“La cocina es el arte de que otros se
manchen por ti para darte de comer”. Tanto el título del libro como esta cita
explican con creces el contenido de este divertido libro, que se propone
parodiar la obsesión por el arte culinario que inunda hoy día los canales de
televisión y hasta la vida diaria. A la mínima de cambio, en medio de una
intrascendente conversación, sale el aficionado o experto cocinero de turno para colocarte
el último plato que ha preparado y que ha causado sensación a su mujer y a toda
la comunidad de vecinos. Esta fiebre ha provocado también que se multipliquen
los libros gastronómicos, las secciones culinarias en revistas y periódicos y
que la cocina sea, nunca mejor dicho, el plato fuerte de algunas cadenas
televisivas. Todo el mundo es hoy un chef en potencia, y la conversación
cotidiana está salpicada de términos que proceden del argot culinario.
Itxu
Díaz, su autor, es un periodista y escritor cuya principal marca de identidad
es el empleo de humor y la sátira. Ya lo demostró en su anterior libro Yo maté a un gurú en Internet y lo hace
a menudo en sus colaboraciones periodísticas en distintos medios de
comunicación. Él mismo afirma que el humor, que no está de moda -por lo menos
en la literatura (porque es más fácil escribir de las tragedias, por ejemplo)-,
es la mejor fórmula para sobrevivir y para ayudar a sobrevivir a otros. En esta
línea, Itxu Díaz ha declarado quiénes son sus referentes contemporáneos de la
literatura española de humor: Julio Camba, Jardiel Poncela, Muñoz Seca, Miguel
Mihura, Alfonso Ussía… Que nadie busque en este libro, por lo tanto, un tratado
sistemático sobre la cocina o la anticocina. La finalidad del autor es la
evasión pura y dura.
Todo
el libro está dedicado a la gastronomía. Comienza con una afirmación de gran
calado existencial (“existe la cocina porque existe el hambre”) y unas nociones
básicas de historia de los alimentos, como el descubrimiento de la manteca, que
describe de esta manera: “Hay un antes y un después en la historia de
la gastronomía gracias a los hebreos, que descubrieron la manteca sin querer.
La descubrieron haciendo una guarrada, que es como se han obtenido la mayoría
de los avances gastronómicos en la historia de la humanidad”. Luego explica de
manera somera los diferentes utensilios y elementos que uno puede encontrarse
en la cocina, para los que el autor encuentra los usos más disparatados. A
continuación, en el capítulo titulado “¿Por dónde empezar?”, aporta unas útiles
recetas “para tontos”, como el huevo frito, la leche caliente y el filete a la
plancha.
Todo
lo que tiene que ver con la cocina aparece reseñado en este manual. Por
ejemplo, cómo manejar un libro de recetas, donde resultan muy interesantes sus
consejos sobre las cantidades y medidas y el uso publicitario de la fotografía
culinaria. En la cocina actual es fundamental también la presentación, “y esa
es la razón por la que –explica Itxu Díaz- los revueltos ha tardado tanto
tiempo en triunfar en los restaurantes vanguardistas”. La cocina es un arte, y
hay que cuidar por tanto la estética: por ejemplo, “el uso del delantal te da
un toque de profesionalidad y elegancia. Úsalo para cocinar salvo que tengas
previsto mancharte. Son imposibles de lavar”. El autor anima a los aspirantes a
cocineros a que cultiven su propio huerto y detalla cuáles tienen que ser los
principales inquilinos en el caso de que se lance a poner en marcha una granja.
No
resulta nada fácil mantener el interés en un libro de estas características,
basado en el sentido del humor. A menudo, de estos libros sólo quedan unos
cuantos chistes y un par de anécdotas. Itxu Díaz se lo ha currado, pues el
libro mantiene su tono hasta el final. El autor demuestra su veta irónica y
sarcástica en un tema ciertamente muy actual, dado por tanto a ridiculizar
situaciones y parodiar actitudes. Por eso, su libro es también un ejercicio
divertido de sociología, pues sirve para retratar el funcionamiento mimético y esperpéntico
de las personas cuando algo se convierte en una moda social. Y también cumple
con creces su objetivo último: no enseñar a cocinar. Y es que, para el autor, “como
en casi todas las artes, lo importante del cocinero no es hacerlo bien, sino
tener estilo”.
Aprende a cocinar lo suficientemente mal
como para que otro lo haga por ti
Itxu
Díaz
Hércules
de Ediciones. A Coruña (2015)
152
págs. 17,50 €.
Ilustraciones de Iñigo Navarro Dávila.
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