una leyenda a sus dos hijos pequeños, Abdulá y Pari. La leyenda encierra buena parte del mensaje que el autor desea transmitir y que, como en las dos novelas antes mencionadas, tiene mucho que ver con la realidad que padece Afganistán desde hace ya años, sometida a enfrentamientos, tensiones y guerras que padece una población sumida también en el desbarajuste político, social y religioso.

Sabur ha perdido a su mujer en el parto de Pari y ha vuelto a contraer matrimonio con Parwana. Pero la madastra no atiende con el mismo esmero a sus hijos y a sus hijastros, lo que incrementa los problemas familiares y ahonda las consecuencias de la pobreza en la que viven. Nabi, un hermano de Parwana, que vive en Kabul, propone que vendan a la niña Pari a la adinerada familia afgana para la que trabaja como cocinero y chófer. Acuciado por la necesidad de sacar adelante a la familia, Sabur accede y Pari, de apenas tres años, se va a vivir con el matrimonio Wahdati, sin que vuelvan a saber nada de ella, pues sus nuevos padres nunca le revelaron que era una niña comprada. Esta traumática separación deja muy tocado a Abdulá, pues estaba llamativamente unido a su hermana pequeña.

A partir de este suceso, que funciona como hilo conductor de la narración, se desatan diferentes historias que tienen como protagonistas a personas relacionadas directa o indirectamente con la historia de Abdulá y Pari. Entre ellas, ocupa un lugar destacado Nabi, el hermano de Parwana, testigo directo de aquel trueque que ni Sabur ni Abdulá consiguen superar. Nabi relata tanto su vida en Kabul como la del matrimonio Wahdati, Nila y Suleimán, roto después de que Suleimán cayese gravemente enfermo. Con su hija Pari, Nila decide poner tierra de por medio y trasladarse a París, donde rehace su vida. Parwana, la nueva mujer de Sabur es otro personaje que tiene su protagonismo. Lo mismo que la de algunos vecinos de Suleimán Wahdati, emigrados a Estados Unidos cuando la situación política se complica y que han regresado a Afganistán para reencontrarse con sus raíces y, si pueden, hacer negocio. O la historia de Markos, el médico griego que trabaja en una organización solidaria y que ahora vive en la antigua residencia de los Wahdati en Kabul y que, gracias a Nabi, conoce la verdadera historia de Pari...

Las páginas que transcurren en Afganistán son las más intensas y en ellas el autor despliega su afectivo conocimiento del país, sus costumbres y tradiciones, contadas con realismo y cordialidad. Describe también la situación caótica que se vive en Afganistán y los negocios turbios relacionados con las drogas de algunos prestigiosos dirigentes. Pero los sucesos del pasado siguen arañando y condicionando el presente, como sucede con las vidas de Abdulá y Pari, a las que el autor quizá debería haber prestado más atención, sobre todo a la de Abdulá. El argumento de la novela se despliega en demasiados meandros y en tramas secundarias que distraen la atención. Las historias que se suceden añaden diferentes perspectivas a la hora de reflexionar sobre lo que está pasando en Afganistán; sin embargo, restan fuerza a la narración y arrastran al argumento a un final de tintes melodramáticos.


 
Y las montañas hablaron
Khaled Hosseini
Salamandra. Barcelona (2013)
384 págs. 20 €.
T.o.: And the Mountains Echoed.
Traducción: Patricia Antón de Vez y Rita da Costa.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

“La República y sus enemigos”, de Manuel Chaves Nogales



Continúa la editorial Almuzara la recuperación de la obra periodística del periodista y escritor sevillano Manuel Chaves Nogales, uno de los grandes y felices redescubrimientos literarios de los últimos años. En Almuzara se han publicado ya un buen puñado de títulos –Bajo el signo de la esvástica; Andalucía roja y “La Blanca Paloma” y otros reportajes de la República; La España de Franco; Ifni, la última aventura colonial española...- que sirven para constatar la alta calidad literaria y periodística de Chaves Nogales, un periodista adelantado a su tiempo. En otras editoriales como Renacimiento y Libros del Asteroide se han publicado también otros libros famosos, como los relatos A sangre y fuego y, entre otros, la biografía de Juan Belmonte.

En esta ocasión, se han publicado dos nuevos títulos que contienen los reportajes periodísticos que Chaves Nogales escribió durante la II República sobre Cataluña -¿Qué pasa en Cataluña?- y los que el periodista, comprometido con la II República, consideraba los peores enemigos para conseguir la estabilidad política: los delirios revolucionarios anarcosindicalistas, que protagonizaron no pocos sucesos violentos que pusieron en jaque a la II República, como escribe en La República y sus enemigos.

El primer volumen, el dedicado a Cataluña, mantiene una gran actualidad, pues el enfrentamiento político y nacionalista que estamos viviendo hoy día entre Cataluña y España tiene muchas raíces en lo que ya sucedió durante la II República. Chaves se trasladó a Cataluña y con su técnica periodística tan pegada a la realidad, con entrevistas rápidas y certeras, busca dar una explicación a lo que está sucediendo y a lo que puede suceder.

El volumen dedicado a los enemigos de la República explica muy bien la ideología de Chaves Nogales. Fue uno de los pocos periodistas que conoció de primera mano, en la década de los treinta, lo que estaba pasando en Alemania y en la URSS. Su conocimiento de esa realidad convirtió a Chaves Nogales en un acérrimo enemigo de cualquier forma de totalitarismo. En estos reportajes demuestra que los peores enemigos de la República se encuentra en aquellos que alaban la moda totalitaria por la izquierda y por la derecha. Comienza con una serie de reportajes dedicados al fracaso golpe de estado del general Sanjurjo en Sevilla, suceso que supone una clara advertencia sobre lo que pensaba la derecha de la II República. Luego vienen una serie de reportajes sobre algunas actuaciones de los anarcosindicalistas en Andalucía, con los sucesos de Casas Viejas, lo que para Chaves es también una demostración del clima revolucionario del que hacía gala buena parte de la izquierda.

Este clima alcanza su culmen en octubre de 1934, con la fallida revolución de Asturias, que provocó miles de muertos y una importante represión. Chaves se trasladó a Asturias como corresponsal de su periódico, el diario Ahora, y fue contando a sus lectores las impresiones del desarrollo y el fin de la sublevación, con interesantes análisis y entrevistas con algunos de sus más destacados protagonistas. Es, sin duda, la parte más interesante de este libro y la que vuelve a demostrar el buen quehacer periodístico de Chaves Nogales.

El volumen se cierra con seis sugestivas entrevistas realizadas a finales de 1931 con algunos de los principales protagonistas de la II República: Niceto Alcalá Zamora, su presidente; Manuel Azaña, presidente del Consejo de Ministros; Francisco Largo Caballero, Ministro de Trabajo; Fernando de los Ríos, de Justicia; Marcelino Domingo, de Instrucción Pública; y Alejandro Lerroux, Ministro de Estado.

 
La República y sus enemigos
Manuel Chaves Nogales
Almuzara. Sevilla (2013)
240 págs. 17 €.

domingo, 24 de noviembre de 2013

“Gramática de la gratitud”, de Luis Daniel González


 
“Quizá ningún escritor me haya deparado tantas horas felices como Chesterton”, escribió el escritor argentino Jorge Luis Borges, auténtico apasionado de la polifacética obra del escritor inglés. Luis Daniel González, escritor, crítico literario y especialista en literatura infantil y juvenil (es autor de un blog y un diccionario de literatura infantil y juvenil titulado Bienvenidos a la fiesta) podría afirmar lo mismo que Borges, pues desde hace años se ha convertido en un especialista en Chesterton, comentando asiduamente las muchas reediciones que se han publicado en nuestro país de sus obras. Y es que Chesterton (1874-1936) es un autor que sigue despertando un inusitado interés entre todo tipo de lectores. Los hay que prefieren sus novelas, sus siempre atractivos y modernos artículos periodísticos, sus ensayos apologéticos o los entretenidos relatos policiacos protagonizados por el padre Brown. En Gramática de la gratitud comenta “todos los libros de G. K. Chesterton”, empresa ardua pues todavía hoy siguen rescatándose nuevos títulos y artículos pues, para complicar más las cosas, fue un asiduo colaborador de numerosas publicaciones periodísticas.

El libro de Luis Daniel González comienza con una útil información biográfica, presentando los libros que se han publicado sobre Chesterton, entre los que destaca especialmente tres biografías: la de Joseph Pierce, la de Luis Ignacio Seco y la de Ian Ker. Este capítulo ofrece además un resumen de los hechos más importantes de un escritor entregado en cuerpo y alma al periodismo y a la cultura.

A continuación comienza el análisis de las numerosas obras que escribió Chesterton, empezando con los muchos libros que contienen sus innumerables y constantes colaboraciones periodísticas, unos publicados en vida y otros póstumamente. Comentando estos libros, su fecha de publicación, un resumen de su contenido y los rasgos más importantes de cada título, Luis Daniel realiza un exhaustivo análisis del pensamiento y del estilo de Chesterton, sus aportaciones más importantes y algunas anécdotas sobre su vida que reflejan su atrayente personalidad y su pasión por la verdad, lo que le llevó a debatir y confrontar sus ideas con destacados autores de su tiempo, como con H. G. Wells y Georg Bernard Shaw, escritores con los que polemizó en encendidos y apasionantes debates ideológicos siempre dentro de un clima de cordialidad y de gran altura intelectual.

En estos artículos está desperdigado su ideario, que tiene como base su sólido compromiso con la fe cristiana (Chesterton se convirtió al catolicismo en 1922, aunque desde muchos años antes se consideraba ya de hecho católico), su conocimiento de las ideas culturales y políticas más en boga y su pasión por la literatura clásica y contemporánea. Hay también una destacada preocupación por las cuestiones sociales, que durante su juventud canalizó a través del socialismo y que pronto abandonó por el distributismo, corriente social que defendía los pequeños negocios frente a las grandes empresas y que proponía la capacidad de organización de la gente común frente a la tiranía de los políticos y los poderosos. Estos temas sociales, vistos con un clarividente sentido común, proliferan en sus artículos periodísticos y en sus ensayos. Para Luis Daniel González, “en general, su pauta es la de tomar partido por los más débiles frente a cualquier posición de superioridad esnob o, simplemente, irreflexiva”.

A la hora de resaltar algunas de las inquietudes que más aparecen en estos esciritos, el autor de Gramática de la gratitud destaca tres puntos fundamentales: la necesidad de vivir la vida como una gran aventura; la gran enseñanza de la ética que contienen los cuentos de hadas, con sus repercusiones educativas; y el vergonzoso y humillante servilismo con el que trata nuestra sociedad a los poderosos. Estas ideas las desarrolla Chesterton con múltiples argumentos en sus artículos y ensayos, siempre con una profundidad que eleva estéticamente el contenido del artículo periodístico y con una gran altura literaria, fruto de su obsesión por el uso preciso de las palabras.

De entre su inmensa producción ensayística, Luis Daniel González destaca la altura intelectual de algunos ensayos que siguen siendo muy leídos, como Herejes, Ortodoxia, El hombre eterno, Los límites de la cordura y Autobiografía. Sobre Ortodoxia opina el autor que “contiene lo nuclear del pensamiento de Chesterton” y que es “el mejor libro para conocerle”. Autobiografía es el último libro que el autor inglés entregó a la imprenta, aunque se publicó de manera póstuma. Sobre sus ensayos culturales y biográficos, destaca los dedicados a Dickens y Stevenson.

A la hora de analizar sus novelas, comenta Luis Daniel González, que “no son buenas novelas como tales novelas”, juicio que sirve también para sus biografías y otros ensayos históricos y biográficos. Sin embargo, más que la estructura y la trama novelística, débiles y erráticas en ocasiones, lo que importa son los temas de fondo que Chesterton convierte con mucho ingenio en materia novelística. Entre sus obras literarias brillan con luz propia los relatos que tienen como protagonista al padre Brown, que aparecieron en cinco libros. En ellos, en muchos artículos periodísticos y en su ensayo Cómo escribir novelas policiacas, Chesterton demuestra ser un experto en literatura popular y en crítica literaria. Resulta muy original su protagonista, un sencillo sacerdote católico, y el punto de vista que se adopta en todas las investigaciones, donde “la deducción del padre Brown se basa en la comprensión del interior del delincuente y no tanto en las pruebas materiales objetivas”.

Gramática de la gratitud es, pues, un exhaustivo recorrido por la obra de un escritor que conoció perfectamente la cultura de su tiempo y que participó en los debates ideológicos más encendidos, muchos de ellos con un trasfondo religioso. Chesterton supo estar a la altura de las circunstancias debatiendo con calidad y amabilidad, mostrando siempre el lado positivo del cristianismo y catolicismo y respetando las opiniones contrarias. Sabía sacar partido humorístico a sus argumentaciones y las de los contrarios, con las que mostraba de manera plástica la debilidad e inconsistencia de buena parte del pensamiento moderno. Gramática de la gratitud, con palabras de su autor, “da una idea lo más completa posible del pensamiento, las argumentaciones y el estilo personal de Chesterton”. El rasgo que más se destaca es su permanente actualidad: “es asombroso que podamos leer sus textos de hace un siglo con admiración no sólo por su destreza literaria sino por el acierto y la actualidad de sus análisis”.



Gramática de la gratitud
Luis Daniel González
Biblioteca Online. (2013)
4,99 €. (digital).

domingo, 17 de noviembre de 2013

“14”, de Jean Echenoz



Breve e intensa narración escrita con la técnica que Echenoz (1947) ha empleado en sus últimas novelas, como Ravel, Correr y Relámpagos: un relato leve, sencillo, minimalista, eficaz, aparentemente aséptico y elaborado con pocas pero esenciales pinceladas. En esta ocasión abandona la crónica biográfica para contar una serie de episodios relacionados con el impacto de la Primera Guerra Mundial en un grupo de amigos franceses, fijando la atención de manera especial en Anthime, Charles y en la joven Blanche.

Todos reside en la Vandée y son movilizados cuando comienza la contienda. Lo que parecía, en un principio, casi una excursión campestre, un entretenimiento, se convierte en una sucesión de inesperados y brutales dramas con nombre y apellidos. Como contrapunto, introduce Echenoz la historia de Blanche, mujer de la que están enamorados Charles y Anthime.

Con mucho realismo, sin insistir, con ese estilo despegado que apenas entra en el interior de los personajes, que no abruma con exhaustivas descripciones, Echenoz consigue transmitir de otra manera, sin cargas las tintas en los ingredientes trágicos, la dureza vital de una experiencia inútil y dramática. Las páginas que dedica a describir los peores momentos de la guerra están llenas de vida y plasticidad, un cuadro impactante de sus efectos. Además, la levedad con la que entra en el mundo interior de los personajes subraya la inconsistencia de la vida, del presente, de los afectos y hasta de unos sentimientos que la guerra transforma o refuerza.


14
Jean Echenoz
Anagrama. Barcelona (2013)
104 págs. 12,90 €.

martes, 12 de noviembre de 2013

“Soria”, de Dionisio Ridruejo


 
 
Publica la editorial Gadir el segundo volumen de los seis que forman la Guía de Castilla La Vieja, último libro que publicó Dionisio Ridruejo antes de su muerte (1912-1975). La serie se inauguró con el volumen Segovia, publicado en 2012, cuando se conmemoró el primer centenario de su nacimiento.

Al igual que en el libro dedicado a la provincia de Segovia, Ridruejo sintetiza al máximo las informaciones que tiene que transmitir, que abarcan desde la historia al arte, pasando por la gastronomía y la geografía. Para el periodista y escritor Abel Hernández, también soriano y autor de varios libros dedicados a las tierras altas de Soria, entre los que destacamos el espléndido Historias de la Alcarama, esta “guía tiene mucho de antropológica”, además de ser “la guía más completa y mejor escrita de la provincia castellana del alto Duero, a pesar de contener, como es natural, algunos datos desfasados”.

Ridruejo es natural de Burgo de Osma, monumental pueblo soriano que aparecen estas páginas, lo miso que a otros enclaves como el Monasterio de Santa María de Huerta, Catalañazor, Berlanga de Duero, Almazán, Medinaceli, Ágreda y, por supuesto, Soria, la capital. Como escribe Hernández en el prólogo, esta guía “se ocupa con sobriedad de los distintos paisajes y de los principales monumentos”, y no sólo de los lugares más conocidos, pues el autor recorre también lugares cada vez más despoblados y hasta abandonados, como Aldeaseñor (pueblo de apenas 50 habitantes a la que la directora de cine Mercedes Álvarez, dedicó en 2005, una película-documental El cielo gira). Para Ridruejo, “Soria es tierra de grandes paisajes, raramente halagüeños, frecuentemente duros, dilatados e impresionantes”.

Hablando de sus gentes, destaca Ridruejo, domina el celtíbero originario, modelado por la historia, la geografía “y con el pobre concurso de esa economía”. El tipo resultante es, “por lo general, pequeño, sarmentoso y resistente. Según los psicólogos, sus virtudes de sobriedad, sentido práctico, agudeza de juicio y fuerza de razón predominan con mucho sobre la imaginación y la sensibilidad. Son, desde luego, adaptables, y por ello emigrantes bien equipados para el éxito”.

Vuelve a destacar la calidad de la prosa de Ridruejo, concentrada, poética, eficaz, con la que en pocos rasgos debe describir aspectos esenciales. Por ejemplo, define la villa de Agreda como “severa, ancestral, algo ruinosa, gris, un poco laberíntica, agraria y muy aislada. Pero no es triste”. O esta descripción de los campos próximos a Soria: “De Catalañazor a Soria se tiende el impresionante páramo de Villaciervos; paisaje magno, de plata oxidada, como las desolladuras calcáreas de pedregal aliviadas, matizadas por el sombreado del enebro, deprimiéndose en hondonadas, elevándose en formas de castillo o muela, cargando a lomos de un horizonte que pesa con las cumbres fingidas de la serranía”.

 
Soria
Dionisio Ridruejo
Gadir. Madrid (2013)
192 págs. 17 €.

sábado, 9 de noviembre de 2013

“Una vuelta de tuerca”, de Humberto Pérez-Tomé Román



Escritor, editor y diseñador gráfico, Humberto Pérez-Tomé (1959) ha publicado varias novelas de adultos y juveniles. Una vuelta de tuerca es su novela más ambiciosa.

En ella aborda temas muy actuales relacionados con el devenir de la cultura contemporánea, los juegos de poder, la manipulación política, al crisis de valores contemporánea y el papel de los medios de comunicación. El autor aborda todos estos temas, peliagudos y polémicos, desde un sólido compromiso social, censurando abiertamente determinados valores actuales, intocables y políticamente correctos. En este sentido, la novela es muy original, insólita, valiente... precisamente por la ausencia de estos ingredientes en la cultura contemporánea, siempre apuntando en la misma dirección de alabanza sin fisuras de un progresismo moral, ético y social.

Una vuelta de tuerca es una novela de tesis. Pero los mensajes que el autor quiere transmitir no ahogan los ingredientes literarios, que tienen su fuerza y autonomía. La novela se desarrolla en plena actualidad y tiene como escenario Berlín, aunque esto es lo que menos importa pues se trata de un hecho coyuntural. Su protagonista es Hans Looper García, periodista de reconocido prestigio internacional que tiene fama de criticar en sus artículos la ingeniería periodística y social que se esconde detrás de la promoción de unos determinados valores progresistas y la manipulación política de determinados organismos internacionales; su punto de vista es la defensa de unos valores que coinciden con el humanismo cristiano. Casado con Blanch, padre de siete hijos, Hans trabaja en una Agencia que distribuye artículos por todo el mundo.

Un viaje a Japón le pone en contacto con la vida y la obra del japonés Nagai Takashi, el médico converso al catolicismo protagonista de Réquiem por Nagasaki (ver Aceprensa 31 Enero 2012). Hans viaja a Japón para entrevistarse con Father Sishiro, sacerdote que ha contratado los servicios de la Agencia de Hans para difundir los escritos y la biografía del doctor Nagai en Occidente.

El viaje a Japón y el contacto más directo con el catolicismo de Nagai y Father Sishiro suponen un mazazo religioso para Hans, que le lleva a replantearse algunos asuntos de su vida. Esta crisis existencial coincide con una crisis profesional, pues la Agencia donde trabaja Hans, que dirige su amigo y maestro Dam, ha sido contratada por la ONU para propagar periodísticamente su ideario en muchas cuestiones sociales. La condición que ha puesto el responsable de la ONU encargado de estos temas es que Hans, al que acusan de vaticanista, pase a un segundo plano. Esta maniobra enrarece el ambiente y las relaciones profesionales de Hans con sus compañeros y con Dam y hasta con su propia familia. Blanch, su mujer, no entiende la actitud de su marido ni tampoco sus hijos, lo que provoca un peligroso distanciamiento familiar.

El autor aborda en la novela las relaciones con los hijos, a veces conflictivas; la vida matrimonial y familiar; la coherencia con las propias ideas y su trascendencia profesional, social y religiosa. Para Dam, el único móvil de la vida es el dinero, por eso transige con las componendas de la ONU. Sus compañeros de trabajo, fieles a las ideas de la ONU en determinados aspectos que tienen una importante incidencia moral, piensan que Hans, por sus ideas religiosas, merece el ostracismo.

La novela consigue retratar muy bien la crisis profesional, familiar y existencial de Hans, su principal hilo conductor. El autor abusa de digresiones con un alto componente pedagógico y moral que podía haber moderado y resumido. Quizá el autor ha querido decir demasiadas cosas importantes en la novela, lo que acaba por entorpecer el mensaje principal, además de reiterar algunos mensajes. También presenta una visión demasiado conspirativa sobre quién mueve los hilos políticos y sociales en el mundo, aunque esto forma parte, para él, de la trama y de la intriga de la novela. Por otra parte, son las ideas que el autor quiere transmitir y que están en las antípodas de las que otros autores, con los mismos mecanismos de la ficción, transmiten en una dirección opuesta.


Una vuelta de tuerca
Humberto Pérez-Tomé Román
Sekotia. Madrid (2013)
462 págs. 21 €.

martes, 5 de noviembre de 2013

“Las Bellas Extranjeras” de Mircea Cartarescu



Considerado el mejor escritor actual de la literatura rumana, Mircea Cartarescu (Buscarest, 1956) ya ha sido traducido a muchos idiomas y cuenta con un merecido prestigio internacional que le ha llevado a figurar en los últimos años como aspirante al Premio Nobel de Literatura, lo que significaría ser el primer escritor rumano en conseguirlo. Aunque comenzó como poeta, ha frecuentado todos los géneros, también los diarios. Como narrador, faceta por la que es más conocido, se han traducido en España algunas de sus mejores obras, no siempre con buenas traducciones. La que le ha dado más fama ha sido la colección de relatos Nostalgia, que publicó en 1989, censurada, y luego en 1994, ya después de la revolución rumana. Impedimenta ha publicado esta obra y también Lulú, además de Las Bellas Extranjeras. En Funambulista apareció el libro que le dio proyección internacional, ¿Por qué nos gustan las mujeres? y el primer volumen de su magna obra Cegador, de la que sólo se ha publicado el primer volumen. Las Bellas Extranjeras fue publicado en Rumanía en 2010.

Cartarescu es un escritor muy sólido y original, con un estilo calificado como posmoderno por su rechazo explícito en sus obras más literarias de las técnicas realistas. En sus obras tienen cabida lo onírico, lo experimental, lo surrealista, lo poético, pero, como novedad, sustentado en el empleo de un estilo realista y manierista, cercano, nada alambicado. Como él mismo ha confesado, se siente deudor de la literatura de Kafka, Musil, Huysmans, Joyce, Sábato, Perec, Borges, Cortázar...

Las Bellas Extranjeras, lo último en publicarse en España, está compuesto de tres relatos concebidos como reportajes que tienen al autor como protagonista. Abandona aquí Cartarescu la prosa onírica para contar, de manera realista, tres episodios de su accidentada vida como escritor, primero en la Rumanía de Ceaucescu -inmerso en “la locura política del comunismo rumano, que en realidad era una forma de fascismo”- y luego, tras la Revolución, en un país que, para el autor, vive un simulacro oscuro y deprimente de democracia.

El más sobresaliente de los tres relatos es el que lleva el mismo título que el libro. En él, revive Cartarescu un viaje que un grupo de escritores rumanos realizaron a Francia para participar durante dos semanas en una serie de jornadas literarias por todo el país centradas en la literatura rumana. Cartarescu no sólo cuenta la kafkiana y a veces surrealista experiencia de esos días, sino que frecuentemente se remonta al pasado para explicar más cosas de su vida y de su relación con el resto de escritores rumanos invitados. El autor tiene una habilidad especial para sacar partido cómico a las situaciones que vive. Describe muy bien las conferencias, los invitados, las comidas, las recepciones... En todos estos momentos, el autor, convertido en protagonista, pone en liza una desternillante prosa satírica. Se ríe especialmente de la manera de ser de los franceses y de los tópicos que tienen sobre los rumanos y su literatura, que Cartarescu explota con ironía para satisfacer a sus anfitriones. El mismo tono desenfadado emplea también para analizar su país y las constantes y enrevesadas luchas internas entre los escritores.

Los otros dos relatos se basan en anécdotas personales vividas por el autor y que tienen que ver también con su actividad literaria. Ántrax es un relato que, en clave cómica, muestra aspectos de la vida literaria rumana y de algunas instituciones policiales, que le sirven de metáfora para describir la inutilidad del régimen rumano. En plena obsesión con los ataques de ántrax que estaba sufriendo la población estadounidense tras los atentados terroristas del 11-S, Cartarescu recibe un misterioso sobre desde Copenhague, sin remitente, que parece contener esos peligrosos y mortales polvos. Decide llevar el sobre a la policía para que investiguen su contenido. El relato, muy divertido, con un desenlace insólito, cuenta la peripecia que viven Cartarescu y su mujer ante la policía.

Cierra el libro El viaje del hambre, relato que cuenta la esperpéntica expedición que realiza el autor a una perdida localidad rumana para hablar sobre su poesía en un centro cultural. Invitado por un amigo poeta, Cartarescu vive un viaje accidentado, lleno de penurias, alimentado de hilarantes anécdotas que protagonizan unos desvergonzados y pícaros intelectuales locales. La experiencia es un fracaso absoluto en todos los sentidos. La organización es nefasta; el coloquio, un monumental fiasco; los anfitriones, una pandilla de descerebrados y pardillos que incluyen incluso en su periplo la visita a una prostituta como pago al poeta por su participación en el acto cultural... Todo contado de manera muy divertida, con muchos golpes de humor.

Cartarescu se ha convertido en poco tiempo en España en un excelente reclamo literario. Dentro de poco, la editorial Bartleby va a publicar una antología de sus poesías, y no sería extraño que, dada su entusiasta recepción, no pase mucho tiempo para que veamos todos sus libros traducidos.


Las Bellas Extranjeras
Mircea Cartarescu
Impedimenta. Madrid (2013)
254 págs. 19,95 €.
T.o.: Frumoasele Straine. Traducción: Marian Ochoa de Eribe.

sábado, 2 de noviembre de 2013

“El camino al lago desierto”, de Franz Kain



Escritor austriaco vinculado a la República Democrática Alemana, donde fue corresponsal de prensa, Franz Kain (1922-1997) militó en el Partido Comunista austriaco, circunstancia que provocó su ostracismo literario en su país natal. Durante la Segunda Guerra Mundial fue primero detenido por la Gestapo y más tarde hecho prisionero por las tropas estadounidenses hasta 1946. Autor de cuatro novelas y una treintena de relatos, El camino al lago desierto es su obra más conocida.

Se trata de un relato largo que publicó en 1974. Fiel a su concepción realista de la literatura, se inspiró en el destino de un personaje real, el nazi austriaco Ernst Kaltenbrunner, mano derecha de Himmler y condenado a muerte en los juicios de Núremberg.

Kain se centra en un momento de la vida de Kaltenbrunner, cuando ya es inminente la derrota del Tercer Reich. Al igual que otros líderes nacionalsocialistas, el protagonista decide huir a la región alpina de Salzkammergut. En las montañas de Totes Gebirge, con la ayuda de un cazador y de dos ayudantes, busca un refugio para esperar que acabe la guerra y se olviden de él para luego reincorporarse a su vida normal como si nada hubiese pasado. Kaltenbrunner llegó a ser Director del Departamento Central de Seguridad del Reich.

Mientras camina por los montes que le llevan a su destino, Kaltenbrunner repasa algunos intensos momentos de su vida política. Su conclusión es que su colaboración con el nazismo no ha sido entusiasta y siempre ha sabido guardar las formas. Condescendiente con sus actos, considera que lo que ha vivido es sólo un borrón en su biografía que pronto quedará olvidado. Perteneciente a la burguesía culta de Austria, sabe que, tras la guerra, aunque pase unos meses difíciles, pronto le requerirán su ayuda para sacar el país adelante. Es cuestión de tiempo que se olviden de él para que las aguas vuelvan a su cauce.

Resulta muy interesante el relato porque se centra especialmente en el mundo interior del protagonista. Los acompañantes y el cazador quedan desdibujados, sin apenas función en la narración, en la que destacan las descripciones geográficas de una zona que el autor, por su origen rural, conocía muy bien. La disección que realiza del interior de Kaltenbrnner resulta intensa, verosímil y muy lograda, pues refleja el nulo arrepentimiento de personajes que, como Kaltenbrunner, intentaron reincorporarse a su vida cotidiana como si la experiencia del nazismo no hubiese existido nunca. Novela muy eficaz por su sobriedad y contención en su crítica social y de denuncia. La edición se completa con un interesante ensayo sobre este relato y la obra del autor austriaco a cargo de Sigurd Paul Scheichl, catedrático de la Universidad de Innsbruck.


El camino al lago desierto
Franz Kain
Periférica. Cáceres (2013)
104 págs. 15 €.
T.o.: Der Weg zum Odense. Traducción: Richard Gross.

martes, 29 de octubre de 2013

“¡Boom!”, de Mo Yan


 
¡Boom! es la primera novela que se publica en castellano desde que se concediera en 2012 el Nobel de Literatura al escritor chino Mo Yan. La novela es de 2003 y se publica ahora en una traducción directa del chino. El año pasado, en Seix Barral, se publicó Cambios, un breve y sencillo texto memorialístico donde Mo Yan recordaba algunos sucesos de su vida y su iniciación como escritor.
¡Boom! contiene todos los rasgos que la Academia sueca resaltó de la literatura del autor de Sorgo rojo: “con una mezcla de fantasía y realidad, de perspectiva histórica y social, Mo Yan ha creado un mundo que en su complejidad recuerda a los de escritores como William Faulkner y Gabriel García Márquez, tomando al mismo tiempo como punto de partida la tradición literaria china y la cultura narrativa popular”.

Sus novelas, también ¡Booom!, están ambientadas en un mundo rural primitivo, con enormes dificultades de todo tipo para salir adelante. En este contexto incluye en sus narraciones elementos de la tradición china, repleta de alegorías y de relatos orales, y la mezcla de lirismo y tremendismo, que a veces aparece de manera desorbitada.

Para entender su literatura, resulta interesante el prólogo de este libro. En él, Mo Yan explica la función de la misericordia en sus obras, una misericordia anclada en la tradición china y alejada de los cánones occidentales y que se sustenta en una compleja visión de la condición humana donde también están presentes la crueldad y la fealdad. “En este mundo –escribe Mo Yan- no sólo hay pájaros y ovejas; en la novela no debe haber únicamente personas buenas”. También reivindica en el prólogo un tipo de novela que no esquiva la dificultad. “La novela no (...) debe reducir su tamaño –escribe- para satisfacer a un cierto grupo de lectores, ni perder la densidad ni reducir la dificultad. Necesita que sea larga, densa y difícil”.

También comenta más rasgos de su novelística el epílogo, titulado La narración lo es todo. Mo Yan señala El tambor de hojalata, de Günter Grass, como la principal influencia de su libro. Aunque para Mo Yan, el argumento no debe ser lo más relevante porque su objetivo es “la narración, el tema es la narración y la narración es la construcción de ideas”. El narrador de¡Boom! es Xiatong Luo, un joven de unos veinte años que en su “verborrea” hace posible que lo “irreal” se convierta en “real”.

Este joven ha decidido hacerse monje budista a las órdenes del Monje Lan, monje que habita en el Templo Wutong de una pequeña localidad campesina donde transcurren los hechos (y buena parte de la literatura de Mo Yan). Xiatong necesita contar al monje su vida hasta ese momento, sobre todo su infancia hasta los doce años, pues a partir de esa edad hay muy pocas referencias en su relato. En la narración se alternan el pasado, su vida con sus padres en el Pueblo de la Matanza, la parte más extensa de la novela, y el presente, con Xiatong recluido en el Templo, con el monje como único oyente de su historia, a la vez que aparecen en el templo diferentes personajes que interrumpen su relato.

La historia de su infancia hasta que abandona el Pueblo de la Matanza es el argumento principal y lo más interesante de este libro. Se trata de un pueblo que ha abandonado todas las actividades agrícolas para transformarse en un ilegal matadero que hace negocio con la venta de carne de los animales. Xiatong vive obsesionado con la carne: solo piensa en comer carne, la única meta en su vida. En el pueblo destaca el señor Lan, al alcalde, quien controla todas las actividades, tanto las legales como las ilegales. El padre de Xiatong, Tong Luo, siempre está enfrentado al señor Lan, con quien compite hasta por sus amantes. Con una de ellas, Tía Burrita, se escapa el padre de Xiatong y desaparece del pueblo.

Durante los años de ausencia, su madre trabaja duro para sacar la familia adelante y enriquecerse. En ese periodo, no prueba la carne, con la que sueña todos los días, y por eso añora a su padre, que regresa cinco años después con una hija pequeña, tras el fallecimiento de su amante. Su llegada coincide con la desaparición de las desdichas en la familia y, apoyados por el señor Lan, viven unos años de esplendor. El señor Lan los ha convertido en responsables del negocio de carne de todo el pueblo. Pero el enfrentamiento latente de Tong con el señor Lan se mantiene y acabará por estallar.

Xiatong es el obsesivo narrador de una historia desmesurada con la que el autor ejemplifica los cambios que se han dado en las últimas décadas en China, con la radical transformación de la escala de valores del mundo campesino y la irrupción a todos los niveles de un capitalismo enfermizo y contagioso. Si al principio Xiatong ve el mundo con la mirada cercana y egoísta de los niños, tras el regreso del padre gana en madurez y autonomía, y sus juicios y valoraciones llevan una mezcla de orgullo, prepotencia y de una “lógica perversa”. Y es que Xiatong es lo que sus vecinos laman un niño boom, niños que están constantemente mintiendo y alardeando de lo que saben y pueden hacer.

La narración está repleta de elementos que pueden chocar al lector occidental. En primer lugar, las escenas sanguinarias sobre las matanzas de todo tipo de animales: vacas, cerdos, avestruces, camellos, caballos y hasta perros y gatos, convertidos en apreciados platos gastronómicos. Además, el negocio ilegal del Pueblo de la Matanza se basa precisamente en inyectar agua en la carne para que pese más y para que mantenga una imagen que no se corresponde con la realidad. Hay, también, sus dosis de erotismo cuando Xiatong vive en el Templo Wutong, con constantes referencias sexuales y fantásticas.

Desde el punto de vista narrativo, merece destacarse el mundo alegórico y onírico que aparece en muchos pasajes, la mayoría de ellos en la narración del presente, donde hay una constante mezcla de lo irreal y lo real. Estos pasajes, intermitentes, acaban por trasladarse también al relato de la infancia de Xiatong.

Novela, pues, “larga, densa y difícil”, nada complaciente con los lectores, que es una buena muestra del exigente trabajo narrativo de Mo Yan. Hay muchos pasajes realistas y populares, personajes entrañables y extravagantes, historias legendarias y exóticas, y un realismo “alucinatorio”. La China de Mo Yan procede de su realidad, de su infancia, de sus recuerdos, que son transformados por la fuerza de la imaginación.


¡Boom!
Mo Yan
Kailas. Madrid (2013)
509 págs. 22,90 €.
Traducción: Yifan Li.

miércoles, 23 de octubre de 2013

“Diario de una dama de provincias”, de E. M. Delafield


 
“La vida de una esposa y madre es a veces agotadora”, escribe irónicamente la protagonista de esta novela, una dama de provincias, madre de dos hijos, que vive en una casa de campo con un esposo que apenas hace caso a sus graves preocupaciones, una cocinera díscola y una refinada institutriz francesa. El libro está concebido como el diario de una sufrida ama de casa de la clase alta a inicios de la década de los treinta en Inglaterra. La autora es la prolífica escritora E. M. Delafield (1890-1943), quien consiguió un importante éxito con esta novela, muy leída en Inglaterra y publicada con anterioridad por entregas en un diario londinense.

En su diario, la protagonista anota las vicisitudes del día, intentando así meter algo de distancia con esos hechos y juzgarlos de una manera más fría y desapasionada. El tono del diario es leve y ligero, sin grandes disquisiciones y escrito con un estilo directo y deliberadamente superficial.

La autora refleja bastante bien las contradictorias reacciones de la protagonista, pues si por un lado quiere aparentar que su vida es más apasionante e interesante de lo que parece, a continuación tiene que rendirse a la evidencia de que todo lo que le pasa es bastante sencillo y normal. Por ejemplo, tras un largo periodo de convalecencia de una enfermedad, el primer día que sale de la habitación se encuentra con una inesperada factura del ayuntamiento, suceso que en el diario cuenta de esta manera: “qué poco se parece esto a la pintoresca convalecencia de las novelas, cuando la visión de unas flores de primavera del sol y de qué sé yo qué más viene a alegrar a la heroína. Nunca se mencionan impuestos municipales ni nada por el estilo”.

El diario está repleto de anécdotas cotidianas: su tensa relación con el servicio, las conversaciones con sus vecinas, sus artículos y cartas al director en la revista local, la educación de sus hijos, las fiestas, las cenas, las visitas de sus amigas, viajes a Londres para reponer el vestuario, sus escasísimas conversaciones con su marido, su siempre reducida cuenta corriente en el banco... En sus diarios, sin acritud, salen a relucir sus enemistades con sus vecinas, quizá lo que más le hace sufrir junto con los descubiertos en el banco, que la obligan a pasar algunos momentos desagradables.

Con un estilo desenfadado, la autora muestra el simple y a la vez alambicado mundo interior de la protagonista, a veces obsesionada con las apariencias y siempre muy pendiente de su encanto personal. “Siento –escribe- que la vida es absolutamente insoportable, y tomo la alocada decisión de hacerme con un sombrero nuevo”, sensación y reacción que explican muy bien el voluble carácter de esta dama de provincias.

 
Diario de una dama de provincias
E. M. Delafield
Libros del Asteroide. Barcelona (2013)
216 págs. 18,95 €.
T.o.: Diary of a Provincial Lady. Traducción: Patricia Antón de Vez.

lunes, 21 de octubre de 2013

“Canadá”, de Richard Ford



Considerado uno de los pesos pesados de la narrativa norteamericana, Richard Ford (1944) es sobradamente conocido por su trilogía protagonizada por Frank Bascombe, de la que forman parte El periodista deportivo, El Día de la Independencia y Acción de Gracias. En las tres, con gran maestría, Ford se sirve de su desencantado protagonista para hacer un ambicioso aunque parcial retrato de la vida en Estados Unidos. En 2012, Anagrama publicó también Flores en las grietas, conjunto de textos memorialísticos y ensayísticos en los que Ford reflexionaba sobre la vida y la literatura y donde dejaba constancia de su admiración por su amigo y compatriota Raymond Carver y por la narrativa del ruso Chéjov.

Etiquetado como perteneciente a la corriente del realismo sucio, de la que Carver puede que sea su escritor más representativo, Ford suele describir en sus novelas y relatos las vidas de personajes desilusionados con unos sentimientos que les llevan a afrontar sus días sin apenas expectativas, a lo que caiga, deambulando en muchos casos de aquí para allá, sin echar raíces y con unos mínimos planteamientos existenciales.

Algo de todo esto hay en su nueva novela, Canadá, ya alejada del mundo de Frank Bascombe. En este caso, el narrador, Dell Parsons, profesor de instituto recientemente jubilado en Canadá, decide relatar una parte de su vida, en 1960, cuando tenía 15 años, centrándose en dos importantes sucesos de aquellos meses que le sirvieron para perder la inocencia, forjar su carácter y enfrentarse a la vida sabiendo que, salvo la confianza en uno mismo, en pocos sitios hay donde agarrarse. Con esta sorprendentes palabras, comienza su narración: “Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres. Y luego lo de los asesinatos, que vinieron después”.

Dell vive con su hermana melliza, Berner, y con sus padres en una insípida localidad del norte de Estados Unidos, Great Falls, en Montana. La primera parte de la novela, con diferencia la de más calidad, la dedica Ford a presentar de manera exhaustiva el mundo cerrado en el que vive Dell, en el que sus padres tienen un papel protagonista. Su madre, hija de judíos polacos emigrantes en Estados Unidos, da esporádicas clases de literatura en las distintas ciudades donde van viviendo, pues cambian a menudo de residencia en los diferentes destinos del padre en las Fuerzas Aéreas. Ahora, en 1960, hace ya tiempo que se ha licenciado y va dando tumbos en trabajos poco consistentes. Los apuros económicos le llevan a meterse en algunos turbios negocios que acaban mal. Para solucionar sus apuros económicos, el matrimonio decide atracar un banco en una lejana localidad de Dakota del Norte. Aunque lo consiguen, pronto son descubiertos, apresados y encarcelados. En ese momento, la vida de los dos hermanos se desmorona y tienen que afrontar el futuro completamente solos. En sus recuerdos, Dell no juzga mal a sus padres, piensa que eran “gente normal a la que le jugaron una mala pasada las circunstancias y los malos instintos”.

Ford hace un minucioso y detallista análisis de toda la familia. Los lazos afectivos entre ellos son, con sus crisis, normales, aunque muy livianos. Su madre, siempre anhelando otros ambientes más culturales y sofisticados, vive sin implicarse en los lugares donde residen, sin hacer amistades, actitud despectiva que contagia también a sus hijos, seres solitarios que no forman parte de ninguna comunidad, ni social ni religiosa. Cada uno lleva su vida como puede. Sorprende la vida tan despegada que llevan. Ni el padre ni la madre se tratan con sus familiares. Cuando los padres son encarcelados, Berner decide irse de casa. Una amiga de su madre traslada a Dell a un pueblo fronterizo de Canadá donde vive un hermano suyo, quien se va a hacer cargo por una temporada de Dell con el fin de que no acabe en manos de los servicios sociales.

La primera parte resulta interesante por el trabajo estilístico que realiza el autor, que desmenuza a los mimebros de la familia, su pasado, el presente y los pocos sueños que tienen ya sobre el futuro, cada vez más gris. La segunda parte transcurre en Canadá, en la provincia de Saskatchewan, en una pequeña y triste localidad, Fort Royal. Arthur Remlinger, norteamericano nacionalizado canadiense, con un turbio pasado a sus espaldas que Dell irá conociendo poco a poco y que determina la evolución de los hechos, mantiene a Dell a cambio de que trabaje en la limpieza del hotel del que es propietario y colabore también en la actividad por la que es conocida la localidad, que acoge a cazadores norteamericanos que viajan hasta allí para cazar gansos.

Dell tiene escaso trato con Arthur y es uno de sus empleados, el turbio Charley Quarters, quien se encarga de su educación. Dell conoce el destino de sus padres, no tiene noticias de su hermana y desea abandonar Fort Royal para continuar con sus estudios. Su estancia en Canadá le sirve para darse de bruces con la vida, aunque Ford sólo describe en ese fuerte aprendizaje las miserias de personajes violentos y problemáticos que apenas se interesan por Dell.

La novela concluye con una breve tercera parte, ambientada en el presente de Dell, cincuenta años después de aquellos sucesos. Cuenta la plácida evolución de su vida, con un matrimonio tranquilo y una vida entregada a los estudios. Vuelve a tener un encuentro con su hermana Berner, a la que ha visto en todo ese tiempo en contadísimas ocasiones.

Con diferencia, lo mejor es la habilidad de Ford para describir ambientes, personajes y para introducirse en los pensamientos más íntimos de Dell cuando era apenas un adolescente tímido e inexperto. Tanto la detención de sus padres como los trágicos sucesos de los que es testigo con Arthur Remlinger condicionan su formación afectiva, social y existencial, llena de carencias que lo convierten, como tantos otros personajes de Ford, en un ser extraviado y desarraigado. Mientras que los tristes sucesos familiares tienen mucho sentido para conocer mejor el destino del narrador y protagonista, lo que vive en Canadá no acaba de encajar en la débil trama de la novela ni en el errático proceso de formación de Dell, aunque en la tercera parte el autor haga ver que el Dell actual puede ser el resultado de aquellos intensos, erráticos y extraños acontecimientos. Así, casi al final del libro, escribe el narrador: “Creo en que lo que uno ve es más o menos lo que hay, como les he enseñado a mis alumnos, y que la vida se nos entrega vacía”.

Se echa en falta lo que tanto se apreciaba en la trilogía de Frank Bascombe: la radiografía política, moral y social de los Estados Unidos, vista aquí en la distancia del país vecino. En Canadá Ford fuerza los ingredientes y personajes de la novela para ofrecer un mundo insulso y desencantado.


Canadá
Richard Ford
Anagrama. Barcelona (2013)
512 págs. 24,90 €.
T.o.: Canada. Traducción: Jesús Zulaika.

jueves, 17 de octubre de 2013

"Entre tonos de gris” de Ruta Sepetys



Lina, la protagonista de esta novela, es una joven lituana de quince años que se ve arrastrada con su familia a una deportación a Siberia, tras la detención de su padre, que se encuentra en paradero desconocido. Entre tonos de gris cuenta aquella experiencia con dramatismo y también con confianza, pues la autora quiere resaltar también la positiva actitud de Lina, su hermano, su madre y otros compañeros de infortunio ante la vida, aunque no se ahorran casos duros y trágicos protagonizados por unos prisioneros que asisten atónitos a una inhumana deportación con el único objetivo de provocar la desesperación y la muerte de los detenidos.

La novela alterna la descripción de las duras condiciones que padecen, con el frío, el hambre y las constantes enfermedades como pertinaces compañeros, con el recuerdo de momentos del pasado que siguen dando sentido a sus vidas. Para salir adelante, Lina encuentra un incondicional ejemplo y apoyo en la actitud de su madre y también en el joven Andrios, una víctima más de la paranoia estalinista. Y también ocupan un destacado lugar los dibujos que hace Lina sobre lo que ve a su alrededor –que imitan a su admirado Munch- y que hace todo lo posible para que lleguen a su padre.

Ruta Sepetys es norteamericana de origen lituano. Su novela es un homenaje a su padre y a muchas familias de rigen báltico que, como la que se cuenta en la novela, inspirada en hechos reales y apoyada en una rigurosa documentación, vivieron las deportaciones de Stalin a Siberia a partir de 1941, tras la ocupación de los Países Bálticos por la Unión Soviética en 1939. A partir de ese momento, como comenta la autora en una nota final, “el Kremlin estableció listas de personas consideradas antisoviéticas que debían ser asesinadas, encarceladas o deportadas como esclavas a Siberia. Médicos, abogados, profesores, militares, escritores, empresarios, músicos, artistas e incluso bibliotecarios fueron todos considerados antisoviéticos y se añadieron a esa lista creciente que establecía las víctimas de una exterminación en masa programada”.


Entre tonos de gris
Ruta Sepetys
Maeva. Madrid (2012)
296 págs. 16,90 €.

miércoles, 16 de octubre de 2013

“Los abogados de la literatura”, de Marcel Reich-Ranicki




“¡Matad a ese perro! Es un reseñador”: este conocido verso de Goethe explica en parte el contenido de este libro, en el que el crítico alemán Marcel Reich-Ranicki, recientemente fallecido y autor de un magnífico libro de memorias, Mi vida, reseñado también en este blog, escribe veintitrés retratos dedicados a los críticos más influyentes de la literatura alemana, desde Gotthold Ephraim Lessing, considerado el padre de la critica alemana, hasta críticos contemporáneos del autor. Reich-Ranicki sabe que aborda un asunto un tanto espinoso, pues –como escribe- “no hay en el mundo un país donde se aprecie a los críticos. Pero en ninguno se les combate y anatemiza de manera más sistemática que en Alemania”.

Los análisis de Reick-Ranicki son amenos, rigurosos y profundos, y están plagados de jugosas citas que proceden de la obra crítica de los autores estudiados. En sus valoraciones no cae en ningún momento en la hagiografía; al contrario, en bastantes ocasiones disiente de las opiniones ya establecidas y ofrece una valoración muy distinta de la que suele ser habitual, como sucede por ejemplo cuando comenta la labor crítica de Goethe y de Walter Benjamín. Los retratos ofrecen interesantes observaciones sobre la crítica literaria, pues cada uno de los autores elegidos se acerca a ella desde diferentes posturas estéticas, ideológicas, comerciales y periodísticas.

En todo momento, además, tiene en cuenta el papel de la crítica literaria en el momento presente, lo que le sirve para buscar constantemente la conexión con la actualidad. Por ejemplo, aunque no le convence mucho la tarea emprendida por Lessing, le reconoce importantes intenciones críticas, como “no hacer pasar lo mediocre por más de lo que es; eso al menos permitirá al observador insatisfecho aprender a juzgar”. Alaba las iniciativas literarias de Fiedrich Nicolai, a quien considera “el fundador de la vida literaria alemana” y de quien rescata la aguda observación de que “los errores de los críticos no causan tanto daño como las alabanzas que se dedican los escritores mutuamente”. El capítulo dedicado a Goethe explica bastante bien la postura problemática de Reich-Ranicki con estos autores. Goethe no se tomó nunca en serio la crítica literaria y, de hecho, se pasó la vida rebajando sus pretensiones estéticas y rechazando que se intentase racionalizar la obra de arte (sobre todo la suya). Su opinión sobre Goethe queda resumida en una frase de otro de los críticos estudiados, Friedrich Schlegel: “Goethe es demasiado poeta para ser un entendido en arte”.

Otro de los críticos analizados es Ludwig Börne, autor de una famosa frase muy citada cuando se quiere ridiculizar a los críticos: “En Alemania escribe cualquiera que no use la mano para nada más; y el que no puede escribir, hace reseñas”. En estas páginas aparecen también Heinrich Heine (“¿quién ha escrito alguna vez sobre la literatura alemana con mayor belleza que Heine?”), el novelista y crítico Theodor Fontaine, Alfred Kerr, Moritz Heimann, Alfred Polgar, Thomas Mann, Siegfried Jacobson, Walter Benjamín.... y críticos más contemporáneos como Hilde Spiel, Walter Jens y Joachim Kaiser. La mayoría, por decirlo de alguna manera, son críticos profesionales, aunque Reich-Ranicki ha elegido también a escritores que han practicado la crítica de manera asidua, como Goethe, Heine y Thomas Mann.

Los abogados de la literatura es también una valiosa reflexión sobre las teorías, circunstancias, modas, tendencias, valoraciones, etc., que influyen en la crítica literaria, aspectos que Reich-Ranicki aborda desde su propia experiencia como critico. Tanto es así que este libro es también el autorretrato de uno de los críticos más apasionados y temidos de la literatura alemana contemporánea. Un comentario referido a Ludwig Börne le define bastante bien: “No le faltaron enemigos. Pero el crítico que no los tiene es despreciable. Quien los tema deberá buscarse otra profesión”.


Los abogados de la literatura
Marcel Reich-Ranicki
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona (2006)
492 págs. 27,90 €.
T.o.: Die Anwälte der Literatur. Traducción: José Luis Gil de Aristu.