Experimentado
periodista, José Joaquín Iriarte (1937) publica su primera novela,
El árbol del paraíso, donde se mezclan recuerdos
biográficos, experiencias personales, análisis periodísticos e
históricos con un argumento basado en la reconciliación, el amor y
la amistad. La novela transcurre en Lodosa, pueblo navarro del que es
natural el autor, desde la década de los 50 hasta inicios de los 80
del siglo pasado. La Guerra Civil y sus consecuencias son el
ingrediente principal, pues los protagonistas viven condicionados por
hechos sucedidos durante la Guerra o tienen que hacer frente a la
división incluso familiar entre vencedores y vencidos que parece
haberse instalado en la sociedad española durante el franquismo.
El
autor no comparte, sin embargo, el maniqueísmo tan presente en las
historias y novelas que se han escrito sobre la Guerra Civil y la
posguerra, lo que ha permitido la fijación de cómodos clichés y
estereotipos de los que resulta difícil escaparse, más que nada
porque la división entre buenos y malos simplifica mucho las cosas y
contribuye al melodrama y a una epidérmica emotividad. Como escribe
el autor en el epílogo, “he manejado abundante documentación
extraída de publicaciones periódicas y libros de historia. Y cada
vez que me acerco a la verdad subjetiva que contiene, mi actitud es
de progresiva cautela, y, al mismo tiempo, de una cierta esperanza de
que, ¡por fin!, se publique una historia objetiva, un relato exacto
y comprobado, sin adherencias de parcialidad o de sectarismo”.
Los
protagonistas de esta novela son Montxo, Pedro y Arantxa, que
proceden de tres familias de Navarra marcadas por la Guerra Civil. La
historia familiar de Montxo está repleta de tragedias familiares que
salpican incuso a sus padres, muertos después de la Guerra por su
pertenencia a los maquis. Pedro, el hijo del médico de Lodosa,
disfruta de una cómoda posición y también quiere dedicarse a la
medicina. Arantxa es una joven con muchas inquietudes que, por la
cerrazón de su familia, sobre todo de su madre, ha tenido que
abandonar los estudios para dedicarse a las tareas del hogar. Montxo
y Pedro se conocen en un hotel de los montes de Urbasa, a donde han
ido a recuperarse de la tuberculosis. Entre los dos, a pesar de
algunos encontronazos, surge una auténtica y profunda amistad que,
junto con la figura de Arantxa , será el principal motor de una
novela que recoge muy bien el ambiente de la época.
Como
telón de fondo, la realidad española de aquellos años, que el
autor describe al detalle y no sólo en los aspectos externos.
Iriarte habla de las rencillas familiares, los odios, los celos, las
mentiras institucionalizadas, la falta de comprensión; y también de
la otra cara de la moneda: del esfuerzo de muchas personas por
construir una sociedad más justa y más humana que supere esas
divisiones. Los personajes de la novela quieren así aportar su grano
de arena para que la vida en Navarra aparque estos estériles
enfrentamientos.
Además,
la novela tiene un ingrediente humano muy meritorio, pues tanto las
peripecias de los protagonistas como el estilo del autor van
encaminados a reflejar con realismo la vida cotidiana de unos
protagonistas que se sirven de sus cicatrices para apostar por la
reconciliación.
José Joaquín Iriarte
Eunate. Pamplona
(2012)252 págs. 18 €.
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