Coincidiendo con el
primer centenario del nacimiento del escritor y periodista Ignacio
Agustí (1913-1974) se reeditaron el año pasado los dos primeros
volúmenes de su pentalogía La ceniza fue árbol (Mariona
Rebull y El viudo Rius) y una biografía, Ignacio
Agustí, el árbol y la ceniza, a cargo de Sergi Doría,
responsable también de la edición de sus novelas completas. Ningún
día sin línea: el catalanismo español es una antología de sus
artículos periodísticos, otra de sus destacadas facetas como
escritor. Sin embargo, a pesar de la importancia que tuvo en su
tiempo en la vida cultural, periodística y literaria, sus ideas
políticas le han pasado factura. Aunque fue el director desde 1937
hasta 1957 del importante semanario Destino, también el
creador del premio literario Nadal y el fundador de diferentes
publicaciones periódicas en Cataluña, Ignacio Agustí apoyó el
franquismo y fue uno de los escritores que contó con el respaldo del
régimen para poner en marcha sus iniciativas periodísticas en unos
años de censura y de intenso control de los medios de comunicación.
El periodismo no fue una actividad marginal en su
vida. Al contrario, desde sus inicios como escritor antes de la
Guerra, Agustí estuvo vinculado a las redacciones periodísticas.
Comenzó como colaborador cultural y ya durante la guerra, en Burgos,
fue nombrado director del semanario Destino, impulsado en un
primer momento por los falangistas. Tras finalizar la Guerra, Agustí
desempeñó una intensa actividad cultural, literaria, periodística
y política. Dirigió el semanario Destino hasta 1957, cuando
se desvinculó de él e inició una nueva etapa como director de la
librería y editorial Argos. Escribió habitualmente en Destino,
Pueblo, Triunfo y en dos publicaciones que él mismo
fundó a partir de la década del 60, Tele/eXpress y
Tele-Estel.
Irene Donate, la responsable de esta espléndida y
completa edición, profesora del Centro Universitario Villanueva,
cuantifica en más de mil los artículos publicados por el escritor
catalán. Es cierto que algunos de ellos tienen una vertiente muy
política, en los que apoya y sale en defensa del franquismo como el
régimen que, según él, España necesitaba. Pero son pocos, aunque
algunos crearon una potente polémica que pasó factura a su vida y a
su trayectoria y contribuyeron a su escepticismo político y a su
rechazo del nacionalismo catalán excluyente.
Donate divide los artículos seleccionados en cinco
grupos. Pero antes, en la introducción, hace un certero y amplio
resumen de su vida y actividad profesional, además de analizar sus
principales rasgos como escritor y periodista. Los cinco grupos son:
artículos que reflexionan sobre su quehacer periodístico, artículos
políticos (casi todos publicados en la revista Destino),
columnas intimistas, artículos culturales y, por último,
costumbristas.
En sus artículos,
Agustí se muestra como un espectador activo de los vaivenes de la
vida social y cultural catalana y española, que siempre busca
integrar. De su vida profesional y cotidiana suele tomar el asunto de
sus columnas, todas ellas traspasadas de un suave intimismo y de una
visión humanística de inspiración clásica y cristiana. Hay, en
muchos de ellos, un nostálgico regreso a su infancia, a la Barcelona
de antes de la guerra –la que aparece en sus primeras novelas-.
También suele transmitir un costumbrismo moderado, con una notable
inclinación al respeto a las tradiciones sociales y al espíritu que
han dado forma a lo que él llama el seny catalán, esa
visión burguesa y pacífica de la existencia que anhelaban muchos
catalanes habían vivido las violentas experiencias de los años de
atentados anarquistas y de la Guerra Civil. Para Irene Donate,
“Agustí va a actuar como un observador atento que, además de
extraer conclusiones de lo observado, utiliza la escritura como medio
para mostrar con cierto desahogo su intimidad –siempre dentro del
comedimiento y del pudor que le caracterizarán-, sobre todo en las
evocaciones constantes del pasado y de su infancia”.
Agustí gozó de un gran prestigio en su tiempo, y eso que la nómina de columnistas de calidad no es precisamente breve. Contemporáneos de Agustí fueron, entre otros, escritores y periodistas de la talla de César González Ruano, Josep Pla, Agustín de Foxá, Wenceslao Fernández Flórez, José María Pemán, Jaime Campmany, Alvaro Cunqueiro, Manuel Alcántara, Gonzalo Torrente Ballester, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio y tantos otros.
Ningún día sin línea: el catalanismo español
Ignacio Agustí
Fórcola. Madrid (2013)
368 págs. 22,50 €.
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