Autor
de varios libros de relatos (De regreso al mundo, La noche en
cuestión, Cazadores en la nieve, y la antología Aquí
empieza nuestra historia), novelas (Vieja escuela, Ladrón
de cuarteles) y libros autobiográficos (En el ejército del
faraón y Vida de este chico), Tobías Wolff (Alabama,
1945), es uno de los autores norteamericanos actuales que goza de más
prestigio. Colaborador habitual en The New Yorker, The
Atlantic, Harper’s y otras publicaciones, es también
profesor en la Universidad de Stanford. Se considera un discípulo de
Scott Fitzgerald y Hemingway.
Vida de este chico,
de 1989, que reedita ahora Alfaguara y de la que existe una versión
cinematográfica, está considerada una de sus obras maestras.
“Era el año 1955 y viajábamos en coche desde Florida a Utah para
escapar de un hombre al que mi madre temía y para hacernos rico con
el uranio. Íbamos a cambiar nuestra suerte”. Con ese positivo
planteamiento inician su madre y él, un niño de apenas diez años,
una de sus nuevas aventuras. Tras el divorcio de sus padres no ha
parado de viajar con el fin de conseguir la estabilidad económica y
también emocional, aunque la relación con su madre es muy buena y
soporta esta vida viajera y también cargada de desilusiones.
El
narrador no utiliza la primera persona para hacer trapas y trazar un
autorretrato perfecto; al contrario, Wolff no tiene una buena opinión
de sí mismo y sabe que su cabeza está llena de fantasías y sueños
quiméricos. Este idealismo infantil y juvenil contrasta con la
realidad que tiene que vivir, la América de los perdedores, la más
alejada del esplendor y de los grandes triunfos. Lo que encuentra en
su camino, con la compañía de su madre, son situaciones difíciles,
personajes desamparados, historias truncadas. Eso sí, Wolff no reduce
su novela a esta visión atormentada de la vida norteamericana sino
que salpica su narración de un constante sentido del humor con el
que recrea anécdotas y situaciones que alejan el libro de un mero
retrato deprimente de una familia con dificultades.
O sea, que es el estilo
el que salva la novela: dinámico, veloz, ligero, vivo. Y gracias al
estilo, y a las numerosas anécdotas que cuenta, también consigue
que el protagonista nos caiga muy bien. A golpe de fracaso, pero
afrontándolo con optimismo, Wolff consigue mejorar y madurar. Una
excelente novela que demuestra la alta calidad literaria de Wolff.
Vida de este chico
Alfaguara. Madrid (2012)
344 págs. 18,50 €.
T.o.: This Boy’s Life: A Memoir. Traducción: Maribel de Juan.
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