No suele ser el escritor británico Martin Amis (Swansea,
1949) un escritor complaciente con lo que sucede a su alrededor. En sus libros,
cuando describe la situación actual de Inglaterra (y también de su propia vida
y familia), su mirada ha sido siempre crítica, mordaz y despiadada. Pero en su
última novela, Lionel Asbo, multiplica por cien su visión ácida de las
cosas. En esta ocasión canaliza literariamente su desahogo a través del relato
de la esperpéntica vida de Lionel Asbo, un veinteañero expresidiario y
delincuente que malvive trampeando en un imaginario suburbio londinense. A este
personaje y su entorno dedica esta novela que se presenta como una parábola
contemporánea de la vida en Inglaterra.
Las primeras páginas de la novela
son brutales, pues Amis ofrece un crudísimo retrato de Lionel en el barrio de
Diston Town: obsesionado con el porno en Internet y el alcohol, vive de
revender joyas y objetos robados y de ajustar cuentas por encargo. Tiene dos
perros pitbull que alimentan su imagen peligrosa y violenta de hooligan. Su
filosofía de la vida se reduce al sistemático robo, al placer primitivo, a la
bebida y al sexo sin medida. Lionel tiene otros cuatro hermanos, todos ellos de
padres distintos. Su madre, Grace, a punto de entrar en los 40 (fue madre por
vez primera a los doce años) vive cerca de su casa y Lionel la controla para
que no provoque ningún escándalo sexual, pues continua abonada a su habitual
promiscuidad.
Aunque Martín Amis concentre
exageradamente en este desquiciado microcosmos muchos males que aquejan a la
sociedad británica, consigue que su sátira surta efecto, pues de manera muy
ácida presenta sin maquillajes estéticos las consecuencias de la depravación
sexual, la violencia social, el radical egoísmo individual y social y el nulo
aprecio por la educación y la urbanidad. Pero si la novela hubiese seguido en
esa dirección, Amis hubiese caído en un moralismo en el que no quiere caer,
como también sucede en otras novelas suyas. Por eso, deja en un segundo plano
la radiografía sociológica de una sociedad bárbara (aunque este aspecto sigue
teniendo su peso en la narración) y tras unas páginas desconcertantes pero
eficaces por su feroz hiperrealismo introduce una trama que desvía la novela en
otra dirección, para mí menos interesante.
Lionel se encarga de cuidar de su
sobrino Desmond, al principio de la novela un joven de 15 años, de padre
desconocido y huérfano de madre, que no encaja mucho en el mundo gamberro de
Lionel y su deslavazada familia. Le interesan los estudios y la lectura e
intenta escaparse de los planes y aficiones macarras de su tío. Sin embargo,
aunque está hecho claramente de otra pasta, como tantos otros jóvenes de su
barrio, cuenta ya con una dilatada experiencia sexual (algunas, enrevesadas y
muy fuertes) que le provoca no pocos traumas. Desmond es, a lo largo de toda la
novela, el contrapunto moral de Lionel, pues mantendrá sus ideas y sus
sentimientos, conseguirá estudiar en la universidad (lo que más odia Lionel),
se casará y tendrá una hija.
A la vez, la vida de Lionel sufre una radical
transformación cuando, en la cárcel, consigue ganar un multimillonario premio
de lotería. Desde entonces Lionel se convierte en un extravagante personaje
famoso cuyas correrías aparecen todos los días en la prensa sensacionalista. El
dinero no transforma a Lionel, pues sigue siendo rudo, ignorante, primario,
mujeriego, violento... con la ventaja según él de que ahora tiene todo el
dinero para satisfacer todos y cada uno de sus excéntricos y amorales
caprichos.
Amis sigue empleando un estilo
vitriólico y desgarrado para describir las alocadas tropelías de Lionel. En
esta parte, sus críticas se concentran en el lugar que ocupan el dinero y la
fama en la sociedad actual. Ya no se valora a las personas por sus éxitos
profesionales o su calidad ética; ahora lo único que importa. como señal de éxito,
es llamar la atención con todo tipo de escabrosidades, cuanto más explícitas
mejor, pues seguro que así aparecerán descritas con todo lujo de detalles en la
prensa sensacionalista, el otro blanco de las punzantes críticas de Amis. Para
él, los tabloides, de tanta tradición en Inglaterra, representan el peor rostro
de los valores dominantes en la sociedad inglesa, ansiosa de escándalos
sexuales, cotilleos amorosos, sucesos escabrosos y de una pasión enfermiza por
el dinero fácil.
Mientras Desmond intenta sobrevivir
con dignidad a lo que ha vivido y ve a su alrededor, pues sigue viviendo en el
suburbial barrio de Diston, su multimillonario tío Lionel se convierte en un
juguete roto en manos de desaprensivos asesores, mujeres que sólo se interesan
por su dinero, periodistas especializados en el gore rosa y amigos que aceptan
las humillaciones para conseguir algún tipo de favor económico. Todas estas
experiencias, sin embargo, no hacen ninguna mella en el espíritu violento y
autosuficiente de Lionel, quien ha acabado por manipular las ventajas del
dinero para dar rienda suelta a sus muchos deseos, siempre primarios. A pesar
de que la crítica de Amis resulta por momentos mordazmente muy inteligente,
todo resulta excesivo, desmedido, recargado, exagerado, rebuscado.
Martín Amis
Anagrama. Barcelona (2014)
360 págs. 19,90
€.
T.o.: Lionel Asbo. State of England.
Traducción:
Jesús Zulaika.
A pesar de que parece que en su inicio era potente el libro, veo que luego cae en la exageración. No sé si me acercaré a esta obra. Del autor no he leído nada y no sé lo que me puede esperar.
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