sábado, 25 de marzo de 2023

"Himalaya", de Erika Fatland


Tercer libro que leo de la noruega Erika Fatland (1983), antropóloga social, escritora y viajera incansable. En Sovietistán (2019) recorre las antiguas repúblicas soviéticas que hacen frontera con Asia, y en Frontera (2021) describe cómo es la vida en la actualidad en las zonas fronterizas con la antigua URSS de un buen puñado de países. Al igual que otros grandes escritores de literatura de viajes (Colin Thubron, Paul Theroux…), lo más importante de sus libros es la mirada con la que se acerca a estas tierras y a sus habitantes, dosificando la información histórica y cargando la mano en el elemento humano, con jugosas entrevistas en las que son los habitantes de estas tierras los que explican sus modos de vida, sus costumbres y los conflictos que han vivido o siguen viviendo.

            En Himalaya, cambia totalmente de escenario y se traslada, en un viaje de ocho meses, a los países por donde pasa la cordillera del Himalaya, donde se encuentran las montañas más altas del mundo. En total, recorre parte de Pakistán, India, Bután, Nepal y China. La autora viaja con intérpretes, algunos oficiales y otros de las agencias que le organizan los viajes. Suele alojarse en hostales, hoteles o en domicilios que les proporcionan los guías. En todo momento, comparte con el resto de la gente los itinerarios, las molestias del viaje, las muchas anécdotas que vive en una travesía tan variada y tan larga.



            Fatland proporciona suficiente información histórica para situar a los lectores sobre lo más destacado de los países que va recorriendo. Eso sí, sin avasallar. Estos datos e informaciones permiten adentrarse muchas veces en episodios muy desconocidos de la formación e historia de los países por los que pasa y de los numerosos conflictos políticos que a día de hoy siguen presentes en muchos de estos lugares. La influencia de dos grandes potencias como India y China condiciona las relaciones políticas y el desarrollo económico. Como comprueba Fatland, hoy día las estrategias del imperialismo, sobre todo chino, no son militares sino económicas: gracias a sus ayudas económicas para la construcción de carreteras y rehabilitación de ciudades, China ha multiplicado su ya poderosa influencia en la zona, más todavía cuando está reactivándose la Ruta de la Seda como espacio de un destacado interés comercial.

            La autora recorre pequeñas aldeas sin apenas servicios ni nada de interés por ver y otras muchas localidades donde se conserva espléndidamente el peso de la tradición y de la historia. En todos los sitios, deja que sean sus habitantes los que le expliquen cómo viven y algunas de sus circunstancias familiares. Este tono coloquial es una de las notas distintivas de los libros de esta autora noruega.

            Visita mezquitas, mercados, templos budistas e hinduistas. Asiste a ceremonias religiosas. A danzas festivas. A entierros. A comidas familiares. A negociaciones con la policía. Se asombra ante la belleza de muchos parajes desconocidos. Ve en acción a los chamanes de la zona. Muestra un especial interés por la situación de las mujeres en muchos de estos minúsculos espacios. 

Y comprueba los estragos que está haciendo el turismo. Si hace décadas, estos lugares solo eran visitados por turistas religiosos que acudía a los lugares sagrados, hoy el turismo de masas indio y chino, y de muchos occidentales, está transformando la vida de muchas de estas localidades que, por desgracia, están convirtiendo ya algunas de sus costumbres y tradiciones en puro folklore para turistas. En estos parajes, existe también un pujante turismo que tiene como principal atractivo ascender las míticas montañas de la zona.



            Budismo, hinduismo, seguidores del Bön, musulmanes, cristianos…, todos estos grupos mantienen su presencia en la zona gracias a los muchos templos que pueblan la zona. Es una pena que la autora, que se manifiesta en el libro abiertamente atea, aborde quizás de manera superficial el peso de la religión en las vidas de tantos miles de personas, quedándose en una visión trivial, como si se tratase de meras manifestaciones folklóricas. Aunque es de agradecer que describa fielmente muchas de las tradiciones y ceremonias y que deje hablar siempre a los protagonistas.

            La autora recorre lugares pobres y espacios de ensueño, como el Templo Dorado de Amritsar, el Valle de Spiti, la ciudad tibetana de Lhasa y el monte Kailash, de 6.628 metros, la montaña sagrada para hinduistas, budistas, jainistas y seguidores de Bön. También muestra las consecuencias de tantas y tantas guerras y de algunos delirios revolucionarios, como sucedió durante la Revolución Cultural china, especialmente activa en el Tíbet: de los más de 6.000 templos y monasterios que había solo quedaron trece. Se instala tras jornadas de mucho esfuerzo en el campo base de los montañeros que se preparan para ascender el Everest. Se entrevista con antiguos reyes y reinas. Visita la antigua residencia del dalái lama en el Tíbet…

            Son muchos los pasajes interesantes. También los detalles y sorpresas históricos. Y las numerosas anécdotas, como la exótica estancia de los Beatles en Rishikesh.

            Como escribe la autora casi al final del libro, cuando hace balance de lo mucho que ha visto y recorrido: “Lo pequeño es engullido por lo grande, desaparecen reinos pequeños; se abren valles angostos y cerrados y el mundo penetra en ellos, allí al igual que en otros lugares de la tierra. En valles así los intereses de un imperio mundial topan abruptamente con los intereses de otro, y ¿qué ocurre entonces con las personas que viven en lo más profundo de aquel valle? Había visto opresión y ansias de libertad, pesimismo y optimismo, coacción religiosa y profunda devoción, intolerancia e iluminación, desesperación y éxtasis”. Y concluye: “Lo pequeño es engullido por lo grande, pero lo pequeño sigue viviendo lo mejor que puede. ¡Hay tantas maneras de vivir!”.


Himalaya

Erika Fatland

Tusquets. Barcelona (2022)

628 págs. 25 € 

T.o.: Hoyt. En reise i Himalaya.

Traducción: Carmen Freixenet.

lunes, 6 de marzo de 2023

"El papiro de Miray", de Guadalupe Arbona

 

Aunque la presencia de historias bíblicas en el arte y la literatura ha sido siempre algo habitual, hay algunos personajes que han llamado poderosamente la atención. Es el caso de Salomé, la hija de Herodías, quien protagoniza con su madre y su padrastro el martirio de Juan el Bautista. Como cita Juan José Gómez Cadenas en la introducción de esta novela, de la historia de Salomé quedaron fascinados, entre otros, los pintores Tiziano y Canavaggio, los poetas Rubén Darío y Eugenio de Castro y, de manera muy especial, el escritor Oscar Wilde, que convirtió a Salomé en protagonista de una de sus obras de teatro.

            Guadalupe Arbona se acerca a estos hechos con otra mirada y con otras intenciones. No busca vovler a reproducir esos hechos de manera directa, aunque la muerte de Juan se describe de manera muy real, sino mostrar la influencia de esa muerte en un personaje marginal de la corte de Herodes Antipas, la sirviente Miray.

            A los catorce años, antes del nacimiento de Salomé, cuando Herodías convivía con Herodes Filipo, entró a servir en Palacio. Educada de manera esmerada por sus tías, Miray era huérfana y princesa del desierto. Tras el nacimiento de Salomé, se hizo cargo de la niña casi completamente, pues su madre estaba más interesada en cuidar la figura y asistir a fiestas. Más tarde, acompañó a las dos cuando se fugaron del Palacio de Herodes Filipo y se fueron a vivir con Herodes Antipas, hermano del rey. En su palacio próximo al mar de Galilea, Herodes invitaba frecuentemente a Juan Bautista; le gustaba escucharle, a pesar de sus muchas diferencias. Miray y los sirvientes de la corte conocían a Juan y a todos les llamaba la atención su figura, su carácter, la vision profética y sus ideas, que exponía con claridad y sin paños calientes. Juan se refería frecuentemente a un primo suyo, que sería el “mesías” que todos estaban esperando.

            A medida que Salomé se va haciendo mayor, la influencia de Miray desciende y es su madre la que empieza a absorber la atención de su hija. El culmen de esta influencia tiene lugar en una fiesta de cumpleaños del rey, cuando Salomé danzó delante de él. Es cuando tiene lugar la conocida escena de la muerte de Juan el Bautista. 

            Este suceso es clave en el desarrollo de la novela, pues a partir de ese momento Miray tiene todo el protagonismo. La muerte de Juan le ha provocado una profunda crisis. De manera drástica, abandona a Salomé y el Palacio y se refugia en los seguidores de Juan y del primo de Juan. Más adelante, sera testigo de una escena de la vida de Jesús que marcará su vida y que es el momento más transcendental de esta novela, junto con el encuentro con Salomé muchos años después. 

            Este relato de la vida de Miray se presenta en la novela como un hallazgo de la investigadora y arqueóloga de Cambridge, Caroline Angels, quien descubrió este papiro y dedicó años a su transcripción. Es tal el impacto del relato de Miray que provoca en ella una profunda sacudida interior. 

            El papiro de Miray contiene, pues, dos historias, que se relacionan entre sí. La autora ambienta muy bien la historia de la sirviente y se adentra en el terremoto interior que provoca el encuentro con el primo de Juan. Este encuentro se merecía, quizás, un mayor desarrollo narrativo para captar mejor el misterio del momento y sus posteriores ramificaciones. Miray es un personaje con fuerza, que tiene una historia que contar. Ha sido una privilegiada testigo de la vida en la corte de Herodes y lo es también de la vida de Jesús y de sus primeros seguidores. Tampoco encajan muy bien en la novela las vivencias de Caroline Angels. La autora fuerza constantemente el relato en esta parte para subrayar los cambios que el papiro de Miray está suscitando en su insulsa vida. Personalmente pienso que la novela hubiese sido más redonda si se hubiese contado solamente la historia de Miray.

La novela se lee muy bien, tiene momentos de gran calidad estética y Arbona se mueve con oficio por los recovecos del alma de la protagonista, una mujer que busca encontrar un sentido a una vida dura. También merece la pena destacarse cómo la autora, con calidad y sin falsos artificios, recrea la atmósfera de aquella época histórica.

Guadalupe Arbona (Madrid, 1965) es profesora de Literatura y Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid. Ha preparado ediciones y libros sobre Flannery O’Connor y José Jiménez Lozano, entre otros autores. También ha publicado dos libros de diarios, Puerta principal (2017) y Enredado en azulEl papiro de Miray es su primera novela. 


El papiro de Miray

Guadalupe Arbona

Jot Down Books. Madrid (2022)

192 págs. 16 €