Considerado
una de las grandes promesas de la literatura eslovena, Goran Vojnovic
(Liubliana, 1980), escritor y director de cine y televisión, publicó esta
novela en 2012. En ella, aborda de lleno las consecuencias de la guerra de los
Balcanes tanto para la vida del narrador, el joven Vladan Borojevic, como para
toda su generación.
Vladan, hijo de un general del
Ejército Popular de Yugoslavia, Nedeljko Borojevic, ha tenido una vida
complicada, pues su padre, así se lo contó su madre, fue dado por muerto durante
la guerra. Años después, sin embargo, descubre en google que su padre sigue vivo y que es uno de los generales acusado
de crímenes contra la humanidad por el Tribunal de La Haya. De pronto, Vladan sufre
un terremoto vital e intenta asimilar esos inesperados hechos volviendo su
mirada hacia el pasado para que le explique el presente.
En 1991, cuando apenas tenía once años,
la familia de Vladan tuvo que trasladarse de manera forzosa de la tranquila
ciudad de Pula, donde transcurrió su feliz infancia, a Zagreb, donde su padre
había sido destinado. La guerra estaba a punto de comenzar y el niño Vladan
afronta desorientado aquellos sucesos que provocan una aguda crisis familiar.
Tras una temporada en Belgrado se traslada con su madre a la ciudad de Novi Sad
para vivir con un familiar de su padre. Meses después, su madre decide
instalarse en Liubliana, ciudad en la que rehacen sus vidas, aunque desde
entonces Vladan mantendrá una relación seca y tirante con su madre hasta el
posterior y definitivo alejamiento.
La novela recorre el presente de
Vladan, repleto de inseguridades y terrores, y su pasado, condicionado a los
once años por la participación de su padre en la guerra. También recuerda el noviazgo
y matrimonio de sus padres, y los primeros años de su relación. Pero Vladan no
sabe cómo encajar todas estas piezas. Comparte algunas de sus inquietudes con
su actual novia y compañera Nadja, pero sabe que lo que ha estallado en su
interior debe solucionarlo solo.
Para buscar respuestas, emprende un
viaje desde Pula a Belgrado y Novi Sad para intentar localizar a su padre. En
su viaje por tierras de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Servia… encuentra
algunas huellas y personas que le aproximan a él, pero no hay manera de dar con
su paradero. Gracias a su insistencia, consigue entrevistarse con antiguos amigos
de su padre, que le pueden ayudar a llegara la meta que se ha propuesto.
No es un camino fácil. Su padre está
perseguido por una matanza que cometió en la que fueron asesinados 34 aldeanos,
enterrados en una fosa común. Aunque aparentemente las cosas se han superado en
su país, su viaje le sirve para toparse de bruces con la realidad: la gente no
olvida. En el fondo, todos, de una u otra manera, siguen marcados por ese
trágico pasado marcado por el odio que transformó de manera violenta las
fronteras y las vidas de sus habitantes. En este sentido, Vladan es una víctima
más de todo aquello y, por eso, busca una respuesta.
Pasado y presente, pues, se dan la
cara. Y pasan factura al protagonista, que no es capaz de encontrar su sitio en
la nueva sociedad, al contrario que su madre, que sí parece haber pasado
página. Descreído y desorientado, resulta sin embargo muy atrayente su agitado
y a veces caótico punto de vista narrativo, a pesar de algunas salidas de tono
sexuales y una posmoderna y rebuscada superficialidad. Vladan es un verosímil
representante de una generación a la que se le ha obligado a pasar de puntillas
por todo aquello, aunque indirectamente determinaron sus vidas en una u otra
dirección.
Yugoslavia,
mi tierra
Goran Vojnovic
Libros del Asteroide. Barcelona (2017)
365 págs. 21,95 €.
T.o.: Jugoslavija,
moja dezela.
Traducción: Simona Skrabec.
Traducción: Simona Skrabec.
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