lunes, 20 de abril de 2015

“La sustancia invisible de los cielos”, de Ulises Bértolo


Abogado de profesión, la primera novela de Ulises Bértolo (1967) es un derroche de imaginación y fantasía en la que se dan cita la música, la historia, una sociedad secreta de raíces pitagóricas y las ansias de inmortalidad. El autor ha acertado a construir con estas piezas un puzzle interesante, con un ingenioso y atrevido argumento que engancha, a pesar de recurrir a algunos ingredientes y escenas tópicas y a que, en ocasiones, se nota la falta de pericia del autor para resolver algunas cuestiones técnicas y narrativas. 
El resultado de La sustancia invisible de los sueños es satisfactorio, una trepidante novela de aventuras, sobre todo en su parte final, donde los protagonistas tienen que revelar el misterio que esconde un mensaje cifrado y que se supone contiene una inquietante y peligrosa clave de la que depende el futuro de la humanidad. A la vez, el autor, con buenas dosis de documentación, acierta a la hora de describir el mundo de la música, con la aparición de creadores e intérpretes reales (como Franz Listz, que tiene su peso en el desarrollo de la trama), junto con otros personajes que son fruto de la imaginación del autor pero que responden muy bien a los diferentes momentos históricos en los que transcurre la novela, en el París actual, en un Monasterio gallego -el de Oseira, en Orense, muy bien recreado por el autor- y en el París anterior a 1889, en plena ebullición artística y musical.
            El protagonista es Ignacio Pascal, hijo de unos emigrantes gallegos que nunca regresaron a su tierra. En París, Ignacio trabaja como profesor titular del Departamento de Historia de la Música de La Sorbona y se encuentra en plena crisis existencial, pues hace pocos meses ha perdido a su mujer en un accidente de tráfico. Ahora, vive sumergido en su trabajo y con muchos remordimientos de conciencia sobre su vida matrimonial.
            Un día, como por casualidad descubre en una de sus investigaciones una referencia al músico francés Jean Vanier, un niño prodigio de la música que, sin embargo, ya adulto, desapareció en un momento dado sin dejar rastro, aunque las escasas referencias que se tienen de él le citan como un auténtico genio de la música. Nada se conserva de Vanier, ni siquiera una partitura, aunque se sabe que las escribió. Atrapado por esta historia, Ignacio se entrega en cuerpo y alma a esa investigación con el fin de descubrir qué es lo que ha pasado con este frustrado compositor y cuál ha sido su destino. Para ello, cuenta con la ayuda de una alumna, Davinia Laforet, quien, como Ignacio, se entrega compulsivamente a las investigaciones. Tirando de algunos hilos, empiezan a dar con algunas vías de investigación. En concreto, descubren el paradero de uno de los íntimos amigos de Jean Vanier, el también músico Marcel Gerard, aunque apenas les da noticias de su paradero. Pero ni Ignacio ni Davinia se rinden y sus pesquisas empiezan a dar resultado.
            La parte central de la novela está dedicada al encuentro que tienen en el Monasterio gallego de Oseira el propio Ignacio y Jean Vanier, quien se recluyó allí hace ya bastantes décadas y vive en el anonimato y la soledad. Jean le cuenta su historia a Ignacio, una historia aparentemente inverosímil, pues relata cómo Jean Vanier, en un momento determinado de su vida, cuando se encontraba componiendo algunas de sus creaciones, sumergido en un estado casi de éxtasis musical, ve cómo se traslada a otro tiempo, al París de finales del siglo XIX, donde conoce al músico y fabricante de pianos Henri Herz, quien presenta a Vanier al genial músico Franz Listz y a Marie Trautmann, también compositora, otro de los grandes personajes de esta novela, y por la que Vanier, desde el primer momento siente una arrebatadora pasión. Cuando Vanier acaba de contarle su vida a Ignacio, éste intuye que detrás se esconde un peligroso secreto cuya relevancia va mucho más allá del mundo de la música.
            Y es entonces cuando empieza el thriller futurista, científico y policiaco. Ignacio y Davinia son perseguidos por una sociedad secreta que parte de Pitágoras y que extiende sus tentáculos hasta el presente más actual. Persecuciones, secuestros, accidentes, muertes… todo ello para preparar un ingenioso final que el autor resuelve con pericia, y eso que no lo tenía fácil.
            La evolución del argumento es muy verosímil, lo mismo que los ingredientes que aparecen, aunque haya algunas exageraciones. La estructura chirría en alguna ocasión, pues ensamblar tantos temas, personajes y situaciones tiene su complicación. Pero la novela, si se admiten sus presupuestos en la órbita del best-seller, se lee con ganas, pues el ritmo de la novela y el interés no decaen. A garantizar su solidez contribuyen los ingredientes históricos y musicales.


La sustancia invisible de los cielos
Ulises Bértolo
Espasa. Barcelona (2015)
328 págs. 
19.90 €. (papel). 9,99 €. (digital).

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