miércoles, 22 de agosto de 2018

"Necesitamos nombres nuevos", de Noviolet Bulawayo


Novela de una joven  escritora de origen africano que cuenta la infancia de la protagonista y narradora, Darling, en un miserable barrio de Zimbabue y su posterior emigración a Estados Unidos para vivir con una tía suya que lleva años residiendo allí.
            La primera parte de la novela reconstruye con mucho acierto el ambiente de Paraíso, un barrio pobre, con casas destartaladas, rodeado de miseria. Darling vive con su madre y su abuela Madre de Huesos, y pasa casi todo el tiempo en la calle con amigos de su edad, en torno a los diez y once años: Bastardo, Sbho, Stina, Sabediós, Chipo… Con ellos juega en su barrio y de vez en cuando se trasladan al barrio residencia del Budapest para robar guayabas de los árboles. Con una mirada infantil, ingenua, y como si tal cosa, describe las peculiaridades de una vida rodeada de pobreza y de situaciones calamitosas. 
            Darling habla de sus amigos, de su madre, de sus vecinos, de sus juegos, de lo que le rodea. De vez en cuando, se va con su abuela a la capilla. Habla de la presencia de los chinos, que están trabajando y dirigiendo algunas obras en la ciudad. También de la labor de las ONG, que de vez en cuando les van a visitar para llevarles ropa y algunos alimentos. Con su ingenua pero experimentada mirada, Darling describe también situaciones difíciles: una mujer que aparece ahorcada en su barrio, el hambre que padecen, la brutal actuación de un grupo de africanos contra unos blancos en el barrio de Budapest… El libro, ambientado en 2008, muestra de pasada las revueltas sociales y políticas que se están viviendo, la actuación de grupos paramilitares, el rechazo a la colonización blanca… Todos sueñan con emigrar, como han hecho ya tantas personas (hasta sus propios maestros) y abandonar las penurias que les rodean. Darling sueña con irse a Estados Unidos con su tía Fostalina, hermana de su madre.
            La segunda parte transcurre en Estados Unidos: el sueño se ha hecho realidad. Allí vive cómodamente, va al colegio…, pero Darling no se encuentra en su sitio ni en el país ni con su nueva familia. Cuando crece, a los catorce años, empieza a trabajar en un hipermercado. Ese es el único futuro que le aguarda, pues su situación –y la de sus familiares y la de los emigrados africanos- siempre es provisional e ilegal, y en cualquier momento la pueden detener y enviar a su país. Darling crece contemplando las virtudes de Estados Unidos y sus defectos también, que se critican abiertamente. En todo momento, siente nostalgia de su tierra, de su madre y abuela, de sus amigos, y tiene dudas de si tomó la mejor decisión a la hora de abandonar su país.
            La novela muestra la dura realidad sin contemplaciones, aunque todo aparece mitigado, especialmente durante sus años en África, por el tono ingenuo e infantil que da Darling a sus comentarios y observaciones. En ocasiones, muestra sin embargo una madurez que no se corresponde con su edad a la hora de emitir algunos juicios, como cuando habla negativamente de rezar y de la religión. La autora no oculta ninguna realidad: la epidemia de sida (que afecta al padre de Darling, que vuelve de Sudáfrica desahuciado), los embarazos prematuros (Chipo, con once años, está embarazada), el robo, la ausencia de cultura, la corrupción política, etc.
            Cuando Darling vive en Estados Unidos el tono se vuelve más ácido, pues no tiene a sus amigos a su lado y ella es ya más mayor. TK, el hijo del tío Kojo y la tía Fostalina, no quiere saber nada de África y vive con todos los caprichos al alcance de su mano. La tía Fostalina comparte una enorme capacidad de trabajo y de sacrificio con los valores más superficiales de la cultura americana. La autora muestra el acoso escolar, el racismo, el sistema de cuasiesclavitud de las relaciones laborales, algunos matrimonios de conveniencia o a la deriva.
            Noviolet Bulawayo muestra las luces y las sombras de los dos estilos de vida: en África hay pobreza, pero están su madre, su familia, sus amigos…; en Estados Unidos no pasa hambre, pero vive como sin apenas expectativas, condenada a asimilar una cultura con la que no se identifica y que le provoca no pocos traumas. Darling es un excelente personaje que encarna estas ambigüedades y, sobre todo, la nostalgia que siente de haber perdido definitivamente su mundo y sus raíces.


Necesitamos nombres nuevos
Noviolet Bulawayo
Salamandra. Barcelona (2018)
254 págs. 18 €. 
T.o.: We Need New Names.
Traducción: Sonia Tapia.

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