Contada por un
periodista que viaja rumbo a Australia para escribir un reportaje, la
historia de Prisioneros en el paraíso, como otras obras de
Paasilinna, es ciertamente disparatada: un variopinto grupo de
personas viajan rumbo a la India en un avión fletado por las
Naciones Unidas. La mayoría de los ocupantes pertenecen a dos
misiones de la ONU, una de la Organización para la Agricultura y la
Alimentación –son diez leñadores finlandeses para realizar
trabajos educativos- y otra de la Organización Mundial de la Salud,
con enfermeras suecas y comadronas finlandesas que se van a encargar
de tareas educativas sobre el control de natalidad en Bangladesh.
Además, en el avión viaja el narrador, periodista finlandés, y el
personal de vuelo, todos ingleses. Pero una avería del avión les
obliga a aterrizar de emergencia en una isla perdida del archipiélago
indonesio.
Tras la consternación
inicial, los supervivientes tienen que salir adelante en unas
condiciones difíciles. Si al principio surgen los problemas y las
tiranteces, poco a poco empiezan a organizarse y acaban por construir
con mucho trabajo y generosidad una pequeña comunidad donde imperan
los valores utópicamente socialistas. Al principio, tienen una vaga
esperanza de ser rescatados, pero llega un momento en que deciden
instalarse en la isla como si fuesen a vivir allí para siempre. La
estancia en la isla altera la escala de valores de la mayoría y
descubren el amor, la amistad y un estilo de vida que es la antítesis
de la agitada y vacía vida que llevaban en sus países de origen.
Bajo la pluma de Paasilinna, este argumento, muy explotado
literariamente, se aleja de interpretaciones serias y
existencialistas y se convierte en una parábola crítica y absurda
–y también muy epidérmica y tópica- de la sociedad actual.
Si en otras novelas,
como Delicioso suicidio en grupo, sus divertidas criticas
aportaban novedosos puntos de vista, en esta ocasión Paasilinna
(Finlandia, 1942) emplea una serie de recursos grotescos poco
ingeniosos y reiterativos –y hasta burdos- que sostienen una
concepción de la vida políticamente correcta que, además, y
esto quizás sea lo peor de la novela, subraya una moralina
existencial.
Prisioneros en el paraíso
Arto Paasilinna
Anagrama. Barcelona
(2012)
198 págs. 16,90 €.
T.o.: Paratiisisaaren
vangit. Traducción: Dulce Fernández Anguita.
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