domingo, 21 de abril de 2019

"Nostalgia de Dios", de Pieter van der Meer de Walcheren


"Es mejor no seguir buscando, no reflexionar más, vive a lo bruto, sin la constante tortura de las vanas preguntas sin respuesta, vivir como un animal satisfecho", escribe Pieter van der Meer de Walcheren en una de las primeras entradas de este diario, Nostalgia de Dios, en el que describe su proceso de conversión religiosa al catolicismo. No tenía ni idea de este autor, amigo y contemporáneo de Jacques Maritain y de León Bloy. Gran descubrimiento.
            El diario comienza en 1907 y llega hasta 1911, cuando por fin recibe el Bautismo, aunque incluye un breve epílogo de 1923 en el que hace un poco de balance desde su conversión hasta esa fecha: "Mi vida ha cambiado por completo", escribe de manera contundente.
            Van der Meer era un poeta holandés de prestigio que estuvo en contacto con los movimientos artísticos y culturales de principios del siglo XX. Vivió durante largas temporadas en París y conoció a destacados escritores y artistas de esos efervescentes años, con los que mantuvo cierta amistad. Su diario habla de refilón de sus ideas artísticas y de su estancia en París. Pero no es ni mucho menos el plato fuerte de este diario, centrado en sus inquietudes religiosas, sus dudas, en su hambre de infinito que no consigue en principio canalizar y que condensa en esta queja: "las preguntas se levantan en mí como tempestades" porque siente "nostalgia de la Belleza, nostalgia de Dios, de la hermosa Unidad absoluta".
            Pieter había nacido en 1880 en Utrecht y en su familia y en la Universidad vivió en un ambiente de escepticismo religioso, aunque todo marcado por una visión protestante de la vida, muy despectiva con el catolicismo, al que se consideraba retrógrado y superado en todos los frentes. En esos años, incluso se aproximó al anarquismo y al socialismo, aunque después renegó del socialismo como solución política y existencial. Cuando más adelante Pieter hable en su diario de su madre, de su enfermedad y fallecimiento, lamenta que la educación que ella recibió la impidieran acercarse al catolicismo, a pesar de sentir como su hijo una rabiosa añoraba de verdades más fuertes y contundentes que también Pieter echa en falta en la gente que se relaciona con él en la Universidad y en otros ámbitos.
            Ya casado, con un hijo pequeño, Pierterke -que años después sería monje y sacerdote-, Pieter intenta abrirse camino, aunque no consigue una cierta estabilidad laboral. Por eso, decide trasladarse a París, donde vivirá los momentos más importantes de su vida. Antes de marcharse con la familia, desgrana su insatisfecho estado de ánimo, desesperanzado, y sus críticas a la falta de expectativas e ilusiones del mundo moderno, que rechaza de plano y donde no encuentra lo que tanto ansía. "La incertidumbre destroza mi alma", escribe. Decide buscar una solución existencial, pero no sabe dónde ni cómo. En una estancia en la Trapa de West-Malle, siente una atracción irresistible por la profundidad de la liturgia católica.
            Son interesantes las reflexiones artísticas que desgrana en la primera parte de este diario. Para él, el arte sólo es arte si aspira a lo absoluto; por eso, censura la obra artística de muchos de sus contemporáneos, en la que no aprecia el ansia de misterio ni escucha "la soledad del hombre en medio del universo inconmensurable".
            Antes de instalarse en París, realizó un largo viaje por Italia, experiencia que ocupa un destacado lugar en este diario y que le sirve para entrar en contacto más todavía con el arte religioso. A Van der Meer le atrae el arte medieval porque intuye que detrás de tanto esplendor no puede haber solamente la manifestación de un juego intelectual. Si bien hay muchísimas cosas con las que disfruta estéticamente, rechaza, por ejemplo, el Renacimiento, presente sobre todo en la ciudad de Roma, donde sólo ve formalismo y perfeccionismo, defectos que también achaca a parte del arte religioso contemporáneo.
            Tiene ansias de Dios y admira el catolicismo, aunque sigue sin dar pasos adelante. Uno de los escritores con los que más se identifica es con el francés León Bloy, contemporáneo suyo, al que decide conocer cuando ya se haya instalado en París. Bloy es un escritor católico de radicales convicciones que defiende de manera apasionada su fe y que lanza ataques furibundos contra aquellos que quieren arrinconar y despreciar la fe católica. A pesar de ser un escritor polémico en las formas, Van der Meer siente una especial afinidad personal con la vida y la obra de Bloy.
            "El alma -escribe ya en París- ha perdido el Paraíso, es decir, ha perdido a Dios, y llora y clama por Él con todas sus fuerzas". Por fin se entrevista con Bloy y nace entre ellos una fuerte amistad. Bloy le presenta a un amigo sacerdote con el que conversa sosegada y profundamente, y de ahí arranca su anhelada decisión de convertirse al catolicismo. Se bautizan él y su hijo, y después contrae matrimonio católico. Bloy y su familia hacen de padrinos (lo mismo que hicieron con Jacques y Raïssa Maritain). El diario concluye pocas semanas después, cuando Pieter recibe la Primera Comunión. Como escribe en su parte final, "cada día me asombro más de haber podido vivir tantos años sin Dios".
            Los posteriores artículos y libros de Pieter van der Meer, entre los que suelen destacarse Hombre y Dios,Todo es Amor,MagnificatLa hora de Dios, entre otros, sirvieron de estímulo a un grupo de artistas y escritores que formaron parte en los años veinte en Holanda del "movimiento de los jóvenes católicos". Tras el fallecimiento de su esposa Cristina en 1954, Pieter ingresó en el monasterio de Oosterhout, donde permaneció hasta su muerte en 1970.


Nostalgia de Dios           
Pieter van der Meer de Walcheren
Desclée de Brouwer. Buenos Aires (1948)
216 págs.
Traducción: Isabel Molina Pico.

9 comentarios:

  1. Toda experiencia de Dios es una experiencia de fe. Solo el amor es digno de fe. Para que unos crean, alguien tiene que "saber", y el que sabe es Cristo, Él sí que sabe de lo que habla.

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  2. Me asombro haber podido vivir tantos años alejado de Dios = misericordia de Dios.
    Mientras yo alargue el tiempo en pecar, Él alargaba el tiempo en tenerme compasión.

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  3. Estas experiencias ayudan a mi fe. Nunca hay seguridad total de la existencia de Dios, pero la intuición y cosas de este tipo ayudan en el combate diario. Me encanta conocer esta historia

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  4. Hola. Estoy tratando de conseguir el libro y no lo encuentro por ninguna parte. ¿Puedes ayudarme? Muchas Gracias

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