Nacida
en 1928 en Nueva York, Mary Ann Clark, hija de padre norteamericano y
madre alemana, llevó una vida muy cosmopolita, con continuos viajes
por América y Europa. Tras una agitada vida, empezó a escribir en
1970 sus memorias, que publicó en diferentes editoriales y con
seudónimo. Hasta hace poco no se han comenzado a recuperar estos
libros, en los que fue desgranando sus viajes y algunos sucesos de su
vida.
Una biblioteca de
verano es un buen ejemplo de la literatura memorialística de
esta autora. Se trata de un breve volumen en el que de manera muy
sobria y leve, describe su vida desde el final de la Segunda Guerra
Mundial hasta 1956, cuando concluye el libro.
Casi al final de la
Segunda Guerra Mundial, el barco en el que viajaba con sus padres por
el Canal de La Mancha fue atacado por un submarino alemán. Como
consecuencia, sus padres fallecieron y ella pasó una larga temporada
en un hospital recuperándose de sus heridas. Dos años después, se
traslada a Francia, a D., donde su tío Marcel, fallecido sólo unos
meses antes, tiene una hermosa mansión, La Bienhereuse. Mary Ann
adoraba a su tío y conocía muchas anécdotas de su vida. Durante
unas semanas se hace cargo de su voluminosa biblioteca, que pone a
disposición de los vecinos de D.
Estos
hechos son el plato fuerte de esta sencilla novela. Mary Ann habla de
su pasión y fascinación por los libros, de algunos de los autores
favoritos de su tío, de los libros que se llevan sus vecinos para
leer. “Le hablaba –escribe la autora, fallecida en 1996 en
Ginebra- de cuán importantes eran los libros para mí: no podía
separarlos de mi vida verdadera. Los libros eran la
vida. Y podía recrearlos mientras caminaba, aun lejos de ellos”.
Quizás sean estos pasajes los más sugerentes de una novela que
apenas cuenta nada y lo que se cuenta lo hace sin insistir, sin dar
mucha información y sin explotar la vena psicológica y subjetiva.
Repasando los libros de
su tío ve que aparecen en muchos de ellos unas iniciales que llaman
su atención. Más tarde, tras una serie de pesquisas, descubre que
están relacionadas con una mujer de la que se enamoró su tío. De
ese suceso no conocía nada su sobrina, y se despierta su curiosidad
por conocer más cosas de aquella mujer. En un momento dado, el
sobrino de esa mujer, Saúl, aparece por D. y conoce a Mary Ann. Los
dos se trasladan en 1950 a Israel, donde reside la madre de Saúl.
Una biblioteca de verano
Mary Ann Clark Bremer
Periférica. Cáceres (2012)
86 págs. 14,75 €.
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