viernes, 7 de julio de 2017

“La sustancia del mal”, de Luca D'Andrea


Con esta su primera novela para adultos (antes había publicado libros juveniles), Luca D'Andrea (Italia, 1979) está cosechando un espectacular éxito internacional. En poco tiempo, ya se ha traducido a 35 idiomas y ya se ha hecho incluso una serie televisiva.
            La novela está concebida como un thriller y como una investigación pseudopoliciaca. Su protagonista es el norteamericano Jeremiah Salinger, famoso guionista de documentales, casado con Annelise, una joven de origen italiano con la que tiene una hija, Clara. El matrimonio tiene un papel muy importante en el desarrollo de la novela.
            Tras la buena aceptación de algunos de sus documentales, la familia decide pasar un año sabático en Italia. Se trasladan al pueblo de donde es su mujer, Siebenhoch, en el Alto Adigio, en el Tirol del Sur, una zona de los Alpes italianos fronteriza con Austria donde la mayoría de la gente habla alemán. Allí vive Werner, el padre de Annelise. Ahora es un lugar muy turístico, con hoteles y museos para los visitantes, pero hace décadas era un lugar muy pobre y aislado, lo que determinaba el carácter y las posibilidades laborales de sus habitantes. Aunque Salinger está de vacaciones, no puede olvidar su trabajo como guionista y entusiasmado por el trabajo que realiza el Socorro Alpino de los Dolomitas, decide hacer sobre ellos un documental. Sin embargo, en una de las acciones de este grupo, cuando iban a rescatar a una turista en una zona peligrosa  se produce un accidente en el que fallecen unos cuantos miembros del Socorro Alpino y en el que Salinger, testigo directo de los hechos, consigue salvarse.
            La experiencia de la imprevisible fuerza de la naturaleza en esas montañas le deja marcado. Sufre una profunda crisis de la que sale adelante gracias a su mujer, su hija Clara y su suegro Werner. Pero en pleno proceso de recuperación, conoce otro trágico suceso de esa localidad, de 1985, que acabó en una masacre en la que estuvieron implicados su suegro y otros vecinos de esa pequeña localidad.
            Salinger empieza a conocer los pormenores de aquellos sucesos sobre los que nadie quiere hablar y que se convierten en el nudo de esta novela. Sin embargo, poco a poco, descubre detalles que le abren algunas puertas que cambian la interpretación oficial. Sabe que nadie le quiere contar la verdad e intuye que se está metiendo en un avispero que salpica negativamente a su matrimonio y a la relación con sus vecinos. Conocer qué es lo que pasó en aquel trágico suceso, que acabó con la apocalíptica muerte de unos jóvenes, se convierte en una peligrosa obsesión.
            D’Andrea ha acertado con el personaje de Salinger, un original protagonista, muy alejado de los habituales protagonistas de los thriller psicológicos y terroríficos. Salinger implica a su familia en la investigación que realiza, poniendo en  peligro el futuro del matrimonio, condicionado a la resolución del caso, no sin fuertes crisis ni agudos problemas. La novela avanza a golpe de pequeñas revelaciones que amplían y a la vez enmarañan las posibilidades de encontrar al auténtico culpable de aquella masacre. En el desarrollo de los hechos, que acontecen en la zona montañosa de Bletterbach, hoy convertida en un parque temático para turistas, tiene mucha importancia la naturaleza y las leyendas antiguas que todavía persisten en las creencias de sus habitantes.
            Escrita en primera persona por el propio Salinger, la técnica elegida (el autor reconoce la influencia de Stephen King) y el estilo son muy cercanos a los lectores, que acompañan al protagonista en sus numerosas dudas, avances y obsesiones. Todo se complica con naturalidad, aunque el autor amplifique de manera artificial la intriga y exagere algunos ingredientes novelescos.


La sustancia del mal
Luca D'Andrea
Alfaguara. Barcelona (2017)
472 págs. 20,90 €.
 T.o.: La sostanza del male.
Traducción: Xavier González Rovira.

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