He releído estos
días Cuadernos de escritura, magnífico libro del escritor
Carlos Pujol (1936), fallecido de manera inesperada a principios de
2012. Recientemente, había publicado el poemario El corazón de
Dios y en la editorial Menoscuarto su novela Los fugitivos.
En la misma editorial también habían aparecido sus novelas Antes
del invierno y Fortunas y adversidades de Sherlock Holmes.
Cuadernos de
escritura reúne tres libros de Carlos Pujol dedicados a “por
qué se escribe, qué se escribe y cómo se escribe”, escritos con
la sabiduría y el habitual sentido común de un escritor que ha
tocado todos los palos literarios: profesor, crítico, ensayista,
traductor, poeta y novelista. Los tres libros son Cuadernos de
escritura, que da título al volumen, de 1988; Tarea de
escribir, de 1998; y el inédito Memorándum. Palabras para
escribir, de 2008. El primero y el tercero lo forman aforismos;
el segundo, aforismos y un conjunto de artículos relacionados con
los temas del libros. Los tres libros comparten la misma intención y
son, más que consejos y recetas, avisos, “sólo cosas pensadas en
voz alta, tal vez impertinentes”.
La gran mayoría
de estos pensamientos son muy acertados y explican muy bien la alta
consideración que Pujol tiene de la literatura, una actitud que está
radicalmente en contra de la banalidad comercial que se lleva hoy
día. Sus reflexiones van al fondo del asunto y sirven, y mucho, para
explicar las virtudes y los principales defectos de la literatura
actual y de sus principales protagonistas, los escritores: “En un
escritor nada más peligroso que la facilidad para escribir”, “Los
peores enemigos de la literatura son la sociología y la moraleja”,
“Nuestro siglo no ha inventado el aburrimiento literario, pero lo
ha canonizado”. Y no faltan observaciones llenas de ingenio y
sentido del humor: “Si los escritores se preocuparan más de ser
entretenidos que de parecer sublimes, todo eso saldríamos ganando”
y “La mejor cura de la vanidad es releerse”.
Hay magníficas intuiciones, como
ésta: “El poeta está para ver lo que no se ve, para lo que se ve
ya está el resto de la gente”. O ésta otra que explica muchas
cosas sobre su sentido de la literatura: “Escribir no para
olvidarse de la vida, sino para vivir más”.
Conviene leer estos avisos para
despegarse de la rabiosa actualidad literaria, de los valores que
imponen las modas y del culto mediático a los best seller. Para
Pujol, y sabe de lo que está hablando, poca calidad hay en estas
mezquinas muestras de una literatura volcada hacia el espectáculo.
Por eso, sus pensamientos son, pues, un eficaz antídoto contra la
mediocridad y la superficialidad.
Cuadernos de Escritura
Carlos Pujol
Pre-Textos. Valencia (2009)150 págs. 15 €.
No hay comentarios:
Publicar un comentario