Escrito en 2014 y publicado en 2016, Shaun Bytell cuenta en su diario las cotidianas vicisitudes de la vida de una librería de viejo, “The Book Shop”, en la ciudad de Wigtown, una de las librerías más conocidas de Escocia, con 100.000 volúmenes y dos kilómetros de estanterías.
Shaun entró casi por casualidad en el negocio a comienzos del siglo XXI. Desde entonces, se ha convertido en una librería de referencia. Pero sacar adelante un negocio de estas características tiene sus riesgos y dificultades, y más todavía hoy con el avance de la edición electrónica.
El libro se enmarca en la ya amplia literatura que existe sobre las librerías, lugar que en ocasiones se describe en estos libros con un halo mágico y donde cada cliente es portador de una historia única. Sin embargo, Shaun rechaza cualquier tipo de idealización en su diario y muestra con realismo las luces y las sombras de un negocio muy especial. Para corroborar esta idea, abre cada mes la primera entrada a su diario con una cita de un libro que George Orwell escribió sobre su experiencia como dependiente de una librería de viejo en 1936: “Bookshop Memories”, un libro que presenta una imagen corrosiva y sarcástica del mundo de las librerías y de sus clientes.
En su diario se repiten los mismos temas, que se presentan de manera distinta en cada diario, pues aunque todos los días son más o menos iguales, ni los clientes, ni los encargos, ni las gestiones son las mismas. Habla de la relación con los empleados de la librería, sobe todo con una de ellas, Niki, la más constante –y la más cabezona-; de los encargos de los clientes, muchas veces surrealistas; de las visitas que hace a casas de personas que quieren deshacerse de sus bibliotecas; de los clientes que frecuentan la librería, de sus preguntas más absurdas, de sus manías… De las relaciones que tiene con visitantes periódicos o con turistas. También de las actividades culturales que se realizan tanto en la librería como en Wigtown. De sus reuniones familiares, amistades, planes personales, etc.
Y en todo momento, su estrechísima e íntima vinculación con los libros, que en las librerías de viejo tienen un valor especial por la calidad y rareza de las ediciones. Y hay interesantes reflexiones sobre la competencia de la edición digital y el futuro de la industria editorial.
Libro un poco repetitivo, como a veces pasa con los diarios, que muestra la constante actividad de una librería para sobrevivir, lo que lleva consigo tener que lidiar con clientes originales que, en su caso, tampoco aparecen idealizados, como no lo son en el libro de Orwell que le sirve de referencia y donde puede leerse: “La mayoría de las personas que entraban habrían sido una molestia en cualquier sitio pero lo eran especialmente en una librería”.
Diario de un librero
Shaun Bythell
Malpaso. Barcelona (2018)
368 págs. 25 €.
T.o.: The Diary of a Bookseller.
Traducción: Antonio Lozano.