sábado, 25 de agosto de 2018

"Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin", de Vladímir Voinovich


El pasado 27 de julio de 2018 falleció en Munich el escritor soviético Vladímir Voinóvich, nacido en 1932 en la República Soviéica de Tayikistán. Trabajó como carpintero, pastor y mecánico; y, entre 1951 y 1955, sirvió en el Ejército Rojo. Más tarde, trabajó en los servicios radiofónicos de Moscú. 
 Voinóvich fue uno más de los muchos escritores que fueron represaliados por el régimen soviético por no escribir al dictado del totalitarismo comunista (tema que abordo extensamente en mi libro Cien años de literatura a la sombra del Gulag). En 1974, tras publicar esta novela en París –pues la censura impidó publicarla en la URSS-, fue expulsado de la todopoderosa Unión de Escritores Soviéticos. En 1980, Breznev lo desposeyó de la ciudadanía soviética y fue obligado a exiliarse con su familia. Esta novela no se pudo publicar en la URSS hasta bien entrada la perestroika. En España, Automática Editorial ha publicado también su distopía Moscú 2042
            Como escribe Horacio Vázquez-Rial en el prólogo de Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin, la literatura rusa ha oscilado entre dos extremos: la tragedia y la sátira. En un lado, Tolstói y Dostoievsky; en el otro, Gógol, Ilf y Petrov, Zóschenko, Bulgákov, Dovlátov y Vladímir Voinóvich. Y es que no hay nada cómo la sátira para dejar al descubierto el absurdo del comunismo, ideología que basó su éxito en el sistemático control de la población, llegando hasta límites ridículos su extensión de la burocracia y de la represión policial. Voinóvich describe lo que pasa en la URSS provocando la carcajada, cultivando un higiénico sentido del humor con el que combate la torpeza existencial. Pero ya se sabe que la ironía y el sentido del humor es el enemigo de todos los totalitarismos.
            La novela parte de una disparatada situación: en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, un avión del Ejército Rojo realiza un aterrizaje de emergencia en una remota aldea rusa. Como en ese momento no se disponen de efectivos para el traslado, destinan a un soldado para que viaje hasta la aldea y vigile el avión. Pasan los días y las semanas, la URSS entra en guerra con Alemania, y nadie se acuerda de relevar ni dar órdenes a Iván Chonkin, el soldado destinado a esa aldea. Chonkin, un soldado con pocas luces que cumple su último año en el Ejército Rojo, acepta con resignación la orden, aunque también sabe sacar partido a su cometido. Pronto conoce a Niura, una joven que vive  cerca de donde se encuentra el avión averiado. También se relaciona con los vecinos, con los que acaba haciendo buenas migas, integrándose en la vida del koljós. Sin embargo, las cosas se complican cuando la temida policía política recibe un anónimo denunciando que el soldado Chonkin es un desertor del ejército.
            El autor utiliza este grotesco y esperpéntico argumento para describir la vida en la URSS rusa a ras de suelo, al margen de lo que dictaba la propaganda. Las situaciones son ridículas, pero proceden de la realidad: los tópicos del comunismo (genial la escena que describe un mitin), las delaciones, el miedo de la población, la hipocresía y la mentira, una burocracia que hipertrofia el funcionamiento de cualquier institución, la bebida, el sobredimensionado culto a Stalin... Con estos ingredientes, más las posibilidades narrativas de un argumento tan divertido, Voinóvich parodia la triste y cotidiana realidad en la que vivían tantos millones de soviéticos, del campo y de las ciudades, que sufrieron en sus carnes los detalles más extravagantes de una irracional dictadura. 


Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin
Vladímir Voinóvich
Libros del Asteroide. Barcelona (2006)
376 págs. 19,95 euros.

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