El Rastro madrileño es, como otros mercados similares en diferentes ciudades españoles y europeas, una radiografía de la misma sociedad cuyo significado, como opina Andrés Trapiello, va más allá del simple intercambio comercial. En el Rastro se almacenan y venden cosas viejas que parecen ya inútiles e inservibles, un auténtico cementerio de cachivaches en vías de extinción, que, sin embargo, siempre encuentran un comprador, alguien interesado de verdad en ellas, a veces de manera compulsiva y obsesiva. Y es que tan interesante es lo que se vende en el Rastro como los vendedores y hasta los propios compradores. Trapiello es uno de ellos. Lo lleva recorriendo desde hace cuarenta años y ha escrito sobre el Rastro muchas páginas, la mayoría en los volúmenes de sus diarios que llevan como título genérico Salón de pasos perdidos, y de las que en este libro se ha hecho una selección. Trapiello cuenta sus descubrimientos, sus aventuras, los regateos con los vendedores, los libros y fotografías que suelen acabar en este vertedero sentimental. Pero no todo son despojos. Como él confiesa, ha rescatado del olvido auténticas joyas.
Suele acudir al Rastro los domingos por la mañana, muy temprano. Va a la caza (o la pesca) de libros antiguos, de documentos, de imágenes..., de lo que sea. A por cosas concretas y también se deja llevar por la sorpresa. Como dice Trapiello, "yo no voy a comprar, sino a encontrar una respuesta". Y esta, sin obsesionarse, suele aparecer después de muchas vueltas y vueltas, aunque en ocasiones exija aceptar un proceso que incluye el consabido regateo y la sinuosa conversación con el vendedor.
En este libro, Trapiello se pregunta por qué algunas cosas viejas son tan o más importantes que las nuevas. Los vendedores acopian este tipo de mercancías descabaladas y descabalgadas porque siempre hay alguien que las busca con verdadera pasión, sabiendo que lo importante no es el precio sino el valor que tiene (para el comprador y para el vendedor). Tan es así que para Trapiello lo mejor del Rastro no es lo que acabamos encontrando sino lo que se va buscando, que no tienen por qué coincidir.
La primera parte del libro contiene una reflexión teórica sobre el por qué de este tipo de mercados. Dice Trapiello que "hay que ir al Rastro para saber qué somos", de dónde venimos y también a dónde vamos. Es una síntesis de una vida periclitada, objetos y mercancías que están a punto de ser engullidas por la muerte. El Rastro aparece como su última oportunidad para ser rescatadas. En la segunda parte, Trapiello condensa la historia del Rastro sirviéndose de su dilatada experiencia personal.
El libro incluye muchas páginas inéditas y otras rescatadas de sus diarios en los que, como hemos dicho, la visita al Rastro es una cita constante, un lugar de encuentro con sus lectores habituales. También en este libro, que tiene su remoto origen en unas conferencias que impartió el autor en la Fundación Juan March de Madrid en 2015, figuran muchas fotografías suyas, que ha hecho una selección de las más de 2.500 que tiene del Rastro.
Estamos, pues, ante una guía sentimental y subjetiva. Todo un homenaje a lo que Trapiello define como "la radiografía de la sociedad que lo alimenta".
El Rastro
Andrés Trapiello
Destino. Barcelona (2018)
360 págs. 24,90 €.
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