domingo, 11 de noviembre de 2012

“El invierno del mundo”, de Ken Follett


Sólo de su anterior novela, La caída de los gigantes, Ken Follett (Cardiff, 1945) vendió en lengua española más de un millón de ejemplares. En total, lleva vendidos de todos sus libros unos 130 millones en todo el mundo, cifras que lo convierte en el gran rey del best-seller internacional. Más que ningún otro autor, Follett encarna un fenómeno literario exitoso que busca llegar al mayor número posible de lectores con una literatura asequible, entretenida, llena de acción, con mucha aventura, aunque la calidad literaria no sea precisamente una de sus grandes virtudes.

Los best-seller, por sus implicaciones comerciales, emplean un estilo eficaz y sin muchas florituras, un realismo convincente y nada arriesgado, unos sentimientos epidérmicos y estandarizados y unos argumentos que conecten en sus planteamientos con las inquietudes de los lectores actuales.

Tras el filón de la Edad Media (convertida en sus novelas en un escenario de cartón piedra), que Follett explotó en Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin, inició en 2010 la publicación de la trilogía que lleva por título “The Century”. El primer libro fue La caída de los gigantes, centrado en la historia de Europa en las primeras décadas del siglo XX, con la Primera Guerra Mundial y la revolución soviética como principales hilos conductores donde Follett sitúa las peripecias personales, sociales y políticas de cinco familias europeas y norteamericanas.

El mismo esquema lo repite en El invierno del mundo, la segunda novela de la trilogía. Los límites cronológicos son, en este caso, desde 1933, con la llegada de los nazis al poder en Alemania, hasta 1949, con la consagración de la Guerra Fría entre las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Entre medias, los conflictos que provocan los nazis en Alemania y Europa, la respuesta de ingleses y alemanes, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, el ataque japonés a Pearl Harbour, la inapelable derrota de Alemania y la posterior invasión de las tropas soviéticas en este país, las bombas atómicas y la Guerra Fría entre las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Ahora son los hijos de las cinco familias que protagonizaron la entrega anterior (los Williams, Fitzherbert, Kostin, Dewar, Ulrich) los que viven y padecen estos hechos, con una implicación muy directa en algunos casos en el destino de la historia de Europa.

Incluye el autor algunos capítulos ambientados en la Guerra Civil española, en concreto en una de las batallas más duras, la de Belchite en el frente de Aragón. Lloyd Williams, uno de estos personajes, se alista como voluntario en las Brigadas Internacionales para luchar contra el fascismo. En estas páginas, Follett describe la vida cotidiana de uno de los batallones de las Brigadas Internacionales y critica abiertamente la participación de los militares rusos en la guerra, pues estaban más interesados en derrotar a los anarquistas y milicianos del POUM que a las tropas nacionales. Como sin querer, Follett lanza también algunas hirientes descalificaciones, basadas en un conocimiento superficial de la realidad, contra el catolicismo y las actuaciones de la Iglesia en la historia de España.

Follet maneja una abundante y minuciosa documentación que hace verosímil el contexto histórico, aunque ha elegido una época sobre la que existen muchísimos estudios y muchísimas novelas ambientadas en estos dramáticos años. Por eso, apenas sorprende lo que cuenta, ya que la mayoría son hechos muy conocidos que, por su reiteración, han perdido peso dramático. El interés humano de la novela reside en las historias menudas, domésticas, familiares, amorosas que protagonizan estos personajes, paralelas al desarrollo político y militar de los acontecimientos. Pero, como suele suceder con el resto de su literatura, Follett es más un escritor de acción y de aventuras que hábil diseccionador de las relaciones íntimas y personales. Todas las historias humanas que aparecen manejan unos ingredientes parecidos unidos por la superficialidad y el anclaje en los valores políticamente correctos actuales. La novela es muy larga, hay de todo, pero con periódica puntualidad aparecen comentarios con las moralejas preferidas de Follett (una moral que justifica todo en nombre del... amor y el progresismo y su ya conocido escepticismo y crítica de la religión) y escenas sexuales breves pero explícitas que en algunos casos sirven para definir la catadura moral de algunos personajes.

El resultado es una novela eficaz, llena de movimiento y acciones paralelas que presenta de manera muy didáctica el devenir de los hechos históricos que narra, pero a la que le falta garra literaria y calidad a la hora de crear personajes atrayentes, escenas memorables, sentimientos profundos y un estilo cuidado y original. Pero estoy seguro de que esto no lo buscaba Follett.


El invierno del mundo
Ken Follett
Plaza & Janés. Barcelona (2012)
960 págs. 24,90 €.
T.o.: Winter of the World. Traducción: ANUVELA.

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