Profesor,
articulista y poeta, Enrique García-Máiquez (1969) es también autor de varios
volúmenes de diarios y de libros de aforismos (como Palomas y serpientes). En Un largo etcétera vuelve a reunir las
entradas de su blog “Rayos y truenos” que van desde 2011 hasta 2016. En este
sentido, esta nueva entrega es una continuación del estilo y de los principales
temas de sus volúmenes anteriores, Lo que
ha llovido y El pábilo vacilante.
Mantener un blog literario supone constancia y
periodicidad. También inmediatez y actualidad. A diferencia de otros autores
que también utilizan asiduamente el diario como vehículo de comunicación,
Enrique García-Máiquez ofrece una imagen más poliédrica, pues se opta
descaradamente por la transparencia. Más aún: el autor tiene una especial
predilección por los pormenores de su vida doméstica, su ocupación más
obstinada y perseverante. Podía haber utilizado estos diarios solamente para
hablar de libros y de literatura, que también lo hace, pero si solamente
hubiese hablado de cuestiones eruditas hubiese proporcionado una imagen irreal
de su persona, nos hubiésemos topado con una máscara. Al contrario, la imagen
que quiere ofrecer de sí mismo es más amplia, más humana y más real. Esta
característica le convierte en un escritor próximo, con el que resulta fácil
identificarse por la cercanía de las preocupaciones y acciones que transmite.
Con pasmosa naturalidad, García-Máiquez muestra cómo es y
lo que hace. Es profesor en un Instituto, donde en los últimos años ejerce de
Jefe de Estudios. En su diario habla sin avasallar, de algunas anécdotas de sus
alumnos, de la marcha de las clases, de cuestiones burocráticas… El tono –y es
lo normal en estos diarios- es siempre positivo, sin lamerse las heridas, sin
ofender, sin destacar solamente los asuntos más turbios o negativos. La misma
sensación tenemos cuando habla de su vida social y de sus numerosas actividades
literarias: lecturas, viajes, presentaciones de libros, conferencias… No vemos
en el autor un afán por descuartizar
a otros escritores ni al mundo literario en general. También aparecen en estos
diarios fragmentos y poesías, aforismos, haikus de su cosecha… y citas
oportunas de sus autores preferidos, que, como las composiciones que reproduce,
tienen su origen en el devenir de la propia vida. También son constantes las
referencias a su visión religiosa de la vida, que no es algo decorativo o
superfluo sino que impregna su actividad cotidiana.
Los temas que más aborda en estos diarios son los
familiares. García-Máiquez no quiere perderse ninguna reacción ni respuesta de
sus dos hijos pequeños, y son constantes las referencias a las palabras de sus
hijos a preguntas, sucesos, anécdotas a las que el autor sabe sacar punta
literaria y familiar. También aparecen emotivos recuerdos de sus padres y
constantes referencias a su mujer. Todo ello aderezado de bastante sentido común
y del humor. Por su naturalidad y normalidad, estos diarios, vitales y optimistas,
resultan muy novedosos, pues son la antítesis de lo que en muchas ocasiones se acaba
convirtiendo la literatura memorialística: en el engolado y atormentado recuento
de la frustración, la derrota, el desastre…, temas ya explotados hasta la
extenuación.
Un
largo etcétera
Enrique García-Máiquez
Númenor. Sevilla (2016)
180 págs. 15 €
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