miércoles, 24 de abril de 2019

"Las armas y las letras. Literatura y Guerra Civil (1936-1939)", de Andrés Trapiello


Nueva edición de un ensayo cuyo tema sigue despertando mucho interés. En esta edición de 2019, magníficamente editada, con cientos de fotografías e ilustraciones, Trapiello ha incorporado nuevos datos que matizan algunas valoraciones o amplía la información que se ofrece sobre los más de trescientos escritores que se citan. Como afirma Trapiello en el prólogo, “los estudios sobre la guerra civil y la publicación y rescate de textos originales de los protagonistas siguen creciendo, lo que justifica que vuelvan a añadirse aquí hechos, fotografías inéditas y  entrecomillados desconocidos y providenciales”.


En Las armas y las letras, Trapiello ha escrito un original ensayo historiográfico, a mitad de camino entre el libro de historia y de critica literaria, en el que se refleja la postura que los escritores e intelectuales españoles de la época adoptaron durante la guerra civil de 1936-1939.
La obra está concebida como un extenso y minucioso reportaje periodístico donde se consigna cómo pasaron aquellos años, uno por uno, las figuras más destacadas de las letras y los más prometedores miembros de las entonces jóvenes generaciones. Su pertenencia a uno u otro bando, o su salida al extranjero y la actitud con la que afrontaron el final de la guerra quedan explicadas con todo detalle. Además, en su momento, cuando se publicó en los noventa la primera edición, supuso el redescubrimiento de escritores que luego han sido muy valorados, como es el caso de Manuel Chaves Nogales, representante de lo que Trapiello llama la “Tercera España”, grupo mayoritario de españoles que se vieron asediados por los radicalismos de la izquierda y de la derecha. 


Trapiello, gran experto en la Guerra Civil española, ofrece muchas anécdotas, informaciones y hasta valoraciones personales que alejan este libro del estudio sesudo y universitario. El libro está repleta de historias humanas heroicas, dramáticas, trágicas y hasta patéticas, pues la Guerra Civil sacó lo mejor –y lo peor- de muchas de las personas que se citan. Gran trabajo de investigación el realizado por Trapiello que explica también cómo muchos escritores se adaptaron al lenguaje político de la zona en la que les pilló la guerra para salvar sus vidas. Además, es una lección de historia de la literatura –qué se escribió y cómo- en unos complicados y tensos momentos sociales y políticos. Además, rescata del olvido a muchos escritores y huye en todo momento del fácil maniqueísmo con el que muchos estudios literarios han abordado la influencia de la Guerra Civil en la trayectoria de muchos de estos escritores.


Las armas y las letras
Literatura y Guerra Civil (1936-1939)
Andrés Trapiello
Destino. Barcelona (2019)
664 págs. 32 €.

domingo, 21 de abril de 2019

"Nostalgia de Dios", de Pieter van der Meer de Walcheren


"Es mejor no seguir buscando, no reflexionar más, vive a lo bruto, sin la constante tortura de las vanas preguntas sin respuesta, vivir como un animal satisfecho", escribe Pieter van der Meer de Walcheren en una de las primeras entradas de este diario, Nostalgia de Dios, en el que describe su proceso de conversión religiosa al catolicismo. No tenía ni idea de este autor, amigo y contemporáneo de Jacques Maritain y de León Bloy. Gran descubrimiento.
            El diario comienza en 1907 y llega hasta 1911, cuando por fin recibe el Bautismo, aunque incluye un breve epílogo de 1923 en el que hace un poco de balance desde su conversión hasta esa fecha: "Mi vida ha cambiado por completo", escribe de manera contundente.
            Van der Meer era un poeta holandés de prestigio que estuvo en contacto con los movimientos artísticos y culturales de principios del siglo XX. Vivió durante largas temporadas en París y conoció a destacados escritores y artistas de esos efervescentes años, con los que mantuvo cierta amistad. Su diario habla de refilón de sus ideas artísticas y de su estancia en París. Pero no es ni mucho menos el plato fuerte de este diario, centrado en sus inquietudes religiosas, sus dudas, en su hambre de infinito que no consigue en principio canalizar y que condensa en esta queja: "las preguntas se levantan en mí como tempestades" porque siente "nostalgia de la Belleza, nostalgia de Dios, de la hermosa Unidad absoluta".
            Pieter había nacido en 1880 en Utrecht y en su familia y en la Universidad vivió en un ambiente de escepticismo religioso, aunque todo marcado por una visión protestante de la vida, muy despectiva con el catolicismo, al que se consideraba retrógrado y superado en todos los frentes. En esos años, incluso se aproximó al anarquismo y al socialismo, aunque después renegó del socialismo como solución política y existencial. Cuando más adelante Pieter hable en su diario de su madre, de su enfermedad y fallecimiento, lamenta que la educación que ella recibió la impidieran acercarse al catolicismo, a pesar de sentir como su hijo una rabiosa añoraba de verdades más fuertes y contundentes que también Pieter echa en falta en la gente que se relaciona con él en la Universidad y en otros ámbitos.
            Ya casado, con un hijo pequeño, Pierterke -que años después sería monje y sacerdote-, Pieter intenta abrirse camino, aunque no consigue una cierta estabilidad laboral. Por eso, decide trasladarse a París, donde vivirá los momentos más importantes de su vida. Antes de marcharse con la familia, desgrana su insatisfecho estado de ánimo, desesperanzado, y sus críticas a la falta de expectativas e ilusiones del mundo moderno, que rechaza de plano y donde no encuentra lo que tanto ansía. "La incertidumbre destroza mi alma", escribe. Decide buscar una solución existencial, pero no sabe dónde ni cómo. En una estancia en la Trapa de West-Malle, siente una atracción irresistible por la profundidad de la liturgia católica.
            Son interesantes las reflexiones artísticas que desgrana en la primera parte de este diario. Para él, el arte sólo es arte si aspira a lo absoluto; por eso, censura la obra artística de muchos de sus contemporáneos, en la que no aprecia el ansia de misterio ni escucha "la soledad del hombre en medio del universo inconmensurable".
            Antes de instalarse en París, realizó un largo viaje por Italia, experiencia que ocupa un destacado lugar en este diario y que le sirve para entrar en contacto más todavía con el arte religioso. A Van der Meer le atrae el arte medieval porque intuye que detrás de tanto esplendor no puede haber solamente la manifestación de un juego intelectual. Si bien hay muchísimas cosas con las que disfruta estéticamente, rechaza, por ejemplo, el Renacimiento, presente sobre todo en la ciudad de Roma, donde sólo ve formalismo y perfeccionismo, defectos que también achaca a parte del arte religioso contemporáneo.
            Tiene ansias de Dios y admira el catolicismo, aunque sigue sin dar pasos adelante. Uno de los escritores con los que más se identifica es con el francés León Bloy, contemporáneo suyo, al que decide conocer cuando ya se haya instalado en París. Bloy es un escritor católico de radicales convicciones que defiende de manera apasionada su fe y que lanza ataques furibundos contra aquellos que quieren arrinconar y despreciar la fe católica. A pesar de ser un escritor polémico en las formas, Van der Meer siente una especial afinidad personal con la vida y la obra de Bloy.
            "El alma -escribe ya en París- ha perdido el Paraíso, es decir, ha perdido a Dios, y llora y clama por Él con todas sus fuerzas". Por fin se entrevista con Bloy y nace entre ellos una fuerte amistad. Bloy le presenta a un amigo sacerdote con el que conversa sosegada y profundamente, y de ahí arranca su anhelada decisión de convertirse al catolicismo. Se bautizan él y su hijo, y después contrae matrimonio católico. Bloy y su familia hacen de padrinos (lo mismo que hicieron con Jacques y Raïssa Maritain). El diario concluye pocas semanas después, cuando Pieter recibe la Primera Comunión. Como escribe en su parte final, "cada día me asombro más de haber podido vivir tantos años sin Dios".
            Los posteriores artículos y libros de Pieter van der Meer, entre los que suelen destacarse Hombre y Dios,Todo es Amor,MagnificatLa hora de Dios, entre otros, sirvieron de estímulo a un grupo de artistas y escritores que formaron parte en los años veinte en Holanda del "movimiento de los jóvenes católicos". Tras el fallecimiento de su esposa Cristina en 1954, Pieter ingresó en el monasterio de Oosterhout, donde permaneció hasta su muerte en 1970.


Nostalgia de Dios           
Pieter van der Meer de Walcheren
Desclée de Brouwer. Buenos Aires (1948)
216 págs.
Traducción: Isabel Molina Pico.

"Figuras de la Pasión del Señor", de Gabriel Miró


Me lo habían recomendado hace años, pero hasta esta Semana Santa no he acabado por leérmelo. "Figuras de la Pasión del Señor" es un gran libro que, pienso, es de los pocos, por desgracia, que van a quedar de este autor alicantino, que ha caído en un olvido casi total (como le pasa en parte a su paisano Azorín). Lo escribió Miró entre 1915 y 1917, cuando se encontraba trabajando en la elaboración de una "Enciclopedia sagrada católica", que no se llegó ni a remontar ni publicar. Vivía en ese momento en Barcelona y trabajaba en su Diputación. Antes, había desempeñado diferentes puestos burocráticos en el Ayuntamiento de Alicante, tras unas fallidas oposiciones a judicatura, y en 1920 se trasladó a Madrid para trabajar en el Ministerio de Instrucción Pública. Murió en 1930.
            Aunque alabado y tímidamente reconocido por las "vacas sagradas" de aquellos años, Miró es nuestro peculiar Robert Walser mediterráneo. No encajó laboralmente en ningún sitio. Tuvo pocos amigos. Y literariamente, todavía hoy, no se sabe dónde meterlo: unos lo hacen en la generación del 98, otros en la del 14. Se suele destacar su parentesco literario con Azorín, que, como Miró, también destacó en el uso preciosista del lenguaje y en el exquisito tratamiento de la prosa poética. Pero Miró es mucho más que esto. Hay en su estilística una exacerbada sensibilidad sensorial que se desborda en sus escritos, de manera especial en este libro que comentamos. Su prosa es una explosión de luz, color, olores...: "Entre las estancias se abren los patios de jaspes, con toldos amarantos, verdes, anaranjados, sanguinosos y crudos, que tamizan el sol". Su léxico está plagado de cosas concretas con nombres y apellidos, con una cierta querencia a los arcaísmos, palabras exactas que están en desuso y que Miró recupera con gran soltura. Todo lo que describe tiene un nombre y todo es susceptible de recibir uno o varios adjetivos que engrandecen su significado. Sus retratos son delicados cuadros impresionistas: "Nicodemus, o Bonai-ben-Gorion, era recio, huesudo, inflamado". Sus paisajes desprenden vida y variedad: "¡Cafarnaum, en la llanura de Zabulón, tierras de Genesar, que crían el olivo, el mirto, la palmera, la morena, el nogal, el milgrano, el índigo, el pistachero, el manzano, el naranjo y el cidro!".
            Su mirada sobre la realidad es lúcida y exhaustiva. Todo se puede matizar y colorear y saborear y escuchar. Esta es la manera de acertar con el tono específico de lo que se describe. Por ejemplo, Miró muestra de esta manera el ambiente de los mercaderes que se extienden por los alrededores del Templo de Jerusalén: "Bajo los pórticos del Patio de los Gentiles, de columnas de jaspes, de vigas de cedro y piso de mosaico rojo y azul, se amontonan los mercaderes, todos con la insignia de su oficio o lonja". Y luego pasa a describir con precisión las actividades de los cambistas, los tintoreros, los orífices y percoceros, los alfayates, los perfumistas y drogueros, los hortelanos, recoveros, pasteleros... Y "vocean su pregón los alcalleres delante de sus tablas de amuletos de barro, de colodras, de marmitas, de cántaras recias y lisas, de ánforas cipriotas".
            "Figuras de la Pasión del Señor" se centra en los personajes que acompañaron a Jesús antes y durante la Semana Santa. Cada uno de ellos ofrece retazos de la vida en Palestina, de las costumbres de aquellas gentes, de los paisajes donde moran, de las vestimentas que utilizan los diferentes estamentos sociales, de las comidas caseras, de los utensilios que utilizan para trabajar en el campo... Miró ofrece, además, una imagen viva y cercana y emotiva de Cristo, que ha sido capaz de con sus palabras y hechos transformar la vida de tantas personas singulares, algunas sin apenas brillo y otras, como Nicodemo y José de Arimatea, cercanas al poder político, económico y religioso. 
            Cada escena tiene un pequeño nudo argumental centrado en el personaje seleccionado -María de Cleofás, María Magdalena, Simón de Cirene, Pilato, Barrabás, Annás, Herodes Antipas, Kaifás...-, aunque el peso de la narración lo lleva el tratamiento estilístico, recreándose en la atmósfera física y vital de Palestina. Como cuando describe Nazareth: "En una revuelta del camino surge todo Nazareth, crudo, recortado; sus casas desnudas, cuadradas, encendidas; los domos de las azoteas y los aljibes, como pechos alzados al azul. Nazareth se hinca arrebatándose por los pliegues de la peña blanca. En seguida reposa al amor de un coro de colinas verdes. Delante se tienden las eras; bajan los bancales de márgenes de pedernal y zarzas".
            Su dominio del lenguaje es abrumador, hiperrealista. Su estilismo formal deslumbra. No hay nada que se detenga a su capacidad de especificar, ya sean unas ropas de la época, la descripción de los salones de Pilato, el retrato del soldado que flageló a Jesús o las viandas que preparan unas criadas: "las siervas tendían tapices y cojines, y preparaban la refacción matinal: pasteles de setas y especias, cecina de jabalí umbriano, madreperlas y mariscos cogidos en el creciente de la luna; mirlos rellenos de pistachos". 
            Libro muy literario, humano y religioso, en el que el autor demuestra un gran conocimiento del Antiguo y Nuevo Testamento, que presenta de manera límpida el mensaje y la figura de Cristo. Los personajes que aparecen en el libro han sido tocados por la luz de la gracia, la verdad y la vida.


            Y buscando en Internet cosas sobre Miró, me he encontrado con otro libro que toma los sucesos religiosos de la Pasión como pretexto estilístico, "Semana Santa", prologado por el periodista Gaziel, que se publicó poco después del fallecimiento de Gabriel Miró. De hecho, en el prólogo se lamenta Gaziel de la mala suerte de la edición del libro, pues un retraso inesperado en la imprenta impidió que Miró lo pudiera tener en sus manos. Como "Figuras", aunque de manera menos exacerbada, lo que sorprende es su estilo y su ambientación, que combina en esta ocasión las referencias al presente de su tierra natal con el pasado de la época de Jesús.


Figuras de la Pasión del Señor
Gabriel Miró
Biblioteca Nueva. Madrid (1973)
304 págs. 

lunes, 15 de abril de 2019

"Señor de las Periferias", de Jesús Montiel


Autor de libros de poemas y textos en prosa poética como Sucederá la flor, uno de los mejores libros del año pasado, libro que sigue vendiéndose bastante bien porque ha acertado a abordar con finura y calidad estilística temas esenciales y universales, publica ahora Jesús Montiel (Granada, 1984) Señor de las periferias, una biografía literaria del escritor alemán Robert Walser (1878-1956). No se trata de una biografía canónica, sino que siguiendo retazos de la vida de este autor alemán, Montiel reflexiona poéticamente sobre diferentes aspectos vitales y estéticos que tienen mucho que ver con una vida aparentemente fracasada. Walser consiguió publicar algunas cosas en vida, que pasaron totalmente desapercibidas. Décadas después, es un escritor de prestigio,  valorado por Kafka, Musil, Canetti, Mann, Benjamin o Magris, además de ser reconocido como uno de los escritores alemanes más influyentes. Walser es autor de las novelas Los hermanos TannerEl ayudante Jakob von Gunten, y muchos textos breves en prosa como El paseo La rosa
  Su vida es más bien gris. Vivió en una familia numerosa de la que recibió poco cariño, que Robert reclamaba continuamente. Algunos hermanos tuvieron problemas psicológicos. Empezó a trabajar muy joven, con catorce años, y, como una peonza, fue de trabajo en trabajo y de ciudad en ciudad. Llaman la atención los constantes cambios de domicilio y de oficios (mayordomo, oficinista, actor, bibliotecario…). “Durante su residencia en Zúrich, que se prolonga durante diez años, se muda en diecisiete ocasiones y cambia de trabajo nueve veces. En una sola ciudad llegará a tener catorce domicilios. Cada vez que la estabilidad lo acorrala, Robert Walser hace las maletas”. Para Montiel, Walser elige “el oficio de no ser nadie”. 
Esta manera de ser, leve, en constante movimiento, de un nomadismo enfermizo, solitario, se traslada a sus escritos, repletos de sucesos nimios y aparentemente intrascendentes. “Con su literatura -escribe Montiel-, las cosas más tontas serán las más importantes”. A partir de 1918, pasa una larga temporada en el domicilio de su hermana en Biel. Trabaja ahora como bibliotecario. Vive ocho años en el Hotel Blaves Kreuz de Berna. Poco después, en enero de 1929, con 55 años, se agrava su neurosis e ingresa en un sanatorio mental  en Waldau. En esos años coincide su fracaso en todas las facetas de su vida, también en la literaria: “sus esfuerzos por ser un escritor de renombre se van al traste y cada vez más comprende que el fracaso es el nido donde debe madurar para alcanzar el vuelo”.
Esta singular y frustrada biografía, de naufragio en naufragio, fue la base de una literatura sencilla, dolorida, atenta a leves sentimientos cotidianos. Es un textos habla de la soledad, de sentirse un inadaptado, de la ausencia de felicidad, de la inconsistencia de todo lo que tiene a su alrededor. Con su vida y con su fragmentada obra, Walser se convirtió en “Señor de las Periferias, Rey de los Errabundos, Salvador de las Cosas Sin Importancia”. 


Señor de las periferias
Jesús Montiel
Pre-textos. Valencia (2019)
84 págs. 15 €.

jueves, 11 de abril de 2019

"La Revolución española 1936-1939", de Stanley G. Payne


Catedrático emérito de Historia de la Universidad de Wisconsin-Madison, el historiador Stanley G. Payne se ha especializado en la historia de España del siglo XX, de manera muy especial en la Guerra Civil española. Estamos ante un nuevo libro de investigación que complementa lo mucho que ya ha escrito sobre un tema que, para el autor, continua en un estado de efervescencia política y que a menudo suele abordarse no desde posturas históricas, que serían las más importantes, sino como consecuencia de la imposición de determinadas ideologías. En este sentido, para el autor, todo lo relacionado con la Ley de Memoria Histórica se ha utilizado como un arma política para imponer una única visión de los hechos que coincide en sus postulados con los planteamientos de los partidos que formaron parte del Frente Popular.
            Para Payne, se ha hecho un lavado de cara histórico que afecta a realidades que para los historiadores, por lo menos para él, son diametralmente opuestas. Por ejemplo, no coincide Payne con la imagen idílica con la que a veces se presenta la II República, como un dechado de democracia, cuando los hechos y lo vivido en los partidos políticos y en el Parlamento demuestran lo contrario. También se opone a la imagen que se ha querido transmitir de Manuel Azaña como un defensor absoluto de la democracia, cuando sus decisiones políticas reforzaron vías antidemocráticas. Aporta datos par ver cómo se alteraron los votos en las elecciones de 1936 a favor del Frente Popular. Y rechaza el romántico papel que se suele asignar a las Brigadas Internacionales como adalides de la libertad cuando vinieron a luchar en España a favor de la Revolución de carácter soviético, no por la democracia.
            Y este es el principal hilo conductor del libro. La Segunda República fue el intento de los partidos que formaron parte más adelante del Frente Popular de provocar en España una auténtica revolución parecida a la que se dio en Rusia. Las similitudes son muchas y los objetivos declarados por muchos líderes políticos y las actuaciones tomadas por los partidos políticos así lo corroboran. Para ello, realiza Payne en la introducción un análisis de las revoluciones que se dan en todo el mundo a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX buscando sus similitudes con lo que se pretendía en España y también sus diferencias. Luego, en el desarrollo del libro, muestra cómo lo que se buscó en todo momento, de manera planificada, fue una Revolución. Y para algunos, la Guerra Civil fue la oportunidad de lograr esa Revolución de manera instantánea y bien visible.
            Libro, como todos los del autor, muy interesante, que no dejará indiferente y que contiene una exhaustiva información. 



La Revolución española 1936-1939
Stanley G. Payne
Espasa. Barcelona (2019)
383 págs. 19,90 €.                 

martes, 9 de abril de 2019

"Viaje con el viento portugués a la luz del Algarve", de Ángel García Prieto y Fermín Rodríguez Gutiérrez


Nuevo libro de viajes de Ángel García Prieto, psiquiatra, escritor y crítico literario, dedicado una vez más a Portugal, y escrito en esta ocasión con la colaboración de Fermín Rodríguez Gutiérrez, catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo y autor de libros de geografía y otros estudios. Este libro se suma a una larga lista de títulos con los que Ángel García Prieto y diferentes autores con los que ha colaborado acercan a los lectores españoles la idiosincrasia de Portugal, sus ciudades, pueblos, lugares turísticos, monumentos, música, costumbres y, sobe todo, el alma portuguesa, por la que los autores sientes una especial debilidad. 
Han escrito un ameno libro que acerca la singularidad del fado, su historia y sus máximos exponentes del pasado y de ahora en Unos españoles en la corte del rey fado; sobre las peculiaridades de las localidades que se sitúan en la denominada raya en su libro La raya permeable; han descrito el recorrido de dos grandes ríos portugueses que nacen en España y mueren en el Atlántico en sus libros El río Tejo y El Douro; y han recorrido la rica, polivalente y verde región del Minho portugués en La región del Minho. 
Todos los libros, muy bien editados, con numerosas ilustraciones, incitan a conocer de una manera menos turística y más humana los pueblos y rincones de Portugal: en ellos hablan de geografía, monumentos, gastronomía, música, costumbres, lugares emblemáticos, leyendas…, y suelen dar en todos ellos un toque cultural, hablando de escritores portugueses, algunos de ellos traducidos al castellano. Para los que quieran recorrer Portugal sin las prisas y los tópicos turísticos, les recomendamos estos libros, y algunos más que no hemos mencionado, que se pueden adquirir en la distribuidora Asturarco.


            Viaje con el viento portugués a la luz del Algarve es el último que han publicado. En él, los dos autores recorren el sur portugués, las tierras del Algarve, “tierra luminosa, de clima y paisaje suaves”. Es una zona especial, en las últimas décadas, destino turístico de portugueses, españoles y europeos gracias a su clina mediterráneo y a la originalidad de sus paisajes costeros y del interior. Las similitudes con muchos pueblos españoles son evidentes, lo mismo que la huella de la cultura musulmana, más visible en esta región que en el resto de Portugal, pues fue donde más tiempo permanecieron los musulmanes.


            El libro tiene dos partes y está traspasado todo el por el viento, protagonista del libro en su estructura. La primera parte, “Ciñendo a barlovento”, está escrita por Ángel García Prieto; en ella describe de manera breve y sintética los puntos fuertes de los pueblos que recorre, con bellas ilustraciones que animan a viajar a conocer ya esos lugares. Con García Prieto recorremos el río Guadiana, puerta de entrada a los Algarves, con localidades históricas y turísticas como Tavira, Olhâo, Faro (la capital del Algarve), la costa vicentina, Lagos, Sagres, Loulé…. 
            La segunda parte, “Arribando a sotavento”, contiene las impresiones de Fermín Rodríguez Gutiérrez sobre los mismos lugares pero desde otra mirada y perspectiva, dejando sitio para los recuerdos y las anécdotas personales. Hay una estupenda reivindicación de Praia da Luz, de Sagres y de Tavira, entre otros muchos sitios que aparecen en su viaje.
            Dos viajes, dos miradas, dos autores para describir un mismo espacio: el sur de Portugal, cuna de exploradores, punto de partida de muchos viajes históricos, lugar donde se concentran las principales virtudes de Portugal. 


Viaje con el viento portugués a la luz del Algarve
Ángel García Prieto y Fermín Rodríguez Gutiérrez
Ediçôes DG. Linda-a-Velha (2019)
138 págs.

lunes, 8 de abril de 2019

"Lluvia fina", de Luis Landero


Luis Landero (1948) centra la estructura y trama de esta novela en Aurora, a quien el narrador califica de "confidente sentimental". Aurora es la mujer de Gabriel y tiene una hija, Alicia, que nació con algunos problemas. Posee un carácter amable, nada problemático, que facilita la confesión y la descarga de la conciencia. Aurora, escribe Landero, "lleva mucho tiempo, casi toda la vida, escuchando historias, confidencias, palabras y palabras dichas siempre en voz baja y en tono airado y dolorido".
            El acicate de la novela es la idea que tiene Gabriel, marido de Aurora, de organizar una fiesta familiar para celebrar el ochenta cumpleaños de la madre. Pero la idea, lo sabe Aurora, no va a llegar a buen puerto porque la relación que mantiene con sus hermanas y otros familiares es complicada. La idea provoca una catarata de resentimientos y enfrentamientos entre Sonia, Andrea y Gabriel, los tres hermanos, que llevan toda la vida con un trato distante y que solo gracias a la generosa actitud de Aurora no se ha roto del todo. Ella hace de testigo y confidente, pues los hermanos hablan poco entre ellos y suelen utilizar a Aurora para dar rienda suelta a los resquemores y para airear los secretos familiares.
            "A ella todas le cuentan, todos la quieren, todos le agradecen su compasión, su manera tan dulce, tan consoladora de escuchar". Pero la preparación del cumpleaños hace que las tiranteces se desaten de una manera más rabiosa que en otras ocasiones. Sonia echa en cara a su hermano que es un egoísta que nunca se ha implicado en los problemas familiares que marcaron la adolescencia de sus dos hermanas mayores, que tuvieron que ponerse a trabajar muy pronto. Sonia también acusa a su madre del fracaso de su primer matrimonio con Horacio, casi impuesto por su madre, como le cuenta a Aurora. La otra hermana, Andrea, protesta airadamente por la indiferencia y desdén que recibió de su madre, de la que dice ella que apenas recibió cariño. Andrea, una mujer inestable, airea los sucesivos enfrentamientos que tuvo con sus hermanos. Algunas de estas historias son fuertes, como los abusos sexuales que Sonia, según ella, recibió de su marido Horacio. O las mentiras de Roberto a su mujer, Aurora.
             Esta tormenta hace mella en Aurora, pues ella también tiene una historia triste que contar, pero no tiene ningún confidente al que acudir. 
            Novela psicológica basada en mucho diálogo y mucho intercambio de sentimientos, dejando la puerta abierta a la brusca salida de enquistados secretos familiares que hacen imposible la pacífica convivencia. 


Lluvia fina          
Luis Landero
Tusquets. Barcelona (2019)
272 págs. 19 €.

viernes, 5 de abril de 2019

Entrevista a Jesús Montiel, autor de "Sucederá la flor"


Poco a poco y gracias al boca-oreja, Sucederá la flor (Pre-textos) se ha convertido en una de las sorpresas literarias del último año y en libro de referencia para muchos lectores. Escrito con un estilo lírico, intimista y sugerente de gran calidad estética, en sus pocas páginas abundan las agudas e impactantes observaciones sobre la enfermedad, la vida, la infancia, el paso del tiempo.
            El libro parte de un suceso real. Uno de los hijos del autor, el más pequeño, de dos años, está enfermo. Después de sucesivas visitas médicas, descubren que tiene una galopante leucemia. A partir de ese instante, le ingresan en el hospital, donde pasa una larga temporada. Escrito un par de años después de los sucesos, y dirigido directamente a su hijo, Sucederá la flor recrea esos duros momentos.       

A.T.- Su novela incorpora el lenguaje poético para hablar de realidades muy profundas. ¿Qué aporta esta perspectiva poética al lenguaje literario?

Jesús Montiel.-Dice Christian Bobin que las cosas siempre son más que las cosas. La poesía da cuenta de este misterio. La ciencia solo describe, no sabe responder a la muerte y por eso la combate desesperadamente. La poesía no pretende ganar ni poseer. Conduce al corazón a la realidad brutalmente, sin analgésicos. Es el medio de transporte más seguro para viajar a lo humano. Y lo humano es una extraña aleación de luz y de sombra. La poesía es el petróleo del universo.

A. T.- ¿Estamos ante un texto que procede de su experiencia personal?

J.M.- Sí. Mi hijo mayor, tiene ahora ocho años, enfermó a los dos. Y hasta los cuatro y medio estuvo ingresado, con tratamiento médico.

T.- A menudo estas experiencias y realidades se abordan en otros muchos libros desde una perspectiva desencantada. ¿Puede la literatura contribuir a construir una sociedad más humana? 

J.M.- El dolor y la enfermedad son hoy un absurdo. Byun Chul-Han afirma que morir hoy en día es más difícil que nunca. Y es verdad. Nuestra época es descreída. Soberbia. Desesperada. Un pollo descabezado que da tumbos. Nuestra sociedad adora la juventud porque no tiene respuesta frente a la muerte. La muerte le estorba y la aparta. La literatura actual da cuenta de esta situación crítica del hombre posmoderno, altamente infeliz. A mí no me interesa esta literatura. Me gustan los libros que van más allá de la propia literatura. Hay libros henchidos y otros leves, que apenas nos saludan. Tímidos. Estos son los que me interesan. Libros que redimen. La escritura también tiene este poder curativo. Lo que escribo me construye, educa mi tiempo y lo orienta hacia al amor. No creo en las misiones a gran escala. Pero es innegable, así lo he experimentado, que un libro puede apagar un infierno.

Jesús Montiel (Granada, 1984) ha conseguido importantes premios literarios como el Hiperión con sus poemarios Placer adámico(2012), Díptico otoñal(2012), Insectario(2013),La puerta entornada(2015) y Memoria del pájaro (2016). Sucederá la flor es, después de Notas a pie de instante (2018), su segundo libro de prosa. También ha publicado recientemente El amén de los árboles(2018) y en la editorial Pre-Textos,  Señor de las periferias(2019), una personal biografía literaria del escritor Robert Walser. Profesor de lengua y de literatura, Montiel ha sido el traductor del libro Resucitar, del francés Christian Bobin, con el que este libro tiene muchas similitudes. Adolfo Torrecilla.



Sucederá la flor
Jesús Montiel
Pre-Textos. Valencia (2018)
64 págs. 10 €.

"El viaje a Rusia de 1934", de María Teresa León


Reúne este volumen las crónicas que la escritora María Teresa León realizó de su viaje a Rusia en 1934 para asistir, con su marido el poeta Rafael Alberti, también miembro del Partido Comunista, al Congreso de Escritores Revolucionarios Soviéticos. Ocho crónicas se publicaron en el periódico Heraldo de Madrid, tres en la revista francesa Regardsy también se incluyen otros siete textos periodísticos que complementan sus recuerdos, sobre el escritor Gorki y a propósito de la muerte de Stalin, escritos entre 1935 y 1953, publicados en diferentes medios.
            No fue la única vez que la autora, con Alberti, viajó a Rusia. Este era su segundo viaje. La autora presenta una visión edulcorada, optimista, lírica, paradisíaca de la situación que se vive en Rusia. Al igual que otros muchos viajeros comunistas, al regreso a sus países contribuyeron a expandir la propaganda de los logros comunistas. La autora hizo otros viajes posteriores durante y después de la Guerra Civil española (1937, 1955, 1956, 1964, 1965, 1966 y 1967). Seguro que la autora conoció de cerca la represión que se dio en la URSS y el alcance de los crímenes cometidos por Stalin, pero no aparece esta sensación por ningún lado. Al contrario, ofrece una imagen de Stalin, al que entrevistó, que encaja con el extendido culto a la personalidad que se dio en la URSS y en otros muchos países comunistas. Su visión del dictador es hasta almibarada: “Stalin nos contemplaba atentamente, y yo miraba sus manos blancas, nobles, leales; manos de hombre de pensamiento, manos que decían, más que sus ojos, el carácter tenaz y perseverante necesario al jefe de un pueblo”. Y a su muerte, en un artículo de 1953, recuerda la entrevista que le hizo, en la que “Él habla, habla para los que necesitamos fe, esperanza y paz”.
            Resulta muy interesante la introducción, a cargo de Ángeles Ezama Gil, profesora de la Universidad de Zaragoza. Explica estos viajes en el contexto histórico y aporta numerosa documentación sobre los testimonios de otros muchos viajeros. María Teresa León pertenecía aquellos años al Socorro Rojo Internacional, “organización tapadera de la Internacional Comunista”. Dirigió la revista ¡Ayuda!, también dependiente de la Internacional Comunista. Tanto su vida como su trayectoria literaria se vio eclipsada por la de su marido, Rafael Alberti.


El viaje a Rusia de 1934
María Teresa León
Renacimiento. Sevilla (2019)
184 págs. 17,90 €.