Sólo
de su anterior novela, La caída de los gigantes, Ken Follett
(Cardiff, 1945) vendió en lengua española más de un millón de
ejemplares. En total, lleva vendidos de todos sus libros unos 130
millones en todo el mundo, cifras que lo convierte en el gran rey del
best-seller internacional. Más que ningún otro autor, Follett
encarna un fenómeno literario exitoso que busca llegar al mayor
número posible de lectores con una literatura asequible,
entretenida, llena de acción, con mucha aventura, aunque la calidad
literaria no sea precisamente una de sus grandes virtudes.
Los
best-seller, por sus implicaciones comerciales, emplean un estilo
eficaz y sin muchas florituras, un realismo convincente y nada
arriesgado, unos sentimientos epidérmicos y estandarizados y unos
argumentos que conecten en sus planteamientos con las inquietudes de
los lectores actuales.
Tras
el filón de la Edad Media (convertida en sus novelas en un escenario
de cartón piedra), que Follett explotó en Los pilares de la
tierra y Un mundo sin fin, inició en 2010 la publicación
de la trilogía que lleva por título “The Century”. El primer
libro fue La caída de los gigantes, centrado en la historia
de Europa en las primeras décadas del siglo XX, con la Primera
Guerra Mundial y la revolución soviética como principales hilos
conductores donde Follett sitúa las peripecias personales, sociales
y políticas de cinco familias europeas y norteamericanas.
El mismo esquema lo
repite en El invierno del mundo, la segunda novela de la
trilogía. Los límites cronológicos son, en este caso, desde 1933,
con la llegada de los nazis al poder en Alemania, hasta 1949, con la
consagración de la Guerra Fría entre las dos grandes
superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Entre medias,
los conflictos que provocan los nazis en Alemania y Europa, la
respuesta de ingleses y alemanes, la Guerra Civil española, la
Segunda Guerra Mundial, el ataque japonés a Pearl Harbour, la
inapelable derrota de Alemania y la posterior invasión de las tropas
soviéticas en este país, las bombas atómicas y la Guerra Fría
entre las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión
Soviética. Ahora son los hijos de las cinco familias que
protagonizaron la entrega anterior (los Williams, Fitzherbert,
Kostin, Dewar, Ulrich) los que viven y padecen estos hechos, con una
implicación muy directa en algunos casos en el destino de la
historia de Europa.
Incluye
el autor algunos capítulos ambientados en la Guerra Civil española,
en concreto en una de las batallas más duras, la de Belchite en el
frente de Aragón. Lloyd Williams, uno de estos personajes, se alista
como voluntario en las Brigadas Internacionales para luchar contra el
fascismo. En estas páginas, Follett describe la vida cotidiana de
uno de los batallones de las Brigadas Internacionales y critica
abiertamente la participación de los militares rusos en la guerra,
pues estaban más interesados en derrotar a los anarquistas y
milicianos del POUM que a las tropas nacionales. Como sin querer,
Follett lanza también algunas hirientes descalificaciones, basadas
en un conocimiento superficial de la realidad, contra el catolicismo
y las actuaciones de la Iglesia en la historia de España.
Follet maneja una
abundante y minuciosa documentación que hace verosímil el contexto
histórico, aunque ha elegido una época sobre la que existen
muchísimos estudios y muchísimas novelas ambientadas en estos
dramáticos años. Por eso, apenas sorprende lo que cuenta, ya que la
mayoría son hechos muy conocidos que, por su reiteración, han
perdido peso dramático. El interés humano de la novela reside en
las historias menudas, domésticas, familiares, amorosas que
protagonizan estos personajes, paralelas al desarrollo político y
militar de los acontecimientos. Pero, como suele suceder con el resto
de su literatura, Follett es más un escritor de acción y de
aventuras que hábil diseccionador de las relaciones íntimas y
personales. Todas las historias humanas que aparecen manejan unos
ingredientes parecidos unidos por la superficialidad y el anclaje en
los valores políticamente correctos actuales. La novela es
muy larga, hay de todo, pero con periódica puntualidad aparecen
comentarios con las moralejas preferidas de Follett (una moral que
justifica todo en nombre del... amor y el progresismo y su ya
conocido escepticismo y crítica de la religión) y escenas sexuales
breves pero explícitas que en algunos casos sirven para definir la
catadura moral de algunos personajes.
El resultado es una
novela eficaz, llena de movimiento y acciones paralelas que presenta
de manera muy didáctica el devenir de los hechos históricos que
narra, pero a la que le falta garra literaria y calidad a la hora de
crear personajes atrayentes, escenas memorables, sentimientos
profundos y un estilo cuidado y original. Pero estoy seguro de que
esto no lo buscaba Follett.
El invierno del mundo
Ken
Follett
Plaza &
Janés. Barcelona (2012)960 págs. 24,90 €.
T.o.: Winter of the World. Traducción: ANUVELA.
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