sábado, 16 de febrero de 2013

“La vida para principiantes”, de Slawomir Mrozek


 
Desde que en 1995 la editorial Sirmio publicase La vida difícil, primer libro de relatos que se traducía del polaco Slawomir Mrozek (Borzecin, 1930), se han publicado la mayoría de sus libros: Juego de azar, Dos cartas, El árbol, El pequeño verano, El elefante... También dramaturgo, Mrozek es más conocido últimamente por sus relatos breves, que contienen una original manera de enfrentarse a la realidad. La vida para principiantes. Un diccionario intemporal, el último volumen que se publica, es una antología con algunos de sus relatos más celebrados.

Este nuevo volumen contiene una selección de relatos publicados en sus libros antes mencionados, realizada por Daniel Keel y Daniel Kampa. Esta edición cuenta además con un epílogo escrito por Jan Sydney que reivindica la importancia de Mrozek como narrador. Para el crítico alemán Marcel Reich-Ranicki, citado en el epílogo, “Mrozek es un humorista que habla muy en serio, un escritor satírico que se burla del mundo con la intención de mejorarlo, es un surrealista que se enfrenta a la realidad deformándola para que reparemos en su verdadera naturaleza, es un hombre de lo absurdo que señala las contradicciones para provocar a la razón”.

En su juventud, Mrozek abrazó la causa del comunismo como la solución para la descomposición ideológica que tuvo lugar en su país y en el mundo occidental tras la Segunda Guerra Mundial, Primero trabajó como caricaturista y periodista en la prensa polaca; luego nacieron sus obras teatrales, que le dieron mucha fama y prestigio incluso dentro del régimen. En 1957 publicó sus primeros relatos, aparecidos en el volumen El elefante, ya publicado por Acantilado. Abandonó Polonia en 1963, aunque todavía no había roto definitivamente con el régimen comunista, lo que sucedió estando en el extranjero. Desde entonces, Mrozek ha vivido en Francia, Italia y después en México, donde permaneció hasta 1996, cuando regresó a su país natal.

Sus relatos son breves, brevísimos, de dos páginas como mucho. En tanto corto espacio, lo importante es la originalidad del planteamiento y la sorpresa de la resolución. Su punto de partida tiene mucho que ver con la literatura del absurdo, pero Mrozek es diferente porque tiene siempre los pies en el suelo. La experiencia de haber vivido en un país comunista, abrumado por el peso de la propaganda y la demagogia, le han hecho desconfiar de los discursos grandilocuentes y de los sistemas políticos.

Aunque algunos de sus relatos son una desternillante y cruel parodia de la ideología comunista, los temas de sus relatos son muy amplios y abarcan muchos aspectos de la condición humana, vistos siempre desde su singular e insólita perspectiva. Con un inteligente y divertidísimo sentido del humor, Mrozek cuestiona múltiples aspectos de la realidad, dejando en evidencia el absurdo de muchas ridículas convenciones y situaciones cotidianas.

Puede que a algunos lectores estos relatos les parezcan leves o intrascendentes (ya se sabe que con el sentido del humor existe poca unanimidad). A otros muchos, estoy seguro, les provocará más de una carcajada. Y eso que el humor de Mrozek, por su sentido irónico y realista de la realidad, esconde también una visión desencantada y escéptica de la vida.

 
La vida para principiantes
Slawomir Mrozek
Acantilado. Barcelona (2013)
153 págs. 12 euros.

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