martes, 31 de marzo de 2015

“El río Tejo”, de Ángel García Prieto



Nuevo libro del escritor y psiquiatra Ángel García Prieto (Zamora, 1946) dedicado a Portugal. Ya son unos cuantos títulos en los que, con una gran capacidad de entusiasmo, intenta acercar a los lectores españoles la historia, la geografía, las costumbres, el arte, la música y la gastronomía de Portugal, con libros muy divulgativos que quieren ser una amable aproximación a un país que, para los españoles, dejando a un lado algunos escenarios un tanto tópicos (turismo de playa, sobre todo), está por descubrir. Sirvan como ejemplo los dos últimos libros publicados por el autor, La raya permanente, libro de viajes que recorre las localidades fronterizas entre España y Portugal, y El Douro, donde describe el recorrido de este río hispano-portugués desde que entra en Portugal y hasta que desemboca en Oporto.
            La misma intención tiene este último libro, El río Tejo, donde el autor, siguiendo el ritmo del río y de sus afluentes más renombrados, como el Zézere, destaca los lugares más emblemáticos, los pueblos y lugares que merece la pena conocer.
            El Tajo se transforma en Tejo en las Portas de Ródao, en el Concejo de Vila Velha de Ródao. Después, el río Tejo recorre sin estridencias, la Baira Baixa, el Alto Alentejo, Ribajeto, Estremadura… hasta su espléndido y apoteósico aterrizaje en Lisboa, ciudad a la que el autor dedica una especial atención.


            De manera muy resumida, el autor selecciona los rasgos más definitorios de muchos lugares muy atrayentes, como Covilha, Fundao, Monsanto (“la aldea más portuguesa de Portugal), Castelo Branco. De la mano del autor entramos en Marvao, Castelo Vide, Nisa, Portalegre. Visitamos Avis (ciudad que en la época medieval fue sede de la Orden de Avis). En Estremoz nos acercamos a su famoso Castelo, en Arraiolos entramos en el fascinante Convento de Loios, nos perdemos en el Convento de Cristo de Tomar y nos sentimos atrapados por otros tiempos más legendarios en el Castillo de Almourol, cerca de las localidades de Abrantes y Constancia.


            Descubrimos insólitas y sorprendentes casas, como la Casa-Estúdio Carlos Relvas, en Golega, y la Casa-Museu dos Patudos, en Alpiarça. Nos enteramos de quiénes eran los avieiros, que se instalaron en Palhota y dejaron su huella en sus peculiares construcciones. Y nos acercamos ya a Lisboa, destino, final, recorriendo lugares cercanos como Chamusca, Coruche, Alcochete…


            El autor salpica su narración con numerosas referencias a tradiciones portuguesas, como la fiesta de los toros, que se explica con detenimiento cuando el autor visita Alcochete, tierra de touradas y fados. También se habla de su gastronomía y de la variedad de sus vinos.
            Lisboa, como hemos comentado, tiene un trato privilegiado en este libro. De la mano de algunos entrañables fados, se habla de sus barrios y de sus lugares más emblemáticos. No se trata de ninguna guía exhaustiva sino de un conjunto de impresiones personales escritas por alguien que conoce muy bien Lisboa, ciudad que no deja de sorprender y que resume muchos rasgos de Portugal. El autor también describe algunas localidades cercanas a Lisboa, como Oeiras, Cacilhas (en la otra orilla, lugar de restaurantes), Almada, la increíble y kilométrica playa de Caparica, el microclima de Palmela y Setúbal, ciudad con un exquisito moscatel.
            El libro contiene fotografías de algunos de estos lugares y monumentos que menciona el autor. También se citan a conocidos autores portugueses que han escrito sobre estos mismos lugares, como Miguel Torga (aunque natural del norte), José Cardoso Pires, José Régio, José Saramago, Alves Redol… El libro concluye con las reseñas de algunos libros recientes sobre Portugal o novelas escritas por destacados autores portugueses y traducidas recientemente al castellano.
            Los libros de viajes de García Prieto ayudan a salir del tópico si se quiere visitar Portugal. En sus libros aparecen lugares auténticos, muchos de ellos desconocidos para los viajeros españoles, que forman parte de la rica y variada historia portuguesa.


El río Tejo
Ángel García Prieto
DG Ediçoes. Linda-a-Velha (2015). 
96 págs.

martes, 24 de marzo de 2015

“El padre infiel”, de Antonio Scurati


“Sufrimos el síndrome del pasado reciente. Hasta ayer, y durante toda la juventud, la vida parecía ir mejorando progresivamente. Luego, sin embargo, casi de repente, justo cuando llegábamos al culmen de la edad adulta, nos ha sorprendido una clara inversión de tendencia”, escribe en este diario-confesión Glauco Revelli, filósofo y cocinero, cuarentón, padre de una niña pequeña, Anita. Glauco se considera representante y víctima de una generación que ha renegado de sus mayores y que ha confiado todo en el abundante presente. Pero las cosas han cambiado, como continúa la cita: “Lo dado nos ha sido arrebatado. El ambiente acomodado y protegido en el que nos criasteis se ha roto, la primacía de nuestro bienestar se ha destruido”. 
            La crisis actual ha cuestionado todo un estilo de vida, optimista y progresista, asentado en los valores morales omnipresentes del estado del bienestar. Y esas grietas permiten, sin embargo, enjuiciar la vida y la realidad de otra manera, dando a esos valores otro enfoque que quizás  antes de la crisis estuviese repleto de superficialidad.
            Esta novela comienza cuando la mujer de Glauco, Giulia, llorando, explota en una crisis nerviosa. La crisis anuncia una tormenta matrimonial y, quizás, sea el anticipo de una posterior separación. Pero Glauco quiere analizar las cosas con detenimiento, intentando entender qué es lo que ha pasado en su matrimonio y en su vida para llegar a esa situación.
            A continuación, Glauco, y esa es la novela, cuenta los últimos años de su vida y de su relación con Giulia. Estudiante de filosofía, cuando acaba sus estudios decide dedicarse al oficio de su padre, chef en un restaurante, del que se hace cargo cuando se jubila. Antes de irse del restaurante, su padre le advierte: “Tienes que decidir si quieres ser un artista o si quieres seguir dando de comer a la gente”. Influenciado por los nuevos aires culinarios, Glauco elije la segunda opción y transforma el menú, las especialidades, la estética y la decoración. Todo parece ir bien. Sumergido en la treintena, para Glauco el amor es “un rumor carente de cualquier clase de fundamento”, “la familia, un resto fosilizado de eras remotas y la generación de niños, una leyenda fantástica”. Descreído, egoísta, a su manera misógino, Glauco vive entregado al trabajo y a la diversión.
            Pero un día, viendo un anuncio televisivo, Glauco padece una profunda crisis de identidad. Y decide ingresar en el mundo de los sentimientos. Se enamora de Giulia (“en estos tiempos, ninguna historia de amor se escapa del ridículo”). Se casa. Tiene una niña (“Dejamos de ser una pareja un instante después de habernos cometido en una familia”).  Y luego viene la crisis de Giulia.
Antonio Scurati (Nápoles, 1969), escritor y articulista, describe de manera muy divertida y acertada las vicisitudes de un matrimonio primerizo, en el que nadie encuentra fácilmente su sitio. Giulia, por ejemplo, cuando se recobra del parto, “había invertido buena parte de sus energías recuperadas en la obsesiva investigación intelectual de su propia condición de madre reprimida”. En el restaurante, las cosas, además no van bien. Y lo que es más peligroso para el matrimonio, Glauco no encaja su nueva situación sexual tras la paternidad y recurre a una serie de infidelidades que se describen en la novela en ocasiones de manera un tanto gruesa.
A pesar de todo, Glauco está íntimamente unido a Giulia y a Anita, su hija, y por eso intuye que en su amor y dedicación está la clave de la posible salvación del matrimonio.
        Resulta, en primer lugar, muy interesante la descripción de un matrimonio de personas ya maduras, bien situadas, con buena formación, para las que la vida matrimonial supone una drástica ruptura con la vida muelle que antes llevaban en solitario. Que las piezas encajen no resulta fácil, pues tras el embarazo y la paternidad, el amor y el sexo sufren una profunda transformación que afecta de lleno a los dos, a Glauco y a Giulia.
Todo está descrito con una aguda capacidad de observación y con unas reflexiones muy inteligentes que se extienden a otros ámbitos de la cultura contemporánea. Por ejemplo, el autor ridiculiza la obsesión por la gastronomía. “La filosofía, la pintura y la literatura estaban cediendo terreno a la gastronomía”, escribe Scurati. “Donde quiera que uno posara la mirada, pronto encontraría a alguien que cortando salami proclamaría: “¡Yo hago cultura!”. Resulta antológica la narración que hace Scurati de una cena en un restaurante supermoderno, donde lo importante es la variedad de fragancias y donde “la comida había sido transformada en acontecimiento”.
         También es brillante el autor cuando recrea las clases de preparación para el parto, con el empleo de una retórica que el autor pone en solfa, aunque esa situación, y otras muchas que le suceden durante el embarazo de Giulia y el posterior parto, le sirven para diseccionar algunos valores incrustados en la mentalidad actual. Pero lo más interesante de la novela, con diferencia, con sus luces y sombras, es la visión que aporta de la paternidad en un contexto muy actual.


El padre infiel
Antonio Scurati
Libros del Asteroide. Barcelona (2015)
240 págs. 19,95 €. (papel) 11,99 €. (digital).
T.o.: Il padre infedele.
Traducción: Xavier González Rovira.


martes, 17 de marzo de 2015

“Cuando yunque, yunque. Cuando martillo, martillo”, de Augusto Assía



Como destaca Ignacio Peyró en el prólogo de este libro, vivimos un momento de recuperación y reivindicación de los grandes periodistas del siglo XX, como Chaves Nogales, Gaziel, Pla, Camba, Xammar, Ignacio Agustí, Azorín. Ahora le toca el turno a Augusto Assía (1906-2002), periodista y corresponsal de prensa en numerosos países que desde 1929 hasta 1986 escribió para el periódico La Vanguardia. Assía es el seudónimo que este periodista gallego utilizó en sus artículos de prensa; su nombre auténtico fue Felipe Fernández Armesto. Tras estudiar Literaturas Románicas en Galicia, amplió estudios en París y en Bonn. En esta ciudad alemana empezó a colaborar como corresponsal con La Vanguardia. Por el contenido de sus artículos, fue expulsado de la Alemania nazi en 1933. Después fue enviado a Londres, donde estuvo, salvo el paréntesis de la Guerra Civil española, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde fue corresponsal también de nuevo en Bonn, Nueva York, Washington.
            Este libro reúne dos libros sobre la Segunda Guerra Mundial que Assía publicó en la década de los 40. Cuando yunque, yunque contiene una selección de las crónicas que escribió desde diciembre de 1939 hasta 1943; el segundo, Cuando martillo, martillo, de 1943 hasta el final de la guerra. En las primeras, Assía habla sobre la capacidad de resistencia inglesa ante el avance de los nazis y sus numerosas incursiones aéreas; en las segundas, se destaca la activa participación inglesa en la derrota del ejército alemán. Todas estas crónicas tienen un destacado carácter documental y ayudan a entender el desarrollo de la guerra. Tienen el valor, además, de que Assía fue el único periodista español que vivió y contó toda la guerra desde allí. Solo desde este punto, el libro merece la pena por la capacidad del autor para sintetizar y ofrecer, de manera divulgativa, el pormenorizado desarrollo de los hechos, siempre desde la perspectiva inglesa.
            Pero este libro es mucho más, como destaca el prologuista. “Conforme la guerra avanza –escribe Ignacio Peyró-, Assía no se limita a indicar el progreso de los ejércitos, sino que va engrosando su mayor mérito: el de escribir el más nutrido compendio de la vida inglesa a ojos de un español”. Peyró, que es autor del reciente Pompa y circunstancia.Diccionario sentimental de la cultura inglesa, destaca en Assía su capacidad para traducir a los lectores españoles una cultura que está formada de innumerables tradiciones y costumbres no siempre fáciles ni de explicar ni de asimilar pero que dan forma a una genuina manera de entender la vida, la muerte, la política, las relaciones humanas, los modales, la educación, etc.
            De todo esto habla el anglófilo Assía, alternando las crónicas bélicas con estas otras más civiles, donde explica el funcionamiento del Parlamento británico, el prestigio de la corona, las medidas políticas que ya se están tomando para cuando acabe la guerra, el debate de leyes educativas y sociales, las huelgas en la minería y en otros sectores, la vida en Oxford y tantos otros temas con los que explicar el apego y la pervivencia a viejas y pintorescas costumbres. Assía destaca en todo momento la actitud entregada del pueblo británico, su capacidad de sacrificio, su idiosincrasia sentimental y su apasionada defensa de las libertades civiles frente al cáncer de los totalitarismos.
            Hay en estas crónicas un aroma elegíaco a una civilización que ha dado lo mejor de sí en esos años, pero que puede acusar las consecuencias de una guerra tan cruel y mastodóntica. Todo ello está escrito con elegancia y con la perspectiva del testigo que vive todos los sucesos que cuenta, los grandes y los nimios. Como escribe Ignacio Peyró, Assía es autor de “unas páginas que se escribieron como periodismo y hoy solo podemos entender como literatura”.


Cuando yunque, yunque. Cuando martillo, martillo
Augusto Assía
Libros del Asteroide. Barcelona (2015). 504 págs.
24,95 €. (papel). 14,99 €. (digital).

martes, 10 de marzo de 2015

“La Atlántida Roja. El fin del comunismo en Europa”, de Luigi Geninazzi


Luigi Geninazzi es un periodista italiano experto en política internacional que ha colaborado con el semanario Il Sabato y con el diario Avvenire. Durante sus años como corresponsal, fue testigo directo de los importantes cambios que se dieron en Europa en 1989, aunque él llevaba ya años cubriendo la información relacionada con muchos países del Este. Este libro no sólo es una sintética y acertada descripción del fin del comunismo en Europa; también brilla por el acertado y nada usual conocimiento que el autor tenía de lo que estaba sucediendo en los países del Telón de Acero.
De hecho, Geninazzi se entrevistó en numerosas ocasiones con Lech Walesa al principio de la década de los 80, cuando entra en escena el sindicato Solidarnosc, y en 1989, cuando el Partido Comunista cede su hegemonía política en el país. También conocía la trayectoria política de Hável, detenido por su implicación en el movimiento Carta 77, y que luego se convirtió en uno de los protagonistas de la “Revolución de Terciopelo”. El periodista italiano vivió también en directo los cambios que se dieron en Budapest cuando a partir del mes de junio el Partido Comunista decidió apartarse del eje de Moscú y convocar elecciones libres y democráticas. Y asistió a los días claves del camuflado golpe de estado (disfrazado de levantamiento popular) que se dio en Rumanía para derrocar a Ceaucescu. Además, Geninazzi tuvo la oportunidad de intercambiar opiniones con Juan Pablo II, artífice de muchos de estos cambios.


            El libro está dedicado a describir estos procesos de cambio especialmente en cuatro países comunistas que el autor conocía muy bien: Polonia, Checoslovaquia, Rumanía y la Republica Democrática Alemana. En Polonia, los cambios políticos estuvieron protagonizados, por un lado, por el sindicato Solidarnosc, que había surgido en 1980 en los astilleros de Danzig, los mayores de toda Polonia, y que ocasionaron una primera brecha en el régimen; a Solidarnosc hay que sumar el papel que desempeñó Juan Pablo II desde que accedió al pontificado y los viajes que realizó a su país donde abiertamente se dirigió a las autoridades comunistas reclamando más libertad para sus conciudadanos. Por ejemplo, en 1983, las palabras del Papa provocaron las protestas de los gobernantes comunistas, pero Juan Pablo II llegó a comentar que “¡Si no puedo decir lo que pienso, me vuelvo a Roma!”.
            El autor destaca la fortaleza del sindicato Solidarnosc y también de muchos sacerdotes y en general de toda la Iglesia que no cedieron ante los ataques y los chantajes del Partido Comunista y sus servicios secretos y asociaciones afines, que llegaron incluso a asesinar a uno de los sacerdotes que más se había destacado por su defensa de los derechos humanos, Jerzy Popieluzsko. El autor describe muy bien el proceso político que tuvo lugar a finales de la década de los 80 que llevó a Solidarnosc a la política y al Parlamento, en pleno proceso de retroceso de los políticos comunistas.


            Los cambios en Polonia afectaron también a otros muchos países del Telónde Acero, que observaban con cautela y temor estos movimientos. En la República Democrática Alemana la desastrosa situación económica provocó una crisis sin precedentes, agravada por la falta de libertad, por la actitud intimidatoria de las temidas Stasi, los servicios secretos del régimen, y por la política tan represiva de Honecker. A principios de 1989, Honecker llegó a decir, en un acto conmemorativo, que el Muro de Berlín era “garantía de la estabilidad de Europa”. En pocos meses, el régimen se desvaneció por completo, especialmente a partir del 9 de noviembre, tras una rocambolesca rueda de prensa, en la que el portavoz del Partido Comunista dijo que ya no hacía falta ningún trámite para poder cruzar las fronteras de su país, noticia que aprovecharon miles de ciudadanos para atravesar el Muro y enrtar en Alemania occidental. En meses anteriores, aprovechando los cambios políticos que se habían dado en Hungría, miles y miles de alemanes orientales consiguieron entrar en Austria, a través del país magiar, buscando la libertad. A finales de 1989, tras el derrocamiento de Honecker, ya se empezó a hablar de la fusión de las dos Alemanias.


            En Checoslovaquia también se vino abajo el régimen comunista en pocas semanas, y eso que durante muchos años, desde que en 1948 los comunistas tomasen el poder, “la represión de la sociedad civil y de la Iglesia fue particularmente dura”. Por ejemplo, en 1950, “dos tercios de los doce mil sacerdotes que hay en el país son destinados a trabajos forzados”. La temida StB, la policía secreta, se mostró especialmente activa con los sacerdotes y todos aquellos que mostrasen el más mínimo síntoma de disidencia. El autor fue incluso expulsado del país por la StB. En 1977 se intentó organizar un movimiento de protesta, Carta 77, pero sus promotores, como Václav Havel, fueron detenidos. A finales de 1980, sin embargo, el Partido Comunista se echó a un lado y dejó el paso a la llegada de la democracia.


            En Rumanía, el autor describe los viajes que realizó, donde solo vio pobreza y represión. El país estaba gobernado por un líder implacable, ridículo en su culto a la personalidad, el Conducator Ceaucescu, quien se hacía llamar el Titán de los Balcanes, el Genio de los Cárpatos, el Danubio del Pensamiento (sobre las manías y obsesiones de Ceaucescu y otros dictadores igual de paranoicos recomiendo el documental “Dictador. Un trabajo de locos”, disponible en YouTube). Fue el final más violento de todos los países que aparecen en este libro, donde no se dio, como opina el autor, una revolución sino un golpe de estado.
El último capítulo del libro lo dedica a una figura clave de estos procesos, Gorbachov, el líder soviético, quien también aceptó que se había abierto en Europa una nueva etapa politica que comenzaba con el fin del comunismo como eje central de la vida política.
            Libro, pues, muy ameno, interesante, emocionante, que cuenta muchos de estos momentos históricos desde dentro, pues el autor, como hemos dicho, los vivió intensamente. Este tono directo y hasta coloquial facilita mucho su lectura y aleja el libro de un sesudo ensayo histórico. Geninazzi va a lo esencial y se centra en muchos protagonistas con los que tuvo una especial relación. El autor destaca el papel de sacerdotes y obispos de la Iglesia en muchos de estos procesos revolucionarios y en la defensa de los derechos humanos, aun con el riesgo de perder la vida o sufrir persecución.



La Atlántida Roja. El fin del comunismo en Europa
Luigi Geninazzi
Rialp. Madrid (2014)
220 págs. 18 €. (papel) 10,99 €. (eBook).
T.o.: L’Atlantide Rossa. La fine del comunismo in Europa.

Traducción: Miguel Martín.

lunes, 2 de marzo de 2015

“La sublime locura de la revolución”, de Indro Montanelli



Esta edición de Gallo Nero reúne más de veinte artículos que el famoso periodista italiano Indro Montanelli (1909-2001) escribió sobre la Revolución húngara de finales de 1956, aplastada sin piedad por los tanques soviéticos. El suceso provocó un importante revuelo internacional y fue una de las primeras brechas en el bloque comunista, aunque anteriormente Moscú había tenido que sortear algunos revisionismos en la Polonia de Gomulka y la actitud desafiante de Tito en Yugoslavia.
            Montanelli se encontraba en Viena cuando comenzaron las revueltas el 29 de octubre de 1956. Desde allí se trasladó a Budapest junto con otros periodistas italianos para describir lo que estaba pasando. Montanelli fue, pues, testigo directo de estos hechos y pudo comprobar quiénes protagonizaron las revueltas, que desde el poder comunista húngaro y de los partidos comunistas occidentales fueron tachados de antiguos oficiales fascistas del almirante Horthy, aristócratas, burgueses y latifundistas agrarios. Montanelli demuestra en sus crónicas la falsedad de estas acusaciones, que por otra parte responden al mantra habitual de las organizaciones comunistas cuando desean descalificar a los que van en contra de sus intereses.
            La revolución de Hungría fue protagonizada por los intelectuales húngaros (agrupados en torno al denominado Círculo Petofi), los obreros y los estudiantes universitarios. Los comienzos de estas revueltas hay que situarlos en una manifestación celebrada a comienzos de octubre en homenaje al dirigente comunista Laszlo Rajk, asesinado en 1949 en una de las habituales purgas comunistas y a quien se había procedido a rehabilitar gracias a la denuncia de Jruschov en el XX Congreso del PCUS en Moscú de los crímenes cometidos por Stalin en su propio país y en los países “hermanos”. La manifestación congregó a más de doscientas mil personas y, tras derribar una estatua de Stalin, acabó con numerosos muertos por la actividad de la policía secreta húngaro, la AVO, que disparó a los manifestantes. El clima de revuelta y los trágicos sucesos provocaron una profunda crisis en el Partido Comunista, que nombró a Imre Nagy como Primer Ministro. En pocos días, del 29 al 4 de noviembre, Hungría se levantó contra la presencia de tropas soviéticas en el país y la política represiva de los comunistas húngaros (un buen ejemplo son las memorias de Gyorgy Faludy, Días felices en el infierno), y exigieron el restablecimiento de los principios democráticos. En principio, los tanques soviéticos se retiraron, pero, con refuerzos (fueron unos 20.000 tanques), regresaron el día 4 de noviembre para imponerse por la fuerza a los sublevados.


            A partir de ese momento, la Revolución húngaro quedó como un símbolo de la lucha contra los totalitarismos, pero nada más. Imre Nagy fue sustituido por János Kádar y posteriormente detenido y ejecutado. Miles de estudiantes, intelectuales y trabajadores, como ya había sucedido durante el periodo de Rakósi, fueron también condenados. Más de doscientos mil húngaros abandonaron el país temerosos de las represalias.
            Montanelli fue capaz de contar estos hechos al público italiano, que siguió de manera muy atenta la evolución de los acontecimientos, pues la Revolución de Hungría tuvo también sus ramificaciones y consecuencias en la política occidental. En Italia, el Partido Comunista, al mando de Togliatti, se alineó con la postura de Moscú y denunció las revueltas, instigadas por los “fascistas”. Esta actitud chocó de lleno con el clima de las crónicas que Montanelli iba enviando desde Budapest, y también de otros corresponsales incluso comunistas, que mostraban una realidad muy distinta a la que repetían los partidos pro-rusos. Este enfrentamiento, que provocó una profunda crisis en el comunismo occidental, aparece descrita en estas crónicas.
            Montanelli es un hábil cronista, que aproxima la realidad de los hechos de manera muy visual y cercana. “He pasado mucho miedo en Budapest”, escribe el periodista italiano. “Todavía no he conseguido quitármelo de encima”. Y también destaca su capacidad para el análisis político, resumiendo lo que estaba sucediendo en la calle y en los despachos, además de situar el alcance de la revolución en el contexto internacional y en la propia Italia y las consecuencias que podría tener para el prestigio de la URSS la manera tan brutal de sofocar las revueltas.
            Excelente recuperación que permite conocer cómo la opinión pública italiana y occidental tuvo conocimiento de aquella revolución. Además, es una excelente muestra de la categoría periodística de Indro Montanelli, uno de los maestros del periodismo contemporáneo.
            Para aquellos que deseen conocer de manera más detallada los sucesos de octubre y noviembre en Hungría, les recomiendo el libro de Estíbaliz Ruiz de Azúa, Budapest, 1956 (Arco/Libros,Madrid. 1997), un excelente resumen histórico de esta fallida y trágica Revolución.


La sublime locura de la revolución
Indro Montanelli
Gallo Nero. Barcelona (2015)
209 págs. 18 €.
T.o.: La sublime pazzia della rivolta.
Traducción: David Paradela.