sábado, 5 de junio de 2021

"El primero que metió el pie entre vagón y andén", de Ignacio Kowalski



No conozco de nada al autor de este libro. Me lo recomendó un gran amigo del que me fío mucho por sus criterios literarios y por su excelente nivel intelectual, Francisco F. Chana, quien además sale de pasada en este libro de memorias. Y la verdad es que ha acertado de lleno en la recomendación. Suelo comentar que, como lector, estoy un poco saturado de novelas que basan toda su eficacia en la construcción de enrevesados argumentos, muchas veces disparatados e inverosímiles porque sus autores están obsesionados con ser originales, insólitos y distintos. Por eso, últimamente prefiero los libros de diarios, de memorias y los reportajes periodísticos. En todos estos casos, el punto de partida y de llegada es la realidad, en unos casos deteniéndose en lo que sucede en el exterior y en otros tomando como centro de atención el mundo interior de los propios autores, que se convierte en el eje de la narración.

            Kowalski se limita a contar en este libro su vida como si lo estuviese haciendo delante de sus amigos en un café. Estamos ante alguien que tiene el acierto de saber contar las cosas, buscando siempre el lado cordial y divertido de todo. Pero, además, es que a Ignacio Kowalski le pasan muchas cosas. Primero, en Argentina, en su vida familiar y en la relación con sus hermanos, con momentos muy emotivos y humanos, como cuando habla de su padre y sobre todo de su abuela, con la que tuvo una relación muy especial. 

            Luego, cuando decide abandonar Argentina y buscarse la vida en España. En su país ya había hecho sus pinitos artísticos y en Barcelona se lanza a la aventura de hacerse un hueco en el proceloso mundo de la interpretación. Se inicia entonces una sucesión de aventuras, muchas de ellas surrealistas y peregrinas. El autor se mueve en el mundo de los artistas, actores, intérpretes, personajes de la farándula, cómicos para un público infantil, monologuistas… Hace lo que sea con tal de sobrevivir. Los mejores momentos de este intenso libro de memorias se refieren a estas peripecias profesionales, que le llevan de un lugar a otro, donde queda bien claro lo difícil que resulta abrirse camino en un mundo tan caprichoso e inconstante, donde un día pareces una promesa mundial y al día siguiente te pueden echar sin contemplaciones de un rodaje.

            Todo esto lo afronta Kowalski con un sobresaliente espíritu deportivo, que le lleva a tirar siempre hacia delante, sin rendirse. Busca en todo momento el lado bueno de lo que sucede. Y a pesar de que atraviesa muchos momentos duros y complicados, vemos cómo nunca se hunde y siempre tiene recursos personales y profesionales para sobrevivir.

            Al relato de su acelerado, agitado, dinámico, cambiante y multifacético periplo profesional hay que destacar las referencias a su vida personal. Kowalski tiene una increíble facilidad para tener amigos y para caer bien, lo que lo convierte en alguien con el que uno desearía estar. El libro es una sucesión de amistades, muchas de ellas femeninas, con las que vive también numerosas aventuras; algunas, incluso, parecen hasta inventadas. Kowalski no busca hacer daño a nadie y de casi todas las personas con las que se relaciona, cientos, destaca siempre el lado positivo y amable. Esto es un gran valor del libro y sin conocer al autor me parece que es la clave de su personalidad y de su intensa vida social.

            Por último quiero destacar que no basta con tener una vida agitada y rica en aventuras para que un libro sea bueno. Lo importante es saber contar las cosas con naturalidad, sin impostura, sin florituras, con un contundente realismo. Y Kowalski tiene esta habilidad. Por eso, este libro sin pretensiones literarias, ni falta que hace, se convierte por su sinceridad y claridad es un excelente ejemplo de buen libro de memorias, plenamente auténtico. Felicito al autor por la sencillez y espontaneidad de su estilo y su capacidad para llegar a los lectores mostrando una vida transparente en la que es muy evidente que estamos ante una persona atrayente, que merece la pena conocer y que, además, tiene un increíble sentido del humor. Y vuelvo a dar las gracias a mi amigo Chana por haberme hablado de este libro.



El primero que metió el pie entre vagón y andén

Ignacio Kowalski

Amazon. 350 págs. 15,60 €.

2 comentarios:

  1. Yo lo conozco. Él es así y su libro me encantó. Tengo el placer de tenerlo dedicado.

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  2. Adolfo, has hecho una crítica muy acertada, como si conocieras a la perfección al autor, como es mi caso. Y en ello está el mérito de ambos, el tuyo por el acierto clínico y el suyo por mostrar su alma en sus palabras.

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