lunes, 28 de julio de 2014

“El marqués y la esvástica”, de Rosa Sala Rose y Plàcid Garcia-Planas




En su novela París: suite 1940, el novelista y poeta José Carlos Llop convertía al escritor César González-Rano (1903-1965) en el protagonista de una investigación novelesca sobre su vida en el París ocupado por las tropas nazis. Llop, en clave de novela, indagaba en los años más oscuros de la vida de González-Ruano, de manera muy especial en los motivos de su detención en París por la Gestapo en 1942. La novela sugería algunas posibles explicaciones para este suceso, en las que Ruano siempre aparecía como protagonista de algunos negocios turbios. También el historiador Fernando Castillo habla de César González-Ruano en su ensayo Noche y niebla en el París ocupado. Traficantes, espías y mercado negro, publicado en la editorial Fórcola en 2012.
            El marqués y la esvástica va mucho más allá que estos libros y entra de lleno en la vida de Ruano desde que en 1933 fuese enviado por el diario ABC como corresponsal de prensa a Berlín hasta su regreso a la localidad española de Sitges en 1943, tras ser también corresponsal en Roma, nuevamente en Berlín y por último en París. La exhaustiva investigación que emprenden Rosa Sala, ensayista especializada en historia alemana, y Plàcid Garcia-Planas, corresponsal de la sección internacional del diario La Vanguardia, tiene como objetivo verificar las sospechas vertidas por algunos testigos de aquellos años que involucran al autor madrileño en el tráfico de judíos de Francia a España no con fines humanitarios sino para hacerse con un dinero fácil.
Los autores, que han visitado más de veinte archivos en ocho países, han invertido tres años en la preparación de este libro. Casi al final, confiesan su decepción porque no han encontrado pruebas contundentes que aseguren que Ruano participase directamente en estas redes que tenían como principal objetivo aprovecharse de los judíos y, en algunos casos, hasta acabar con sus vidas para hacerse con las joyas y el dinero que llevaban para pasar la frontera y refugiarse en Andorra.
            Los autores investigan en las redes de contrabando de personas que operaban en los Pirineos y que culminaban la mayoría de las veces en Andorra, lugar muy frecuentado por los autores para descubrir cómo funcionaba el negocio. En los testimonios de uno de los contrabandistas, Eduardo Pons Prades, encuentran el cañamazo de su investigación, pues en sus memorias habla de las ilícitas actividades de González-Ruano en París.
            Otra vía de investigación son los archivos alemanes, donde encuentran mucho material sobre la conexión de Ruano con los servicios de propaganda nazi, con los que tuvo una fructífera relación económica, que nace tras su regreso como corresponsal de Berlín en 1933. También consiguieron los autores la documentación que sobre la estancia en Roma de González-Ruano habían elaborado los servicios secretos italianos. En ella resulta reveladora la mala fama que ya tenía el autor madrileño, quien se codeaba incluso con el rey Alfonso XIII.
            Si ya en Roma Ruano estaba metido de lleno en negocios turbios, lo mismo haría después en Berlín y en París, siempre llevando un alto tren de vida que no se correspondía con los ingresos que recibía como corresponsal de prensa. Los autores desgranan sus numerosos trapicheos, su participación en estafas, las numerosas deudas que deja en todos los sitios, el tráfico de salvoconductos en el que está involucrado, etc. Y detrás, su vinculación con oscuras redes y con los servicios secretos y de espionaje. Hablan de su detención por la Gestapo en 1942 y de las actividades que realizó Ruano para los alemanes hasta su salida de Francia.
            Ruano regreso a España en 1943. Primero estuvo en Sitges desde 1943 a 1947, año en el que se estableció ya definitivamente en Madrid. Ruano escribió miles de artículos periodísticos de gran calidad literaria –para Francisco Umbral, quien se consideraba su discípulo, era “uno de los mayores prosistas en castellano del siglo XX”-, reportajes, biografías, novelas, poesías y varios libros de memorias. Sobre estos sucesos, Ruano apenas habla nada, y cuando lo hace siembra su testimonio de deliberadas lagunas y mentiras interesadas, como hace, por ejemplo, en sus memorias Mi medio siglo se confiesa a medias (1951) y en su Diario íntimo (1951-1965), publicado póstumamente en 1970.
            Rosa Sala Rose y Plácid Garcia-Planas convierten la rocambolesca investigación, con múltiples e interesantes meandros, en materia de su libro, introduciendo en la narración las vicisitudes con las que se van encontrando en sus investigaciones. Aunque a veces resultan prolijos en el relato de sus pesquisas o en la participación de algunos personajes con los que levantan falsas expectativas, el ingrediente del periodismo en acción beneficia mucho un ensayo muy bien escrito, con interesantes reflexiones que, sin embargo, no resuelve el enigma del punto de partida.
            La estrecha vinculación de González-Ruano con los servicios de propaganda nazis y sus oscuras actuaciones en Roma, Berlín y París mucho nos tememos que va a pasar factura a la consideración literaria del autor, uno de los grandes articulistas y prosistas del siglo XX.


El marqués y la esvástica
Rosa Sala Rose y Plàcid Garcia-Planas
Anagrama. Barcelona (2014)

512 págs. 24,90 €.

jueves, 24 de julio de 2014

“Nobles y rebeldes”, de Jessica Mitford





Jessica Mitford (1917-1996) fue una de las famosas hermanas Mitford, las hijas del barón de Redesdale, que tanto dieron que hablar en Gran Bretaña en la década de los años 30 y 40. Una de ellas, Nancy, con fama de mordaz y sarcástica, fue una destacada escritora (merecen destacarse sus novelas A la caza del amor y Amor en clima frío, rescatadas también por Libros del Asteroide); tras separarse de su primer marido, Diana se casó con el líder fascista sir Oswald Mosley; Deborah fue duquesa de Devonshire; Unity Valkyrie (conocida como Gorgo), se alistó a la Unión Británica de Fascistas y viajó a Alemania para conocer el nazismo (llegó a pertenecer al círculo íntimo de amistades de Hitler, Goering, Himmler, Goebbels y otros líderes nazis). Jessica, “Decca”, fue, sin embargo, la “hermana roja”.
Estas memorias finalizan en 1945, tras la muerte en la Segunda Guerra Mundial de su marido, Esmond Romilly, joven que también procedía como Decca de la aristocracia inglesa y que se convirtió en azote de las tradiciones de los ricos tanto en su vida privada como en los libros y artículos periodísticos que escribió. Obsesionado con la política, Esmond militó en partidos socialistas y entregó su vida a luchar contra el fascismo. Tras su muerte, Jessica, que vivía en Estados Unidos, fue una conocida periodista combativa y una destacada activista política.
Estas memorias cuentan, en primer lugar, su plácida y aburrida vida en la casa familiar de Swinbrook House, donde recibió una educación exclusiva y nada convencional. preparándose para formar parte de la alta sociedad a la que pertenecía. Aunque vivían recluidas y con muy poco contacto con el exterior, a Swinbrook House llegaban las convulsiones sociales y políticas que estaba padeciendo Europa en los años 30, con la eclosión de las ideas fascistas y comunistas. “Más allá de los confines de nuestra fortaleza –escribe la autora- se gestaban verdaderas tempestades”.
También conocían las historias de algunos de sus familiares, como las del primo Esmond Romilly, que se había convertido en un enfant terrible, renegando de su familia y de la educación recibida. Los escándalos que promovió con su vida y sus escritos eran recogidos en la prensa que se leía en la mansión de los Mitford. Jessica no soportaba muy bien la monotonía de su vida familiar y, alimentada por las fantasías de las aventuras de su primo Esmond, anhelaba otra vida fuera de su casa. Mentalmente planeaba huír para llevar también una vida de aventuras revolucionarias, posibilidad que fue tomando forma a medida que se incrementaron sus inquietudes políticas, en las antípodas de sus hermanas Gorgo y Diana. El plan de fuga culminó cuando conoció a Esmond. Los dos se fugaron a España para combatir en la Guerra Civil.
Su huida provocó un sonoro escándalo. Tras unos meses en el País Vasco, donde ejercieron de periodistas, ya marido y mujer regresaron a Inglaterra, aunque manteniendo las distancias con sus respectivas familias. A finales de los años 30, se trasladan a Estados Unidos, país que les sirve constantemente de contrapunto para comparar con la vida en Inglaterra.
Como las novelas de Nancy Mitford, muy divertidas y ambientadas en ese decadente mundo aristocrático, estas memorias retratan también el agotamiento de una manera de entender el mundo. Jessica y sus hermanas parecían destinadas a vivir una vida selecta y exclusiva dentro del reducido círculo de la aristocracia inglesa; sin embargo, la tormenta política de aquellos años, que se vivió con intensidad en todas las clases sociales, arrumbó con ese estilo endogámico y elitista. Jessica describe su peculiar educación doméstica, sus viajes, la relación con sus padres y familiares... y, también, algunas de las excentricidades de sus hermanas.
El tono del libro cambia cuando Jessica abandona ese mundo y se enfrenta a la cruda realidad. Vivir con Esmond supuso un cambio radical en su cómoda vida; ahora había que conseguir dinero para vivir en unas circunstancias difíciles. No se queja de ello en ningún momento y acepta las dificultades como la lógica consecuencia de las drásticas decisiones que ha tomado por sus ideales políticos. Esmond, “una persona complicada y proyeica”, resulta un excelente e imprevisible personaje que marca profundamente la vida de Jessica, “la hija roja de un lord”.


Nobles y rebeldes
Jessica Mitford
Libros del Asteroide. Barcelona (2014)
318 págs. 22,95 €.
T.o.: Hons and Rebels.
Traducción: Patricia Antón de Vez.


lunes, 21 de julio de 2014

“Los hijos”, de Gay Talese



En los últimos años se han publicado en España los mejores libros del periodista y escritor norteamericano de origen italiano Gay (Gaetano) Talese (New Jersey, 1932), una de las voces más destacadas de lo que se ha venido en llamar “Nuevo Periodismo” o “Literatura de la Realidad”, una singular manera, muy literaria, de abordar las noticias y reportajes periodísticos con los parámetros y técnicas propias de la literatura. La calidad de sus reportajes puede comprobarse leyendo Encuentros y reencuentros, Honrarás a tu padre (su libro sobre la Mafia), Vida de un escritor y El silencio del héroe, todos ellos publicados en Alfaguara. También en estos libros, de manera especial en Encuentros y reencuentros y Vida de un escritor aparecen algunos escritos biográficos que hablan de sus comienzos periodísticos, de su familia italiana y de lo que Talese que debe ser el periodismo actual.
Pero además de un excelente periodista que merece la pena leerse, también Gay Talese es un narrador ciertamente excepcional, como demuestra en Los hijos, libro que publicó en 1992 tras diez años de exhaustivo trabajo, pues en este libro biográfico que se centra en el mundo de la inmigración italiana en Estados Unidos tomando como eje la historia de su propia familia, Talese lleva a sus últimas consecuencias su técnica preferida de escribir sobre la realidad, lo tangible, lo concreto.
El trabajo realizado es tan descomunal que el libro se convierte en una enciclopedia sobre la inmigración italiana a Estados Unidos desde finales del siglo XIX hasta después de la Segunda Guerra Mundial, además del fiel retrato de la vida en los pueblos del sur de Italia en el mismo periodo de tiempo. El proceso de redacción de este libro lo describe muy bien el autor en una nota final: “Este libro, comenzado en 1981, tardó diez años en completarse. Al menos la mitad del tiempo lo dediqué a la investigación, a entrevistas a gente en Europa y los Estados Unidos; a leer sobre la emigración italiana y sobre los gobiernos de los que huían los emigrantes; y el resto del tiempo lo dediqué a intentar plasmar en el papel el clan pintoresco y mitificado, pero pragmático, de personajes espirituales y oportunistas que pueblan mi ascendencia italiana”.
La narración se centra en la vida de su padre, Joseph, que emigró a Estados Unidos en la década de los 20 desde su pequeña localidad de Maida tras unos meses de estancia en París, donde trabajaba su primo Antonio, también sastre, y el modelo de Joseph para lanzarse a la aventura de correr mundo. No fue el único italiano que abandonó su país. En aquellos años, miles, sobre todo del sur, emigraron a Estados Unidos para hacer realidad el sueño americano. Allí muchos rehicieron sus vidas y ayudaron en lo posible a sus familiares italianos, soportando vivir en unas condiciones humillantes, pues los italianos, con los negros, fueron los emigrantes peor tratados y valorados. Allí en Estados nidos se agruparon en pequeñas comunidades, algunas de ellas dominadas por la Mafia. Joseph, el padre de Gay, no perdió en ningún momento sus raíces italianas, pero se aclimató perfectamente a los valores y al estilo de vida americano, aunque lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial, con el enfrentamiento de los americanos con el ejército italiano, complicó la vida de muchos italianos en Estados Unidos, en parte también la de Joseph.
Todos los personajes e historias que cuenta Talese proceden de la cotidiana realidad. Y su perfeccionista obsesión por la verosimilitud hace que todos ellos derrochen vida. Talese escribe basándose siempre en los datos verificables y en historias que se pueden demostrar. Esta técnica puntillista para nada ahoga la narración; al contrario, está repleta de historias amenas e interesantes protagonizadas por los miembros de esta saga familiar, como las de el padre de Joseph, también emigrante en Estados Unidos; su madre, “viuda blanca” en Maida; su abuelo Domenico, magnífico personaje; su primo Antonio, sastre que residió en París casi toda su vida; y tantos otros que circulan por estas memorias aportando su dosis de realidad. Con todo este material, Talese reconstruye la vida cotidiana, íntima y familiar de varias generaciones, convirtiendo sus vidas en el testimonio auténticamente real para contar a su vez décadas de historia de Italia, Francia y Estados Unidos.



Los hijos
Gay Talese
Alfaguara. Madrid (2014)
752 págs. 22 €.
T.o.: Unto the sons.

Traducción: Damià Alou.

viernes, 18 de julio de 2014

“Mi abuela rusa y su aspiradora americana”, de Meir Shalev




            Considerado uno de los escritores israelíes más importantes de la actualidad y muy traducido en el extranjero, Meir Shalev (1948) es autor, entre otras novelas, de El chico de las palomas, la que le ha dado más fama y popularidad. Como él mismo ha confesado, su literatura se inspira en las vivencias de su familia de granjeros de la que procede, de manera especial en las historias que le contaba su madre. Shalev estudió Psicología en la Universidad Hebrea y ha colaborado como presentador en emisoras de radio y televisión.
            Mi abuela rusa y su aspiradora americana explica bastante bien su concepción de la literatura. Se trata de unas originalísimas memorias en las que los principales protagonistas, más que el autor, son sus padres y sus abuelos, de manera especial su abuela Tonia. Su carácter y personalidad y las relaciones que mantiene con el resto de sus familiares se convierten en el eje del relato. Sus abuelos procedían de Ucrania y se instalaron en la aldea de Nahalal, en Galilea, formando parte del primer moshav de los trabajadores fundado por los pioneros de la Segunda Aliyá en la Tierra de Israel.
            Shalev reconstruye con mucho sentido del humor y mucho afecto el universo físico y lingüístico de su familia, repleto de manías y expresiones que sólo entienden los miembros de la familia y que todavía hoy, de manera inconsciente, repiten y ayudan a conformar la unidad familiar. En este sentido, la abuela Tonia, foco de polémicas por sus excentricidades y su afán por ser distinta, tiene no pocas de estas manías y en sus expresiones está el origen de ese diccionario que sigue alimentando a la familia. En el libro destaca, principalmente, su obsesión por la limpieza, que condicionó la vida de la madre del autor hasta límites insospechados. Esa obsesión, surrealista, se complica más al comprobar que la vida familiar transcurre en una aldea agrícola repleta de animales y, lo que es peor, de polvo por todos los lados. Tonia, sin embargo, no renuncia a tener la casa inmaculada, aunque eso suponga “clausurar” algunas habitaciones, obligue a complicados recorridos para entrar en la casa y reduzca la convivencia a unos cuantos espacios especialmente habilitados para no ensuciar nada.
            Uno de sus familiares decidió emigrar desde Ucrania a Estados Unidos, donde se dedicó a los negocios. De vez en cuando, enviaba dinero a la familia, pero se lo devolvían porque no estaban dispuestos a aceptar nada que proviniese de una persona no sionista y no socialista, pues suponían que ese familiar, un hermano de su abuelo, había renunciado a sus creencias judías. En una ocasión les envió desde Estados Unidos una aspiradora. Este suceso adquiere en estas memorias un espacio casi mítico, pues las leyendas y anécdotas que rodean la recepción que hace la abuela Tonia de este regalo siguen circulando en la familia, incluso con versiones contradictorias.
            A la vez que Shalev recuerda a su abuela y la vida en el polvoriento Nahalal, incluye recuerdos más personales que se le han quedado muy grabados. Por las páginas circulan muchos personajes y muchas anécdotas, todas ellas entrañables y universales. Shalev les vuelve a dar vida como cariño y humor, reconstruyendo a su vez la vida de los primeros colonos del futuro estado de Israel.

          
Mi abuela rusa y su aspiradora americana
Meir Shalev
Ático de los Libros. Barcelona (2014)
240 págs. 19,90 €.
T.o.: Ha´davar Haya Kakha.

Traducción: Silvia Villalobos Beltrán.