“Yo
he sufrido la crueldad y maldad de este mundo. He pasado por cosas que muchos
serían incapaces de creer”, escribe al inicio del capítulo IV el narrador y
protagonista de esta desgraciada historia con la que su autor, Jiang Guangci
(1901-1931), se convirtió en uno de los autores más leídos durante las décadas
de los años 20 y 30. Muchos escritores adscritos al realismo socialista
comunista chino han manifestado que se sienten deudores de esta novela, que sólo
entre 1926, fecha de su publicación, y 1933 tuvo quince ediciones, cifra que
expresa el entusiasmo con el que fue recibida.
Estamos
en los años veinte en China. Allí ha nacido el Movimiento de la Nueva Cultura,
al que se adscribe su autor. Este Movimiento busca liberar la literatura, y la
política, de los valores confucianos y acercarla a la realidad social y
política que se había inaugurado con la victoria de la revolución comunista en
Rusia. Jiang Guangci ingresó en el Partido Comunista chino en 1921 y en 1924
estudió en la Universidad de Moscú. Su primera novela, El joven de la vida
errante, como escribe acertadamente Blas Piñero, traductor y autor del
prólogo, es “el relato fundacional de la literatura china revolucionaria y
proletaria”. Guangci la publica cuando estaba más en boga un tipo de literatura
estecicista, alejada de la realidad revolucionaria que sería la seña de
identidad de la literatura comunista. Sin embargo, la evolución de Guangci no
fue la típica de tantos escritores comunistas, que pusieron su literatura al
servicio de unos intereses políticos concretos. Sus siguientes novelas, Las
penas de Lisha (1929) y La luna abriéndose paso entre las nubes
(1930), lo alejaron de la ortodoxia comunista, provocaron su expulsión del
Partido Comunista y le impidieron ser uno de los escritores oficiales durante
los años de la dictadura de Mao.
El
joven de la vida errante es una historia sencilla que cuenta la vida del
joven Wang Zhou. El autor elige la fórmula de una larga carta que Wang escribe
al Señor Wei Jia, un intelectual comunista que conoció en uno de los lugares
donde vivió y quien le abrió la puerta del conocimiento de otra realidad. La
carta describe su vida desde que se quedó huérfano, su vagabundeo por
diferentes zonas del país, los trabajos que consiguió y el permanente contacto
con la injusticia y la represión. “Sé –escribe Wang- que nací amando la
rebeldía y la reparación de la injusticia”. Los sucesos que padece le hacen más
fuerte y le unen más todavía a esta idea. Por eso Wang decide implicarse
políticamente y dar un sesgo revolucionario a su vida.
Todo
está contado de manera directa, sin florituras, pero con un estilo realista y
eficaz. Wang consigue transmitir a los lectores su desesperación vital y sus
ansias de transformar la realidad, sin caer en exageraciones y sin el melodrama
del que tanto abusará después la literatura comunista. El relato de su vida
incluye también una desgraciada historia amorosa que le lleva a una “toma de
conciencia diferente y trágica del amor”.
Excelente
recuperación de uno de los grandes autores de la literatura china del siglo XX.
Su prematura muerte en 1931 por tuberculosis frustró una ambiciosa trayectoria
literaria de la que esta novela es una buena muestra.
El joven de la vida errante
Jiang Guangci
Hrmida Editores. Madrid (2014)
146 págs. 15 €.
T.o.: Shaoniam piaobo zhe.
Traducción: Blas Piñero
Martínez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario