Crítico teatral en el diario El País, Marcos Ordóñez (1957) es autor
también de varias novelas (como Una
vuelta por el Rialto, 1994), un libro de memorias, Un jardín abandonado por los pájaros, y varios libros dedicados a
personajes del mundo del cine y del teatro, como Big Time: la gran vida de Perico Vidal (2014). Comedia con fantasmas está ambientada en un mundo que el autor
conoce a la perfección, el del teatro y del cine a lo largo del siglo XX.
Publicada en 2002, ahora vuelve a reeditarse en una nueva editorial.
”Voy a hablar
de un mundo que ya no existe”. Así comienza Pepín Mendieta sus memorias, que
abarcan desde 1925 a 1984, cuando las concluye ya anciano, apartado del mundo
del teatro y viviendo de sus numerosos recuerdos.
Todo comienza
en 1925, en Villaura, cuando a los 13 años abandona su familia y entra como
meritorio sin sueldo en la compañía itinerante El Gran Teatro del Mundo, que
dirige Eduardo Pombal. El alma de la compañía es Pombal, un director de escena
absolutamente apasionado por las obras de Shakespeare y por las comedias de
magia, tan en boga en la España de los años veinte y treinta. La primera obra
que vio Pepín fue El sueño de una moche
de verano, de Shakespeare, que Pombal adaptaba con profusión de “efectos
especiales”. Trabajó con Pombal hasta 1934, cuando decide abandonarle, cansado
del carácter maniático y posesivo de su director.
Con Pombal recorrió
muchos escenarios de la península hasta que se instalaron en Madrid contratados
por el empresario Benito Reyzábal y donde tuvieron mucho éxito con
espectaculares adaptaciones de El barón
de Münchausen, Sin novedad en el
frente y Jane Eyre, obra con la
que entra en escena Rosa Camino, actriz de gran talento que será después una de
las amantes de Pepín. Durante sus años en la compañía El Gran Teatro del Mundo,
hizo de chico para todo, dedicándose sobre todo a la preparación de los
escenarios.
Tras abandonar
a Pombal, y casi por casualidad y para sobrevivir, empezó a trabajar de actor
en pequeños papeles. Tras la guerra civil, cuando los géneros teatrales
populares perdieron terreno ante las posibilidades del cine, Pepín empezó a
hacer de extra en algunas películas. Luego emprendió una meteórica carrera como
actor hasta que se convirtió en un cómico de renombre dentro del cine más
popular. Durante esos años de éxito, Pepín recuerda su trayectoria profesional
y sus reencuentros con aquellas personas que habían marcado su vida. De manera
especial, con Pombal, que fue un director y actor exitoso hasta su ostracismo;
con Monroy, también actor, amigo de Pombal y persona muy cercana a Pepín y su
círculo de amistades; con Rosa Camino, que tuvo una famosa pero intermitente
carrera como actriz y que aporta a la novela el componente sentimental; y el resto
de los integrantes de El Gran Teatro del Mundo, con los que Pepín mantenía una
estrecha relación.
Lo más
sobresaliente del libro es la recreación, desde dentro, del mundo del teatro
itinerante y popular. El autor ha realizado un gran trabajo de documentación y
en esta novela se ha inspirado en actores y directores de carne y hueso,
convirtiendo en novela sus trayectorias profesionales. Abundan las sugestivas
observaciones sobre cuestiones relacionadas con la interpretación, los
montajes, la ambientación, el público, el mundo de los actores… Destaca el
papel de Eduardo Pombal, un adelantado a su tiempo en tantas cuestiones que
supo competir de manera muy digna con el cine sacando el máximo partido a las
posibilidades escénicas del teatro popular. La novela recrea un espectáculo que
se encuentra en vías de extinción y, también, un estilo de vida, el de los
cómicos itinerantes y el de los primeros actores del mundo del cine.
El autor abusa,
sin embargo, de algunos tópicos relacionados con la profesión de cómico: todos
los personajes son muy vitales, idealistas, materialistas a su manera, que
viven instalados en un relajado estilo de vida donde sobresalen la obsesión por
el teatro y por el placer. También son tópicas y gruesas algunas referencias
costumbristas. Le falta a la novela un argumento más convincente y la trama
sentimental no acaba de tener la suficiente envergadura y credibilidad.
El autor
ambienta muy bien la novela en unas décadas cruciales de la historia de España
y acierta en centrar el interés del argumento en las peripecias teatrales de
sus protagonistas, sin que los hechos históricos que se describen (proclamación
de la Segunda República, agitación social, guerra civil, posguerra…) adquieran
una desmedida relevancia argumental.
“No existe ya aquel
paisaje, el paisaje de mi vida”, rememora Pepín Mendieta. Las memorias son su
último esfuerzo para rescatar del olvido una manera de hacer teatro que ya no
volverá y a la que en esta novela se realiza un rendido homenaje.
Comedia con fantasmas
Marcos
Ordóñez
Libros
del Asteroide. Barcelona (2015)
424
págs. 19,95 €.
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