1.- Joseph Roth, Job. El judío Mendel Singer es un rabino de una pequeña localidad
rusa. Casado, con cuatro hijos, es una persona sin muchas ambiciones que vive
entregada a sus obligaciones religiosas. Cuando sus hijos son mayores, las
cosas se le complican cuando el mayor decide huir a América. Un día reciben
buenas noticias de él y se van a vivir a Nueva York. Se traslada toda la
familia menos el pequeño, Menuchim, que había nacido tullido. Pero en América
se tuercen las cosas. Roth centra su narración en la sencilla personalidad del
rabino y en los duros sucesos que padece y que hacen tambalear su fe. Todo está
descrito de una manera amable, cercana y familiar. El resto de su literatura ha
sido muy bien editada en nuestro país. (Acantilado. 224 págs. 2007).
2.- Stefan Zweig, Mendel el de los
libros. Esta breve obra narra la historia de un excepcional
librero que pasa su vida recibiendo lectores en la mesa de un café vienés. Con
su conocimiento bibliográfico y su enciclopédica memoria mantiene un cordial
trato con sus clientes de media Europa, en una existencia hecha por y para los
libros y los lectores. Mendel no sirve para vivir en un mundo tan alterado por
la Gran Guerra y llega a ser una de sus más despreocupadas y cándidas víctimas.
Zweig ha sido un auténtico fenómeno literario en los últimos años. Se ha
reeditado lo mejor de su amplia y variada producción literaria. (Acantilado. 57
págs. 2009).
3.- Alexander Lernet-Holenia, El
estandarte. La novela más
destacada de este importante escritor austriaco (1897-1976) aborda un tema muy
sugestivo en la literatura centroeuropea: la caída del Imperio austro-húngaro.
El autor centra toda la acción en plena Primera Guerra Mundial, con un
protagonista que se debate entre las obligaciones y tradiciones de su cargo
militar y el amor romántico por una joven dama de la corte. La novela tiene
intensos pasajes románticos y hasta góticos que se desarrollan en medio del
fragor de la batalla, en un momento delicado para los intereses del Imperio,
cuando las tropas empiezan a desintegrarse y los ideales imperiales sucumben
por todos los lados. (Libros del Asteroide. 334 págs. 2014).
4.- Eduard von Keyserling, Princesas. Las novelas de Von
Keyserling (1855-1918) describen la despedida final de la Belle Époque y del
mundo decadente de la aristocracia báltica de habla alemana. Princesas es un retrato social del amor
y de la pérdida. Los protagonistas giran en torno a la corte de un pequeño
principado arruinado, incapaz de adaptarse al cambio de los tiempos. ¿Qué hacer
ante la posible ruina? Esa parece la principal preocupación de la soberana del
país, la viuda Adelheid von Neustatt-Birkenstein, que duda entre casarse o no
con un pretendiente que podría solucionar los problemas económicos de la corte.
(Nocturna. 255 págs. 2010).
5.- Angel
Wagenstein, El Pentateuco de Isaac. El autor es un conocido cineasta
búlgaro nacido en el seno de una familia sefardí en 1922. La vida de los judíos
centroeuropeos el tema de sus principales libros, entre los que también
destacan Adiós, Shanghái y Lejos de Toledo. Esta novela cuenta la
vida del judío Itzik Blumenfeld, desgraciado testigo de la historia de
Centroeuropa. Nació en una aldea de Galitzia; vio cómo se desmembraba el
Imperio Austrohúngaro; vivió como soldado la Segunda Guerra Mundial; estuvo en
un campo de concentración alemán y años después en el gulag soviético. Su
agitada vida es un reflejo de aquellos convulsos años. (Libros del Asteroide.
320 págs. 2008).
6.- Miklós Bánffy, Los días contados.
Magnífico novelón del siglo XIX,
escrito en el XX, sobre la situación política y social de una Hungría convulsa
y por los estertores del imperio Austro-Húngaro. La perspectiva está tomada
desde la vida de la nobleza y la alta burguesía de aquel país, que parece
presentir y esquivar su catástrofe a base de una actividad volcada en las
cacerías, viajes, fiestas, casinos, amoríos, duelos de honor y presencia en la
política parlamentaria. (Libros del Asteroide. 666 págs. 2009).
8.- Lajos
Zihaly, El ángel del odio. Esta novela es un homenaje a la
Hungría natal del autor, víctima tanto del nazismo como del comunismo. A través
de la vida del protagonista, Mihály Ursi, astrónomo, idealista, emparentado, al
casarse, con una de las familias de mayor rango del país, se narra la historia
magiar desde 1939 a 1950, con abundantes referencias a los decenios anteriores
y a otros momentos del pasado. Los hechos están muy bien contados, en un
ambiente de tensión, de guerra, de lucha en la clandestinidad, de grandes
cambios en la vida social y cultural. (Funambulista. 534 págs. 2012).
9.- Józef
Czapski, En tierra inhumana. Publicada en 1949, este sobrecogedor
diario cuenta un trágico episodio de la Segunda Guerra Mundial. En 1939,
Polonia fue invadida por Alemania y la URSS. Unos 15.000 oficiales polacos,
entre los que se encontraba Czapski, fueron deportados a campos de
concentración soviéticos. Cuando Alemania declaró la guerra a la URSS, estos
militares, en principio, podían ya regresar a Polonia. Pero sólo lo hicieron
unos 400; el resto habían sido asesinados por orden de Stalin, aunque se
intentó ocultar esta realidad. Czapski recibió el encargo de encontrar el
paradero de estos oficiales desaparecidos. Con una excelente calidad y
densidad, Czapski no sólo relata este proceso sino que describe la sistemática
maquinaria soviética de asedio contra la dignidad humana. Acantilado. 492 págs.
2008).
10.- Iván
Goncharov, El mal del ímpetu. Publicada en 1838, esta breve y
divertida novela se considera un precedente de Oblómov, una de las
grandes novelas de la literatura rusa. La novela describe en clave cómica la
“enfermedad” que aqueja a la familia Zurov. Cuando llega la primavera, sufren
una profunda transformación que les empuja a salir al campo a constantes
excursiones para sacarle todo el jugo a la vida y a la naturaleza. En el otro
extremo está Nikon Ustínovich: perezoso y glotón, que vive permanentemente en
la cama. El relato es hilarante y está contado con un clima narrativo
totalmente ruso. (Minúscula. 110 págs. 2010).
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