Fallecido
en 2013, Marcel Reich-Ranicki (1920) ha sido durante décadas el crítico
literario más prestigioso de Alemania. Ejerció la crítica en muchos medios,
especialmente en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung y también en
el famoso programa televisivo El cuarteto literario, muy popular en
Alemania. Su biografía Mi vida, es un apasionante recorrido por su vida
(judío de origen polaco, estuvo recluido en el gueto de Vasovia, del que
consiguió escaparse) y por su activa participación en la vida literaria y
cultural alemana durante décadas, no exenta de polémicas.
Este
ensayo Sobre la crítica literaria conecta con otro también publicado
hace años, Los abogados de la literatura (2006), en el que repasaba la
labor que realizaron eminentes críticos literarios, desde Lessing, considerado
el padre de la crítica alemana, hasta prestigiosos y polémicos críticos
literarios contemporáneos, todos alemanes.
Sobre
la crítica literaria es un ensayo que Reich-Ranicki publicó en 1970 como
introducción a una antología titulada significativamente Críticas
demoledoras y nada más, donde agrupó un conjunto de críticas y reseñas en
las que algunos libros y autores no salían muy bien parados. Este breve ensayo
cuenta con un largo epílogo escrito por el crítico español Ignacio Echevarría
en el que reflexiona sobre el contenido del libro, matiza y disiente de algunas
opiniones y conecta el alcance de las
opiniones de Reich-Ranicki con el ámbito español y Latinoamericano.
El
punto de partida del ensayo del crítico alemán es la dificultad de ejercer la
crítica literaria en Alemania. Y no sólo hace siglos, cuando el país estaba
sumergido en un régimen absolutista; también ahora, la crítica literaria es un
género con escasos reconocimientos. Reich-Ranicki recuerda el famoso verso del
joven Goethe, “Matad al perro ese! / ¿No veis que es reseñista?”. Y también
recopila algunas otras frases de escritores que, como Joseph Görres, a inicios
del siglo XIX, llamaba a los críticos “víboras venenosas que se revuelcan en
tribunales en la sombra” o ese comentario tan citado de Ludwig Börne: “el que
no sabe escribir se dedica a la crítica”. Parte del ensayo de Reich-Ranicki,
como otros libros suyos ya mencionados, se dedica a reivindicar la necesaria
presencia de la crítica independiente en el mundo literario actual.
En
estas reflexiones hay un repaso histórico y crítico sobre la crítica que
realizaron eminentes críticos como Lessing, Friedrich Schlegel, Christoph F.
Nicolai, Theodor Fontane... Todos ellos destacan también el valor de la crítica
negativa, es decir, aquellas críticas que señalan los defectos de la obra, sus
ingredientes mediocres y las claves de su fracaso. Lógicamente, este tipo de
crítica, antes y ahora, suele provocar encendidas polémicas con los autores,
que disienten abiertamente de la autoridad de los críticos.
Reich-Ranicki,
al contrario, considera que los críticos profesionales son los que tienen
reconocimiento y potestad para juzgar las obras literarias, aunque sus
criterios sean eminentemente subjetivos y su labor tenga un marcado carácter
individual. Por ello, cuestiona el papel de los que denomina “domingueros de la
crítica”, autores que de vez en cuando se dedican a reseñar las obras de sus
colegas y que suelen caer en la sobrevaloración desmedida y la chapucería del
elogio. Como escribió Nicolai ya en 1755, “los errores de la crítica no son ni
de lejos tan dañinos como los elogios que se prodigan los autores entre ellos”.
Reich-Ranicki describe estas críticas como “tibia lluvia de los favores mutuos”
que “cae sobre el paisaje yermo”. Para Walter Benjamín, citado profusamente en
el epílogo de Javier Echevarría, “sólo quien sepa destruir podrá criticar”.
Estas
reflexiones sobre la crítica negativa profundizan en la misión higiénica de la
crítica y el oficio de crítico en el contexto literario actual, reflexiones que
tienen continuidad en el epílogo de Echevarría. A pesar de las polémicas y los
enfrentamientos que pueden desatarse después de una crítica negativa, que
Reich-Ranicki considera inherentes al ejercicio de su profesión, también pone
las cosas en su sitio y rebaja su alcance: “En cualquier caso –escribe-,
conviene no sobreestimar la influencia directa de la crítica en el éxito o el
descalabro, sobre todo comercial, de algunos libros. Y consolará por igual a
enemigos y a partidarios de la crítica saber que ningún crítico –ni aun siendo
un genio- es capaz de aniquilar una obra de arte literaria que esté viva ni de
dar vida a otra que esté muerta”. Y es que “el crítico solo está en situación
de alentar y suscitar, de favorecer y acelerar y, por supuesto, también de impedir
procesos de comprensión y descubrimientos”.
Sobre la crítica literaria
Marcel Reich-Ranicki
Elba. Barcelona (2014)
144 págs. 14 €.
T.o.: Ubre literaturkritik.
Traducción: Juan de Sola.
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