sábado, 13 de septiembre de 2014

“Cuentos mordaces”, de Saki



            
En los últimos años se han multiplicado las ediciones de los relatos del escritor inglés Saki, seudónimo de Hector Hugo Munro (1870-1016), uno de los grandes maestros de la literatura humorística. Hay ediciones de diferentes selecciones en Anagrama y Siruela; también en 2006, la editorial Alpha Decay publicó sus Cuentos completos. Pero en los últimos años ha sido la editorial Navona la que más ha apostado por este insólito y original escritor que comparte con Oscar Wilde su divertida crítica de la era victoriana. Han publicado, por ahora, Doce cuentos malévolos, Reginald, Reginald en Rusia, Doce cuentos impertinentes, Doce cuentos desvergonzados y ahora publican Cuentos mordaces. Como escribió Tom Wolfe, uno de sus declarados admiradores, la lectura de los relatos de Saki provoca adicción.
            Nació en 1870 en Akyab (Birmania), donde su padre trabajaba como inspector de la policía imperial. A los pocos años falleció su madre y fue educado por dos tías mayores, personas autoritarias y crueles que aparecen muy a menudo parodiadas en estos relatos, poblados de tías refinadas, cultas, dominadoras, aristocráticas, pelmas. Tras una frustrada experiencia como policía también en Birmania, que tuvo que abandonar a causa de la malaria, decidió dedicarse a la literatura y el periodismo. En 1899 publicó su primer cuento; poco después comenzó su carrera como periodista en el diario liberal The Westminster Gazette. Más adelante fue corresponsal en el extranjero del The Morning Post, con el que viajó a Los Balcanes, Varsovia, San Petersburgo, París. En 1904 publicó su primer libro de cuentos, Reginald, donde aparece el repetido escenario que elegirá para sus punzantes y divertidas narraciones: la sociedad eduardiana de finales y principio de siglo, retratada con ironía y con una comedida crueldad. En 1911 apareció The Cronicles of Clovis, libro del que se nutren la mayoría de los relatos de este volumen. En 1914, durante la Primera Guerra Mundial, se alistó en el ejército. En 1915 fue destinado a Francia y un año después falleció de un disparo de un francotirador durante la batalla del Ancre.
            Saki es heredero de la tradición de ironistas ingleses (Sterne, Wilde, Chesterton). Sus relatos, como los de esta selección, trasladan a un mundo de tías aristocráticas, mansiones familiares, cacerías, conversaciones sobre perros, la hora del té, mansiones londinenses, clubes de bridge, fiestas campestres... En un escenario deliberadamente tipificado, Saki diseña una acción de corte teatral donde los personajes compiten para ver quién es más ingenioso, aunque Clovis suele ser el más deslumbrante por su mordacidad. Casi siempre aparece como protagonista un personaje que guarda bastante relación con el carácter del propio autor, en este caso Clovis Sangrail: dandy, decadente, esteticista, sibilinamente amoral, elegante, de lengua viperina. Aunque su crítica es mordaz, en los relatos sobresale sobre todo el ingenioso sentido del humor del autor, especialmente habilidoso a la hora de rematar los diálogos con sorprendentes frases aforísticas, que suelen romper la cintura.
            La mayoría de ellos están protagonizados por Clovis Sangrail, personaje del que se sirve el autor para hilvanar escenas costumbristas y para aguijonear a los autosuficientes y engolados personajes eduardianos. Clovis acierta a la hora de poner el dedo en la llaga con sus traviesos y punzantes comentarios. Otros relatos de este volumen (“La música en la colina” y “La jauría del destino”), también ambientados en este mundo, muestran otra faceta narrativa del autor, también excelente autor de relatos de terror. Pero el tono general es, como escribe el traductor José Luis Piquero en el prólogo, el humor negro y la ironía vitriólica.


Cuentos mordaces
Saki
Navona. Barcelona (2014)
182 págs. 11,50 €.
T.o.: The Chronicles of Clovis.
Traducción: José Luis Piquero.


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