sábado, 19 de diciembre de 2015

Selección de lecturas para estas Navidades


En este enlace puedes consultar la lista de libros que hemos preparado en Aceprensa con algunas sugerencias de lecturas para leer, comprar y releer estas Navidades.

lunes, 7 de diciembre de 2015

“Una palabra tuya… Amor y muerte en el gulag”, de Orlando Figes


Apenas existen testimonios en directo de la vida de los campos de concentración soviéticos. La censura –de imágenes y epistolar- fue muy severa, y las cartas que se han conservado y publicado de algunos famosos presos –como las del sacerdote y científico Pavel Florenski- eluden los detalles y las circunstancias concretas de la vida cotidiana en los campos.
            Posteriormente se ha podido reconstruir aquel microcosmos carcelario gracias a numerosos testimonios de los supervivientes, entre los que hay que destacar los libros de Varlam Shalámov y Alexander Solzhenitsyn, que provocaron un cataclismo en la propia URSS y en muchos países de Occidente, donde apenas se tenía conocimiento de la poderosa red de los gulag, acrónimo de Glavnoe Upravienie Lagere, la Dirección General de Campos de Trabajo, organismo que se encargaba de gestionar los más de 500 campos que había en la Unión Soviética que creados por Lenin y  continuados por Stalin para reeducar a los enemigos del pueblo y utilizarlos como mano de obra superbarata y desechable para acometer en muchos casos las faraónicas obras que se emprendieron en la URSS; y, también, para acceder, en unas condiciones climatológicas y laborales pésimas, a los ricos recursos energéticos y minerales de zonas de Siberia y de otros lugares igual de peligrosos.
            Por eso es una excepción que merece destacarse el testimonio que rescata y cuenta en este libro el historiador inglés Orlando Figes, autor de una serie de estudios relacionados con la historia reciente de Rusia y la URSS, como son, por ejemplo, El baile de Natacha. Una historia cultural de Rusia, Los que susurran. La represión en la Rusia de Stalin y Crimea.
            De la correspondencia que mantuvieron Lev y Sveta Mischchenko, su prometida, durante más de ocho años, se han conservado casi todas las cartas, más de mil quinientas, “de lejos, la mayor colección de cartas del gulag jamás encontrada”. Son, además, cartas que la mayoría no fueron censuradas pues Lev aprovechó que podía relacionarse con trabajadores libres del campo para que hicieran de correo de las numerosas cartas que escribió. Son, pues, un testimonio en vivo y en directo, no reelaborado, de la vida en el campo (“la crónica más minuciosa –escribe Figes- de la vida cotidiana en el gulag que jamás haya salido a la luz”), además de ser, a la vez, en medio de unas durísimas circunstancias vitales, una apasionada y constante historia de amor.
            Lev y Sveta se conocieron siendo estudiantes de la Facultad de Físicas de la Universidad de Moscú. Cuando comenzó la guerra entre Alemania y la URSS, Lev se alistó y en unas operaciones militares fue hecho prisionero por los alemanes. Estuvo preso en diferentes campos alemanes, incluso en Buchenwald, hasta que casi al final de la guerra consiguió escaparse y refugiarse con las tropas americanas. Después, se reincorporó al Ejército Rojo, donde fue recluido, acusado, como tantos otros militares rusos, de espionaje y alta traición. Lev fue condenado a diez años de trabajos forzados.
            Ya en Pechora, en la provincia de Kumi, en unas condiciones climatológicas infernales (llegaron hasta los -45 grados centígrados), tras unos meses muy duros trabajando en una explotación maderera, gracias a sus conocimientos de física, consiguió un buen destino en la central eléctrica del campo. Ya instalado en su nuevo puesto, empezó a escribir a sus familiares y a dar señales de vida después de cinco años sin que nadie tuviese noticias suyas, pues Lev figuraba hasta ese momento como “desaparecido”, lo que también podida significar que había desertado o muerto en combate. Lev volvió a tener noticias de Sveta y empezó así esta larga y completa correspondencia, de 1946 a 1954.  
     

            Aunque se describe con mucho acierto la vida en un campo de concentración, conviene advertir que estamos ante una experiencia un tanto especial, pues Lev –a diferencia de otros testimonios sobre la vida en los campos- llevó, dentro de lo que cabe, una vida tranquila, dedicada a sus trabajos técnicos y viviendo en unas condiciones que no tenían nada que ver con las de los otros presos del mismo campo. Incluso las relaciones que tuvo con sus carceleros fueron “humanas” y hasta le hicieron favores para enviar sus cartas sin que pasasen por la censura y para facilitar los encuentros que Lev llegó a tener con Sveta dentro del campo de Pechora.
            Además, también sorprende que en las cartas apenas se hable de política. Lev asume su situación de la mejor manera posible, con sus crisis, por supuesto, pero intenta en todo momento no llamar la atención políticamente. Lo mismo le sucede a Sveta, que llegó a ser incluso miembro del Partido Comunista. La principal obsesión de estas cartas es la separación, las crisis amorosas, las situaciones personales de los dos enamorados, los conflictos de la vida en el campo, los favores que hacen a otros presos, los compañeros de presidio, los problemas laborales de Sveta, los planes de futuro… Ninguno de ellos, científicos educados ya en los valores del materialismo marxista, muestra unas profundas inquietudes existenciales o religiosas. Sveta, por ejemplo, escribe Figes, “a pesar de todas sus dudas, creía en el ideal socialista del progreso gracias a la ciencia y a la tecnología”. Aunque el testimonio es muy humano, se echa en falta un sentido más crítico sobre la situación totalitaria que estaba viviendo la URSS. Este es el drama, por ejemplo, de Shtrum, el protagonista de la gran novela de Vasili Grossman, Vida y destino, también físico de profesión.
            Tras ocho años y cuatro meses desde su llegada a Pechora, Lev consiguió abandonar el campo en 1954. Aunque el ingreso en la sociedad civil fue muy complicado por su estigma de haber sido preso político (tenía prohibido al principio vivir en Moscú y tuvo que residir en la ciudad de Kalinin), poco a poco los dos normalizaron sus vidas y continuaron sus trayectoria profesionales dentro de organismos públicos de investigación. El autor del libro los llegó a conocer y recogió sus testimonios personales sobre lo contado en las cartas, fuente principal de este libro.
            Orlando Figes proporciona, además, mucha información social y política para entender lo que se cuenta en este libro. Habla de la extensión de los campos de concentración por toda la URSS, de los cambios en la dirección de los campos, del mazazo que supuso la muerte de Stalin… Esta información, bien dosificada, da más entidad a la reproducción de muchos pasajes de estas cartas con los que va contando la historia de Lev y Sveta, el plato fuerte del libro.


 Una palabra tuya… Amor y muerte en el gulag
Orlando Figes
Edhasa. Barcelona (2015)
448 págs. 29,50 €.
T.o.: Just Send me Word.
Traducción: Gregorio Cantera.

sábado, 5 de diciembre de 2015

“Recuerdo de don Pío Baroja”, de Camilo José Cela


El 11 de mayo de 2016 se conmemorará el primer centenario del nacimiento de Camilo José Cela (1916-2002), premio Nobel de Literatura. Este volumen, preparado por el profesor Francisco Fuster, pretende ser un homenaje a estos dos escritores: Cela y Baroja. Fuster rescata en este volumen un buen número de textos olvidados y desconocidos de Cela dedicados a Pío Baroja, a quien consideraba su amigo y maestro. En total, son diez textos donde se hace un retrato muy cercano, nada tópico, del carácter de Pío Baroja y donde se habla de sus propiedades literarias, que tanto influyeron en la obra del escritor gallego.
Cela conoció a Baroja en 1946. Era uno de esos jóvenes escritores que acudían a sus tertulias en busca de consejos. Incluso Cela le pidió a Pío Baroja que escribiese el prólogo de La familia de Pascual Duarte, obra que catapultó a Cela. Baroja rechazó la proposición porque consideraba que, por su contenido, la obra nunca iba a recibir la autorización de la censura.
            Cela ofrece una imagen distinta a la que a veces se ha extendido en los manuales y en textos de crítica literaria. No es Baroja, como lo conoció Cela, una persona huraña, distante, egoísta, amargada. Escribe Cela que “Baroja tampoco fue un hombre turbulento sino, bien al contrario, un hombre apacible. Su turbulencia, como su osadía, no pasó del pensamiento de la dialéctica y de la literatura. Baroja fue un hombre que amó la casa, y el fuego de la chimenea, y la manta sobre las piernas, y la boina en la cabeza”. Cela subraya en estos escritos la imagen sedentaria y calmada de Baroja.
            También Cela supo definir los rasgos más característicos de Baroja que tanto influyen en su literatura: “Baroja es, probablemente, el hombre más fiel a sí mismo que a todos nos haya sido dado a conocer, y sus detractores podrán culparlo de lo que quieran, pero no, de cierto, de arribista, de confusionista, de pescador en las turbias aguas de los ríos revueltos, de arrimador de su sardina literaria y humana al ascua tentadora del favor y los honores”. Esta fidelidad a sí mismo está en la base de la radical independencia y del individualismo extremo del que siempre hizo gala el autor vasco en su vida y en su obra.
            Este breve volumen sirve para recuperar algunos textos personales y periodísticos menos conocidos de Camilo José Cela, en este caso con sus dosis de crítica literaria y memorialismo; y también permite conocer desde más de cerca –Cela le trató mucho- a uno de los grandes escritores españoles del siglo XX.


 Recuerdo de don Pío Baroja
Camilo José Cela
Fórcola. Madrid (2015)
112 págs. 13,50 €.

Selección “Doce Uvas”


En 2014, la editorial Rialp inauguró la colección “Doce Uvas”: doce títulos para el año con los que se pretende recuperar la afición por los clásicos. La colección ha continuado durante 2015 y en total son ya 24 títulos muy atrayentes y que merecen la pena ser conocidos y difundidos. Por lo general, se trata de textos  breves, manejables, de bolsillo, en nuevas traducciones, que proporcionan a los lectores contemporáneos auténticas joyas de la literatura y del ensayo.
Algunos de los títulos editados en 2014 fueron la gran tragedia Antígona, de Sófocles, con un mensaje de rebelión plenamente actual; Apología de Sócrates, de Platón, la coherencia en estado puro; los amenos Soliloquios de San Agustín o una selección de los inmortales Pensamientos, de Pascal, y de Memorias de ultratumba, de Chateaubriand, quizás las mejores memorias jamás escritas. También hay títulos de Oscar Wilde, Kierkegaard, el cardenal Newman, Jacques Leclerc y Jacques Philippe.
            En 2015 se han publicado textos de C. S. Lewis, La amistad; una selección de los siempre modernos ensayos de Montaigne; Una selección de Divina Comedia, de Dante, muy recomendable para conocer las claves de esta obra y familiarizarse con ella; El Cid, de Corneille, un drama con final feliz inspirado en los amores de Rodrigo Díaz de Vivar y doña Jimena; Vida de César, de Plutarco; la espléndida y desconocida Oración por Enriqueta, de Bossuet; dos ensayos poco conocidos y sugerentes, como todo lo suyo, de Stefan Zweig que llevan por título El misterio de la creación artística; los Caracteres, de Teofastro y, entre otros, una selección de Cincuenta poemas indispensables de la literatura española.
            Sin lugar a dudas, una impecable selección de clásicos de bolsillo con los que uno, a un precio muy asequible y en ediciones muy atrayentes, puede redescubrir el mejor ensayo y la literatura de todos los tiempos. Y también puede ser esta colección una excelente herramienta para introducir la lectura de los clásicos entre los lectores más jóvenes.

“El baile tras la tormenta”, de José Miguel Cejas


El periodista José Miguel Cejas se ha entrevistado con más de 60 personas de los países Bálticos, Escandinavia, Rusia y Finlandia. El hilo conductor de los entrevistados es su experiencia como disidentes contra los totalitarismos que han marcado sus vidas, de manera especial el comunismo. El autor tiene el proyecto de publicar varios libros con estas entrevistas. En el primer volumen aparecen veintitrés, y los elegidos proceden de los Letonia, Lituania, Estonia y Rusia. La mayoría han sufrido las consecuencias del comunismo, aunque a la hora de contar sus vidas aparecen también las de sus padres y abuelos, que también estuvieron marcadas por la Segunda Guerra Mundial y el nazismo. Las profesiones de los entrevistados son muy variadas.
            El autor cede el relato a los protagonistas, quienes en primera persona recuerdan algunos momentos significativos de sus vidas y reflexionan sobre la importancia de la religión (católica, ortodoxa, protestante) para redescubrir los auténticos valores de la dignidad humana. Coherentes con su fe, muchos fueron disidentes y pagaron bien caro su enfrentamiento con el poder, que les condenó y marginó por sus ideas políticas o religiosas. Bastantes de estas historias ofrecen perspectivas nuevas y desconocidas sobre la represión en los países comunistas, al tratarse de países pequeños y alejados de la órbita occidental.
            Como escribe el autor del libro a propósito de estos personajes, “el compromiso con la fe se manifiesta con un vigor y una creatividad insospechada”. Ante las peligrosas dificultades a las que tuvieron que enfrentarse, su reacción fue la solidaridad y la confianza en Dios. Sus creencias religiosas son fuertes y arraigadas. Son testigos de lo que han tenido que pasar sus padres y antepasados para preservar la fe. Si manifestabas tus opiniones, venía el ostracismo y la persecución.
            El libro, con habilidad, pone rostros a ideas generales sobre los totalitarismos que a menudo suelen quedarse en el plano teórico y no impactan. Aquí, sí. Sí porque los protagonistas hablan de víctimas concretas, de cosas concretas, de persecuciones concretas, de castigos concretos… Todos describen de manera muy real el ambiente que se vivía en estos países. Y, sin alardes, nos cuentan su rebeldía a la imposición de aquellos valores, aunque su actitud llevase consigo la deportación a Siberia y la consideración de “enemigo del pueblo”. Y sin pretensiones de nada, muestran la fidelidad a su fe. Por eso sorprenden sus opiniones cuando ven que tras la caída del muro de Berlín y la descomposición de los países comunistas se ha pasado a una avasalladora colonización acrítica del consumismo materialista. Aquí se cuentan, pues, historias de carne y hueso ocurridas hace muy pocas décadas que son un aldabonazo al tedio aburguesado de la sociedad occidental.



El baile tras la tormenta
José Miguel Cejas
Rialp. Madrid (2014)
304 págs. 18 €.

sábado, 28 de noviembre de 2015

“Divina Comedia”, de Dante Alighieri (selección)



Dentro de la colección “Doce Uvas” de la editorial Rialp, aparece esta breve selección de “uno de los cimientos más sólidos del canon occidental”, con palabras del crítico literario norteamericano Harold Bloom. No solamente para este prestigioso crítico es la Divina Comedia una de las cimas de la literatura universal; también George Steiner ha señalado en numerosas ocasiones su fascinación por una obra que ha influido de manera determinante en buena parte de la literatura italiana antigua (Boccaccio, Petrarca), en la literatura renacentista española y europea y en un largo elenco de escritores contemporáneos, desde Beckett a Eliot pasando por Yeats y Borges. Recientemente, el pedagogo italiano Franco Nembrini ha publicado Dante, poeta del deseo (ver Aceprensa 5 Mayo 2015), libro en el que relata su experiencia didáctica con la Divina Comedia, libro que también sigue suscitando el interés de los lectores contemporáneos.
            Pero la Divina Comedia no es una obra de fácil lectura. Suele destacarse su complejidad, que afecta a la estructura, la forma y también al contenido y a las numerosas referencias que contiene. Para facilitar un primer contacto con la Divina Comedia, se ha preparado esta edición, que “destaca los versos más sobresalientes y ofrece la información indispensable para identificar personajes y situaciones con los que el lector de hoy puede no estar familiarizado”. El libro se abre con una sugestiva introducción a cargo del profesor y crítico Josemaría Carabante, que presenta las principales claves de un libro que admite múltiples interpretaciones. Para Carabante, la Divina Comedia de Dante Alighieri (1265-1321) es “el gran poema donde confluyen la cosmovisión greco-romana y la cultura cristiana”, además de contener un tratado teológico y un análisis crítico de la sociedad y política de su tiempo. Se trata de una obra total, donde “lo cristiano aparece en conexión con lo pagano, lo teológico con lo filosófico, lo amoroso con lo religioso”.
            Rafael Gómez Pérez, autor de la selección, notas y traducción, ha escogido los versos más conocidos y asequibles de este largo poema que cuenta el peregrinaje de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, acompañado en buena parte de su recorrido por el poeta Virgilio y después por Beatriz, el amor idealizado del autor. Las notas, sin avasallar, sirven para explicar a qué personajes históricos se refieren los versos, pues la obra de Dante está muy ceñida a la vida política y social de comienzos del siglo XIV, cuando Dante la empieza a escribir en su destierro después de haber sufrido en sus carnes el enfrentamiento entre el Imperio y el Papado y los conflictos entre güelfos y gibelinos. También se incluye de manera resumida el contenido del poema entre cita y cita, y una mínima explicación para saborear mejor y entender un poema que expone estéticamente y con elegancia “las principales verdades de la fe cristiana” y también las consecuencias del vicio, la iniquidad y la corrupción. Para Josemaría Carabante, la Divina Comedia “encaminó la cultura clásica hasta el pórtico del Renacimiento y la Modernidad”.


Divina Comedia
Dante Alighieri
Rialp. Madrid (2015)
96 págs. 9 €.
T.o.: Divina Commedia. 
Traducción: Rafael Gómez Pérez.

lunes, 23 de noviembre de 2015

“Una pasión rusa”, de Reyes Monforte


La periodista y escritora Reyes Monforte ha publicado, entre otros libros, Un burka por amor (2007) -un reporte novelado sobre la historia de amor entre un hombre afgano y una española-, y las novelas Amor cruel (2008), La rosa escondida (2009), La infiel (2011) y Besos de arena (2013). Su nueva novela, Una pasión rusa, con la que ha obtenido el XIV Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio, arranca de una placa que recuerda el nacimiento en Madrid de Lina Prokoiev (1897-1989) y que le sirvió a la autora como acicate para conocer la apasionada y agitada vida de una mujer que estuvo casada con el compositor ruso Serguéi Prokófiev (1891-1953) y que vivió los agitados, emocionantes y trágicos sucesos del siglo XX.
            Carolina Codina era hija de un tenor catalán, Juan Codina, y de una cantante rusa de origen noble, Olga Nemivskaia. Pasó su infancia con sus abuelos maternos en Rusia, en el Cáucaso, hasta que se trasladó a vivir con sus padres a Nueva York, en 1908, donde comenzó a estudiar para dedicarse también a la música. En 1918, conoció en un concierto a Serguéi Prokófiev, de quien se enamoró y con quien decidió compartir su vida. En 1919 viajó a París para seguir al lado de Prokófiev, quien ya se había convertido en un músico de prestigio internacional. Se casaron en 1923, en Ettal, una localidad alemana.
            Lina, que aspiraba también a ser una estrella en el mundo de la música, acompañó a Prokófiev en sus años parisinos, para ella los más importantes de su vida. Convivió con otros grandes músicos rusos de la época e importantes artistas, como Rachmáninov y Serguéi Diáguilev. Fue amiga de Coco Chanel, Arthur Rubinstein, Maurice Ravel, Gertrude Stein, Hemingway, Picasso, Matisse, Raymond Radiguet, Jean Cocteau…
            Serguéi Prokófiev había abandonado su país natal en plena Guerra Mundial, al poco de iniciarse la revolución rusa. En el exilio, siguió al tanto de lo que ocurría en su país, aunque siempre mostró poco interés por la política. Prokófiev estaba obsesionado con la música y con la fama. Tenía un carácter ensimismado, pasional y orgulloso, y aunque conocía muchas historias deplorables sobre lo acontecido en su país natal, anhelaba volver a su patria. Los servicios de propaganda soviéticos lanzaron sus redes para que viajase a la URSS, y lo consiguieron. Primero el matrimonio estuvo dos meses en 1927, donde fueron recibidos con gran entusiasmo. Luego, en contra de la opinión de Lina, se instalaron definitivamente en Moscú.
            A los pocos años, sin embargo, el matrimonio se resintió. Prokófiev, que seguía absorbido completamente por su trabajo, rompió con Lina, abandonó a sus dos hijos y se fue a vivir con Mira Mendelssohn, con quien se casó años después, en 1948. También en la década de los 40 comenzaron los problemas de Prokófiev con el régimen soviético. A pesar de los éxitos iniciales, fue acusado de “formalista”, el peor insulto para los artistas que eran rechazados por el régimen por no poner su música al servicio del pueblo. Estas acusaciones solían traer, además, fatales consecuencias tanto para ellos como para sus familiares. Lina, que hablaba cinco idiomas y que contaba con amistades con escritores polémicos (como Pasternak y Maiakovski) y con extranjeros que residían en Moscú, la mayoría diplomáticos, fue detenida, acusada de espía alemán, encarcelada en la Lubianka, la prisión de la KGB, y condenada a veinte años de trabajos forzados en Komi, en el distrito de Intinsk, en la aldea polar de Abez, muy cerca de la ciudad de Vorkutá, a apenas cincuenta kilómetros del Círculo Polar Ártico.
En Siberia conoció la muerte de Stalin y de su exmarido, los dos el mismo día, el 5 de marzo de 1953. Después de la muerte de Stalin, los jueces revisaron su causa y pudo abandonar el campo de concentración en 1956. La novela finaliza con su regreso a Moscú con sus hijos y la visita al cementerio moscovita de Novodévichi, donde estaba enterrado Prokófiev. En una nota final se cuenta la posterior vida de Lina. Vivió en Moscú hasta que en 1974 consiguió salir de la URSS para instalarse en Londres, donde vivió hasta su muerte dedicada a la memoria de su exmarido.
            Reyes Monforte ha realizado un gran trabajo literario para reconstruir con verosimilitud la agitada y apasionante vida de Lina Prokófiev. Se ha documentado muy bien sobre el ambiente artístico de Nueva York y París, lugares donde también vivieron otros muchos exiliados rusos. Describe con soltura la espumosa vida en la capital parisina, la efervescencia por todas las manifestaciones artísticas y la variedad multicultural de sus artistas. También resulta muy certera y equilibrada la narración del paso de Lina por el gulag.
            La novela tiene siempre como hilo conductor el mundo interior de Lina. Fue una mujer culta, exquisita, de gran belleza, que supo renunciar a sus pretensiones artísticas para entregarse en cuerpo y alma a Prokófiev y su música. Una pasión rusa es una novela de amor que mantiene el interés gracias al fuere carácter de la protagonista, a los artísticos ambientes que frecuentó, a la extraordinaria fama musical de su marido y a los dramáticos sucesos que tuvo que enfrentarse para sobrevivir.


Una pasión rusa
Reyes Monforte
Espasa. Barcelona (2015)
600 págs. 19,90 €.