miércoles, 8 de octubre de 2025

"Cisnes salvajes", de Jung Chang


    He estado leyendo estos días "Próspero viento", las memorias políticas del escritor Andrés Trapiello. El libro rescata algunos episodios biográficos que, de manera directa o indirecta, estuvieron salpicados de política. Como experto en la Guerra Civil, sobre la que ha publicado "Las armas y las letras", dedicado a la actuación de los escritores durante esta contienda fratricida, le sorprende que a día de hoy, en la literatura y en los libros de historia, sigan imperando visiones maniqueístas que dividen a las víctimas en buenas o malas según el color político. A pesar de lo mucho publicado desde entonces, libros que cuestionan el relato inmovilista que proponen algunos escritores de izquierda, Trapiello anima a conocer más en profundidad los crímenes que se cometieron en países dictatoriales y comunistas como la URSS o China, por poner dos ejemplos (se pueden poner muchos más). En "Próspero viento" anima en concreto a leer "Cisnes salvajes", de la historiadora china Jung Chang. También las memorias de Nadiezhda Mandelstam, la viuda del poeta Ósip Mandelstam, "Contra toda esperanza", y las de Eugenia Ginzburg, "El vértigo". En esta entrada rescato una reseña del libro "Cisnes salvajes", que se publicó en España en 1991 y que todavía se sigue leyendo.

 Jung Chang es una escritora china que también ha publicado, entre otros, Mao. La historia desconocida (Taurus), una monumental, exhaustiva y demoledora biografía, escrita con su marido Jon Halliday, sobre la vida del dictador más sangriento de la historia (ahí están los datos de los más de sesenta millones de víctimas para confirmarlo). Pero antes de este libro dedicado a Mao publicó en 1991 Cisnes salvajes, libro testimonial que supuso para mí un verdadero descubrimiento literario e histórico. Chang, que abandonó China en 1978 a la edad de 26 años para continuar sus estudios de Lingüística en Gran Bretaña, consigue en este libro acercar a los lectores occidentales la realidad de lo que había acontecido en China a lo largo del pasado siglo. 

El libro fue un inmenso mazazo, pues todavía muchos tenían una visión idílica de la China de Mao, imagen adulterada a la que habían contribuido con testimonios propagandísticos y panfletarios muchos intelectuales de izquierdas, especialmente franceses (como denuncia el gran escritor Simon Leys), que ocultaron los asesinatos, los crímenes, la tortura y la obsesiva censura que se vivía en China. Mientras estos intelectuales, cuando se trasladaban a China, vivían en lujosos hoteles visitaban los escenarios preparados por los organizadores y ligaban paladeando las poesías y las consignas políticas de El libro rojo de Mao, la población china moría de hambre por culpa de los delirios de grandeza de un dictador que siempre manifestó un desprecio absoluto por el ser humano, como la reciente biografía y Cisnes salvajes ponen tristemente de manifiesto. Al que le gusten más los libros históricos, le recomiendo la reciente trilogía publicada en Acantilado de los espléndidos libros del historiador holandés Frank Dikötter.

            Cisnes salvajes no es una novela sino el relato de las vidas de tres mujeres que resumen las vicisitudes de la historia de China a lo largo del siglo XX. Primero se cuenta la vida de Yu fang, la abuela de Jung; después la de su madre, Bao Qin/De-Hong (cisne salvaje, en chino); por último, la vida de la propia narradora hasta que consigue trasladarse a Gran Bretaña.

            La vida de Yu fang explica bastante bien qué pasó en China antes de la llegada de Mao al poder. La abuela fue concubina de uno de los generales de los señores de la guerra, durante el periodo de decadencia del imperio manchú. Toda esta parte tiene un innegable sabor tradicional, y recuerda algunos de los episodios que revive también el escritor norteamericano David Kidd en su libro Historias de Pekín (Libros del Asteroide), que describe los años en los que el comunismo destrozó de manera deliberada la cultura tradicional. Pero la vida de Yu fang sufre continuos cataclismos políticos. Primero es la caída del Imperio de Manchuria; luego, la invasión de los japoneses en 1931; poco cambiaron las cosas con la llegada al poder del emperador Pu Yin, un títere de los japoneses. Con su segundo marido, el doctor Xia, Yu fang asiste también a la alianza entre el Kuomintang y los comunistas para derrotar a los japoneses.

            A partir de ese momento, el testigo pasa a la madre de Jung Chang, Bao Qin/De-Hong, quien, como tantos millones de chinos, se ilusionó con la victoria de los comunistas durante la guerra civil con el Kuomintang. Bao Qin se casó con un revolucionario comunista, uno de los personajes más entrañables del libro, una persona que mantuvo hasta el final su fe en los ideales comunistas. Sin embargo, poco a poco el matrimonio empieza a descubrir cómo el comunismo deriva en la justificación de la represión y la violencia. Durante los años de la Revolución Cultural, los padres de Jung son denunciados y sufrieron en sus carnes la política de la sinrazón. 

            Los testimonios que cuenta Jung Chang son reales y estremecedores. Y aunque resulta en ocasiones durísimo de leer, estos hechos sirven para explicar la historia colectiva del sufrido pueblo chino. Como escribe la autora, “rodeada de sufrimiento, muerte y desolación, había contemplado la indestructible capacidad humana para sobrevivir y buscar la felicidad”.




Cisnes salvajes

Jung Chang

Circe. Barcelona

540 págs. 25 €.