jueves, 27 de junio de 2019

"Sin llegar nunca a la cumbre", de Paolo Cognetti


Paolo Cognetti ha publicado El muchacho silvestre, “cuaderno de montaña” en el que el protagonista describe sus vivencias en pleno contacto con la naturaleza; Las ocho montañas, también de temática montañera, que ha obtenido los premios Strega y Médicis y ha tenido mucha resonancia internacional; y Nueva York es una ventana sin cortinas, sobre sus estancias en Nueva York. Sus dos primeros libros, muy autobiográficos, transcurren en los Alpes italianos, donde Cognetti reside en la actualidad. Sin llegar nunca a la cumbre es un libro de viajes sobre una expedición que hizo al Nepal y al Himalaya, una zona cercana al monte Kailash, lugar sagrado para el budismo y el hinduismo, que recorrió también el viajero inglés Colin Thubron, viaje que narró en su libro Hacia una montaña en el Tíbet (RBA). 
            Cognetti viaja al Nepal acompañado de varios amigos italianos que se suman a una expedición con un grupo de sherpas nativos que recorrerá las montañas del Dolpo, lejos de Katmandú y cerca del Tíbet chino, un largo viaje que no tiene como objetivo alcanzar ninguna cumbre sino recorrer una amplia zona de montañas. Cognetti lleva como guía y compañero el libro del escritor Peter Matthiessen, El leopardo de las nieves, que recorrió también estas tierras buscando la paz y la huella del escurridizo leopardo y cuyas citas le sirven en muchas ocasiones de luz para desentrañar sus pensamientos. 
El libro de Cognetti, basado en las notas que fue tomando, reconstruye este peregrinaje, describiendo la inabarcable naturaleza que contemplan en esos días. Además, incluye sus reflexiones sobre sus sensaciones durante el viaje, la relación con los compañeros de expedición, la descripción de algunos animales y el trato con las personas que se van encontrando, no muchas.
            El libro, sencillo, resulta un ameno “cuaderno de viaje” con el que seguimos la travesía que recorrió Cognetti para intentar entender mejor esa pasión que tiene, no exenta de sacrificio, de apartarse de la civilización para afrontar un reto, sobre todo íntimo, que va más allá de conocer lugares tan apartados y desconocidos. 


Sin llegar nunca a la cumbre
Paolo Cognetti
Literatura Random House. Barcelona (2019)
112 págs. 14,90 €.
T.o.: Senza mai arrivaremincima. 
Traducción: César Palma.

miércoles, 26 de junio de 2019

"El amigo", de Sigrid Nunez


Novelista, profesora de escritura creativa y colaboradora en diferentes medios de comunicación, Sigrid Nunez (New York, 1951) ha conseguido con esta novela el National Book Award. En ella, con una mezcla de géneros memorialísticos, la autora se centra sobre todo en los efectos de la muerte de su mejor amigo en su alma y hasta en su vida cotidiana.
            La novela está escrita como una extensa carta que la protagonista, una escritora y profesora, escribe a este amigo en el que da cuenta de lo mucho que le ha afectado su muerte. Su amigo escritor ha decidido quitarse la vida, quizás porque pensaba que ya había cumplido con todos sus objetivos y lo único que le aguardaba era un insoportable declive físico e intelectual. La protagonista rememora muchos momentos de su vida, comenzando por el impacto que supuso para ella conocerle como profesor y como escritor. A lo largo de los años, la narradora ha asistido como testigo a los sucesivos matrimonios del escritor, a sus crisis nerviosas, a las numerosas aventuras que vivió el escritor entre sus fracasados matrimonios, a sus éxitos como autor de prestigio…
         La narradora vive con el constante recuerdo de su mejor amigo, que le ha dejado una sorpresa final. La Esposa Tres, con la que vivía cuando el escritor se suicidó, le dice que no tiene a quién dejar el perro de su marido y que ella no está dispuesta a hacerse cargo de él. Apollo es un gran danés ya mayor, que ha sido depositado en una perrera a la espera de la decisión de la narradora. Y a pesar de que en los apartamentos de alquiler donde vive está prohibido tener animales, y menos todavía un perro de esas dimensiones (que no iba a pasar precisamente desapercibido), se arriesga con la excusa de que puede hacerle pasar como un animal de apoyo terapéutico.
          En l narración se alterna la cada vez más intensa relación que tiene con Apollo, un perro desorientado, ya mayor, artrítico, que ha visto cómo se han roto todas sus costumbres, con reflexiones de la narradora sobre el pasado, su trabajo como escritora, la relación con sus compañeros y colegas, sus visitas al terapeuta, los recuerdos de su relación con los gatos, anécdotas de escritores…, siempre con la presencia del escritor planeando sobre su escritura.
          El libro se convierte en una disección del alma de la escritora que acaba canalizando su vida a cuidar de Apollo, a proporcionarle la estabilidad y tranquilidad que se supone debe necesitar un perro en medio de esas circunstancias. Por otra parte, la autora no hace nada raro, ni humaniza las reacciones de Apollo; para ella, Apollo encarna de alguna manera la presencia del escritor y estar a su lado en el declinar de su vida le parece el mayor gesto de generosidad tanto con el perro como con su amigo escritor. 


El amigo
Sigrid Nunez
Anagrama. Barcelona (2019)
208 págs. 16,90 €. 
T.o.: The Friend
Traducción: Mercedes Cebrián. 

martes, 25 de junio de 2019

"El país de las ranas", de Pina Rota Fo




La autora nació en 1905 en una pequeña localidad italiana, Satirana Lomellina, en la Lombardía, donde se ambienta esta novela autobiográfica que cuenta la vida de la autora y la de sus padres. Su objetivo es reconstruir las costumbres y los modos de vida de la Italia rural, a la vez que realizar un íntimo retrato y un sentido homenaje tanto de aquella vida, ya desaparecida en muchos sentidos, como de sus padres. La autora comenzó a escribir este libro en la década del 50, pero no se publico hasta 1979. Pina Rota Fo falleció en 1988 y es la madre de tres conocidos escritores italianos, uno de ellos, Darío, Premio Nobel de Literatura.
            Su padre es un perdapè, lo que en su tierra consideran un pequeño propietario que tenía a su cargo un buen grupo de empleados para trabajar la tierra. La autora sigue el ritmo cronológico de los acontecimientos desde su nacimiento en 1905. Sirviéndose de sus recuerdos, y de los de sus hermanos, habla de cómo transcurría el trabajo en la granja y de la relación con sus hermanos. A su madre no le gustaba nada aquella vida y aspiraba a que sus hijos saliesen volando de allí, como después sucedió con casi todos ellos: “Mamá –escribe- siempre había odiado la granja, el campo, el pueblo, los establos y las tapias que lo rodeaban todo”. El padre era todo lo contrario: un personaje absolutamente entregado a sus tierras, a las que dedicó todas sus energías y toda la ciencia que fue capaz de abarcar. No era una persona ignorante: tenía su cultura y su peculiar manera, muy irónica, de analizar todo lo que sucedía a su alrededor; a diferencia del ambiente que vivía en el pueblo, él era ateo y desdeñaba del papel de la Iglesia en la vida de los campesinos. Consideró como un fracaso personal que sus hijos abandonasen la tierra a la menor oportunidad.  Su padre es uno de los grandes personajes de este libro.
            La protagonista aprende, escucha, habla con sus amigas y vecinas, asiste a los dramas cotidianos y a las enfermedades que a veces aparecían en los animales y en las personas de la granja. El libro describe cómo vivieron la Primera Guerra Mundial –“el invierno del 17 fue el más devastador de toda la guerra”-, el ascenso del fascismo y su irrupción tremenda en los pueblos y la Segunda Guerra Mundial. Los momentos más emotivos de esta breve novela son cuando la autora cuenta la muerte de sus padres. En el caso de su madre, se va apagando poco a poco; su padre abandona la granja y se va a vivir con una hija viuda. Hasta el último momento, el padre mantuvo su fuerte carácter, su testarudez y su lucidez. 


El país de las ranas
Pina Rota Fo
Errata naturae. Madrid (2019)
168 págs. 15 €.          

"Un día en la vida de un editor y otras informaciones fundamentales", de Jorge Herralde



En 2019 se cumple el 50 aniversario de la editorial Anagrama, que fundó en 1969 Jorge Herralde. Durante todos estos años, con sus vaivenes, la editorial ha conseguido mantener su independencia, en unas décadas en las que la industria editorial española ha sufrido importantes cambios con la irrupción de las multinacionales y los grandes grupos de comunicación. Desde hace unos pocos años, sin embargo, ha habido cambios en el accionariado de la editorial, donde ahora tiene mayoría el grupo italiano Feltrinelli, que posee en Italia una editorial, una cadena de librerías, una televisión cultural y una conocida escuela de letras. Aunque Herralde sigue vinculado a la editorial, la dirección literaria corre a cargo ahora de Silvia Sesé, la autora del prólogo de este libro que, como otros del autor (Opiniones mohicanasFlashes sobre escritoresEl observatorio editorial...), está formado por diferentes textos con los que el autor consigue dar forma a una peculiar autobiografía que se convierte también en una historia de la edición española de las últimas décadas, en las que Anagrama ha tenido un destacado papel en la formación literaria, intelectual y sentimental de tantas generaciones.
             Los primeros capítulos de este libro misceláneo -en el que entran entrevistas, discursos, conferencias, ponencias...- los dedica a la historia de la editorial desde 1969 hasta el año 2000. Ingeniero de profesión, a partir de 1967, que se traslada a vivir a París, Jorge Herralde decide poner en marcha una editorial en un contexto político convulso. Toma como referencia la editorial que fundó en Italia Giangacomo Feltrinelli (1926-1972), aristócrata italiano y mecenas del Partido Comunista, que utilizó su editorial para combatir el capitalismo desde una perspectiva radical de izquierdas. La editorial Anagrama nace en 1969 con la idea de combatir desde el mundo editorial el régimen de Franco, dando cabida en sus diferentes colecciones a textos que proceden de la izquierda revolucionaria y cultural. Como escribe Herralde, buscaba "aquellos libros y autores que consideraba más pertinentes para mi proyecto en aquellos años tumultuosos de la revolución cubana, la revolución China, la convulsión de la guerra de Vietnam, Mayo del 68, la izquierda extrañar lamentaría alemana (...), la vivacísima Italia, con el poderoso Partido Comunista". 
En esos años, la editorial de Herralde fue una referencia para la lucha antifranquista y para los movimientos de izquierda. La efervescencia política y libresca duró hasta la consolidación de la transición española, que dio paso después a unos años de "desencanto" que llevaron a la editorial a un momento crítico, pues los lectores dejaron de interesarse por la agitación y la efervescencia política.
En un momento de supervivencia, Herralde decide abrir la editorial a la literatura contemporánea con dos colecciones que se convirtieron pronto en una referencia para los lectores. En 1981 nace "Panorama de narrativas" y en 1983 "Narrativas hispánicas"; desde entonces, la editorial Anagrama tiene sobre todo el prestigio que le han aportado estas dos colecciones, aunque ha seguido publicando muchos ensayos y también ha mantenido su emblemática colección "Contraseñas", de las primeras de la editorial, dedicada sobre todo al Nuevo Periodismo norteamericano.
Herralde recuerda en estos textos los problemas que tuvo con la censura, mucho menores a partir de la aprobación de la Ley de Prensa de 1966. Secuestraron algunos títulos de la editorial, aunque también sorprende que en aquellos años del tardofranquismo pudiese publicar sin problemas textos de Lenin, Mao y otros pensadores en la órbita de un izquierdismo y vanguardismo contracultural.
No oculta Herralde su decidida proximidad a lo largo de estas décadas con la izquierda política y cultural, aunque el compromiso es ahora menos explícito que en los primeros años de la editorial, en los que se defendía una izquierda de corte radical. Para él, editar libros nunca ha sido una actividad meramente aséptica. Viendo los autores y libros que ha editado en estos años, en los que ha habido de todo, se aprecia una defensa de postulados políticos radicales y heterodoxos, siempre en la órbita de la izquierda; de posturas marcadamente feministas y un apoyo de la liberación sexual en todas sus formas.


Como se cuenta en este volumen, los libros más vendidos, que sirvieron para dar estabilidad económica a la editorial, fueron las novelas de Patricia Highsmith y de Bukowski, La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, Bella del Señor, de Albert Cohen y El antropólogo inocente, de Nigel Barley. Hay en su imprescindible catálogo una notable presencia de autores anglosajones, todos de primera fila, como Ian McEwan, Julián Barnes, Martin Amis, Graham Swift, Hanif Kureishi, el premio Nobel Kazuo Ishiguro, David Lodge, Lawrence Norfolk, entre otros. También hay una destacada presencia de autores italianos, franceses, alemanes y norteamericanos, además de abrirse cada vez más a la literatura hispanoamericana. 
En la editorial tienen cabida, además, algunas apuestas muy personales de Herralde, como los humoristas ingleses P.G. Wodehouse y Tom Sharpe y los libros de Evelyn Waugh. Una característica de Anagrama es la política de autor, como han hecho, por ejemplo, con António Tabucchi, Rafael Chirbes, Raymond Carver, Richard Ford, Amélie Nothomb y tantos otros. La editorial también ha sufrido los mordiscos de las grandes editoriales, que se han llevado a autores como Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Javier Marías, Ignacio Martínez de Pisón y otros que labraron su carrera literaria en Anagrama.
Para Herralde, la tarea del editor, consiste en "escoger, fabricar y promocionar los libros de la mejor forma posible". Tiene en alta consideración a todos los que forman parte de la vida editorial, como los libreros. Sus colaboradores destacan su intuición y olfato y su entregada manera de enfrascarse en todos los aspectos que tienen que ver con la intrahistoria de una editorial, como los viajes, las presentaciones, la presencia en Ferias... Silvia Sesé, autora del prólogo, resume de esta manera la historia de los 50 años de Anagrama: "la excelencia con provocación, el rigor sin gravedad, la diversión que trata con inteligencia a los lectores". Sin lugar a dudas, no puede concebirse la vida de la cultura española en estos 50 años sin la activa presencia de Anagrama. 


Un día en la vida de un editor y otras informaciones fundamentales
Jorge Herralde
Anagrama. Barcelona (2019)
472 págs. 19,90 €.

"Lector voraz", de Robert Gottlieb


Después de una larga trayectoria profesional, el editor norteamericano Robert Gottlieb (1931) decidió en 2016 escribir este libro de memorias para contar con precisión algunas historias profesionales y, también, para transmitir sus ideas sobre el mundo editorial. Gottlieb ha trabajado en la editorial Simon & Schuster, ha sido director editorial durante veinte años de la editorial Alfred A. Knopft y también ha dirigido el semanario The New Yorker, a lo que hay que sumar sus colaboraciones en diferentes medios y revistas literarias.
            Su libro se suma a la larga lista ya de memorias y ensayos que forman el llamado género book on books, libros sobre cómo se editan libros, de los que merecen citarse los de Jason Epstein, André Schiffrin, Michael Korda, Bennet Cerf, Maxwell Perkins, Roberto Calasso, Giulio Einaudi, Severino Cesari, Giangiacomo Feltrinelli; también los escritos por editores españoles como Carlos Barral, Mario Muchnik, Jorge Herralde, Ester Tusquets, Rafael Borrás, Beatriz de Moura, Manuel Pimentel y libros ya clásicos de este género como los de Kurt Wolff, Siegfried Unseld, Jacobo Muchnik y Jean Echenoz. Todos ellos, la mayoría escritos con una intención memorialística, proporcionan una visión muy directa, personal y cercana sobre el arte y el proceso de editar libros.
            Casi al final de su libro, Gottlieb, resumiendo algunos de los consejos que da a los alumnos de un máster en edición con el que colabora, destaca algunas de las ideas que siempre le han acompañado: “Es el libro del escritor, no el vuestro”, “contestad a vuestros escritores de inmediato”, , “si crees en un libro hay otros que también lo harán, porque tú no eres especial”, “los lectores no son estúpidos: sus instintos demostrarán ser más sensatos que los vuestros”, “cada libro tiene su propio público potencial: intentad averiguar cuál es y tratad de llegar a él. No intentéis venderle cada libro a todo el mundo”, “el acto de editar es un proceso lento y laborioso”. Estos consejos son fruto de una larga experiencia, que el autor desarrolla en su libro contando sobre todo su trabajo y su relación con un largo número de autores, con los que ha intentado mantener un trato pacífico, aunque también ha tenido fiascos y encontronazos (como, por ejemplo, con el escritor Roald Dahl). A la vez, Gottlieb relata su propia vida personal.
            La lista de autores con los que ha trabajado es extensa: Joe Heller (de quien editó su famosa novela Trampa 22, un éxito espectacular), Jessica Mitford, Ray Bradbury, Cham Potok, James Thurber, Michael Crichton, John Cheever, Doris Lessing, Anthony Burguess, Bob Dylan, Barbara Tuchman, John Gardner, Raymond Carver, Cyntia Ozick… De manera especial, Gottlieb destaca su continuada relación con Toni Morrison y John Le Carré, “una de las relaciones más estimulantes de mi vida laboral”. Y también fue el editor de algunos libros de gente famosa del mundo del espectáculo, del periodismo y de la política, como las actrices Liv Ullman, Lauren Bacall y Katharine Hepburn, el director de cine Elia Kazan (“el hombre más complicado, interesante y exigente con el que estuve trabajando”) y hasta con Bill Clinton, a quien ayudó a escribir sus memorias y con el que mantiene desde entonces una gran amistad. 
            Al hilo de las anécdotas y encuentros con estos autores, Gottlieb habla de otros temas colaterales relacionados con el mundo de la edición, como la fabricación de una literatura popular (aquí pone como ejemplo a Michael Crichton), la versatilidad de la novela rosa, el interés de los lectores por las biografías y por historias humanas, la relación con las cadenas de librerías, el mundo de los agentes literarios…
            Y en este libro relata también los sucesos más destacados de su vida, siempre en contacto con el mundo del libro. Así condensa Gottlieb su biografía: “Lo que amábamos era el trabajo, la familia y todo lo demás era una distracción, más o menos”. Comenzó a leer desde muy pequeño gracias al ejemplo de sus padres. Destaca los libros infantiles que más le gustaron y el paso a la literatura de adultos. La lectura con dieciséis años de Emma, de Jane Austen, supuso un antes y un después en su vida como lector: “fue la primera vez en la que relacioné lo que estaba leyendo con mi verdadero yo. No habría recibido ninguna instrucción religiosa, no me guiaba más principio que el trabajo duro, y no tenía una mente filosófica. Fue en la novela, empezando por Emma, donde descubriría cierto tipo de brújula moral”. Como escribe Gottlieb, sus padres, judíos, eran ateos confesos y él también se confiesa ateo: “Mi religión es la lectura”. 
            Tras sus años universitarios, incrementó su pasión por la lectura y algunos escritores, como Henry James y Marcel Proust. Estuvo una temporada en Cambridge.  Se dedicó al teatro. Su primer matrimonio, con un hijo, se rompió a su regreso a Estados Unidos, cuando ya estaba trabajando en Simon & Schuster. Habla de su segunda mujer y de los hijos que tuvo con ella, uno de ellos, Wick, nació con una enfermedad. Sorprende el alto concepto de la amistad del autor, que la vivió con sus colaboradores y con los escritores que conoció, siempre dispuesto además a hacer favores.
            Vivió momento complicados, como su salida de Knopf y su llegada al semanario New Yorker, del que fue despedido años después, aunque siguió colaborando en Knopf, del mismo grupo, durante muchos años. A la vez, cuenta su dedicación, absorbente, a algunas de sus aficiones, como la danza, el jazz, el cine y, por supuesto, la literatura. Gottlieb cuenta desde dentro el proceso de producción de un libro, intentando destacar los hechos más sobresalientes y ofreciendo una imagen positiva, por lo general, de su relación con los autores y todo lo que rodea el mundo editorial. Las cosas algo han cambiado en las últimas décadas, pero la figura del editor siempre será necesaria para descubrir nuevos valores y para intentar sacar lo mejor de sí a los escritores con los que trabajan. Como ha escrito Gottlieb, su trabajo ha consistido en intentar “ayudar a que el libro sea una versión mejorada de lo que es; no intentéis que sea lo que no es”. 


Lector voraz
Robert Gottlieb
Navona. Barcelona (2018)
424 págs. 26 €.
T.o.: Avid Reader. A Life
Traducción: Ainize Salaberri.

domingo, 2 de junio de 2019

Sugerencias para la Feria del Libro de Madrid



En Aceprensa, con motivo de la Feria del Libro de Madrid, hemos preparado unas sugerencias de lecturas de novelas y ensayos. Ver Aceprensa.