lunes, 22 de octubre de 2018

“En Troa Librerías salimos al encuentro de los lectores buscando su complicidad”. Entrevista a María Crespo, Directora General de Troa Librerías



Desde hace ya casi cinco años, María Crespo Garrido es la Directora General de Troa Librerías, que cuenta con una cadena de librerías distribuidas por toda España. Troa Librerías es, para muchos lectores, un referente en el terreno del mundo del libro y de la cultura. La dilatada experiencia de Troa (más de sesenta años) avala a sus librerías como un habitual lugar de encuentro de libros, autores, lectores, buscando que se cumpla aquello que decía Marcel Proust: “El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma”. Hablamos con María Crespo para que nos explique el trabajo que se realiza en Troa.  
1.- Troa Librerías nace en diciembre de 1951. ¿Con qué objetivos?
            Son muchos años de trabajo y de experiencia, muchas décadas en contacto con numerosos lectores y con el mundo del libro, viviendo buenos momentos y también difíciles, pues de todo ha habido en estos años. Troa nace con la intención de fomentar la cultura y de hacer más accesible el mundo del libro a todo tipo de personas. Y este objetivo sigue estando de plena actualidad. Queremos que la gente lea porque estamos convencidos de los saludables beneficios de la lectura en todas las personas. Leer sigue siendo la mejor herramienta para mejorar como personas y para fomentar la formación cultural. En definitiva, con el amor a la lectura construimos entre todos un mundo mucho mejor. A eso nos dedicamos.

2.- ¿Cuántas librerías forman parte de Troa? ¿Qué servicios prestan?
            Forman parte de Troa unas veinte librerías que están diseminadas por toda la geografía española. Cada una tiene su sello personal y todas aportan la experiencia de un grupo con muchos años de trabajo en torno al libro. Además de las selecciones de libros para adultos y para un público infantil y juvenil, Troa está muy asentada en muchos colegios, con los que trabaja codo con codo. Contamos con un experimentado departamento de libros de texto, de libros institucionales, asesoramiento personalizado a empresas, etc. Trabajamos todas aquellas facetas y ámbitos donde tiene presencia el libro. 

3.- Una de las señas de identidad de Troa Librerías es el nivel profesional de sus libreros. ¿Cómo definiría el trabajo que realizan?
            Vivimos en una época en la que más que información (de la que tenemos sobredosis) hace falta orientación. Teniendo en cuenta la cantidad de libros que se publican, no es fácil moverse en este mundo. Los libreros de Troa están al tanto de las novedades y ofrecen a los lectores, si se lo piden, sugerencias, posibles alternativas, recomendaciones. Todo ello basado en su experiencia humana y profesional y en su formación cultural. No se trata de vender un libro al precio que sea sino de facilitar el encuentro satisfactorio de cada lector con un libro. Por eso huimos de las recetas mágicas y de los consejos generales. Son muchos años trabajando en esta dirección y nos ha ido bien esta política de ponernos a la altura de los lectores y buscar su complicidad.


4.- Troa Librerías cuenta, además, con un asesoramiento profesionalizado. ¿En qué consiste esta faceta?
            Como comentaba, el mercado literario es inabarcable y hacen falta profesionales que sepan moverse en el proceloso mundo de la edición. Nosotros estamos para servir al público aceptando sus sugerencias y propuestas; también nos fiamos completamente de las editoriales; además, contamos con un equipo de profesionales que nos ayudan a conocer mejor los libros que se publican con el fin de poder aportar a los posibles lectores nuestra valoración y nuestra selección. Nuestro deseo que que estos lectores lean, primero, los buenos libros, ya que es imposible leerlos todos. Es lo que se hace en todas las librerías, que seleccionan, con la ayuda de este equipo, lo que consideran más apetitoso para sus posibles lectores. No resulta un trabajo fácil porque el nivel de las editoriales españolas es mayúsculo. Contamos con un mercado editorial variado y completísimo, lleno de constantes sorpresas. No es precisamente un mundo aburrido, plano o parado. Hay multitud de iniciativas editoriales que demuestran la vitalidad de una industria en constante movimiento. Lástima que este entusiasmo por el libro no venga acompañado de un mayor número de lectores, como confirman las estadísticas cuando se habla del lugar que ocupa la lectura en España. 

5.- ¿Se nota en las librerías el peso de lo digital? ¿Sigue teniendo futuro el libro en papel?
            Claro que se nota. Muchos lectores, por comodidad o por lo que sea (prefiero no poner calificativos a la gente que piratea libros como si tal cosa), han optado por el libro digital. Estamos ante un mercado creciente que, sin embargo, no está suponiendo, como algunos habían previsto apocalípticamente, el arrinconamiento y muerte del libro en papel. Sigue habiendo un tipo de libros que solo se publicarán en formato papel y sigue habiendo un tipo de lectores que continúan apegados al papel. Menos mal. Nuestra apuesta es vender de todo, pero está claro que nuestro modelo de negocio se basa fundamentalmente en el trabajo en vivo y en directo de nuestras librerías.

6.- En los últimos días han cerrado importantes librerías en nuestro país. ¿Se ha acabado el modelo “tradicional”? ¿Tienen que reinventarse las librerías?
            Es un negocio espinoso y en crisis, como tantos otros. El auge de lo digital, el retroceso cultural (no lo digo yo, está ahí) y la pérdida del valor del libro como objeto de cultura y sabiduría han relegado el papel del libro y de las librerías. Algunas no han tenido más remedio que cerrar, lo que resulta una pena y aumenta la sensación de que vivimos en un páramo cultural, a pesar de otras apariencias. Por eso las librerías no deben hoy esperar a que vengan los clientes sino salir a su encuentro. Para ello, deben reinventarse constantemente y dejar volar la imaginación para ampliar su oferta de actividades. En este sentido, un importante reto es la mejora de la formación de los libreros. Tenemos bastantes muy competentes, y estamos procurando que todos conozcan bien las novedades y otros muchos libros más o menos recientes que pueden interesar a los clientes. Si el librero conoce los libros acertará mas fácilmente, y si además conoce a los clientes más aún.
Además, seguimos promoviendo clubes de lectura, que sirven para que muchos lectores entren en contacto entre ellos y descubran buenos libros; pero también hemos multiplicado las presentaciones de libros y los actos culturales que tienen al libro como protagonista. Además, hay que facilitar a los lectores, con diferentes iniciativas, que conozcan títulos ya olvidados y otros que han pasado quizás sin pena ni gloria. En nuestro caso, estamos constantemente hablando de libros, novedades, selecciones… Publicamos trimestralmente una revista y todas las semanas seleccionamos una serie de títulos que nos ha llamado especialmente la atención. Con esto estamos consiguiendo la fidelidad de los lectores (una buena noticia para nosotros), que ven que no solo despachamos (que hay que hacerlo, y bien) sino que también proponemos y sabemos hablar de libros.*

miércoles, 17 de octubre de 2018

"La maleta", de Serguéi Dovlátov


La editorial Fulgencio Pimentel sigue publicando las obras del escritor ruso Serguéi Dovlátov (1941-1990). Esta es la tercera, tras la publicación de Retiro Oficio. Como las anteriores, también está inspirada en sucesos de su propia vida, en este caso con recuerdos de sus años de vida en la URSS, desempeñando trabajos variados y alimentando a la vez su vocación de escritor, aunque por sus problemas con el régimen no consiguió autorización para publicar nada (sus obras se distribuyeron secretamente en samizdat). 
Su obra entronca con lo mejor de Pushkin y Chéjov y conecta con la larga tradición de escritores satíricos rusos: Nikolái Gógol, Iván Goncharov, Ilf y Petrov, Mijaíl Zóschenko, Isaal Bábel, Mijaíl Bulgákov y, entre otros, Vladímir Voinóvich. Heredero, pues, de la mejor literatura humorística soviética, optó por la ironía y el sarcasmo para enfrentarse con la realidad. En España se habían publicado ya con anterioridad algunas de sus obras, como Los nuestrosEl compromiso La extranjera.
Lo más destacable de la literatura de Dovlátov es su estilo, diáfano, sencillo y directo, totalmente despojado de la habitual retórica comunista, que había creado un estilo paraliterario, manifiestamente ampuloso, extremo y heroico. También hay que destacar su sentido del humor y su ácido sarcasmo para retratar su vida y la de un variado muestrario de personajes que proceden de la realidad sociológica de la Rusia comunista. 
En La maleta vuelve a recurrir a su biografía. En él relata el escaso contenido que metió en la maleta que le acompañó al exilio: “Y así fue como me largué, con solo una maleta. Era de aglomerado forrada en tela, con refuerzos niquelados en las esquinas. La cerradura estaba estropeada. Tuve que atar la maleta con cuerdas de las que se usan para tender la colada”. Pero cada cosa que mete dentro –unos calcetines, unos botines, una chaqueta, un cinturón, un traje, unos guantes…- tienen su divertida historia detrás, que Dovlátov cuenta con abundantes digresiones y con gran sentido del humor. Estas historias, que en algunos casos funcionan como relatos cortos, describen a su vez la patética realidad soviética vista desde diferentes ángulos, repleta de personajes esperpénticos, que todavía lo son más gracias a la entretenida pluma de Dovlátov. 
       Todo está, además, contado de manera muy directa, en primera persona, con un estilo transparente y pulido que va directo al grano. Dovlátov desmitifica constantemente no solamente la vida soviética sino también su propia biografía y su carrera como escritor, huyendo de la nostalgia o de la melancolía. Con mucha ironía, Dovlátov maneja un estilo ameno, despojado de las sombras de la tragedia. 


La maleta
Serguéi Dovlátov
Fulgencio Pimentel. Logroño (2018)
192 págs. 19,90 €.
Traducción: Justo E. Vasco.

viernes, 12 de octubre de 2018

"Viaje a Rusia", de Josep Pla


En 1925, ocho años después de la Revolución rusa, el periodista Josep Pla (1897-1981) viajó a la URSS para escribir una serie de artículos periodísticos por encargo de La Publicitat. Los artículos tuvieron una gran aceptación y se publicaron ese mismo año en formato libro en la editorial Diana, consiguiendo vender más de cinco mil ejemplares. Este éxito demuestra el interés que existía en España por todo lo que estaba pasando en la URSS y que propició que una larga lista de intelectuales y políticos de todas las procedencias políticas (aunque de manera especial de la izquierda) viajasen a aquel país para comprobar en directo el alcance de las medidas revolucionarias: en mi libro Cien años de literatura a la sombra del Gulag me refiero a esta moda viajera.
            Pla parte de una intención periodística: “He procurado plantear las cosas en un terreno objetivo”. Él quiere limitarse a contar lo que ve, sin añadir valoraciones ni opiniones personales. No siempre le resulta fácil mantener la imparcialidad, pero en general consigue el propósito de componer un texto muy informativo y didáctico, en el que, por un exceso de periodismo, se echa en falta la actitud irónica, crítica y socarrona de la mayoría de los textos de Pla. Aunque años después se despachó a gusto contra las políticas totalitarias que arrinconaban al individuo frente al poder del Estado, en este libro Pla comprueba, quizás aplastado por la propaganda, la ruptura radical que supone el comunismo soviético en todos los órdenes, de manera especial en todo lo que afecta al orden social. Pla no tiene una opinión muy positiva de las democracias liberales, por lo que ve con buenos ojos algunas de las decisiones que adopta Rusia, que van precisamente en la dirección contraria.
Explica muchas cosas que tienen que ver con cuestiones organizativas. Habla de los problemas con los que se han enfrentado los comunistas: por ejemplo, las reticencias de los campesinos a seguir sus directrices. Expone los conflictos políticos, la situación de las diferentes repúblicas, los idiomas, la industria, la educación… No hay que olvidar que tras la guerra civil y el “comunismo de guerra”, que provocaron mucha miseria en todo el país, Lenin no tuvo más remedio que abrir un camino intermedio entre el comunismo y el capitalismo, la Nueva Política Económica (NEP), que calmó los ánimos de los más contrarios al comunismo aunque levantó muchas sospechas entre los fervientes partidarios de aplicar sin contemplaciones las recetas comunistas. Por eso, Pla contempla una Rusia en proceso de evolución. 
Por todo ello, Pla muestra una actitud condescendiente, comprensiva, quizás porque comparando la Rusia actual con la de la época de los zares, ve motivos para la esperanza, y eso que, como explica el mismo, se aproximó a esa realidad “con el candor de la ignorancia” y reconociendo que “estamos demasiado próximos a los acontecimientos para señalar la dirección que tomarán”. Hay, sin embargo, observaciones que anticipan lo que vendrá después, con comentarios que van más allá de lo puramente periodístico, como cuando dice que “es probable que a distancia la revolución rusa no quede más que como un fantástico cambio de personal y con una inversión del significado verbal de las palabras”. Intuye que la libertad individual pasará a un segundo plano y que todo en Rusia se estatalizará, también la producción intelectual. Y ve como un peligro la obsesión por la propaganda, constante en todos los órdenes de la vida. 
Este volumen incluye también un breve perfil del político catalán Andreu Nin escrito por Pla en 1959 y que incluyó en su serie de Homenots. Nin ejerció de intérprete en el viaje que Pla hizo a Rusia en 1925. Pla resume en este texto su trayectoria política y doméstica, su viaje  la Rusia, su gran nivel como traductor. Recuerda varias anécdotas personales que sirven para definir el espíritu rígido y dogmático de Nin, entusiasta sin fisuras de la Revolución (aunque más tarde tuvo que abandonar Rusia acusado de trotskista). El tono de este perfil es distinto al que empleó cuando relató su viaje. Aquí hay más observaciones subjetivas y personales. Aparece el Pla más auténtico. 


Viaje a Rusia
Josep Pla
Destino. Barcelona (2018)
180 págs. 18 €. 
T.o.: Viatge a Rússia el 1925. Notícies de l’URSS. Una enquesta periodística Andreu Nin (192-1938), en Homentos. Segona sèrie. 
Traducción: Marta Rebón.

"Vi. Una mujer minúscula", de Kim Thúy


Residente desde hace más de treinta años en Canadá, la autora (Saigón, 1968) abandonó Vietnam en un bote cuando tenía diez. Hasta ese momento había vivido en una familia adinerada de Vietnam, donde no faltaba de nada y en permanente contacto con la vida occidental. Pero la llegada del comunismo acaba con todo aquello. Inspirándose en su biografía ha escrito las novelas Ru Mân. Al igual que en las otras, en Vi hay también un trasfondo biográfico.
            En la novela, todos los miembros de la familia de la narradora y protagonista, Vi, consiguen escapar de Vietnam menos su padre. Acaban en Canadá donde rehacen sus vidas, en permanente conflicto entre las tradiciones de su tierra y el estilo de vida occidental de Canadá. Desde el principio, Vi se muestra como una joven independiente y moderna, que rompe con algunas costumbres y tradiciones de su pueblo, lo que le lleva a una ruptura con su madre y sus hermanos. Gracias a su trabajo en un despacho de abogados, tiene la oportunidad de viajar y vivir frecuentemente en su país de origen. Allí ve las cicatrices de la guerra que provocó su salida y, también, de profundizar en sus raíces familiares y personales. A la vez, la novela es una búsqueda para encontrar un sitio en el mundo a través del amor.
Más que el relato discursivo de los hechos, la autora prefiere las breves instantáneas, la atención a los minúsculos detalles que la autora recuerda de manera leve y de gran eficacia narrativa y poética, profundizando en las emociones y los sentimientos de la protagonista. Thúy es una escritora de una gran sensibilidad, que ha elegido para el relato de su vida la pincelada poética al crudo realismo.


Vi. Una mujer minúscula
Kim Thúy
Periférica. Cáceres (2018)
160 págs. 16 €.
Traducción: Laura Salas.