Schlögel publicó este libro en Alemania en 2015, meses después de la anexión de Crimea en 2014 y la ocupación del Dombás, dando origen a una guerra soterrada que se ha mantenido durante años hasta la invasión de Ucrania en febrero de 2022. La parte final contiene algunos escritos del autor publicados después de los sucesos de febrero de 2022. En el libro, son muy importantes tanto los primeros capítulos como los últimos, donde el autor alemán realiza una reflexión sobre las causas de las guerras de 2014 y la actual y una disección de la cultura ucraniana y su relación con Rusia y con Europa.
En estos textos, Karl Schlögel no oculta su decidido posicionamiento político a favor de la independencia de Ucrania y en contra de los deseos imperialistas de Putin. Para explicar su postura, nada oportunista, recurre a su exhaustivo conocimiento de la realidad de Ucrania, país que recorrió durante décadas y que, como demuestra en los capítulos del libro dedicados a las ciudades más importantes, conoce a la perfección.
En el prólogo, denuncia Schlögel el desconocimiento de lo sucedido en Ucrania en los últimos años por parte de los países occidentales, que han aceptado en muchas ocasiones los posicionamientos y la propaganda de Rusia, como los clichés sobre el nazismo y el antisemitismo. En su crítica a la postura imperialista de la Rusia de Putin, reproduce unas palabras de la escritora rusa Liudmila Ulítskaia, ahora exiliada: “Se ha violado de un modo grosero el derecho internacional y se han destruido los principios de la seguridad y la estabilidad europea (…). Mi país está enfermo de incultura agresiva, de nacionalismo y de megalomanía imperial”.
El libro de Schlögel no es una nueva historia de Ucrania. El autor emplea un método histórico que ya ha utilizado en otras obras: “las topografías históricas”. Para él, “en el espacio leemos el tiempo” y por eso es posible “leer las ciudades”, “descifrarlas como textura y palimpsestos” con el fin de “sacar a la luz sus estratos en una suerte de arqueología urbana que invita a hablar del pasado”. En este sentido, para Schlögel, las ciudades son “puntos de máxima condensación de los espacios y la experiencia histórica”.
Con estos presupuestos, el historiador alemán introduce a los lectores en la historia y la evolución de las ocho ciudades que ha visitado y “leído”: Kiev, Odesa, Yalta, Járkov, Dnipropetrovsk, Donetsk, Czernowitz y Lvov, con un capítulo en las páginas finales dedicada a la matanza de Babi Yar. Cada una a su manera, todas son testigo de la complicada evolución histórica de Ucrania, de su intermitente relación con los imperios de la época, de las amables y en ocasiones tensas relaciones con Occidente, de invasiones de todo tipo, de fronteras movedizas...
En sus diferentes recorridos históricos, todas unen sus destinos con el terremoto de la Revolución soviética, la guerra civil, la victoria de los bolcheviques, la implantación de un severo estalinismo que provocó, como sucedió con el Holodomor, millones de muertos y la invasión de los nazis con la Segunda Guerra Mundial. A partir de la caída del comunismo en 1989, Ucrania logra su independencia y se inicia en estas ciudades, cada una con un estilo distinto y su propia “geografía cultural”, un proceso de reconstrucción histórica y democrática, siempre con la sospechosa actitud de los rusos, que no asimilaron ni su independencia ni su viraje hacia Occidente.
Ucrania, encrucijada de culturas
Karl Schlögel
Acantilado. Barcelona (2023).
448 págs. 32 €
T.o.: Entscheidung in Kiew.
Traducción: José Aníbal Campos.
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