En el final de
la Segunda Guerra Mundial, mientras las tropas rusas avanzaban reconquistando
territorios en posesión de los alemanes en su camino hacia Berlín, muchas
mujeres de diferentes nacionalidades se convirtieron en víctimas al ser
violadas y utilizadas como objetos de usar y tirar, una estrategia más de la
deshumanización que se apoderó de los bandos enfrentados. Hace años, impactó el
diario de una mujer anónima, periodista alemana, que rememoró estos sucesos en
su libro Una mujer en Berlín (Anagrama),
crudísimo testimonio de los abusos que cometieron las tropas rusas contra las mujeres
que se encontraron en la capital del Tercer Reich. Parecida es la experiencia
que la psicóloga y escritora Alaine Polcz (1922-2007) describe en este libro de
lo que vivió durante la Segunda Guerra Mundial en la zona de Transilvania,
territorio fluctuante que ha pertenecido a Hungría y Rumanía. Este testimonio
no lo pudo publicar hasta que las tropas rusas abandonaron en 1991 Hungría,
donde residía. Desde su publicación, el libro, traducido a catorce idiomas, se
ha convertido en un símbolo que ejemplifica el sufrimiento de más de 200.000
mujeres que sufrieron vejaciones similares.
El
libro comienza cuando Alaine, una joven de diecinueve años, contrae matrimonio
en la ciudad de Kolozsvar con el escritor János en 1944, en los estertores de
la guerra, cuando quedaba lo peor. Alaine es una joven ingenua, sin apenas
experiencia ni de la vida ni del amor. La novela describe la luna de miel en la
que recorren diferentes ciudades rumanas cuando los alemanes controlan el país.
Pero las tornas cambian a toda velocidad y los rusos comienzan a entrar en
Rumanía y Hungría. Los enfrentamientos bélicos son constantes y los lugares
cambian de manos en pocos días, con las consiguientes represalias.
János
y Alaine se refugian en diferentes lugares y cambian frecuentemente de
domicilio hasta que llegan a un lugar cercano a Budapest donde, en el Palacio
Esterházy, trabaja la madre de János. Allí consiguen una cierta estabilidad
hasta que tienen que huir, acosados tanto por los alemanes como los rusos. En
uno de estos movimientos, detienen a János, y Alaine, con su suegra, se
refugian en Csákvar. Ahí es donde tienen lugar los momentos más sobrecogedores
de esta novela, cuando Alaine es violada repetidamente por las tropas rusas.
Más tarde conseguirá huir y reencontrarse con parte de su familia.
Alaine
se siente sobrepasada por todo lo que está pasando. Su positiva y refrescante
actitud ante la vida, muy evidente en el tono de esta novela, contrasta con el
desdén que muestra hacia ella su marido, quien nunca le trata con cariño ni
comprensión. La actitud de Alaine, que ha hecho estudios de enfermería, es de
ayudar a la gente en la medida de sus posibilidades, sobre todo a su suegra,
por la que se desvive. Pero el deshumanizado ambiente de supervivencia acaba
anegando todo. Aunque vemos detalles de grandeza y generosidad, también
asistimos, como suele pasar en las guerras, a una amplia gama de
manifestaciones egoístas y crueles. Alaine es protestante, pero en su huida se
encuentra con algunos católicos que, en esos duros momentos, no dan la talla
moral. Ella confiesa que las circunstancias tan duras que le tocó vivir y el
ejemplo de determinadas personas la llevaron a abandonar la fe, aunque deja
caer que años más tarde, durante la dictadura comunista de Hungría, volvió a replantearse
el sentido de la vida viendo la escala de valores de un país comunista. Las
dramáticas circunstancias que vivió durante la guerra no contribuyeron en este
caso a acercarse a Dios.
Ante
las insistencia de algunos amigos, la autora recuerda estos sucesos años
después de que hayan ocurrido, con su vida ya rehecha. El tono memorialístico
dirige la narración hacia momentos, personajes y escenas muy concretas que
aportan gran verosimilitud a su relato y mucha cercanía. No carga las tintas ni
salpica su testimonio con digresiones, truculencias o valoraciones, con lo que
consigue un relato sencillo, eficaz, sin florituras, a pesar de la brutalidad
de algunas escenas.
Una mujer en el frente
Alaine
Polcz
Periférica.
Cáceres (2015)
240
págs. 19,50 €.
T.o.:
Asszony a fronton.
Traducción:
Éva Cserháti y Carmina Fenollosa.