Periodista, editor y escritor, autor de varios libros de ensayos -entre
los que hay uno, De claro en claro,
dedicado exclusivamente a El Quijote
y otro, La ciudad de los extravíos, a
Venecia-, Jaime Fernández (1960) tiene un prestigioso y leído blog, “En lengua
propia”, del que proceden algunos de los diecinueve ensayos que figuran en este
libro, El poeta que prefería ser nadie.
Sirviéndose de una atractiva
erudición, de la que brotan numerosas citas de autores clásicos y
contemporáneos, y con mucha inteligencia e ingenio, Jaime Fernández disecciona
de manera muy original algunos temas clásicos relacionados con la creación
literaria y la lectura. Muchos de estos ensayos presentan sugerentes
perspectivas e interpretaciones de la obra de autores muy citados y valorados por
la literatura contemporánea. También sus ensayos son una invitación a la
lectura de grandes obras que han marcado la literatura de todos los tiempos.
En
este sentido, Fernández, con buen ojo clínico, tiene una especial querencia por
algunos autores centroeuropeos –como Robert Walser (magnífico el ensayo dedicado a este escritor "que prefería ser nadie"), Kafka, Stefan Zweig, Sándor
Márai- y por clásicos inmortales como Shakespeare y Cervantes, muy citados en unos
ensayos que son una invitación a sacar el máximo partido posible a la
experiencia lectora. Para Jaime Fernández, la lectura es una actividad que
contribuye a ensanchar y enriquecer nuestro mundo, a cuestionar nuestros
posicionamientos y a ampliar los marcos de referencia humanos y existenciales.
No se muestra partidario de la lectura reducida a mero entretenimiento, algo
que define la industria editorial contemporánea, más pendiente de fabricar libros
de usar y tirar que de proporcionar a los lectores actuales buenos alimentos para
su entendimiento. “Leer por diversión es kitsch,
falso y tendencioso –escribe el autor en el último ensayo de este libro- en una
sociedad cuyo ocio está dominado por la industria del entretenimiento,
preferentemente audiovisual, con sus inverosímiles ofertas. Si alguien quiere
divertirse de verdad, que no lea, que se siente ante la televisión de pago, que
vaya al cine, a pasear, a la playa, a la montaña o a Disneylandia”. Fernández
tiene una profunda concepción de la literatura como actividad indispensable
para entender la vida. Por eso advierte de la minusvaloración de la lectura en
la era digital y el peligro de frivolizar el acto de leer y las consecuencias
que tendrá en el futuro para la cultura.
Inspirándose en el argumento de la
conocida novela de Ray Bradbury, Farenheit
451, Fernández escribe sobre los enemigos actuales de los libros y de la
lectura; reflexiona sobre el eterno debate sobre la eficacia de las imágenes y
las palabras o qué es más importante, si la vida o el arte. Analiza la moda
actual de leer memorias, diarios, epistolarios. Se pregunta si es mejor que el
poeta se dedique a su actividad literaria de manera exclusiva o es mejor que
trabaje en algo ajeno a la poesía, como hicieron Pessoa, Kafka, Robert Walser,
Juan Rulfo, Kavafis, Naguib Mahfuz. Emplea un sugestivo ensayo a explicar las
numerosas dificultades que tienen los escritores para escribir, la desmedida preocupación
por el estilo (al hilo de un comentario sobre el escritor Josep Pla y su
obsesión por los adjetivos) y cómo ha habido escritores que se plantearon el
silencio absoluto como la mejor manifestación de su literatura.
Estos ensayos, amenos y llenos de intuiciones, sacan brillo a la
literatura y los clásicos. Y permiten al autor constatar a través de
convincentes y esclarecedores análisis lo que tan bien resumió el escritor
húngaro Sándor Márai: “Sólo hay dos temas para un escritor: el descenso al
mundo de los muertos y el regreso al hogar”.
El
poeta que prefería ser nadie
Jaime Fernández
Hermida Editores. Madrid (2015)
208 págs. 15 €.
208 págs. 15 €.
Tiene una pinta excelente! Me lo apunto! Gracias por la recomendación Adolfo!
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