Dentro de los
actos e iniciativas con las que la Real Academia de la Lengua está celebrando
su III Centenario, han lanzado una colección de clásicos escritos por miembros
de la Real Academia Española y prologada asimismo por académicos. Hasta ahora
han aparecido los dos primeros volúmenes, Misericordia,
de Benito Pérez Galdós, y La busca,
de Pío Baroja. Se trata de unos volúmenes muy bien editados, dignamente
presentados y con unos precios muy económicos. Todos cuentan, además, con un
glosario muy útil. La colección está pensada para prestigiar a los clásicos
españoles y, también, para volver a leer a los clásicos, algo muy necesario en
el contexto cultural actual. A lo largo de 2014 se publicarán otros dos volúmenes
más: El camino, de Miguel Delibes, y Muertes de perro, de Francisco Ayala. Misericordia
está prologada por Antonio Muñoz Molina y cuenta también con un breve
estudio introductorio a cargo de Gonzalo Sobejano.
Misericordia es una de las mejores novelas de Benito
Pérez Galdós (1843-1920). La escribió y publicó en 1897, cuando ya había
publicado muchas de sus grandes novelas. En ella, dice Galdós en el prólogo que
escribió para la edición francesa, que se reproduce al principio de este
volumen, “me propuse descender a las capas ínfimas de la sociedad matritense,
describiendo y presentando los tipos más humildes, la suma pobreza, la
mendicidad profesional, la vagancia viciosa, la miseria, dolorosa casi siempre,
en algunos casos picaresca o criminal y merecedora de corrección”. Como todas
sus novelas realistas, es fruto de largos meses de observaciones “y estudios
directos del natural”. Acompañado de policías, Galdós visitó los barrios más
pobres y peligrosos de Madrid, como el de las Injurias y también el de Cambroneras,
donde vivían sobre todo gitanos. Para conocer cómo vivían en el interior de las
viviendas de estos barrios, llegó a disfrazarse de médico de la Higiene
Municipal. Con uno de sus protagonistas, el ciego Almudena, un mendigo que
pedía limosna en el Oratorio del Caballero de Gracia, pasó bastantes horas
entrevistándole. Todo es, por tanto, fruto de la observación directa y del
conocimiento que Galdós tenía de la ciudad que le acogió y a la que dedicó
tantas páginas magistrales.
La novela tiene
como protagonista a una de las grandes creaciones de Galdós, Benina, la
sirvienta que pide limosna para socorrer no solo a su señora, Doña Francisca,
una burguesa venida a menos, arruinada y condenada a la miseria, sino a su hija
Obdulia y a cuantos necesitaban de un poco de ayuda para sobrevivir. Sorprende
la magnanimidad de Benigna, su insólita y oculta generosidad en un mundo lleno
de egoísmos e hipocresía tanto entre la llamada gente de bien como entre los
mendigos y pordioseros que piden limosna con ella. Todos menos ella, y el ciego
Almudena, van a lo suyo, sin que apenas les importen los demás. En el caso de
doña Francisca y de sus familiares la actitud es todavía peor, pues se empeñan
en mantener las apariencias y en alimentar unas fantasías que gracias a Benina
nunca se hacen trizas con la realidad, pues al final salen adelante por arte de
magia, y de deudas, de lo que Benina lleva a casa con sus piadosas mentiras, no
de lo que ellas han conseguido. Un ejemplo emblemático de esta actitud es
Francisco Ponte, quien vive una pobreza vergonzante que oculta bajo la máscara
de sus lujosos y decadentes recuerdos.
Además
del exhaustivo trabajo estilístico, otro aspecto muy interesante de esta novela
cervantina es el insólito halo espiritual que rodea a Benina, como escribe
Galdós, “del más puro carácter evangélico”. Este rasgo, escasamente presente en
las obras de Galdós (en otras obras se mostró abiertamente anticlerical), es
como la reacción al exceso de materialismo de otras obras realistas y
naturalistas. Benina es una heterodoxa santa que vive por y para la caridad,
sin buscar nada a cambio. Su entrega es absoluta y es incapaz de dejar
abandonado a nadie, ni mucho menos al ciego Almudena, con el que mantiene por
caridad una relación muy especial. Para el académico Muñoz Molina, Misericordia
“explora los límites del mundo geográfico y social que Galdós había ido
roturando a lo largo de casi veinte años: la pobreza extrema, los barrios
peores y las fronteras más desoladas de Madrid, el grado máximo de la alucinación
y el delirio”.
Misericordia
Benito Pérez Galdós
Real Academia Española. Alfaguara. Madrid
(2013)
338 págs. 12,90 €. (papel) 5,99 €.
(digital).
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