No resulta fácil utilizar el terrorismo como materia narrativa: o se cae en un dramático y previsible maniqueísmo o el mensaje (político o moral) que se desea transmitir ahoga los ingredientes literarios. Dentro de la colección que conmemora el 50 Aniversario de Tusquets, se reedita este libro, que dio popularidad y prestigio al autor, profesor de literatura en Alemania.
Los relatos que forman Los peces de la amargurase centran en las víctimas del terrorismo de ETA. En unas ocasiones, se trata de personas que se encuentran de manera inesperada con la violencia y sufren las graves consecuencias de un atentado. En otras, las víctimas son los que habitualmente sufren en el País Vasco las iras de la izquierda abertzale, que no escatima ni medios ni perseverancia a la hora de hacerles la vida imposible a los que considera sus enemigos. Todos ellos ven como sus vidas se convierten en un infierno, mientras otras muchas personas justifican esos actos, miran para otro lado o contemplan de manera pasiva cómo alrededor de determinados ciudadanos se extiende un muro de irracional odio y silencio, mientras ellos siguen a lo suyo.
Todo este ambiente, que conoce bien Aramburu (y que luego desarrolló más extenamente en su novela Patria), aparece en unos relatos auténticos, verosímiles, certeros, humanos y muy literarios. Destacaría especialmente este último rasgo, pues Aramburu ha escrito sobre todo un libro literario, no un panfleto. Si su intención hubiese sido solamente política, los efectos de la lectura de estos relatos serían meramente epidérmicos e inmediatos. Pero Aramburu, escritor con una sólida y reconocida trayectoria (de la que destacan, por ejemplo, sus novelas Fuegos con limón y Los ojos vacíos), no ha traficado con la calidad literaria. Cada relato contiene una historia y unos personajes que transmiten vida, no un frío y utilitarista moralismo.
Las víctimas del terrorismo son personas anónimas que no han nacido para héroes. Por eso, es fácil identificarse con las tragedias que aquí se narran y que presentan de maneras diferentes los perversos efectos de cualquier forma de terrorismo. También resulta muy eficaz la descripción que hace el autor del ambiente enrarecido que se ha instalado en buena parte de la sociedad vasca, que justifica el empleo de la violencia y que ha perdido la sensibilidad para enfrentarse con la injusticia. Aramburu no hace política ni utiliza argumentos políticos; se limita a dar forma literaria al miedo y a la sumisión. Pero los efectos son impactantes: las víctimas tienen vida; no son una estadística.
Los peces de la amargura
Fernando Aramburu
Tusquets. Barcelona (2019)
256 págs. 10,95 €.
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