martes, 31 de octubre de 2017

“Tres periodistas en la revolución de Asturias”, de Chaves, Pla y Díaz Fernández


Reúne este volumen las crónicas y reportajes que sobre la fallida revolución de Asturias, en octubre de 1934, escribieron tres escritores y periodistas de renombre en aquellos años: Josep Pla (1897-1981) se había labrado un gran prestigio con sus artículos y crónicas parlamentarias que publicaba en La Veu de Catalunya y algunas biografías y libros de viajes –como el que escribió sobre Rusia-; Manuel Chaves Nogales (1897-1944) que acudió a Asturias como corresponsal del diario Ahora y quien escasas dos semanas antes de que se produjesen estos hechos había publicado en un libro los reportajes que escribió sobre el bailarín Juan Martínez, testigo de la revolución rusa, anunciado en su periódico con este reclamo: “Este libro tiene en estos momentos un extraordinario interés de actualidad, porque dice claramente a los españoles cómo es una revolución social”; por su parte, José Díaz Fernández (1898-1941) había escrito reportajes y hasta un libro muy elogiado sobre la guerra de Marruecos, El blocao (1928), además de ser diputado en las filas del partido de Manuel Azaña .
            Como escribe Jordi Amat en el prólogo, “en octubre del 34 convergieron dinámicas de degradación internacionales, nacionales y regionales, dinámicas de crisis económicas y políticas, partidistas y sindicales. Se acumulaba la conflictividad social, en el campo y en la ciudad. Existía un clima de tensión incontrolable, con violencia, en las calles”. A imitación de la Revolución rusa, el 5 de octubre de 1934, y como colofón de la huelga general convocada en toda España, apoyados por partidos políticos y sindicatos de la izquierda, los “trabajadores” se levantaron en armas contra el gobierno legítimamente constituido de la II República en Madrid, País Vasco, Cataluña y Asturias. Por diferentes causas, sólo cuajó en Asturias, pues en Madrid, País Vasco y Cataluña se reprimió rápidamente la subversión, no sin dejar un buen número de muertos.
En Asturias salió adelante por la fuerza que tenían los mineros, que tomaron el protagonismo de las revueltas. También, por el apoyo que recibieron de los sindicatos CNT y UGT, el Partido Comunista y, sobre todo, del Partido Socialista, responsable principal de la revolución por la actuación de sus políticos y dirigentes, por la propaganda demagógica que volcaron y por la virulencia de sus medios de comunicación, de modo especial del periódico Avance que, como opina Pla, “realizó una política de lo más pedestre, envenenó las cuestiones más vidriosas de los pueblos, efectuó una tarea de insensatez y de destrucción que debe calificarse de genial”. Concluye Pla que “ellos son los responsables, en gran parte, de la situación moral del país asturiano”.
Los mineros tomaron el control de ayuntamientos y cuarteles de las regiones mineras con una escasa oposición que fue sofocada de manera contundente; luego se trasladaron a Oviedo, donde proclamarían de manera general el estado libertario a imitación de la Rusia comunista, como aireaban sus soflamas; contra ellos, ya instalados en Oviedo, el Gobierno envío al ejército para sofocar la revolución. En las dos semanas de “revolución” murieron en torno a las 1.500 personas, 2.000 fueron detenidas y hubo más de 30.000 prisioneros. Oviedo quedó totalmente destrozada.


            Cada uno contó aquellos sucesos con su estilo y desde su perspectiva política. Por ejemplo, José Díaz Fernández, que publicó un año después un reportaje novelado sobre estos hechos, Octubre rojo en Asturias, lo hace contando de manera narrativa y desde dentro de los hechos el desarrollo de la revolución. Recomiendo, en el caso de este autor, empezar por el “Epílogo”, que contiene un lúcido análisis personal de la revolución y de sus principales promotores y cuáles fueron las causas de su fracaso. Para Díaz Fernández, el resultado de las elecciones celebradas en 1933 radicalizó las posturas de la izquierda, en especial del Partido Socialista, hasta ese momento uno de los garantes de la II República y de su consolidación y estabilidad. Para Díaz Fernández, “fue un enorme error de los socialistas, que pasaban sin transición del colaboracionismo gubernamental a la revolución clasista”. Como escribe Jordi Amat en el prólogo, desde la izquierda “se asumía que el parlamentarismo estaba gangrenado y, para los extremos que se iban retroalimentando, la solución pasaba por una toma no democrática del poder”. Según Díaz Fernández, “la revolución ha fracasado porque carecía del clima social propicio”.
            Pla es de los primeros en viajar a Asturias, “un país literalmente saturado de comunismo y socialismo”. “Hemos vivido en estos últimos días –escribe- el movimiento subversivo más extenso y más profundo, quizá, de nuestra historia contemporánea”. Pla advierte de que muchas informaciones que se han publicado en la prensa son “indirectas y generalmente inventadas” y que “no ha visto en ninguna parte el cúmulo de enormidades totalmente inventadas por los diarios de Madrid”. Él se entrevistó con revolucionarios y militares, viajó a Oviedo y a las aldeas mineras… “Después de una investigación pormenorizada, puedo decir que el movimiento de Asturias es un movimiento inicialmente socialista, desbordado primero por la Juventud Socialista del mismo partido”. Lo peor sucedió en Oviedo, acontecimientos terribles “que hacen palidecer los hechos más dramáticos ocurridos en la historia política de todos los tiempos”.
        Chaves Nogales también llegó pronto a Asturias y, como Pla, recorrió los lugares revolucionarios ya en poder de los militares. Conoce de cerca la magnitud de la barbarie cometida en Oviedo, también la extensión de la propaganda soviética entre la juventud minera (propagadores de “la pesadilla de la utópica revolución social”) y cuenta detalles de la actuación de los mineros, de la rendición de los revolucionarios y de la estrategia militar del general López Ochoa. Estos tres periodistas enlazan la gravedad de estos hechos con el errático deambular de la II República, como describe en el prólogo Jordi Amat.


Tres periodistas en la revolución de Asturias
Manuel Chaves Nogales, José Díaz Fernández, Josep Pla
Libros del Asteroide. Barcelona (2017)
264 págs. 17,95 €.



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