En su novela París:
suite 1940, el novelista y poeta José Carlos Llop convertía al escritor
César González-Rano (1903-1965) en el protagonista de una investigación
novelesca sobre su vida en el París ocupado por las tropas nazis. Llop, en
clave de novela, indagaba en los años más oscuros de la vida de González-Ruano,
de manera muy especial en los motivos de su detención en París por la Gestapo
en 1942. La novela sugería algunas posibles explicaciones para este suceso, en
las que Ruano siempre aparecía como protagonista de algunos negocios turbios.
También el historiador Fernando Castillo habla de César González-Ruano en su
ensayo Noche y niebla en el París ocupado. Traficantes, espías y mercado
negro, publicado en la editorial Fórcola en 2012.
El
marqués y la esvástica va mucho más allá que estos libros y entra de lleno
en la vida de Ruano desde que en 1933 fuese enviado por el diario ABC como
corresponsal de prensa a Berlín hasta su regreso a la localidad española de
Sitges en 1943, tras ser también corresponsal en Roma, nuevamente en Berlín y
por último en París. La exhaustiva investigación que emprenden Rosa Sala,
ensayista especializada en historia alemana, y Plàcid Garcia-Planas, corresponsal
de la sección internacional del diario La Vanguardia, tiene como
objetivo verificar las sospechas vertidas por algunos testigos de aquellos años
que involucran al autor madrileño en el tráfico de judíos de Francia a España
no con fines humanitarios sino para hacerse con un dinero fácil.
Los autores,
que han visitado más de veinte archivos en ocho países, han invertido tres años
en la preparación de este libro. Casi al final, confiesan su decepción porque
no han encontrado pruebas contundentes que aseguren que Ruano participase
directamente en estas redes que tenían como principal objetivo aprovecharse de
los judíos y, en algunos casos, hasta acabar con sus vidas para hacerse con las
joyas y el dinero que llevaban para pasar la frontera y refugiarse en Andorra.
Los
autores investigan en las redes de contrabando de personas que operaban en los
Pirineos y que culminaban la mayoría de las veces en Andorra, lugar muy
frecuentado por los autores para descubrir cómo funcionaba el negocio. En los
testimonios de uno de los contrabandistas, Eduardo Pons Prades, encuentran el
cañamazo de su investigación, pues en sus memorias habla de las ilícitas
actividades de González-Ruano en París.
Otra
vía de investigación son los archivos alemanes, donde encuentran mucho material
sobre la conexión de Ruano con los servicios de propaganda nazi, con los que
tuvo una fructífera relación económica, que nace tras su regreso como
corresponsal de Berlín en 1933. También consiguieron los autores la
documentación que sobre la estancia en Roma de González-Ruano habían elaborado
los servicios secretos italianos. En ella resulta reveladora la mala fama que
ya tenía el autor madrileño, quien se codeaba incluso con el rey Alfonso XIII.
Si
ya en Roma Ruano estaba metido de lleno en negocios turbios, lo mismo haría
después en Berlín y en París, siempre llevando un alto tren de vida que no se
correspondía con los ingresos que recibía como corresponsal de prensa. Los
autores desgranan sus numerosos trapicheos, su participación en estafas, las
numerosas deudas que deja en todos los sitios, el tráfico de salvoconductos en
el que está involucrado, etc. Y detrás, su vinculación con oscuras redes y con
los servicios secretos y de espionaje. Hablan de su detención por la Gestapo en
1942 y de las actividades que realizó Ruano para los alemanes hasta su salida
de Francia.
Ruano
regreso a España en 1943. Primero estuvo en Sitges desde 1943 a 1947, año en el
que se estableció ya definitivamente en Madrid. Ruano escribió miles de
artículos periodísticos de gran calidad literaria –para Francisco Umbral, quien
se consideraba su discípulo, era “uno de los mayores prosistas en castellano
del siglo XX”-, reportajes, biografías, novelas, poesías y varios libros de
memorias. Sobre estos sucesos, Ruano apenas habla nada, y cuando lo hace
siembra su testimonio de deliberadas lagunas y mentiras interesadas, como hace,
por ejemplo, en sus memorias Mi medio siglo se confiesa a medias (1951)
y en su Diario íntimo (1951-1965), publicado póstumamente en 1970.
Rosa
Sala Rose y Plácid Garcia-Planas convierten la rocambolesca investigación, con
múltiples e interesantes meandros, en materia de su libro, introduciendo en la
narración las vicisitudes con las que se van encontrando en sus
investigaciones. Aunque a veces resultan prolijos en el relato de sus pesquisas
o en la participación de algunos personajes con los que levantan falsas
expectativas, el ingrediente del periodismo en acción beneficia mucho un ensayo
muy bien escrito, con interesantes reflexiones que, sin embargo, no resuelve el
enigma del punto de partida.
La
estrecha vinculación de González-Ruano con los servicios de propaganda nazis y
sus oscuras actuaciones en Roma, Berlín y París mucho nos tememos que va a
pasar factura a la consideración literaria del autor, uno de los grandes
articulistas y prosistas del siglo XX.
Rosa Sala Rose y Plàcid
Garcia-Planas
Anagrama. Barcelona (2014)
512 págs. 24,90 €.