miércoles, 28 de noviembre de 2012

“Misión Olvido”, de María Dueñas



Tras el espectacular éxito de El tiempo entre costuras con más de un millón de ejemplares vendidos en España y traducida ya a más de treinta idiomas, María Dueñas (1964) publica su segunda y esperada novela. El tiempo entre costuras, muy valorada por la crítica y lectores, es un best seller de calidad muy superior a la habitual que, además, en su concepción y desarrollo, no sucumbió a algunos de los casi obligatorios ingredientes de los best seller contemporáneos, más obsesionados por seguir el guión de lo políticamente correcto en lo moral y argumental que por buscar, con algo de riesgo, la calidad literaria.
Misión olvido no supone ningún cambio brusco en estos objetivos literarios: entretenimiento, una pasión humana, interesantes tramas secundarias y, por qué no, unas gotas de melodrama y romanticismo.

Blanca Perea es una profesora de universidad que ha sufrido un importantísimo revés en su vida. Casada, con dos hijos ya con los estudios terminados, es abandonada por su marido, que se ha enamorado de una mujer más joven que ella. Para poner tierra por medio, encajar las piezas de su vida y enfrentarse a un nuevo futuro personal y familiar, Blanca decide solicitar una beca en una universidad extranjera, cuanto más lejos de casa mucho mejor.

A las pocas semanas se traslada a la Universidad de Santa Cecilia, en California, donde tiene que hacerse cargo de poner orden al legado de un antiguo profesor de origen español, Andrés Fontana, fallecido hace ya más de treinta años. Blanca se entrega a su tarea con profesionalidad, con el fin de que el trabajo intenso y el paso del tiempo sean la mejor terapia para las cicatrices de su alma.

Andrés Fontana se trasladó a Estados Unidos para estudiar un curso, pero cuando estaba a punto de regresar a España estalló la Guerra Civil y decidió quedarse para siempre en Estados Unidos. La novela cuenta su vida especialmente hasta ese trascendental viaje; el resto hasta su muerte, va saliendo a retazos gracias a las investigaciones de Blanca y a la relación con antiguos compañeros del profesor, de manera especial con Daniel Carter, discípulo de Andrés, a quien un viaje a España para investigar sobre la obra del escritor exiliado Ramón J. Sender, también acaba por cambiar su vida.

Los últimos años de Andrés Fontana estuvieron dedicados a investigar sobre las misiones fundadas por los franciscanos en la Alta California; Andrés intuye que en las fundaciones llevadas a cabo en lo que hoy se conoce como El Camino Real falta una, que él llama Misión Olvido, y cuya ubicación puede tener algo que ver con Los Pinitos, un antiguo parque donde, con la oposición de los vecinos y de la propia Universidad, quieren levantar ahora una gran superficie.

Blanca realiza al principio su trabajo de una manera un tanto distante; tampoco se implica mucho, al principio, en la vida universitaria ni fomenta ningún tipo de relación social a su alrededor. Sin embargo, poco a poco, las dudas e incógnitas de la vida de Andrés Fontana, su periplo personal, su destino, sus ideas, lo que ha vivido... rompen el caparazón de Blanca hasta identificarse al máximo con el alma de ese compatriota. A la vez, algunas dudas sobre su existencia empiezan a clarificarse gracias al apoyo de Daniel Carter, personaje clave en la novela, quien arrastra una vida con dramas y contrariedades sin resolver. La amistad con Daniel y con la secretaria de la Universidad, Rebecca Cullen, arrastran a Blanca a salir de sí misma y a intentar olvidarse de sus problemas personales. Al final de una serie de aventuras que dejan profunda huella en su alma, Blanca entiende que su vida merece pasar página y afrontar una segunda oportunidad.

La autora maneja un estilo sencillo, funcional y didáctico a la hora de explicar algunos de los ingredientes históricos y sociológicos de la novela. A diferencia de El tiempo entre costuras, quizás la trama no sea tan directa y clara y eso puede llevar a dudar sobre cuál es su hilo conductor; algunas historias secundarias –como el viaje a España de Daniel Carter- las trata la autora con una excesiva prolijidad, mientras que otros aspectos que merecían un mayor detallismo y aclaración apenas son descritos. Desde el punto de vista estructural, la novela resulta débil e hinchada en exceso, sobre todo en la primera parte, la más floja, aunque poco a poco la principal intriga, la relacionada con el devenir del mundo interior de Blanca, acaba por focalizar mejor la novela. Desde el punto de vista sentimental, la autora se mueve en ocasiones en una red de relaciones superficiales, sin llegar a penetrar con profundidad en la vida interior de los personajes, aunque lo que describe siempre resulta emotivo y verosímil.

Y conviene dejar bien claro que Misión Olvido, para lo bueno y para lo malo, pertenece a ese género que promocionan de manera un tanto obsesiva algunas editoriales, las más comerciales: un best seller que entretiene, sencillo, ameno, fácil de leer, con sus buenas dosis de didactismo, y al que pueden acceder sin complejos lectoras y lectores muy variados.

 
Misión Olvido
María Dueñas
Temas de Hoy. Madrid (2012)
512 págs. 21,90 €.

lunes, 26 de noviembre de 2012

“Las leyes de la frontera”, de Javier Cercas

 
 

Tras Anatomía de un instante, ingenioso ensayo sobre la transición española, regresa Javier Cercas (Cáceres, 1962) a la ficción con una novela que guarda bastante parentesco con el anterior, pues también está ambientada en esos años, finales de los setenta, aunque el mundo que retrata y la forma de hacerlo sean radicalmente distintos.

El autor de Soldados de Salamina ha querido novelar en Las leyes de la frontera el mundo de los quinquis y de la delincuencia marginal del posfranquismo, que acabó creando una serie de mitos, como Juan José Moreno Cuenca, El Vaquilla, idealizado con tanto éxito en películas, canciones, libros y en los medios de comunicación. Recientemente incluso ha habido una exposición sobre este tema, Quinquis de los 80, quizás el acicate para que Cercas se decidiese a escribir un libro ambientado en ese mundo subterráneo que pocos años después despertó un inusitado interés mediático, convirtiendo a estos delincuentes en personajes mitificados que encarnaban de alguna manera el atractivo por el riesgo, el peligro, la violencia, además de ser también el rostro de la frustración y de los perdedores de la España de finales de los setenta. Resulta curioso que sobre este tema y algunos de sus emblemáticos personajes, como el ya citado El Vaquilla, se rodaran tantas películas y apareciesen tantos libros. Hasta los propios protagonistas sucumbieron a este interés mediático y explotaron su imagen y su fama todo lo que pudieron.
 

Tiene, pues, Las leyes de la frontera un destacado interés social. Cercas se ha documentado muy bien y ha sabido reconstruir con minuciosidad esa España lumpen en la que las bandas juveniles campaban a sus anchas en las zonas pobres “más allá de la frontera”, dedicadas a una delincuencia en principio menor que, sin embargo, sobre todo por la súbita irrupción de las drogas, se dedicó después a actividades más peligrosas, como le sucede a la banda de El Zarco, el delincuente protagonista de esta novela. Pero Cercas es consciente de que su novela no podía quedarse solamente en el terreno documental y debía que incluir otros ingredientes que hiciesen que la novela tuviese más variedad y levantase el vuelo, desde un punto de vista humano y también literario. Para ello, incluye a un personaje, Ignacio Cañas, El Gafitas, prestigioso abogado penalista en el momento en que transcurre la parte final del libro, quien con dieciséis años perteneció a la banda de El Zarco y casi treinta años después ha decidido contar su pasajera relación con la banda y la influencia que ha tenido después en su vida personal y profesional.

La novela está concebida como una serie de entrevistas que hace la persona que ha sido elegida para escribir la vida de El Zarco y El Gafitas. En ellas, los entrevistados recuerdan su relación con El Zarco, cada uno desde su perspectiva. Aunque son tres los entrevistados, el director de la cárcel y el inspector de policía que detuvo a El Zarco después de uno del asalto a un banco en Gerona, el principal protagonismo, con mucha diferencia, lo tiene el propio Gafitas, pues, incapaz de escribir él directamente un libro sobre esos años, ha recurrido a la persona que le está entrevistando para que sea él quien escriba sus recuerdos.

La primera parte, transcurre en el verano de 1978, en una Gerona “húmeda, oscura, solitaria y cochambrosa”. Ignacio Cañas estudia segundo de BUP y en el Instituto ha sufrido muchas vejaciones por parte de un grupo de compañeros que la han tomado con él. Para esconderse de ellos tras acabar el curso, se refugia en unos billares, donde pasa horas jugando a las máquinas. Un día de ese verano entra en los billares El Zarco, ya conocido delincuente, acompañado de Tere, una joven de la que El Gafitas se queda prendado. El Zarco invita a Cañas a visitarle en un bar situado en el barrio del chino. Aunque sabe que El Zarco y Tere pertenecen a un mundo que no guarda ninguna relación con él –Cañas es un charnego de clase media; Tere y El Zarco representan el sórdido mundo que está más allá de la frontera-, acude a la cita más que nada por volver a ver otra vez a Tere. Para estar cerca de ella, y por orgullo personal, comienza a acompañar al Zarco y su banda a cometer algunas fechorías, al principio de poca entidad pero poco a poco más peligrosas. Un día, después de cometer un robo en un banco, se dan cuenta de que a la salida (¿un chivatazo?) les estaba esperando la policía, hay una persecución y acaban deteniendo a El Zarco y a los otros miembros de la banda. Solo El Gafitas consigue escapar y lo sucedido le lleva a recapacitar, a olvidarse de su vida de quinqui y volver a sus anteriores rutinas.

La segunda parte comienza veinte años después. El Gafitas es ahora un prestigioso abogado y El Zarco ha sido un destacado mito de la delincuencia juvenil, un personaje que ha ocupado las primeras páginas en la prensa por sus fechorías y sus evasiones, convertidas en películas y programas televisivos. Pero El Zarco se encuentra ahora en el declinar de su prestigio y liderazgo y apenas nadie la hace ya caso. Por eso decide pedir el traslado a Gerona y, a través de Tere y de la prometida de El Zarco, solicitar que sea El Gafitas su nuevo abogado. Aunque Cañas ha mantenido oculto su pasado, no se ha olvidado de El Zarco ni de Tere, con quien vuelve a mantener una intensa e intermitente relación amorosa, uno de los ejes centrales de la novela. Desde la llegada de El Zarco a Gerona, su vida cambia radicalmente, como si el pasado le exigiese ahora estar a la altura de las circunstancias.

En el desarrollo de la novela, poco a poco la vida de El Zarco pierde protagonismo y el interés pasa a las ambiguas relaciones amorosas entre Cañas y Tere, siempre con el telón de fondo de lo que pasó entre ellos y con El Zarco hace tantos años y de sus vicisitudes en prisión.

Javier Cercas ha buscado una estructura original, con el relato a modo de confesiones de los entrevistados, técnica arriesgada con la que lo que se gana en cercanía e intensidad se pierde en ocasiones en verosimilitud, aunque Cercas maneja la novela con soltura y mucha calidad. El ambiente en el que se mueve la novela es el mundo arrabalesco, sórdido y marginal de Gerona, con sus implicaciones amorales y con puntuales escenas sexuales, atmósfera turbia que está presente a lo largo de toda la novela. La parte sociológica y documental está muy conseguida, con una perfecta recreación de la época también a ras de suelo, aunque hay que reconocer que se trata de un mundo muy conocido al haber sido explotado en exceso en películas y libros. La parte amorosa, la que pretende incluir profundidad y una intriga distinta al destino de El Zarco, es arriesgada y a menudo deliberadamente hinchada y sofisticada.


Las leyes de la frontera
Javier Cercas
Mondadori. Barcelona (2012)
384 págs. 21,90 €.

martes, 20 de noviembre de 2012

"Jóvenes talentos", de Nikolai Grozni


Konstantin es un joven de 15 años que lleva desde los siete estudiando en la Escuela de Música de Sofía para Jóvenes Talentos. De hecho, él es un niño prodigio, un pianista que ha recibido importantes premios nacionales e internacionales. Sin embargo, Konstantin no es un estudiante modelo. Rebelde, contestatario, crítico..., se dedica en cuerpo y alma a ridiculizar los postulados ideológicos de la Escuela, asentados en un férreo y casposo comunismo. La novela está ambientada en 1987, dos años antes de que cayese el Muro de Berlín, cuando nada hacía presagiar que el control comunista de la vida de los ciudadanos se iba a desintegrar a toda velocidad.

Jóvenes talentos se inspira en la propia biografía del autor, quien también fue un joven pianista excepcional y estudió en una escuela similar en Sofía. Grozni abandonó su país con la caída del comunismo y se trasladó a Boston para estudiar jazz y composición en el Berkeley College of Music. Posteriormente, vivió cuatro años en la India como monje budista, experiencia que contó en su libro más conocido Tortle Feet, de 2008. Jóvenes talentos fue publicada en 2011 en Estados Unidos.

La novela cuenta, por un lado, la pasión absolutamente radical que siente Konstantin por la música. Como opina el protagonista de sí mismo, “cuando interpretaba Chopin, yo no estaba; solo había música, la ilusión de la ilusión de la música, un río de sonidos recordados, de motivos y pinceladas tonales que pasaban flotando y se metamorfoseaban en otros motivos y otras armonías”. Resultan muy interesantes las páginas en las que el autor se explaya en estas cuestiones, hablando directamente de música, de interpretaciones, de lo que siente al tocar el piano, de los mejores músicos. Estos pasajes son, sin duda, lo mejor de esta novela. Konstantin siente algo muy especial por Chopin, músico que consigue arrancarle lo mejor de sí.

Por otro lado, Jóvenes talento, escrita en primera persona por Konstantin, describe su progresivo proceso de rebeldía, que le lleva a un permanente estado de confrontación con el claustro de profesores, con los alumnos más dóciles y sumisos y hasta con sus padres, profesores universitarios y funcionarios ejemplares del régimen. Konstantin no quiere saber nada de la cháchara comunista, de una ideología anclada en una concepción sumisa de los individuos. Aunque tiene 15 años, sus dardos críticos son certeros y demoledores. La novela se sitúa perfectamente en el microcosmos de la escuela, contando las relaciones de Konstantin con los profesores y con sus compañeros, algunos, como Irina y Vadim, excelentes músicos, también enfrentados a la dirección del centro. Y ajeno a este mundo de profesores y alumnos hay que destacar la presencia del Tío Iliya, pariente de Konstatin, con quien se reúne de vez en cuando para charlar sobre algunas duras experiencias de su larga vida como preso en un campo de trabajo comunista.

El peligro de un libro de estas características es recargar demasiado los ingredientes para crear una atmósfera agobiante, algo kafkiana, un mundo cerrado donde no hay sitio para la libertad. Konstantin se siente ahogado, atenazado, constreñido, y la única manera de sentir algo de libertad es alterando el orden y saltarse las normas. A las pocas páginas de comenzar a leer la novela ya está todo dicho y ya conocemos lo que puede pasar. Las actitudes de Konstantin se repiten, lo mismo que sus comentarios. Todo resulta previsible, aunque el autor se esfuerza, especialmente en su parte final, por dotar a la novela una intriga todavía más trágica con la historia de Irina, expulsada de la Escuela, y la posterior fuga de Konstantin y su descenso a los subterráneos de la ciudad de Sofía.

El resto de la novela, y estamos hablando de un libro de más de 300 páginas, es repetir anécdotas, conversaciones, pasajes, diálogos con los que el protagonista manifiesta su absoluto rechazo por ese mundo que, para él, es una cárcel. Konstantin canaliza la subversión bebiendo sin parar, fumando y manteniendo constantes relaciones sexuales con las alumnas del centro, su auténtica obsesión. La dedicación a la música es, en su caso, un paréntesis vital y existencial, necesario, sí, pero accidental, pues el resto del día transcurre buscando la oportunidad para mantener esas citas. Konstantin ha elegido un camino muy cínico para mostrar su rechazo a la hipócrita moral imperante en la Escuela. Sin embargo, por la agotadora reiteración, tanto su rebeldía adolescente como su acusada crisis existencial resultan impostadas.


Jóvenes talentos
Nikolai Grozni
Libros del Asteroide. Barcelona (2012)
352 págs. 21,95 €.
T.o.: Wunderkind. Traducción: Damià Alou.

lunes, 19 de noviembre de 2012

"La historia de mi gente", de Edoardo Nesi


Aunque no se trata propiamente de una novela, La historia de mi gente consiguió en 2011 el prestigioso premio literario Strega, que catapultó a Edoardo Nesi (Prato, 1964) como uno de los autores italianos contemporáneos más leídos. Un año después publicó Una vida sin ayer, también aparecido en Salamandra, donde entre otras cosas describe las reacciones a la recepción de este premio entre sus amigos y conocidos.
 
La historia de mi gente es un singular libro memorialístico donde Nesi mezcla el estilo literario, los recuerdos familiares, las anécdotas personales con la reflexión social y política. Todo ello con un hilo conductor: explicar el declive y el desmoronamiento de la vida empresarial en Prato, ciudad italiana eminentemente textil que ha sufrido de una manera devastadora las consecuencias de la globalización, con el cierre masivo de la industria textil a la que estaban dedicadas la mayoría de las empresas de la zona. Una de ellas, T. O. Nesi e Hijos, es la empresa familiar en la que trabajaba Edoardo, fundada por sus abuelos, que tuvo que vender en 2004 tras once años desempeñando puestos en la dirección, actividad que compaginaba con sus aspiraciones a dedicarse a la literatura.

No se trata de un análisis distante, sesudo, frío, analítico; Prato, describe desde dentro el progresivo hundimiento no sólo de estas empresas sino de todo un estilo de vida. Estas empresas, muy pequeñas y familiares, dieron trabajo a miles de personas durante muchos años, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, contribuyendo al desarrollo y el bienestar de una zona con pocos recursos. T. O. Nesi e Hijos vendía sus telas y productos textiles Italia y en todo el mundo, con un trato directo con sus clientes, muchos de ellos diseñadores itnernacionales. La llegada de la globalización alteró el orden de prioridades e impuso una visión exclusivamente economicista del trabajo y de los procesos comerciales. Ya no importaba tanto la calidad, ni los empleados, ni el equilibrio conseguido para que las empresas y los trabajadores salieran adelante sin apenas conflictos laborales; ahora lo que predominaba era la rentabilidad, a toda costa.

Y esa rentabilidad provocó una deshumanizada competencia de precios que acabó por afectar tanto a la calidad de los productos –algo que no parecía importar a nadie- como a la viabilidad de las empresas. Estas se deslocalizaron y el Made in Italy –el prestigio de una idiosincrasia avalada por los años- se convirtió en un mero negocio. El resultado fue el cierre de estas empresas, la pérdida de miles de puestos de trabajo y la inmediata irrupción en Prato de cientos de trabajadores chinos que en condiciones de semiesclavitud y con el Made in Italy como bandera, continuaron con el funcionamiento de una industria textil agonizante que era un mero simulacro, en cutre, de la que existía antes.

El gran acierto de este emotivo libro, escrito con el corazón, es cómo el autor se identifica con el triste destino de sus paisanos, que asisten al declive de todas aquellas cosas que dieron sentido a sus vidas y que, encima, en pleno momento de cambio, tuvieron que rendirse a los dictados de los grandes expertos en economía que, como profetas, habían augurado un esplendoroso futuro a las empresas italianas que apostaran por la globalización.

Nesi habla de todo esto intercalando recuerdos personales y familiares, contando sus viajes a Estados Unidos en su época de estudiante, su descubrimiento de la literatura, algunas anécdotas de sus años de escritor, opiniones sobre algunos novelistas (Nesi ha sido traductor del norteamericano David Foster Walace y siente una especial inclinación por Thomas Pynchon, Joan Didion y Scott Fitzgerald). La mezcla resulta auténtica y la elegía de su mundo y el de los suyos plenamente sincera.

La editorial Salamandra ha publicado también Una vida sin ayer (Salamandra. Barcelona. 160 págs. 11 €. T.o.: Le nostre vite senza iesi. Traducción: Teresa Clavel), libro en el que Nesi repite la misma fórmula narrativa: un tono personal, familiar con el que aborda cuestiones sociales que son de plena actualidad no solo en Italia. Si en el libro anterior había, sobre todo, una mirada al pasado, ahora Nesi se dirige al futuro y elige a los jóvenes como los protagonistas de una serie de necesarios cambios sociales y empresariales que deben devolver a la sociedad italiana la ilusión por emprender y el orgullo por contribuir a un mundo mucho mejor.

Nesi no cae para nada en el fácil discurso lleno tópicos y de soflamas de algunos gurús sociales, económicos, sindicales y políticos; lo suyo es una reflexión cordial y literaria, cargada de optimismo, que contiene algunas soluciones de sentido común para detener las consecuencias de una crisis que amenaza con resquebrajar el mundo familiar forjado por miles de trabajadores de pequeñas y artesanales empresas.



La historia de mi gente
Edoardo Nesi
Salamandra. Barcelona (2012)
160 págs. 9,50 €.
T.o.: Storia della mia gente. Traducción: Teresa Clavel Lledó.

domingo, 18 de noviembre de 2012

"Mapp y Lucía", de E. F. Benson

 
 


“¿Cómo es posible el éxito de novelas –se pregunta José C. Vales, traductor y autor del interesante prólogo de esta nueva novela de E.F. Benson- en las que nada de lo que ocurre se ajusta a lo que nuestra sociedad considera importante o trascendente?”.
La anterior, Reina Lucía, tuvo una excelente acogida entre los lectores y ahora se publica la segunda de la saga, aparecida en 1931. Benson (1867-1940) vuelve a repetir tanto la ambientación como los objetivos literarios: retratar la vida ociosa y las triviales preocupaciones de una burguesía rural que vive aferrada al manierismo formal y social de la época eduardiana, la clave que, para José C. Vales, explica el éxito de esta saga en Inglaterra y en otros muchos países.

En Mapp y Lucía vuelve a dominar la escena el carácter y la iniciativa de Lucía, la reina de Riseholme. La novela comienza con la muerte de su marido y el prolongado luto que guarda, que afecta a la vida social de Riseholme, totalmente dependiente de las iniciativas de Lucía. Sin embargo, Lucía decide pasar los meses de verano en una localidad costera, Tilling, a donde viaja acompañada de su inseparable Georgie. En Tilling, el carácter efervescente y dinámico de Lucía vuelve a ponerse en acción y se hace el control social de lo que allí pasa, aunque se encuentra con el refinado maquiavelismo de Elisabeth Mapp, quien no está dispuesta a perder su privilegiado lugar en la vida social de Tilling. La activa Lucía organiza cenas, fiestas, actuaciones teatrales..., que la encumbran como el centro de atención. La acción se alarga con el desgraciado accidente que provocan unas inesperadas inundaciones.
Mapp y Lucía es una comedia ligera basada en el cotilleo, el enredo y la ingenua frivolidad que idealiza la época eduardiana y ridiculiza, sin acritud, el esnobismo decadente de un mundo clasista, brillante y conservador que salta hecho añicos tras la Primera Guerra Mundial.
 

Mapp y Lucía
E. F. Benson
Impedimenta. Madrid (2012)
438 págs. 26,95 €.

domingo, 11 de noviembre de 2012

“El invierno del mundo”, de Ken Follett


Sólo de su anterior novela, La caída de los gigantes, Ken Follett (Cardiff, 1945) vendió en lengua española más de un millón de ejemplares. En total, lleva vendidos de todos sus libros unos 130 millones en todo el mundo, cifras que lo convierte en el gran rey del best-seller internacional. Más que ningún otro autor, Follett encarna un fenómeno literario exitoso que busca llegar al mayor número posible de lectores con una literatura asequible, entretenida, llena de acción, con mucha aventura, aunque la calidad literaria no sea precisamente una de sus grandes virtudes.

Los best-seller, por sus implicaciones comerciales, emplean un estilo eficaz y sin muchas florituras, un realismo convincente y nada arriesgado, unos sentimientos epidérmicos y estandarizados y unos argumentos que conecten en sus planteamientos con las inquietudes de los lectores actuales.

Tras el filón de la Edad Media (convertida en sus novelas en un escenario de cartón piedra), que Follett explotó en Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin, inició en 2010 la publicación de la trilogía que lleva por título “The Century”. El primer libro fue La caída de los gigantes, centrado en la historia de Europa en las primeras décadas del siglo XX, con la Primera Guerra Mundial y la revolución soviética como principales hilos conductores donde Follett sitúa las peripecias personales, sociales y políticas de cinco familias europeas y norteamericanas.

El mismo esquema lo repite en El invierno del mundo, la segunda novela de la trilogía. Los límites cronológicos son, en este caso, desde 1933, con la llegada de los nazis al poder en Alemania, hasta 1949, con la consagración de la Guerra Fría entre las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Entre medias, los conflictos que provocan los nazis en Alemania y Europa, la respuesta de ingleses y alemanes, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, el ataque japonés a Pearl Harbour, la inapelable derrota de Alemania y la posterior invasión de las tropas soviéticas en este país, las bombas atómicas y la Guerra Fría entre las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Ahora son los hijos de las cinco familias que protagonizaron la entrega anterior (los Williams, Fitzherbert, Kostin, Dewar, Ulrich) los que viven y padecen estos hechos, con una implicación muy directa en algunos casos en el destino de la historia de Europa.

Incluye el autor algunos capítulos ambientados en la Guerra Civil española, en concreto en una de las batallas más duras, la de Belchite en el frente de Aragón. Lloyd Williams, uno de estos personajes, se alista como voluntario en las Brigadas Internacionales para luchar contra el fascismo. En estas páginas, Follett describe la vida cotidiana de uno de los batallones de las Brigadas Internacionales y critica abiertamente la participación de los militares rusos en la guerra, pues estaban más interesados en derrotar a los anarquistas y milicianos del POUM que a las tropas nacionales. Como sin querer, Follett lanza también algunas hirientes descalificaciones, basadas en un conocimiento superficial de la realidad, contra el catolicismo y las actuaciones de la Iglesia en la historia de España.

Follet maneja una abundante y minuciosa documentación que hace verosímil el contexto histórico, aunque ha elegido una época sobre la que existen muchísimos estudios y muchísimas novelas ambientadas en estos dramáticos años. Por eso, apenas sorprende lo que cuenta, ya que la mayoría son hechos muy conocidos que, por su reiteración, han perdido peso dramático. El interés humano de la novela reside en las historias menudas, domésticas, familiares, amorosas que protagonizan estos personajes, paralelas al desarrollo político y militar de los acontecimientos. Pero, como suele suceder con el resto de su literatura, Follett es más un escritor de acción y de aventuras que hábil diseccionador de las relaciones íntimas y personales. Todas las historias humanas que aparecen manejan unos ingredientes parecidos unidos por la superficialidad y el anclaje en los valores políticamente correctos actuales. La novela es muy larga, hay de todo, pero con periódica puntualidad aparecen comentarios con las moralejas preferidas de Follett (una moral que justifica todo en nombre del... amor y el progresismo y su ya conocido escepticismo y crítica de la religión) y escenas sexuales breves pero explícitas que en algunos casos sirven para definir la catadura moral de algunos personajes.

El resultado es una novela eficaz, llena de movimiento y acciones paralelas que presenta de manera muy didáctica el devenir de los hechos históricos que narra, pero a la que le falta garra literaria y calidad a la hora de crear personajes atrayentes, escenas memorables, sentimientos profundos y un estilo cuidado y original. Pero estoy seguro de que esto no lo buscaba Follett.


El invierno del mundo
Ken Follett
Plaza & Janés. Barcelona (2012)
960 págs. 24,90 €.
T.o.: Winter of the World. Traducción: ANUVELA.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

“La juguetería errante”, de Edmund Crispin


Acaba de publicar la editorial Impedimenta El canto del cisne, la segunda novela protagonizada por el excéntrico detective Gervasio Fen. Recupero una reseña que escribí sobre la primera novela publicada, La juguetería errante.
 
La literatura inglesa del siglo XX no sólo ha producido excelentes autores de novelas policiacas –Chesterton, Anthony Berkeley y Dorothy Sayers, por ejemplo- sino que también han salido de sus filas las mejores parodias del género. La juguetería errante, de Edmund Crispin, es una de ellas, muy original, entretenida y de excelente calidad literaria.

Bruce Montgomery (Edmund Crispin fue su seudónimo literario) nació en 1921 y murió de un ataque al corazón en 1978. Licenciado en Lenguas Modernas en Oxford, sus escritos literarios se reducen al género policiaco. Escribió nueve novelas y dos colecciones de relatos en la década de los 40, todas protagonizadas por Gervasio Fen, profesor de literatura inglesa en el ficticio St. Christopher’s College de Oxford, un detective aficionado que es también un excéntrico personaje.

Las contundentes y divertidas opiniones literarias que va desparramando Gervasio Fen a lo largo de las tramas en las que se ve envuelto, la fama que tiene en Oxford de profesor especial, sus alocadas ocurrencias y divagaciones policiacas y la capacidad que tiene de embaucar a un buen número de personajes para que le echen una mano en la resolución del caso son lo mejor de unas novelas disparatadas que contienen, además, con brillantes diálogos, una inteligente parodia de las novelas policiacas, al burlarse de los métodos, los tópicos y las aventuras protagonizadas por otros detectives famosos.

También sobresale el tono libresco que Crispin añade a la narración con continuas referencias, citas, personajes literarios que demuestran su abrumadora cultura y memoria de Gervasio Fen, aunque muchas veces las citas las recuerde de manera equivocada, o las adapte con calzador a la situación que está viviendo. Sin embargo, este mundo libresco añade a sus novelas un tono irónico y erudito que se acaba convirtiendo en una de las principales notas distintivas de este extravagante profesor. Que esta primera novela transcurra en Oxford dota también a sus argumento de un ambiente deliberadamente british.

La juguetería errante, publicada en 1946, es la primera novela que Impedimenta publica de esta saga, de la que ya se anuncia que tendrá continuación. La novela explica bastante bien la calidad de estas novelas policiacas y el acierto en la creación del personaje de Gervasio Fen, motor de las aventuras. En este caso, la acción de la novela transcurre en Oxford, a donde se traslada el poeta Richard Cadogan para descansar de la vida sedentaria que lleva en Londres y ávido de nuevas aventuras. La misma noche que llega a Oxford, tras un accidentado viaje, se encuentra en una zona apartada con una sospechosa tienda de juguetes. Sin saber por qué, Cadogan entra en la tienda, que se encontraba abierta, y en una de las habitaciones se encuentra con una mujer muerta. Poco después, recibe un fuerte golpe en la cabeza y es encerrado en un almacén del que consigue escaparse horas después. Al día siguiente, acude a denunciar los hechos a la policía pero al llegar al lugar se encuentra que la tienda de juguetes y la mujer muerta han desaparecido. La policía desconfía de él y el posible caso parece más bien fruto de su calenturienta imaginación.

Cadogan visita a su amigo el profesor Gervasio Fen y le cuenta lo que le ha pasado. Fen y él inician una investigación que pronto les pone en el disparadero de un misterioso caso que tiene que ver con un esperpéntico testamento, una anciana millonaria muerta y una mujer asesinada. En juego, miles de libras que alimentan los peores instintos de un grupo de tranquilos personajes, ninguno de ellos con la apariencia de asesinos en potencia. Fen, Cadogan y un estrafalario grupo de personajes, a espaldas de la policía, que les sigue los talones, empleando métodos no del todo lícitos, se ven envueltos en una peligrosa, alocada y entretenida persecución por Oxford para dar con el asesino.

 
La juguetería errante
Edmund Crispin
Impedimenta. Madrid (2011)
320 págs. 22,20 €.
T.o.: The Moving Toyshop. Traducción: José C. Vales.

domingo, 4 de noviembre de 2012

“La librería ambulante”, de Christopher Morley


Helen McGill es una mujer que ronda los 40 años, soltera, que ha llevado una vida bastante monótona, primero como institutriz y los últimos 15 años, con su hermano Andrew, sacando adelante una pequeña granja familiar. En los últimos meses, su hermano Andrew, lector voraz, se ha lanzado a la escritura y ha publicado un libro, Paraíso recobrado, que, como los de Thoreau, alaba la vida en el campo. El libro ha cosechado un gran éxito y Andrew se encuentra preparando su siguiente libro, mientras descuida las labores propias de la granja, que recaen cada vez más en su hermana Helen, la narradora de este libro.

Pero las cosas cambian de golpe cuando aparece en la granja Roger Mifflin, un librero ambulante que quiere vender el carromato que emplea como librería para trasladarse a descansar a Brooklyn. Roger, que ha leído el libro de Andrew, piensa que él es la persona indicada para venderle su librería. Pero antes de que intervenga su hermano, Helen decide comprarla ella, pues atisba que detrás de esa precipitada decisión se encuentra quizás la última oportunidad para abandonar la vida que lleva. Unas vacaciones, piensa, no le vendrán nada mal. Sin embargo, la aventura que había comenzado “como una mera broma o un capricho, había acabado por convertirse en la sustancia misma de la vida”.

Helen abandona la granja y viaja con Roger, quien le explicará los secretos de la librería y cómo vender libros hasta que pueda coger el tren que le lleve a Brooklyn. Esos días de viaje con Roger suponen para Helen un gratísimo descubrimiento, pues Roger es un entrañable y locuaz personaje, enamorado de los libros y de la gente, que posee grandes ideas humanitarias y que piensa que los libros son lo mejor de la vida: “cuando le vendes un libro a alguien –dice- no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva”. Sin embargo, Andrew no acepta la huida de su hermana ni menos que viaje en una librería ambulante con un “vagabundo” y hará todo lo posible por hacer que Helen vuelva, aunque para ello tenga que enfrentarse con Roger, quien no tiene más remedio que retrasar su viaje.

Amable novela, publicada en 1917, una de las más famosas del periodista y escritor Christopher Morley (1890-1957), que transmite un agradable amor por la lectura y los libros en un contexto no precisamente culto. Roger Mifflin recorre Estados Unidos con su librería Parnaso a cuestas con el fin de hacer llegar a las gentes del campo buenos libros y su amor por la lectura. “Creo –afirma- que la gente común y corriente, la del campo, quiero decir, nunca ha tenido la oportunidad de comprar libros y mucho menos de que alguien les hable de lo que significan”. Durante años, su experiencia es positiva, aunque “cuanto más se adentra uno en el campo, menos y peores libros se ven”. Sus buenas ideas se acompañan con el contagioso entusiasmo que transmite a sus compradores y que hacen mella en el alma de Helen, cada día más orgullosa de la drástica decisión que ha tomado, que acabará por transformar su monótona vida.



La librería ambulante
Christopher Morley
Periférica. Cáceres (2012)
184 págs. 16,75 €.
T.o.: Parnassus on Wheels. Traducción: Juan Sebastián Cárdenas.

viernes, 2 de noviembre de 2012

“Cerveza en el Club de snooker” del egipcio Waguih Ghali


 

Se publica por vez primera en castellano esta novela, aparecida en 1964, la más importante de Waguih Ghali (1930-1069), intelectual y escritor egipcio que vivió exiliado en Londres hasta su muerte en 1969. Cerveza en el Club de snooker está inspirada en su propia biografía.

Rama, el narrador-protagonista, es huérfano de padre. Aunque no cuenta con medios económicos, ha vivido toda su vida, como su madre, a la sombra de parientes muy ricos que le han proporcionado los medios para vivir más que dignamente. Lector voraz, Rama vive absorbido por la cultura occidental. Deseoso de conocer Londres, para él la capital del mundo y de la cultura, consigue que una amiga judía, Edna, le financie el viaje a él y a su mejor amigo, Font. En Londres viven unos años enfrascados en la vida cultural, aunque el contacto con la metrópoli les lleva también a replantearse su lugar en un Egipto alborotado, ilusionado en principio con la revolución que protagonizaría Nasser y posteriormente decepcionados por el desarrollo de la vida política en su país.

La novela transcurre en el presente, cuando Font y Rama han regresado de Londres. Font no ha tenido más remedio que ponerse a trabajar de camarero en el club que frecuenta Rama, quien, por su parte, no está dispuesto ni a trabajar ni a cambiar de ritmo de vida con tal de no perder sus amistades con los hombres más ricos de la ciudad. Aunque parece que nada le importe salvo sus diversiones, Rama mantiene contactos con el Partido Comunista, al que se afilió en sus años londinenses. De manera oculta, colabora con una organización clandestina para dar a conocer en los medios de comunicación el alcance de la represión militar del gobierno de Nasser. La mayor parte del tiempo la pasa leyendo, deambulando, jugando al snooker y gorroneando de sus amigos en los mejores clubes de la capital.

La parte central de la novela describe la estancia de Edna, Font y Rama en Londres, experiencia que les sirvió en principio para compenetrarse más, aunque al final acabaron por distanciarse. Ya en Egipto, vuelven a recuperar el trato. Rama está enamorado de Edna, pero ésta no le corresponde. Acuciado por su madre y sus tías, Rama debe replantearse su modo de vida y tomar importantes decisiones.

La novela capta las complejidades y contradicciones del ambiente cultural y político del Egipto de la década de los sesenta. Las familias ricas, como la de Rama, han asimilado la moda y las costumbres occidentales y llevan una vida cosmopolita que poco tiene que ver con la realidad que se vive en su país. En este sentido, Rama es una excepción, pues su colonización no es sólo costumbrista sino también cultural. Quiere viajar a Londres para empaparse de una literatura que tiene idealizada: “Somos ingleses hasta la náusea”, repite; “no tenemos cultura propia”. De hecho, él sabe que esa obsesión le ha llevado a convertirse “en el personaje de un libro”, sofisticando sus actitudes y opiniones, y distanciándose así de la realidad de su país, que juzga de manera muy crítica, aunque en Londres cambian sus posicionamientos políticos y empieza a vivir de una manera más comprometida.

Sin embargo, en la novela todo esto se reduce a una constante pose del narrador que lastra un existencialismo explotado hasta la saciedad en la literatura europea de los años sesenta y setenta. Los conflictos que padece Rama, su conflictiva relación con su país, consigo mismo, con las mujeres, con los demás, explotan una actitud rebelde, bohemia, cínica que suena hoy día a excesivamente manoseada. Falta, además, un argumento más contundente para que las dudas de Rama, muy literaturizadas, consigan tener vida.

Cerveza en el Club de snooker
Waguih Ghali
Sajalín. Barcelona (2012)
216 págs. 18 €.
T.o.: Beer in the Snooker Club. Traducción: Guido Sender Montes.

jueves, 1 de noviembre de 2012

“El árbol del paraíso”, de José Joaquín Iriarte

 


Experimentado periodista, José Joaquín Iriarte (1937) publica su primera novela, El árbol del paraíso, donde se mezclan recuerdos biográficos, experiencias personales, análisis periodísticos e históricos con un argumento basado en la reconciliación, el amor y la amistad. La novela transcurre en Lodosa, pueblo navarro del que es natural el autor, desde la década de los 50 hasta inicios de los 80 del siglo pasado. La Guerra Civil y sus consecuencias son el ingrediente principal, pues los protagonistas viven condicionados por hechos sucedidos durante la Guerra o tienen que hacer frente a la división incluso familiar entre vencedores y vencidos que parece haberse instalado en la sociedad española durante el franquismo.

El autor no comparte, sin embargo, el maniqueísmo tan presente en las historias y novelas que se han escrito sobre la Guerra Civil y la posguerra, lo que ha permitido la fijación de cómodos clichés y estereotipos de los que resulta difícil escaparse, más que nada porque la división entre buenos y malos simplifica mucho las cosas y contribuye al melodrama y a una epidérmica emotividad. Como escribe el autor en el epílogo, “he manejado abundante documentación extraída de publicaciones periódicas y libros de historia. Y cada vez que me acerco a la verdad subjetiva que contiene, mi actitud es de progresiva cautela, y, al mismo tiempo, de una cierta esperanza de que, ¡por fin!, se publique una historia objetiva, un relato exacto y comprobado, sin adherencias de parcialidad o de sectarismo”.

Los protagonistas de esta novela son Montxo, Pedro y Arantxa, que proceden de tres familias de Navarra marcadas por la Guerra Civil. La historia familiar de Montxo está repleta de tragedias familiares que salpican incuso a sus padres, muertos después de la Guerra por su pertenencia a los maquis. Pedro, el hijo del médico de Lodosa, disfruta de una cómoda posición y también quiere dedicarse a la medicina. Arantxa es una joven con muchas inquietudes que, por la cerrazón de su familia, sobre todo de su madre, ha tenido que abandonar los estudios para dedicarse a las tareas del hogar. Montxo y Pedro se conocen en un hotel de los montes de Urbasa, a donde han ido a recuperarse de la tuberculosis. Entre los dos, a pesar de algunos encontronazos, surge una auténtica y profunda amistad que, junto con la figura de Arantxa , será el principal motor de una novela que recoge muy bien el ambiente de la época.

Como telón de fondo, la realidad española de aquellos años, que el autor describe al detalle y no sólo en los aspectos externos. Iriarte habla de las rencillas familiares, los odios, los celos, las mentiras institucionalizadas, la falta de comprensión; y también de la otra cara de la moneda: del esfuerzo de muchas personas por construir una sociedad más justa y más humana que supere esas divisiones. Los personajes de la novela quieren así aportar su grano de arena para que la vida en Navarra aparque estos estériles enfrentamientos.

Además, la novela tiene un ingrediente humano muy meritorio, pues tanto las peripecias de los protagonistas como el estilo del autor van encaminados a reflejar con realismo la vida cotidiana de unos protagonistas que se sirven de sus cicatrices para apostar por la reconciliación.

El árbol del paraíso
José Joaquín Iriarte
Eunate. Pamplona (2012)
252 págs. 18 €.