domingo, 19 de julio de 2015

“Tantos días felices”, de Laurie Colwin


Autora de varias novelas, libros de relatos y ensayos, Laurie Colwin (1994-1992) se especializó en retratar la vida de la clase media neoyorquina. Se la suele citar como una Jane Austen moderna. Tantos días felices se publicó en 1978 y es una síntesis de toda su literatura.
            Sorprende, de entrada, que aunque publicada a finales de la década de los setenta, la novela es plenamente actual en su estilo, en sus personajes y en la narración de la vida de sus protagonistas. La novela cuenta la relación entre dos primos lejanos, Guido y Vincent, que vuelven a encontrarse en Nueva York años después de finalizar sus estudios, cuando los dos estrenan la treintena y sus aspiraciones amorosas han cambiado después de años de sucesivas y ocasionales aventuras amorosas con poco recorrido.
            Guido Morris dirige ahora una fundación familiar, la Fundación Carta Magna, dedicada a financiar una revista de arte y diferentes proyectos que sirvan para embellecer con obras de arte los espacios públicos. Vincent Cardworthy ha estudiado en Londres y en el Massachusetts Institute of Technology y ahora se dedica, en el Consejo de Planificación Urbana, a la gestión de residuos y materiales de reciclaje.
La novela adopta la perspectiva de estos dos personajes. Tras las presentaciones de los protagonistas, la novela se centra, en primer lugar, en contar el proceso de enamoramiento y posterior matrimonio de Guido con Holly, una joven a la que conoce por casualidad y de la que se enamora perdidamente, aunque al principio parece que por los caracteres de los dos es imposible que encajen. Por su parte, Vincent, también con muchas historias de amor de usar y tirar a sus espaldas, se enamora de una compañera de trabajo, Misty Berkowitz, quien no se lo pone nada fácil. La novela tiene un interesante toque costumbrista, pues describe de manera certera las vidas de un grupo de personas cuyo horizonte vital no parecía ir dirigido al matrimonio. Se muestra el proceso de enamoramiento, los problemas y dificultades, las diferencias psicológicas y de carácter, todo ello en un contexto laboral y social muy actual, la vida de la clase media alta norteamericana. También resultan muy convincentes los personajes secundarios, que amplían el valor costumbrista de la novela, con personajes modernos que proceden del mundo empresarial y del mundo universitario y que representan estilos de vida que, en ocasiones, son esclavos de la libertad que parecen propugnar. Hay una veta irónica de la autora a la hora de escribir sobre algunos de ellos, como Sybel, la novia de Stanley, un familiar de Misty, o de Gem, prima de Holly.
Guido es una persona seria y responsable, trabajadora, muy racionalista en sus actitudes y observaciones; por su parte, Holly es una mujer insegura a la que le cuesta asimilar lo que está viviendo y cómo le ha cambiado la vida; por eso prefiere romper de vez en cuando con lo establecido para, desde fuera, reflexionar sobre su vida y sus expectativas. Por ejemplo, cuando Holly se entera de que está embarazada, decide hacer un retiro espiritual con unas monjas anglicanas (no es creyente, pero respeta el silencio y las formas espirituales), con el fin de asimilar su nueva situación. Por su parte, Vincent es un optimista vital que contagia su natural y honesta inclinación a ver todo de manera positiva, también su amor por Misty y sus primerizos desplantes. Misty es el personaje más complicado, pues para ella la vida es un constante campo de batalla donde todo es problemático, también el amor y la amistad, aunque se trate en su caso de una estrategia arisca para ocultar su sensibilidad. Tanto Guido como Vincent, cuando hablan sobre sus respectivas mujeres, se sienten “perplejos, exhaustos, mareados, descolocados”, pues no acaban de entender muy bien algunas de sus reacciones y apreciaciones. Estas lógicas diferencias contribuyen a que la novela sea un buen estudio sobre el matrimonio y la relación entre los hombres y las mujeres. Eso sí, aquí el contexto social y moral determina la calidad de estas relaciones y algunas importantes decisiones. Sin embargo, todos  tienen en alta estima lo que supone un auténtico y sólido amor, los compromisos que lleva consigo el matrimonio y la suerte de participar de una profunda y sólida amistad.
  

Tantos días felices
Laurie Colwin
Libros del Asteroide. Barcelona (2015)
264 págs. 19,95 €. (papel). 11,99 €. (digital).
T.o.: Happy All The Time.
Traducción: Marta Alcaraz.

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