viernes, 28 de marzo de 2014

“Lionel Asbo. El estado de Inglaterra”, de Martin Amis





No suele ser el escritor británico Martin Amis (Swansea, 1949) un escritor complaciente con lo que sucede a su alrededor. En sus libros, cuando describe la situación actual de Inglaterra (y también de su propia vida y familia), su mirada ha sido siempre crítica, mordaz y despiadada. Pero en su última novela, Lionel Asbo, multiplica por cien su visión ácida de las cosas. En esta ocasión canaliza literariamente su desahogo a través del relato de la esperpéntica vida de Lionel Asbo, un veinteañero expresidiario y delincuente que malvive trampeando en un imaginario suburbio londinense. A este personaje y su entorno dedica esta novela que se presenta como una parábola contemporánea de la vida en Inglaterra.
            Las primeras páginas de la novela son brutales, pues Amis ofrece un crudísimo retrato de Lionel en el barrio de Diston Town: obsesionado con el porno en Internet y el alcohol, vive de revender joyas y objetos robados y de ajustar cuentas por encargo. Tiene dos perros pitbull que alimentan su imagen peligrosa y violenta de hooligan. Su filosofía de la vida se reduce al sistemático robo, al placer primitivo, a la bebida y al sexo sin medida. Lionel tiene otros cuatro hermanos, todos ellos de padres distintos. Su madre, Grace, a punto de entrar en los 40 (fue madre por vez primera a los doce años) vive cerca de su casa y Lionel la controla para que no provoque ningún escándalo sexual, pues continua abonada a su habitual promiscuidad.
            Aunque Martín Amis concentre exageradamente en este desquiciado microcosmos muchos males que aquejan a la sociedad británica, consigue que su sátira surta efecto, pues de manera muy ácida presenta sin maquillajes estéticos las consecuencias de la depravación sexual, la violencia social, el radical egoísmo individual y social y el nulo aprecio por la educación y la urbanidad. Pero si la novela hubiese seguido en esa dirección, Amis hubiese caído en un moralismo en el que no quiere caer, como también sucede en otras novelas suyas. Por eso, deja en un segundo plano la radiografía sociológica de una sociedad bárbara (aunque este aspecto sigue teniendo su peso en la narración) y tras unas páginas desconcertantes pero eficaces por su feroz hiperrealismo introduce una trama que desvía la novela en otra dirección, para mí menos interesante.
            Lionel se encarga de cuidar de su sobrino Desmond, al principio de la novela un joven de 15 años, de padre desconocido y huérfano de madre, que no encaja mucho en el mundo gamberro de Lionel y su deslavazada familia. Le interesan los estudios y la lectura e intenta escaparse de los planes y aficiones macarras de su tío. Sin embargo, aunque está hecho claramente de otra pasta, como tantos otros jóvenes de su barrio, cuenta ya con una dilatada experiencia sexual (algunas, enrevesadas y muy fuertes) que le provoca no pocos traumas. Desmond es, a lo largo de toda la novela, el contrapunto moral de Lionel, pues mantendrá sus ideas y sus sentimientos, conseguirá estudiar en la universidad (lo que más odia Lionel), se casará y tendrá una hija.
A la vez, la vida de Lionel sufre una radical transformación cuando, en la cárcel, consigue ganar un multimillonario premio de lotería. Desde entonces Lionel se convierte en un extravagante personaje famoso cuyas correrías aparecen todos los días en la prensa sensacionalista. El dinero no transforma a Lionel, pues sigue siendo rudo, ignorante, primario, mujeriego, violento... con la ventaja según él de que ahora tiene todo el dinero para satisfacer todos y cada uno de sus excéntricos y amorales caprichos.
            Amis sigue empleando un estilo vitriólico y desgarrado para describir las alocadas tropelías de Lionel. En esta parte, sus críticas se concentran en el lugar que ocupan el dinero y la fama en la sociedad actual. Ya no se valora a las personas por sus éxitos profesionales o su calidad ética; ahora lo único que importa. como señal de éxito, es llamar la atención con todo tipo de escabrosidades, cuanto más explícitas mejor, pues seguro que así aparecerán descritas con todo lujo de detalles en la prensa sensacionalista, el otro blanco de las punzantes críticas de Amis. Para él, los tabloides, de tanta tradición en Inglaterra, representan el peor rostro de los valores dominantes en la sociedad inglesa, ansiosa de escándalos sexuales, cotilleos amorosos, sucesos escabrosos y de una pasión enfermiza por el dinero fácil.
            Mientras Desmond intenta sobrevivir con dignidad a lo que ha vivido y ve a su alrededor, pues sigue viviendo en el suburbial barrio de Diston, su multimillonario tío Lionel se convierte en un juguete roto en manos de desaprensivos asesores, mujeres que sólo se interesan por su dinero, periodistas especializados en el gore rosa y amigos que aceptan las humillaciones para conseguir algún tipo de favor económico. Todas estas experiencias, sin embargo, no hacen ninguna mella en el espíritu violento y autosuficiente de Lionel, quien ha acabado por manipular las ventajas del dinero para dar rienda suelta a sus muchos deseos, siempre primarios. A pesar de que la crítica de Amis resulta por momentos mordazmente muy inteligente, todo resulta excesivo, desmedido, recargado, exagerado, rebuscado.


 Lionel Asbo. El estado de Inglaterra
Martín Amis
Anagrama. Barcelona (2014)
360 págs. 19,90 €. 
T.o.: Lionel Asbo. State of England. 
Traducción: Jesús Zulaika.


1 comentario:

  1. A pesar de que parece que en su inicio era potente el libro, veo que luego cae en la exageración. No sé si me acercaré a esta obra. Del autor no he leído nada y no sé lo que me puede esperar.

    ResponderEliminar