1.- Julio Camba, Mis páginas mejores. Antología que el propio Camba
preparó de sus artículos periodísticos, una excelente muestra de su categoría
como periodista. Se trata de unas crónicas muy personales en las que mezcla el
periodismo y la literatura. En estos artículos aparece su fina ironía, su sutil
inteligencia, su tono levemente superficial y anecdótico, y su asombrosa
capacidad para mostrar aspectos divertidos e insólitos de la realidad. En los
últimos meses se han publicado también los volúmenes Sobre casi todo y Sobre
casi nada, y la antología Crónicas de viaje. (Pepitas de Calabaza.
303 págs. 2012).
2.- Manuel
Chaves Nogales, La República y sus enemigos. Continúa recuperándose
la obra periodística de uno de los grandes y felices redescubrimientos
literarios de los últimos años. Sólo en la editorial Almuzara se han publicado
ya un buen puñado de títulos –Bajo el signo de la esvástica; Andalucía
roja y “La Blanca Paloma” y otros reportajes de la República; La España de
Franco; Ifni, la última aventura colonial española...-, a los que
hay que sumar otros libros publicados en Libros del Asteroide (La vuelta al
mundo en avión) y en la editorial Renacimiento (Lo que ha quedado
del imperio de los zares), además de la biografía sobre Juan Belmonte y sus
espléndidos relatos sobre la Guerra Civil A sangre y fuego. Los dos
últimos títulos en publicarse contienen los reportajes periodísticos que Chaves
Nogales escribió durante la II República sobre Cataluña -¿Qué pasa en
Cataluña?- y los que el periodista, comprometido con la II República,
consideraba los peores enemigos para conseguir la estabilidad política: los
delirios revolucionarios anarcosindicalistas, que protagonizaron no pocos
sucesos violentos que pusieron en jaque a la II República. (Almuzara. 240 págs.
2013).
4.- Rosa
Sala Rose y Plàcid Garcia-Planas, El marqués y la esvástica. No se
trata de una antología de crónicas ni artículos de César González-Ruano
(1903-1965) sino un libro de investigación que intenta desentrañar algunos
desagradables misterios de su vida. Los autores entran de lleno en su vida
desde 1933, cuando es enviado por el diario ABC como corresponsal a
Berlín, hasta su regreso a España en 1943, tras ser también corresponsal en
Roma, nuevamente en Berlín y por último en París. La exhaustiva investigación
tiene como objetivo verificar las sospechas vertidas por algunos testigos que
involucran a Ruano en el tráfico de judíos de Francia a España no precisamente
con fines humanitarios. Los autores han visitado más de veinte archivos en ocho
países y han invertido tres años en su preparación. En su investigación casi
policiaca descubren muchas cosas que Ruano ocultó en sus memorias. (Anagrama.
512 págs. 2014).
5.- Josep Pla, El cuaderno gris. Desde su publicación en castellano en 1975, el prestigio de este
libro no ha cesado de crecer. Pla comenzó a escribirlo en 1918, el día que cumplía
21 años, y lo finalizó en septiembre de 1919, poco antes de marchar como
corresponsal de prensa a París. Sin embargo, hasta su publicación en 1966, el
libro fue reelaborado completamente. Por sus páginas desfila su vida, sus
lecturas, el paisaje del Ampurdán, sus amigos y familiares, los vecinos de
Palagrufell, los comentarios de la tertulia a la que asistía, sus reflexiones
críticas sobre la vida universitaria, apuntes sobre cómo el clima determina los
estados de ánimo, las mujeres, la soledad... Pla maneja una prosa natural,
realista, atenta al detalle, donde destaca su facilidad para retratar en pocas
líneas a los personajes que van apareciendo. (Destino. 848 págs. 2012).
6.- Andrés Trapiello, Miseria
y compañía. Volumen dieciocho de unos diarios que tienen como título
genérico Salón de pasos perdidos. En esta nueva entrega vuelven a salir
las habituales personas y escenarios de estos diarios: sus estancias en Las
Viñas, la relación con su mujer y sus hijos, sus viajes al extranjero para
hacer turismo o para impartir alguna conferencia, su diaria actividad como
escritor, sus manías y obsesiones (una de ellas, el arte moderno), sus dardos
envenenados contra algunos colegas, las visitas dominicales al Rastro
madrileño, puntuales referencias a la vida cultural y política, etc. Hay que
resaltar la calidad literaria y su polivalencia estilística. El autor puede
emplear un lenguaje coloquial, literario, poético, periodístico... (Pre-Textos.
404 págs. 2013).
7.- José
Jiménez Lozano, Los cuadernos de Rembrandt. Sexto volumen de
los diarios de uno de los escasos referentes culturales que no han sucumbido a
los frágiles encantos de lo políticamente correcto. Se rebela el autor contra
la imposición de unos uniformes patrones, muy visibles en el mundo político y
cultural, donde se sustituye la tradición y la fuerza de los valores
occidentales y cristianos por señuelos banales. Sus análisis son certeros por
su profundidad y porque saben destapar el engaño. (Pre-Textos 233 págs. 2010).
8.- Enrique
García-Máiquez, El pábilo vacilante. El autor publicó en 2009 Lo
que ha llovido una selección de las entradas a su blog Rayos y truenos.
Ahora se publica un nuevo volumen, que abarca desde 2008 hasta 2011.
García-Máiquez transmite sus inquietudes literarias, existenciales y hasta
espirituales. Todo tiene cabida: un comentario sobre sus clases en el
Instituto, un libro que está leyendo, el descubrimiento de un autor, una cita
deslumbrante, un pequeño poema, haikus, brillantes aforismos. Y pasajes más
íntimos y familiares, como la muerte de su madre y el nacimiento de su primera
hija. Todos estos sucesos los aborda el autor con naturalidad y confianza.
(Renacimiento. 256 págs. 2012).
9.- Miguel
D’Ors, Más virutas de taller.
Este libro contiene las impresiones del autor desde 2004 hasta 2009 sobre su
literatura, su vida como escritor y el mundo que le rodea. Eu contenido es muy
variado: la reflexión poética, la crítica literaria, o sus observaciones sobre
la poesía actual y la política. Sobresale su sentido de la trascendencia, su
independencia de juicio, y su ironía inteligente sobre algunas cuestiones
literarias y morales que subyacen en interpretaciones “políticamente
correctas”. (Los Papeles del Sitio. 332 págs. 2010).
10.-
Gabriel Insausti, Cámara oscura. Irrumpe con fuerza Insausti (1969)
entre los escritores que emplean los diarios como el género literario apropiado
para reflexionar sobre su vida y su intimidad; y también sobre la realidad que
les rodea, casi siempre con una mirada distante, irónica y crítica. Insausti aporta
en estos diarios otro modo de mirar las cosas, un punto de vista íntimo y
singular que transforma lo vivido –situaciones normales de su vida como
profesor, escritor y padre de familia- en sucesos, para él, especiales. Resulta
muy atrayente su coherencia ideológica y su independencia cultural.
(Pre-Textos. 552 págs. 2012).
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